El grupo del 24 es una generación de mangakas que marcó un antes y un después en la historia del manga. Una de las autoras más representativas de este grupo es Moto Hagio, cuyas obras más representativas se pueden disfrutar en nuestro país gracias a Tomodomo. Entre estas, Catarsis es la puerta de entrada ideal a la autora. ¿Por qué? Sigue leyendo.
Moto Hagio debutó como mangaka en 1969, mientras terminaba sus estudios de diseño de moda. Durante esta primera etapa, publicó en revistas de Kodansha obras cortas de corte humorístico e infantil. Sin embargo, con el paso del tiempo, Hagio quiso publicar obras más serias y profundas, aunque la editorial no estaba por la labor.
Gracias a su amiga y compañera mangaka Keiko Takemiya pudo conocer al editor Junya Yamamoto, de la editorial Shogakukan, que, tras ver la calidad de las obras de Hagio, no dudó en darle una oportunidad en la editorial. A partir de entonces, la autora comenzó un camino que le llevaría a alcanzar el Olimpo del manga.
Aunque actualmente la autora tiene una extensa y variada obra, en 2008, Moto Hagio hizo una recopilación de algunas de sus obras cortas más destacadas bajo el título Hanshin Tanpen Kessakushu, publicada bajo la editorial Shogakukan. Posteriormente, concretamente 10 años después de su lanzamiento, Ediciones Tomodomo lanzó el tomo único con el título Catarsis, pasando a formar parte de su catálogo junto a otra obra emblemática de la autora, ¿Quién es el undécimo pasajero?, que más reciente ha completado El clan de los Poe.
La obra es una buena recopilación de la autora, donde se recogen algunas de sus obras más destacadas desde que empezara aquella nueva etapa con Shogakukan, y en las que se puede percibir por qué Moto Hagio es a día de hoy una de las mangakas más destacadas de la historia del manga.
Explorando las relaciones humanas
La recopilación empieza con dos de las historias más aclamadas de la autora, dejando entrever dos de los temas centrales que se van a explorar en la recopilación. Por un lado, Mitad, que tiene como protagonistas a dos hermanas siamesas, una con un aspecto totalmente bello, aunque algo inocente, y otra algo más decrépita debido a que la primera le quita todos los nutrientes. Aunque llegado a un punto, los padres tienen que decidir a cuál de ellas deben de salvar, dado que sino, ambas morirán. Una historia que explora de manera muy original el amor fraternal y la propia reflexión sobre uno mismo.
Por otro lado, está La niña iguana, cuya madre de la protagonista cree que, en vez de una niña, ha tenido una iguana. A partir de entonces, asistimos a cómo la niña va creciendo bajo el odio e indiferencia de una madre que cree que ha tenido un monstruo como hija, algo que también determina la evolución de la protagonista.
Ambas historias, aunque dispares, tienen un elemento común: las relaciones humanas y, como estas, nos acaban determinando a nosotros mismos. Un tema central no solo en Catarsis, sino en general, en la obra de Moto Hagio. Los protagonistas de las historias de este compendio tienen que hacer frente a un hecho trascendental que les llevará a cambiar prácticamente su forma de vida (en este sentido la historia Catarsis no podía ser más representativa), u optarán por una vía más trágica y seguirán como hasta ahora. Este es el caso de Al sol de la tarde, donde la protagonista a lo largo de la historia reflexiona sobre su matrimonio, que parece estar agotado, al conocer a un joven veinteañero que parece aportar algo de luz a su vida.
Entre esos hechos trascendentales se encuentra también la muerte. En historias como El niño que volvía a casa o Sayo se cose un Yukata, muestra distintas formas de afrontar la pérdida de un ser querido. Ambas de manera magistral.
Aunque en la recopilación también nos encontramos con la Moto Hagio del grupo del 24 con El invernadero y Marine. Destacar que son dos historias cortas publicadas en la revista Seventeen de Shueisha en 1975 y 1977, respectivamente, y aprovechando el tirón de la saga de El clan de los Poe que estaba causando furor en la época. Las historias siguen el estilo de la obra cúlmen de la autora, tanto a nivel narrativo como estilístico, con ese toque del romanticismo europeo tan característico.
También destacar que, debido a los temas tratados, la narrativa puede hacerse pesada debido al tono reflexivo de algunas historias. Además, hay algunos aspectos que no han envejecido bien y que, vistos con la perspectiva actual, pueden parecer un poco anacrónicos. Aunque es cierto que Hagio fue una de las primeras autoras en destacar estos aspectos de la sociedad nipona.
Un dibujo en continua evolución
Al ser una recopilación de historias de diferentes épocas de la autora, se puede observar la evolución del estilo de Hagio. Desde un estilo más cercano a las obras shôjo de la época, como se puede observar en Sayo cose un yukata, hasta las obras de los 80 – 90 con los looks característicos de estas décadas.
A pesar de las diferencias estilísticas, el dibujo de Hagio en Catarsis se caracteriza por hacer énfasis en la expresividad y diseño de las personas frente a los escenarios en los que se desarrollan las historias. Aunque cuando hay algún plano general, no sobra detalle. En general, es un dibujo que goza de expresividad. Por este motivo cada viñeta de Hagio suscita multitud de emociones.
Aunque hablando de esto, destacan sobre manera, las historias de los 70 como El invernadero, El falso rey y Marine, y que se enmarca dentro del estilo del grupo del 24. Obras en las que podríamos decir que el dibujo es pura pasión, cargado de simbolismo y donde la autora juega con la distribución de las viñetas para dotar de mayor dinamismo al dibujo. Sobre todo destaca Marine donde la autora juguetea con el spokon al tener el tenis como tema central.
No obstante, en general la autora demuestra una maestría a la hora de estructuras las viñetas de las páginas. Otro ejemplo de esto es la historia con la que cierra el volumen Amigo K. En esta, las viñetas son rectangulares, apiladas una sobre otras, y donde el dibujo se compone de pequeños detalles que recuerda el protagonista del misterioso K. En definitiva, pequeñas ventanas desde las que espiaba a su antiguo compañero de instituto.
Y como no podía ser de otra manera, otro de los puntos en los que pone mayor cuidado la autora es la ropa. Está cuidado hasta el más mínimo detalle de cada vestimenta, siendo un auténtico reflejo de la época en la que se desarrolla la historia.
Moto Hagio, uno de los grandes nombre del manga
Aunque debutó como mangaka en 1969, no fue hasta los 70 cuando la autora empezó a despuntar gracias a la ayuda de su amiga Keiko Takemiya y su editor Junya Yamamoto. Este punto de inflexión comenzó con 11-gatsu no Gymnasium en las páginas de la Betsucomi y donde narra la historia de amor entre dos jóvenes en una prestigiosa escuela alemana. La obra es considerada a día de hoy el segundo shonen-ai de la historia (después de La balada del viento y los árboles).
En los años 70 y 80, Moto Hagio tuvo una actividad muy prolífica, demostrando una gran imaginación y maestría a la hora de contar historias, así como desarrollando sus temas favoritos. En esta época se publicaron sus obras más representativas: Thomas no Shinzou, Poe no Ichizoku y 11-nin Iru! Estas dos últimas se alzaron de manera conjunta con el premio Shogakukan Manga Award en 1975. Actualmente, también están licenciadas en España por Ediciones Tomodomo como El clan de los Poe y ¿Quién es el undécimo pasajero?, respectivamente.
Moto Hagio siempre ha demostrado versatilidad a la hora de desarrollar cualquier temática y sin ningún tipo de limitación. Aunque sobre todo destacó en la ciencia ficción, donde sus obras estaban cargadas de existencialismo como es el caso de obras tan aclamadas como A, A’ o Marginal.
Tras más de 50 años de carrera y a sus 71 años, la autora continúa dibujando con una de las primeras historias con la que triunfó: El clan de los Poe. Actualmente publica el manga Poe no Ichizoku: Himitsu no Hanazono en las páginas de la revista Flowers de Shogakukan. Un título que, a pesar del paso del tiempo, sigue siendo un superventas y demuestra que el genio de Hagio es prácticamente atemporal.
La edición
La edición de Tomodomo sigue la estética y formato de ¿Quién es el undécimo pasajero?, es decir, tomo único de 14,8x 20,4 cm en rústica tapa blanda con sobrecubierta. No obstante, cabe destacar que la portada de la edición es distinta a la japonesa por exigencias de la editorial. A pesar de ello, el estampado metalizado realzan la portada siendo una auténtica belleza.
Una vez dentro del tomo, la edición incluye algunas portadillas a color que permiten disfrutar con mejor detalles del dibujo de Moto Hagio. Aunque hay algunas páginas que transparentan y que pueden empañar ligeramente el buen trabajo de edición. La traducción es correcta y es de agradecer algunas anotaciones que permiten entender algunos elementos que aparecen en la obra.
El precio de la obra es bastante ajustado a la edición que presenta Ediciones Tomodomo, por lo que es una forma ideal de adentrarse en la autora.
Conclusión
Catarsis es la carta de presentación ideal de Moto Hagio en España. Un auténtico viaje por la carrera de una leyenda viva del manga, desde sus inicios hasta sus obras más recientes. Historias cortas que bucean en el ser humano, sus complejidades y que cómo va evolucionando ante el mundo que le rodea.
Si bien sus historias pueden resultar algo densas y pueden tener elementos que no han envejecido muy bien, son historias con las que es difícil no empatizar ni sentirse identificado. Y por si esto fuera poco, poseen un estilo inconfundible que te cautivará con cada nueva viñeta.
Por tanto, si estáis dudando si dar una oportunidad a Moto Hagio y no sabéis por dónde empezar, aunque todas las obras de la autora son imprescindibles para cualquier amante del cómic, Catarsis es la puerta de entrada ideal.
Lo mejor
- Las historias que hablan del ser humano y de sus complejidades.
Lo peor
- Algunos elementos pueden resultar un tanto anacrónicos en la época actual.
Catarsis
Editorial: Tomodomo
Formato: Edición de lujo de tamaño 14,8 x 20,4 cm. Portada con estampado plateado
Tomos: 1 (En publicación)
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