¿Está bien ser feliz cuando sabes que alguien a quien querías tuvo que sufrir por ello? La respuesta parece evidente: sí. Mientras vivamos, siempre tendremos la oportunidad de ser felices. La cuestión es si somos capaces de aceptar lo que ha pasado y seguir adelante.
Este es precisamente el conflicto con el que inicia Given. La obra, escrita e ilustrada por Natsuki Kizu, se ha convertido en uno de los buques insignia de Milky Way Ediciones. Y no es de extrañar. Su autora se ayuda de la música para explorar las relaciones entre un grupo de jóvenes que necesitan encontrarse a sí mismos para descubrir cuál es el camino correcto que deben tomar en sus vidas.
Música para el corazón
Ritsuka Uenoyama es un estudiante de secundaria que empieza a hastiarse de la guitarra y el baloncesto, dos actividades que adoraba. Las cosas empiezan a cambiar cuando un día se encuentra en las escaleras del instituto a Mafuyu Sato, un compañero de su mismo curso, quien está abrazado a una guitarra estropeada. Mafuyu es un chico extremadamente callado, no habla de sí mismo y aparentemente no tiene intereses, por lo que lo único que llama la atención de Uenoyama es esa guitarra que Mafuyu lleva a todas partes.
Después de arreglársela, Uenoyama no puede evitar sentir cierta simpatía hacia él, pues Mafuyu quiere aprender a tocarla e insiste en que Uenoyama sea su profesor. Las clases empiezan de forma rocambolesca y Mafuyu además está lleno de sorpresas. Puede que no sepa nada de música, pero rezuma talento y tiene una voz que atrapa. Esto reaviva la pasión de Uenoyama por la música y da a Mafuyu una oportunidad de lidiar con su pasado.
No obstante, si bien el inicio de Given se centra en la relación que empieza a formarse entre Mafuyu y Uenoyama, en realidad se trata de una historia única dividida en cuatro relatos distintos, cada uno con su propia percepción de los conflictos que se presentan a lo largo de toda la obra. Poniendo mayor o menor foco en cada uno de ellos según el tomo, la trama de Given sigue a cuatro estudiantes de una banda de rock amateur (The Seasons inicialmente y que cambia después el nombre a Given) y las relaciones románticas que se forman entre ellos: entre el tímido vocalista Mafuyu y el apasionado guitarrista Uenoyama, y entre el tierno bajista Haruki y el estoico batería Akihiko.
Uenoyama empieza a sentir algo por Mafuyu, de una forma que ni siquiera él puede comprender. Se sonroja, tartamudea y cualquier pequeño gesto por parte de Mafuyu se convierte en todo un mundo para él, lo que proporciona los momentos más divertidos del manga. A medida que Uenoyama empieza a comprender sus sentimientos por Mafuyu vamos descubriendo por qué este último vive tan retraído del mundo: Mafuyu todavía está asimilando la muerte de su anterior novio, Yuki. Será Uenoyama quien le tienda la mano a Mafuyu para que este pueda volver a disfrutar del mundo que le rodea. Y lo hará de una forma tan bella como desenfadada. Como la bonita analogía que hace Natsuki Kizu de las cuerdas de la guitarra de Mafuyu rompiéndose y siendo Uenoyama el que las repare.
El foco pivota de la pareja principal a los otros dos miembros de la banda, Akihiko y Haruki, cuya relación me resulta fascinante porque es más madura al ser ambos universitarios, pero también más tormentosa. Mientras que Haruki es el eslabón que mantiene a la banda unida, Akihiko es un completo desastre. Lo peor de ello es que este último es consciente desde hace tiempo de los sentimientos de Haruki hacia él y egoístamente se aprovecha de ellos, a pesar del daño que eso pueda estar causando a ambos.
Sin embargo, a diferencia de muchas obras pertenecientes al Boys Love, Given no se centra en los aspectos LGTB de los personajes, sino que sus intereses románticos se presentan como algo completamente normal. En su lugar, el verdadero foco de atención de la obra se centra en los amigos y en la música que intentan crear. En gran medida, esto ayuda a que la historia sea mejor y más coherente, hasta el punto de que se base más en la realidad y no en algo para que el público fujoshi se deleite.
Por otro lado, dibujar un manga sobre música es un reto para cualquier mangaka, ya que tiene que convencer a los lectores de que la música creada por los protagonistas suena de una u otra manera a través de las imágenes y los diálogos. Afortunadamente, Natsuki Kizu es una artista muy hábil, por lo que es capaz de transmitir la emoción visceral que sienten los chicos de la banda cuando tocan juntos.
Al tratarse de una historia que tiene como hilo conductor la música, el enfoque en la banda también juega un factor importante en el desarrollo de todos los personajes. La obra quiere asemejarse lo máximo posible a la realidad y, por lo tanto, la música no surge por arte de magia, sino que requiere trabajo duro y dedicación. De esta manera, en los distintos capítulos los vemos reunirse, tocar juntos e intentar componer música. Incluso cuando Mafuyu toca por primera vez con el resto de miembros de la banda se deja patente que su forma de tocar la guitarra es chapucera en comparación con los demás. Y es precisamente leer cómo Uenoyama enseña a Mafuyu a tocar la guitarra lo que aporta una maravillosa dosis de sencillez que tiene su culminación cuando Mafuyu empieza a cantar.
Maneras de afrontar la pérdida
Si bien Given trata muchos temas en sus diferentes tramas, la más interesante, por cómo está planteada, se introduce en los primeros compases de la historia y es el origen de todo lo demás. Mafuyu vive en su mundo, es callado, tímido y no muestra interés por las cosas más allá de la guitarra que lleva siempre consigo.
Como bien descubrimos prácticamente al inicio de la historia, la guitarra perteneció a su anterior novio, Yuki, quien se suicidó. Este acontecimiento supondrá un fuerte impacto emocional para Mafuyu, quien termina por albergar muchas emociones complejas en su interior, pero a las que no sabe cómo darles voz. La música le da una vía de escape, a través de la cual puede comunicar todos esos oscuros sentimientos contra los que ha estado luchando y finalmente empezar a procesarlos.
El poder de Given reside en que no es sólo una historia de amor, sino también sobre el dolor. La culpa acompaña a Mafuyu en todo momento. Le adormece y le impide ver el romance que empieza a surgir entre él y Uenoyama. Sus últimas palabras a Yuki, “Entonces, ¿morirías por mí?”, le pesan como una losa y le acompañan en cada acorde de la guitarra que toca. Mafuyu sabe que no puede perdonarse por ello, pero quiere hacerlo. Y es que, cuando se trata de procesar nuestro dolor, no hay una manera correcta. Se trata en definitiva de un proceso tan individual como el propio trauma. Para seguir adelante, Mafuyu tiene que reconocerlo y procesar su dolor en sus propios términos, algo que no sucede hasta que canta.
Aunque el amor es muy real, también lo es el dolor. Bajo la apariencia de un romance, en los primeros tomos de Given, Natsuki Kizu es capaz de contar una historia conmovedora de cómo continúa la vida tras la pérdida y de cómo debemos aprender a seguir adelante a nuestra manera. No se nos puede empujar a ello. No podemos ser forzados a sentir lo que otros quieren que sintamos. Lo único que podemos hacer es esperar el momento en el que sintamos que estamos listos para liberar nuestro dolor.
Una adaptación soberbia
En 2019 el estudio Lerche (Asobi Asobase, Monster Musume) adaptó a serie de televisión este manga escrito e ilustrado por Natsuki Kizu. El estudio demostró mucho cariño y cuidado por esta obra, tanto a la hora de dar vida a los personajes como a los escenarios en los que se desarrolla la historia.
Para aquellos que tengan curiosidad y aún no la hayan disfrutado, en España están disponibles tanto la serie como la película en versión original con subtítulos en español a través de Crunchyroll. Además, en Ramen para Dos opinamos sobre sus primeros episodios en nuestra sección Anime Noodles.
Teniendo en cuenta que la música es una parte fundamental en la historia, Lerche contó con un equipo de altura para componerla. Michiru se encargó de la banda sonora de la serie en sí, en la que los sonidos dan paso a un rock alternativo de los años 90 y a melodías más lentas.
Para las canciones del grupo protagonista, aunque la voz es la del propio Shougo Yano (seiyu de Mafuyu), la serie tiene mucho que agradecerle a Centimillimental, el proyecto en solitario del polifacético cantautor, compositor y músico Atsushi. Donde sí podemos escucharle es en los temas “Kizuato”, usado para el opening de la serie, y en “Bokura dake no shudaika”, tema principal de la película. En todos ellos ofrece un pop-rock contundente, a la altura de algunas de las mejores melodías que han salido de la escena musical japonesa en los últimos años y que son la banda sonora perfecta durante la lectura de los tomos.
Conociendo un poco más a su autora
Natsuki Kizu es una joven mangaka japonesa, nacida el 14 de julio de 1992. Como muchos otros autores de BL, Natsuki Kizu empezó su carrera dibujando doujinshi. Ganó reconocimiento local vendiendo sus obras y fanart de obras tan populares como Hetalia, Kuroko no Basket y Haikyū!! bajo el nombre de Gusari en eventos como Comic Market. En 2012, Natsuki Kizu hizo su debut en la industria del manga con el one-shot titulado Yukimura-sensei to Kei-kun en la revista BE × BOY.
Un año después, en 2013, daría el salto a la serialización con la obra protagonista de esta reseña, Given. El manga se publica en la revista Cheri + de la editorial Shinshokan y hasta la fecha solo hay en el mercado 6 tomos, aunque su publicación sigue abierta. Desde que iniciara su publicación, Given se ha convertido en todo un éxito y, además de al anime, ha sido adaptada a CD drama y a obra de teatro. Además, las ilustraciones del manga han sido recopiladas en un artbook bajo el título de Given Illustrations.
El éxito de Natsuki Kizu se debe a que es una narradora muy hábil, a la que se le da especialmente bien retratar las sutiles interacciones de los personajes a través de las expresiones faciales. La mangaka tiene un don para introducir personajes, pues, en mayor o menor medida, sentimos que ya los conocemos a todos. En 2014, Natsuki Kizu publicó Links, un tomo único en el que se recopilan historias independientes, pero que de alguna manera están conectadas entre sí (de ahí su título).
La edición
En 2019 Milky Way Ediciones anunció que tenía la licencia de Given. En tan solo 2 años la editorial se ha puesto al día con la publicación japonesa, por lo que ya es posible hacerse con los 6 volúmenes con los que cuenta hasta el momento el manga.
Como ya nos tiene acostumbrados, Milky Way presenta una edición muy cuidada en formato B6 y rústica con sobrecubierta a un precio de 8,50€. Lo verdaderamente curioso y “diferente” de esta edición es el papel con el que está hecha la sobrecubierta, mucho más áspero de lo habitual y que intenta imitar el papel empleado para los carteles de los conciertos.
En lo que respecta a la traducción, ésta corre a cargo de Judit Moreno (Daruma) y es impecable. Utiliza un lenguaje fresco y juvenil, que encaja muy bien con los personajes, y completamente adaptado a nuestro idioma.
Según confesó la editorial en el último Manga Barcelona, Given se ha convertido en una de las obras clave de su catálogo. Parece que el manga se está vendiendo de maravilla en el mercado español y es habitual entrar en la tienda online de Milky Way y encontrar alguno de sus tomos agotados. Dado el interés de los lectores por Given, Milky Way anunció en el mismo evento que se había hecho con los derechos del tomo único Links, que ya está a la venta, y del artbook Given Illustrations, que supone la entrada de la editorial al mundo de los libros de ilustraciones.
Conclusión
El BL no gusta a todo el mundo, ya que posee como temática principal relaciones románticas entre individuos de sexo masculino, ya sea con o sin contenido sexual explícito. Sin embargo, Given da la oportunidad a muchos de olvidar los prejuicios y sumergirse en una historia en la que los personajes se influyen para completarse y convertirse en mejores versiones de sí mismos.
Perderse Given sería un grave error tanto para los amantes del manga como de la música. Se trata de una historia con profundidad que fusiona representaciones realistas de las relaciones y nos invita a disfrutar de la juventud a través de la superación de los problemas de cada uno de sus personajes.
Lo mejor
- Si bien Given presenta historias de romance sencillas, todas ellas cuentan con mucho trasfondo.
- Todos los personajes tienen su encanto, en especial, Uenoyama. Es posiblemente el que ofrezca los mejores momentos del manga al descubrir de forma tan torpe sus sentimientos hacia Mafuyu.
Lo peor
- El ritmo lento de publicación. Milky Way ya está al día con Japón y la espera entre tomos se hace muy dura.
Given
Editorial: Milky Way Ediciones
Formato: Rústica de tapa blanda con sobrecubierta 130 x 180 mm.
Tomos: 9 (Finalizada)
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