Nunca dos minutos habían sido tan importantes. Tras empezar a viajar en el tiempo en 2020 con su ópera prima Más allá de los dos minutos infinitos, Junta Yamaguchi regresa para explorar el poder del tiempo con River, titulada en España como Atrapados en el bucle infinito. En el pasado SITGES – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya nos transportamos a una posada centenaria situada en Kioto donde el bucle empieza a suceder en esta nueva cinta distribuida por YouPlanet.
En una posada centenaria situada en Kioto, una trabajadora termina su descanso a las orillas de un río cercano y se dirige de nuevo al trabajo… solo para volver a encontrarse, de nuevo, junto al río. ¿Podría ser que tanto ella como la posada se encuentren atrapadas en un bucle temporal?
Si funciona, ¿para qué cambiarlo?
Junta Yamaguchi vuelve a contar con el gran Makoto Ueda para guionizar esta distópica situación con el tiempo como protagonista. Esta dupla vuelve a demostrar que una idea brillante, acompañada de una gran ejecución, está por encima del presupuesto con el que puedas contar.
Más allá de los dos minutos infinitos es una clase magistral de realización. Gracias a su argumento cíclico, podemos ver los cortes de ese “plano secuencia” y nos adentramos en su divertido juego.
Por su lado, Atrapados en el bucle infinito (River) cambia las reglas. Mantenemos las bases: bucles de dos minutos. Pero es lo suficientemente inteligente para agregar nuevas dinámicas dentro de este juego temporal, dando más importancia a la relación de sus personajes o al entorno. Sin duda, el ryokan de Kioto da muchísimo juego para crear profundidad y amplitud en un reducido espacio de tiempo.
De la misma forma, el tratamiento de la cámara sigue siendo similar a su predecesora. Más allá de los dos minutos infinitos jugueteaba con la idea de un falso plano secuencia donde los bucles se iban enlazando, con mejor o peor resultado según la escena.
Por ello, Junta Yamaguchi decide ser más escueto en sus planos secuencia y limitarlos a esos dos minutos en bucle. Esto le permite crear coreografías cerradas por el escenario mucho más efectivas, repletas de desniveles y locura controlada
De la comedia al drama, en dos minutos
Atrapados en el bucle infinito (River) mejora uno de los puntos menos atractivos de su antecesor espiritual: sus personajes. La gracia de Más allá de los dos minutos infinitos residía en su valor cómico, caótico y simple. Pero en esta ocasión, Junta Yamaguchi se permite ampliar el reparto (manteniendo al de su anterior cinta) y las localizaciones para dar profundidad al conjunto, lo que le lleva a dejar momentos visuales mucho más memorables y con más potencia.
Atrapados en el bucle infinito (River) cuenta con varias tramas simultáneas que logran dar complejidad a sus personajes y que consiguen que la vinculación emocional con el espectador sea más potente.
El guionista Makoto Ueda se permite darle peso al drama en esta cinta, moviéndose entre el romance y la comedia de manera frenética, y dando paso, sin duda, a una mejora en la interpretación del reparto principal.
Este gran paso en la narrativa de la cinta propone que las actrices y los actores lo den todo en cada secuencia. Y así lo hacen. Cada uno cuenta con su pequeño tiempo en pantalla y con sus respectivas tramas que dan profundidad a sus personajes.
Todos cuentan con su personalidad, motivaciones y pequeñas narrativas que se irán uniendo con el objetivo de escapar de ese eterno bucle, dejando momentos con una potencia visual y narrativa no vistas antes dentro de la propia cinematografía de Junta Yamaguchi.
Entre todo el reparto destaca la actuación de la joven Riko Fujitani, que actúa como la directora de orquesta dentro de esta locura temporal.
Podría dar más detalles del extenso y diverso reparto de la cinta, pero uno de los grandes logros de Atrapados en el bucle infinito (River) es sorprender a pesar de estar en terreno conocido. Junta Yamaguchi y Makoto Ueda consiguen dar la vuelta a la situación hacia los lugares más inesperados, convirtiendo lo conocido en una experiencia fresca y con muchas sorpresas bajo el brazo.
Atrapado, en la eternidad
Con todo este conjunto, el director vuelve a demostrar que “menos es más”. Atrapados en el bucle infinito (River) es un paso más en la filmografía de Junta Yamaguchi, evolucionando su ópera prima para sacar a relucir todo aquello que ya funcionaba y aportando pequeños grandes cambios que la hacen redonda.
Es imposible no transportarse a esos dos minutos infinitos donde, gracias a su belleza, querrías que no acaben nunca. Tal y como hace la nieve blanca al derretirse, nos limpia el corazón y el alma.
Lo mejor
- La historia hace brillar a su elenco.
- El trabajo de cámara.
- Una buena idea y buena dos veces.
Lo peor
- Puede costar si no entras en su juego.
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