El año 2024 ha tenido un gran inicio con grandes lanzamientos de RPG. Pero cuanto más brilla la temporada, más sombra proyecta… Y esto es justo lo que ha sucedido con Dragon’s Dogma II, el nuevo título de la saga Dragon’s Dogma que Capcom lanzó el pasado 21 de marzo.
Dragon’s Dogma II es un ARPG que ha estado en boca de todos debido a la epicidad de sus tráilers, pero también debido a la polémica que ha generado. Un mundo de fantasía, magia, epicidad y malas prácticas a partes iguales… ¿Valdrá la pena acompañar al Arisen y sus peones? ¿O las críticas recibidas será suficiente para desmontar un lanzamiento esperado?
Historia
Encarnamos al Arisen, un soldado que pierde la vida a manos del dragón y que, acto seguido, volverá al mundo de los vivos sin corazón para cumplir su nuevo destino, que estará conectado con el del dragón.
Con la aparición de un dragón llega la aparición de un nuevo Arisen dispuesto a luchar contra la bestia, y así funciona el ciclo argumental de la saga Dragon’s Dogma, ciclo que su segundo título también sigue.
La diferencia que existe con su predecesor es que esta vez ya hay un Arisen que ha reclamado el trono de Vermund. ¿Quién tendrá más peso a la hora de la verdad, el nuevo soberano de Vermund o un desconocido soldado que se “autoproclama” Arisen?
Así que tendremos que destapar todo este complot político para echar del trono al falso Arisen, a la vez que batallamos con el dragón esperando reclamar el trono antes de que la mente que maneja los hilos cree un caos irreparable en el reino.
Sobre papel, esta es la historia de Dragon’s Dogma II. Todo esto lo he descubierto un poco de paso, ya que el juego te da tanta vía libre para explorar y conocer distintas ciudades, que he tenido que ir haciendo misiones principales cuando me cansaba de rebuscar en cuevas o trepar Ogros cumpliendo secundarias.
No quiero decir que la historia no sea interesante, al contrario, destapar una conspiración mientras conocemos el pasado de esos personajes me ha parecido muy curioso y me ha dado una sensación parecida a la que sentía viendo Juego de Tronos: giros de guión bien narrados y ciertos personajes con bastante peso. Pero desde mi punto de vista, Dragon’s Dogma II no es un juego que vayas a querer jugar por la trama. Para mí el juego se divide en tres partes: trama, exploración y combate, siendo estas dos últimas superiores a la primera.
Esto ya me sucedió con The Legend of Zelda: Tears of The Kingdom, que la historia, pese a ser muy buena, no era tan atractiva como la propia exploración del reino de Hyrule, y a la que volvías tras diez horas de caminatas y combates.
La trama se esfuerza demasiado en contarte una buena historia, cuando lo que realmente quieres hacer es explorar cada rincón, montarte sobre seres mitológicos y ganarte el pan a base de puñaladas en la cabeza.
Lo único que consigue es que a partir de X horas de juego te olvides del nombre de ciertos NPCs y pierdas un poco el hilo argumental del juego. Otra cosa que me ha mosqueado es la inexpresividad de ciertos NPCs secundarios. Misiones secundarias bien escritas y con cierto dramatismo que no se ven acompañadas por los personajes de las mismas, dando como resultado un anticlimático desenlace. Así que es muy posible que no conectemos con ciertas subhistorias a partir de la décima secundaria en la que los NPCs parecen muñecos de cartón piedra…
Exploración y combate
Aquí es donde me froto las manos. Si quisiera terminar rápido, diría “Dragon’s Dogma II es el mundo abierto que más me ha incitado a explorar en estos últimos años”. Cosa que es totalmente cierta, pero estaría bien exponer todo lo que consigue transmitir el juego a la hora de embarcarnos en nuestro viaje a lo largo del reino.
Explorar el reino resulta muy gratificante e inmersivo, ya que siempre hay algo que ver, cuevas que explorar… Es prácticamente imposible ir del punto A al punto B sin dar veinte vueltas o sin terminar yendo a diez sitios distintos antes de llegar a nuestro destino. Encontrar un campamento enemigo, ver un cofre en lo alto de un pilar, bajar por un pozo en medio de un poblado desolado… Todo esto y más es lo que nos encontraremos durante nuestras travesías.
Además se ve endulzado con el añadido de los “peones”, que será el equivalente a jugar con gente en un modo multijugador (que sin un modo online, es lo que toca…). Los peones nos ayudarán a combatir con enemigos, recogerán objetos e incluso cazarán animales que podremos aprovechar en un campamento y darnos un gran festín todos juntos.
Sinceramente, no conocía prácticamente nada de la saga hasta que vi uno de los tráilers en el que se mostraba un poco del sistema de combate, y ahí todo conectó. Dragon’s Dogma II da libertad hasta en el propio combate, gracias a las distintas vocaciones (como oficios o estilos de combate) que podremos ir cambiando en ciertas ciudades de la región, a los diferentes peones que podremos contratar e incluso al propio ecosistema que nos rodea. Estos serán los factores que harán de cada combate una experiencia distinta a la anterior.
He tenido momentos en los que un Cíclope se encontraba cerca de un acantilado, hacerle perder el equilibrio golpeando sus piernas y acto seguido volcarlo lanzándole una piedra que había cerca, precipitándose al vacío y terminando el combate en el acto. También he terminado recorriendo medio mapa al montarme a lomos de un Grifo mientras este iba a su propio nido a descansar después de una larga pelea.
Da la sensación de que cada enemigo tiene su sitio en el mundo de Dragon’s Dogma y, más que aparecer aleatoriamente, parece que debían estar ahí desde un principio.
Indagando un poco más en las vocaciones y todo lo que podremos hacer con ellas, hay un total de diez vocaciones distintas, algunas de ellas repartidas a lo largo de las regiones, por lo que habrá que desbloquearlas. Todas ellas tienen un set de movimientos y habilidades muy diferentes al resto, dando lugar a ese combate tan versátil que podemos amoldar perfectamente a nuestra forma de juego en cualquier momento, porque sí, con hablar con un NPC cambiaremos de vocación en un instante (sin el equipo adecuado). Podremos equipar ciertas bonificaciones que desbloquearemos al progresar en cada vocación y así moldear más todavía a nuestro personaje.
También podremos modificar nuestro grupo gracias al sistema de peones. Por un lado, tendremos a nuestro peón principal, que será el personaje secundario que crearemos al empezar el juego y quien nos acompañará en todo momento, progresando con nosotros y al que también podremos cambiar de vocación, equipo, etc.
Algo muy curioso de este sistema de peones es que la IA de cada peón secundario evoluciona con nosotros. Es decir, nuestro peón aprenderá de nuestro estilo de juego y llegará un punto en el que si solemos ir a por la pierna izquierda de algún enemigo, nuestro peón no dudará en golpear ahí sin recibir ninguna orden previa. Algo bastante bien llevado y que, a falta de un modo multijugador, es de agradecer.
Por otro lado, podremos invocar los peones que el resto de jugadores ha creado. Estos no subirán de nivel ni aprenderán nada nuevo, así que será muy normal deshacernos de ellos cuando no nos sean de utilidad. Inhumano pero necesario.
Del mismo modo, nuestro peón aparecerá en partidas ajenas, ayudará al resto de Arisens con su aventura, tras un largo día, al llegar a la posada nos pondrá al día de sus hazañas en otros mundos y nos entregará los souvenires que el resto de Arisens le han entregado.
Al principio no me terminaba de cuajar la idea de los peones. Ir rotando tanto de personajes me daba un poco de pereza, incluso intenté jugar con mi personaje principal y mi peón, pero el juego está hecho para que cuantas más opciones tengas en el combate, sea mejor. Entre un par de vocaciones que me encantan y la progresión de mi peón a la hora de tomar decisiones, he perdido más tiempo del que me gustaría admitir peleando sin ton ni son, dejando completamente de lado el resto del juego.
Capcom y la polémica
Con el lanzamiento de Dragon’s Dogma II se formó un gran revuelo en redes, debido a varios movimientos muy mal pensados por parte de Capcom y el equipo de desarrollo.
Partimos de la base de que Dragon’s Dogma II no es un título ligero, es un mundo abierto con una exploración muy densa y con una duración en torno a sesenta horas de juego fácilmente. Entonces, en qué momento pensaron “Vamos a hacer que el juego no te permita reiniciar tu progreso o crear varios archivos de guardado, y es más, vamos a poner ítems de desplazamiento y más bonificaciones como micropagos”. Estamos hablando de un juego triple A con un PVP de 80€ en su versión más sencilla, así que poner de pago ciertos ítems que ayudan a la hora de progresar fue de la mano de un aluvión de críticas, como es de esperar.
¿Me parece un movimiento feo? Sí, pero es que esto lo lleva haciendo Capcom años. En Resident Evil se podían comprar curaciones, pero lo que creo que ha pasado es que mucha gente ha dado su opinión sin indagar demasiado en el tema, ya que los ítems que venden como micropagos se encuentran en el propio juego y no son difíciles de conseguir.
Son micropagos hechos para impacientes, lo que no quita que sea una forma algo fea de sacar más dinero, pero dentro de lo malo, podemos tener la misma experiencia de juego pagando el juego base y sin meternos en hipotecas de micropagos.
Gráficos y sonido
El apartado gráfico de Dragon’s Dogma II es un claro ejemplo de cómo se debería ver un título de tal calibre en esta Next Gen. Las ciudades están llenas de vida, hay mucho elemento en pantalla, más en los propios combates, cuando a veces hay tres personajes lanzando poderosos hechizos contra distintos enemigos, y visualmente impresiona.
El mundo está vivo y no intenta ocultarlo. Una distancia de dibujado enorme, poder ver a los distintos enemigos a gran distancia o divisar a un grifo a lo lejos sobrevolando las montañas, es lo que genera esa sensación de inmensidad que tanto gusta en este tipo de juegos.
Pero también tiene sus puntos negativos, al menos en la versión de PlayStation 5. Hasta que no llegó una actualización posterior al lanzamiento, el juego tenía ciertos problemas de rendimiento con bajadas constantes de frames en situaciones como las que he mencionado anteriormente, y a esto también le añadimos que el diseño de ciertos NPCs y el modelado de sus caras recuerdan más a un morador del refugio 101 del yermo de Fallout, cosa que en 2024 chirría un poco.
Por otro lado, la banda sonora cumple y con creces. Si bien lo que más escucharemos durante nuestra sesión de juego serán los chascarrillos que nuestros peones irán soltando de vez en cuando, la banda sonora está repleta de temas épicos, emocionantes y emotivos que irán de la mano de las situaciones que nos vayamos encontrando a lo largo del juego.
Cabe destacar que el título cuenta con doblajes como el inglés y el japonés muy logrados, y que recomendamos el doblaje inglés debido a la cantidad de conversaciones informales que nuestro grupo irá teniendo en nuestros viajes y que nos ayudarán a humanizar un poco más a esos peones que, a fin de cuentas, son tan reemplazables como necesarios.
Opinión personal
Dragon’s Dogma II me ha enamorado. Es un juego que simplemente pongo cuando tengo tiempo suficiente y no miro ni la hora. Perderme explorando, pelear con enemigos enormes y temer que alguno de mis peones contraiga la Dragonplague me hace disfrutar como un crío pequeño. Un sistema de combate que me recuerda mucho a Monster Hunter y una cantidad de vocaciones que permite cambiar tu estilo de juego en cualquier momento.
Para mí sería un juego redondo si no fuera por esas malas prácticas a las que se están acostumbrando tanto algunas compañías, que por mucho que no influyan demasiado en la experiencia de juego, terminan manchando una franquicia tan querida por los fans.
Este punto y ciertas asperezas que habría que limar hacen que Dragon’s Dogma II sea un título con sus luces y sus sombras. Es un juego que enamorará a los fans del género pero, debido a la exploración tan característica, la falta de viajes rápidos y su duración, es muy probable que mucha gente lo deje pasar. Pero sin duda, si se tienen ganas y tiempo para perderte en su vasto mundo, será un grandioso y largo viaje del cual yo no me bajo.
Lo mejor:
- Exploración exquisita.
- Sistema de vocaciones.
- Epicidad del combate.
Lo peor:
- Malas prácticas por parte de la desarrolladora.
- Rendimiento algo tosco.
- Escaso sistema de viaje rápido.
Dragon's Dogma II
Plataforma/s: PC, Playstation 5, Steam, Xbox Series
Desarrollo: Capcom
Jugadores: 1
Audio/Textos: Audios en Inglés/Japonés y textos en Español
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