¿Hasta qué punto ha de ser complejo un juego para entretener? La pregunta es simple, pero la respuesta es compleja. Supongo que para gustos están los colores, sin embargo, hacer un juego simple que mantenga enganchado desde el primer momento no es fácil. Es algo muy complejo y no podemos dejar de lado títulos que pese a parecer modestos, esconden una jugabilidad más allá de toda duda. Con esta premisa vamos ha hablar de Yomawari Midnight Shadows, un juego simple de corte RPG que esconde un potencial enorme y ojo, puede llegar a dar mucho miedo… Bueno, mejor dicho, mucho suspense.
Yomawari, sombras de medianoche
Se trata de la secuela del título de terror de 2016 Yomawari: Night Alone. En esta nueva entrega se introduce a dos nuevas chicas a la noche y los espíritus que la pueblan: Yui y Haru. Separadas por un misterioso atacante, cada chica explorará las distintas localizaciones encantadas del juego, enfrentándose a los terrores de la noche y poniendo a prueba su valor para sobrevivir y encontrarse de nuevo.
Qué se esconde tras las sombras
Antes de empezar a hablar un poco de este título de NIS America hay que apuntar que la reseña se ha hecho en base al juego de PS4 y sin haber jugado a los anteriores juego de la misma saga. Hay que aclarar esto porque es cierto que al ser una continuación puede que herede gráficos o sistemas de juego, por lo que la reseña se hace con el criterio de alguien que no conoce nada de la saga.
Yomawari se presenta con un relato que deja un poco sorprendido, oscuro, trágico.., algo que llama la atención al haber visto a su protagonista. Pasadas horas de juego, te das cuenta que estas jugando a un título que se centra en la exploración, la búsqueda de objetos. Es decir, un “survival horror” de manual.
Con una jugabilidad fuera de toda duda, el juego se maneja de manera muy simple. Con un “stick” se mueve a la protagonista, mientras que con otro manejas la linterna, accedes al inventario y corres. Pero correr como si no hubiera un mañana porque la situación puede ponerse muy dura. Esta opción se gestiona con una barra que se consume paulatinamente según se corre durante más tiempo. Pero ojo, cuando el mal acecha, dicha barra se consume más rápido debido al pánico.
El juego no se puede salvar en cualquier momento, sino que hay que llegar a unos templos o teléfonos para poder guardar y, claro está, cuestan una moneda. Esto nos lleva a medir qué llevamos en el inventario y si queremos arriesgar más llevando menos monedas, aunque si otras cosas. Es un detalle que pasa desapercibido, pero a tener en cuenta. Pues puede llegar el momento en que queramos salvar el juego y tengamos dónde, pero no tengamos una ofrenda.
El miedo o suspense que genera este juego lo tiene muy bien implementado, pero para que el juego sea realmente inmersivo, hay que seguir las instrucciones que al comienzo del juego se aconseja. Además este juego corrobora la máxima de que no hace falta un juego impresionante para hacerte pasar miedo, tampoco hacen falta unos gráficos increíbles. Tan solo dos planos puede hacerte pasarlo realmente mal si eres capaz de ser cómplice del juego. Para lograr este miedo tiene mucho que ver el sonido, muy apropiado, y ese golpeteo incesante cuando el mal acecha, un recurso muy manido que ya conocimos en el Silent Hill original (quien no se acuerda de la radio…).
Cuando el mal aparece las acciones son pocas, o correr o esconderse, al menos hasta donde he llegado. Cuando la protagonista se esconde, toda la pantalla se funde en negro dejando solamente la imagen del lazo de la protagonista y el lugar en el que se esconde. Manchas rojas dan a entender que el “bicho” está cerca, si se ha ido… Entonces es el momento de salir a continuar tu búsqueda.
Cómo dibujamos una sombra
Los gráficos de este juego son muy simples, tanto que cuando se hace “zoom” sobre el juego, se ven claramente dientes de sierra. Esto hace pensar que el juego no ha sido creado para las consolas de nueva generación, o para grandes pantallas. Cuando se revisa la página web del videojuego, ves que además del Pc está disponible en la plataforma portátil de Sony. Jugando al juego con el uso a distancia de la consola PSV vemos que apenas se nota el cambio, la durabilidad se mantiene y además, aumenta la experiencia de juego al poder seguir jugando estés donde estés. Algo que es de valorar ya que no podemos perder de vista que el juego está enmarcado en el jugador “casual”.
La simplicidad de sus gráficos unido a la alta jugabilidad del juego hace que sea muy dinámico, no cansa con complejos e intrincadas maquinaciones. Algunos puzles se nos presentan durante el juego, pero no es que sea algo reseñable. Este dinamismo hace que nuestros encontronazos con “el más allá” sean agradables, puedes salir corriendo sin necesidad de complicarte mucho la vida con la cámara. Algo que no consiguen juegos de primer nivel como The Last Guardian donde la cámara puede llegar a resultar caótica.
Los monstruos dan “yuyu, mucho yuyu”. No se de qué mente enfermiza pueden salir algunos de los espíritus que pueblan todo el juego, alguno de los cuales son tan grandes que pueden llegar a bloquear un camino por el que has de ir. Es más, uno no está libre de ellos en ningún momento. Ojo, en ningún momento.
Cómo suena el mal
Pues el mal suena en inglés, y pesa. El juego no se ha traducido en España y mucho menos doblado, y es una lástima porque pese a ser un inglés relativamente fácil, va ser una criba tajante para muchos jugadores. Creo que te echa del juego el tener que parar para mirar una palabra en el diccionario, intentar entender que te cuentan, etc… Jugamos para divertirnos no para sacarnos el titulo B2.
Uno de los elementos a remarcar es el sonido, que no la música, los sonidos que nos rodean. Esos sonidos ambientales hacen que la atmósfera sea mucho más angustiosa, porque realmente no son antecesores de que va a ocurrir algo. Todos los sonidos de crujidos, de golpes, de susurros nos acompañan durante todo el camino, nos mantienen alerta… Digamos que forman parte del desarrollo del juego como un personaje más. A tal punto llega esto que cuando aparecen los espíritus chungos, nos invaden el sonido de los latidos del corazón de la protagonista. Un recurso que pese a ser muy usado, en este juego realmente te saca de quicio.
Un poco de luz al final del camino
Como un neófito de la saga, he disfrutado mucho del juego sobre todo porque no me terminaba de convencer cuando lo empece a jugar. Pero poco a poco me ha ido enganchando, sumiéndome poco a poco en su historia, disfrutando de esos gráficos tan básicos pero tan detallados, etc. El detalle del ojo que te mira desde el interior de una casa me ha llevado a rememorar esos viejos juegos de PS2 que pese a ser muy simples, fueron de los más interesantes y entretenidos. No digo que los nuevos triple A no tengan la misma profundidad, es más el hecho de la simplicidad de todo el juego. Si hubiera jugado desde un principio en la portátil de Sony, puede que me hubiera gustado más ya que veo que es su plataforma ideal. No creo que merezca la pena el gasto en PS4 claro está, si tienes un PSV.
Lo mejor
- El sonido que rodea al momentos
- Esos sustos inesperados que hace que estés pendiente continuamente.
- Su jugabilidad.
Lo peor
- Ni si quiera tiene traducción de los textos
- Los gráficos parecen que no se han adaptado para grandes pantallas.
Yomawari: Midnight Shadows
Plataforma/s: PC, PlayStation 4, PS Vita
Desarrollo: Nippon Ichi Software
Jugadores: 1
Audio/Textos: Sin audio/Textos en inglés
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