Shotaro Ishinomori se ganó el apodo de Rey del manga y es conocido por sus grandes éxitos en el campo de la ciencia-ficción y el tokusatsu. Así que los lectores estamos de enhorabuena con esta obra, pues Planeta Cómic nos da la oportunidad de disfrutar de una de sus obras traducida a nuestro idioma. En esta ocasión estamos ante una obra que se sale de lo habitual, aportando frescura, maestría y calidad a partes iguales. Esta vez viajaremos a la época Edo, bajo el shogunato Tokugawa, para seguir los pasos detectivescos y policiales de sus protagonistas, rodeados de samurais y más personajes de la época. Siendo Ishinomori, es seguro que no defrauda. Pero veamos por qué…
Detectives feudales en el shogunato
Son tiempos convulsos en el período Edo y Sabu, un aplicado okappiki (ayudante civil del cuerpo de policía de la época) se dedica a investigar asesinatos y resolver situaciones complicadas y peligrosas. Para ello tendrá la ayuda de su amigo Ichi, un ciego masajista (que recuerda al famoso ciego masajista Zatoichi) que le salvará el pellejo en más de una ocasión con sus grandes habilidades y a pesar de su ceguera. Así que página a página iremos averiguando junto a los protagonistas algunos secretos y misterios que se encuentran detrás de algunos crímenes, así como dar captura a los asesinos. Una serie adelantada a su tiempo, similar a otras series de detectives actuales, ambientada en el shogunato donde nos dará oportunidad de conocer más sobre las costumbres, maneras de vivir y hacer de la época.
El rey del manga
Shotaro Ishinomori nació en 1938 en Tome, prefectura de Miyagi. Con 17 años (1955) participa en un concurso de la Shonen Magazine para jóvenes talentos. El maestro Osamu Tezuka, impresionado por su talento gráfico, lo recluta para que lo ayude en su obra Astroboy. Se acaba graduando y se va a Tokyo, donde formará parte del Tokiwaso, los conocidos apartamentos donde se reunían los grandes nombre del manga. No tardaría en realizar sus primeras obras dentro del manga shôjo, aunque Ishinomori es un autor tan polifacético que lo mismo dibuja shônen, que shôjo o seinen. Siempre tratando de innovar y estar en la vanguardia en el mundo de las viñetas.
En 1964 llega su primer gran éxito, Cyborg 009. Una historia de ciencia ficción con superhéroes y espías. Se hizo adaptación televisiva animada que cosechó gran éxito de público y lanzó al autor como una apuesta segura para los estudios. También publica en la revista de género shôjo Margaret el manga Okashina Okashina Ano Ko, en la que se narra la historia de una jovencita descendiente de ninjas con poderes telepáticos. En 1966 comienza con el manga que aquí reseñamos, Sabu to Ichi torimono hikae (Shônen Sunday), pero que debido a que estaba destinado a un público más adulto acabó publicándose en la Big Comic. No obstante, también se adaptó a serie de televisión y consiguió dar el salto a live-action.
En los años 70 comienza a publicar Skull Man, antesala de su creación Kamen Rider, obra que lo pondría definitivamente en el mapa de la historia del manga y de la creación de personajes para televisión. Daría lugar al Super Sentai (con Gogo Rangers, Kikaider y una infinidad de series publicadas como Henshin Ninja Arashi (1972), Robotto Keiji (1973), Inazuman (1973), Ganbare!! Robocon (1974), Akumaizâ (1975), Chôjin Bibyûn (1976), Kaiketsu Zubat (1977), Daitetsujin Wan-Sebun (1977)…
Desde 1984 a 1998 publicó Hotel, un manga en el que relata las historias de los huéspedes de un hotel que también contó con una adaptación televisiva obteniendo con ella buenas críticas. Por desgracia, Ishinomori murió el 28 de enero de 1998 de un ataque al corazón. Tenía 60 años. En su haber 128.000 páginas repartidas en cerca de 770 obras a lo largo de toda su vida. Una obra extensa con toda clase de mangas y género de los que no podemos dejar de resaltar los 55 tomos de la notable historia de Japón Manga Nihon no Rekishi y su aportación a la industria del manganime y de la televisión gracias a sus creaciones, que sobreviven en las nuevas generaciones.
Una gran obra
Tiene un planteamiento muy curioso que acabó llamando la atención de los lectores adultos que leían las revistas shônen de la época. Al igual que Tezuka, Ishinomori se fijó en esos lectores más adultos que demandaban historias acorde a su edad. También fue consciente de que tenía que evolucionar y comenzó a probar con composiciones de viñetas arriesgadas y a la vez atractivas, que hacen que hoy en día su obra haya envejecido perfectamente y sigan totalmente válida.
Si bien hay que reconocer que la sombra de Tezuka es alargada y no se puede evitar recordarle cuando vemos sus diseños de personajes. No obstante Ishinomori tiene un particular estilo. Un estilo que lo encumbró a lo más alto del mundo del manga, dando cierta envidia al mismísimo Dios del manga.
Hay que señalar que este manga tiene adaptación animada con 52 episodios entre 1968 y 1969, una novela escrita por el mismo Ishinomori y 4 episodios a modo de dorama, producidos entre 1981 y 1982.
La edición de Planeta Cómic
La edición de Planeta Cómic es una antología de las mejores historias de las aventuras de Sabu e Ichi y que dibujó Shotaro Ishinomori a finales de los años 60. Una edición kanzenban similar a la edición japonesa, constituida por 4 tomos recopilatorios de tamaño A5 (15×21 cms.), de 384 páginas en blanco y negro con sobrecubierta y sentido de lectura oriental. Los acabados son muy notables, con buena calidad de papel e impresión generales. Los lomos están encolados pero siguen estando cosidos, dando un acabado muy seguro a la encuadernación de tapa blanda. Nos encontramos con una traducción excelente, realizada por Daruma, que adapta una serie que tiene más de 40 años.
Nos encontramos ante 18,95 euros de PVP, que están dentro de la línea actual de la editorial. Se puede comparar con ediciones parecidas publicadas por otras editoriales y con precios más económicos, pero hay que tener en cuenta que estamos ante una obra alejada de las superventas y lo mainstream, destinada a un público adulto y con cierto poder adquisitivo. Pero no me gustaría caer en etiquetarla como underground o gafapasta, pues considero que el nivel del autor es excelente y debería ser reconocida por todos los aficionados al manga, independientemente de su edad.
El precio, quizás, echará para atrás a algunos aficionados pero podemos concluir que es una edición cuidada, con una traducción más que notable y que nos trae a unos de los grandes del manga, que se echaba de menos en nuestro país. Planeta ya ha editado otras obras de Ishinomori como Musashi o Kikaider Code 02, que para muchos aficionados por desgracia, seguirán siendo desconocidas.
Conclusiones
Es una obra que te agarra en su lectura y no te suelta, dejándote con ganas de más. Las historias autoconclusivas funcionan muy bien, son más que amenas. El autor se mueve a la perfección en el thriller detectivesco, aunque con un toque de humor. Esto le confiere una frescura inusitada a la obra, que sorprendentemente está ambientada en una época feudal con samurais, ronins, señores feudales, asesinos, pícaros ladrones, policías y geishas,… Una oportunidad de aprender más sobre la vida de esa época, con un aire más que interesante, a la altura de series actuales de televisión. Una gran oportunidad para zambullirnos sin medida en la obra del grandísimo Rey del manga.
Lo mejor
- La innovación en la composición de viñetas
- Ha sobrevivido muy bien el paso del tiempo
- Historias detectivescas bajo el shogunato durante el período Edo… (póngame 3 más)
Lo peor
- El precio es un mal (menor) que puede echar para atrás a algunos aficionados
- Que el autor pueda ser a la vez uno de los grandes autores japoneses y un completo desconocido para los fans del manga
Relatos de Sabu e Ichi
Editorial: Planeta Cómic
Formato: Rústica, 148 x 210 mm.
Tomos: 4 (Finalizada)
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