El XIV Salón del Manga de Barcelona, celebrado nuevamente, tras el experimento del año pasado, en tres recintos distintos ha vuelto a batir el récord de asistentes a un evento de éstas características en España, con más de 60 mil visitantes. Y habrá que acostumbrarse a lo de los tres recintos, puesto que la organización confirmaba poco antes del inicio de ésta edición que ha renovado el contrato con La Farga y el acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento de Hospitalet, dejando muy claro que por el momento el Salón no se mueve.
Esta edición del Salón del Manga si es recordado por algo, será principalmente por el agua. Tan sólo el primer día, el Jueves 31, se libró de las lluvias que han azotado España ese fin de semana. Si a esto le sumas los obligados trayectos de más de 10 minutos entre El Polideportivo y La Farga si querías verlo todo, en ocasiones el mojarse bajo la lluvia parecía una actividad más programada por Ficomic. Pero este problema, que para muchos no pasaba de ser una mera anécdota más, para los cosplayers podía convertirse en un calvario, cargados con sus atrezos y disfraces, que en ocasiones podían irse al traste por la lluvia.
Todo esto provoca que el asistir a La Farga disfrazados con sus mejores galas y disfrutar de los flashes sea una tradición que empieza a extinguirse, ya que los cosplayers tienden a «recluirse» o cambiarse directamente en el espacio destinado al escenario, restándole color a La Farga. Si encima a esto le sumamos los problemas que tenían los cosplayers para entrar en La Farga con sus atrezos y las «buenas maneras» de los personajes de la Seguridad de La Farga el resultado es obvio.
Dejando de lado las molestias ocasionadas por la escisión de actividades en tres espacios, los problemas ocasionados por la meteorología, y la seguridad de La Farga, el XIV Salón del Manga de Barcelona ha transcurrido sin mayores problemas y el caos de los accesos que hemos visto otros años, este año no se han producido, o al menos no han sido tan críticos como en ediciones anteriores.
En cuanto a la oferta del Salón, hay que destacar ciertas novedades e interesantes propuestas que deberían de mantenerse como fijas para años posteriores. Una de ellas fue el concurso de Para-Para organizado por Nakoko, toda una sorpresa para muchos y todo un espectáculo de música y baile para los que menos sabemos de esto. La verdad es que fue algo digno de verse, y ruego que en ediciones posteriores se repita, ya que la afluencia de público y el nivel de los participantes era bastante mejor del que en un principio cabría esperar.
El momento cumbre del Salón sin lugar a dudas fue la asistencia de JAM Project, mítico grupo capitaneado por Hironobu «Cha-la-Head-Cha-la» Kageyama, que ya nos visitó en el 2006 y esta vez venía muy bien acompañado. Tanto el mini-concierto del Sábado, como el del Domingo, fueron dos de los momentos más esperados por los aficionados Otakus, y todo un espectáculo para los ojos. No todos los días nos visita un grupo japonés de estas características.
A parte de los JAM Project, poca cosa la verdad. No es por menospreciar al resto de invitados, nada más lejos de mi intención. Pero un evento como el Salón del Manga, que durante años ha sido una referencia en toda Europa, este año sale muy escaldado de comparaciones con la JapanExpo de París, por citar a otro evento punteros en Europa. Es que incluso, la lista de invitados de este año palidece frente a la de años anteriores, cuando autores de la talla de Monkey Punch, Hideshi Hino, Masakazu Katsura o Range Murata visitaban la ciudad condal. Ésta es una de las razones, a mi parecer, que han hecho que a este Salón le faltara algo de la «chispa» de años anteriores.
En cuanto a la presencia de las editoriales y distribuidoras el Salón la cosa empezaba con varias polémicas sobre la mesa, la más rocambolesca, y que tiene ya tintes de thriller de suspense, es el estado de Jonu Media y su estatus actual bajo el amparo ahora de Savor. Días antes del inicio del Salón del Manga, saltaba la noticia de la retirada absoluta del patrocinio de Jonu Media. Por primera vez en años, el escenario dejaba de ser de Jonu. Para más inri, luego llegaba el momentazo de la rueda de prensa, con toda la prensa y algunos aficionados esperando respuestas, que se anulaba para sorpresa de todos. La cosa pinta mal, la verdad. No obstante, en el stand de Jonu Media, allí estaban sus novedades y de cara al aficionado normal, parece que nada ha cambiado…
El otro punto de la polémica previa al Salón era Planeta DeAgostini con su multitudinaria caída de novedades respecto a la primera lista filtrada. La editorial más poderosa del mundo del cómic en España se presentaba con el «equipo en cuadro», pero aún así, no dejó de ser uno de los puntos más visitados por el aficionado, ya que las novedades que sí estaban presentes, como Detroit Metal City, llamaron mucho la atención.
Otro de los focos de atención era Ed. Glénat, tanto por que resultaba difícil encontrar su stand este año, como por la extraña decisión de tematizar su stand promocionando su novedad más destacada, Eagle, aprovechando, de paso, que estamos en época de elecciones americanas. El por qué de todo esto os lo contaré en otra ocasión. Pero sin lugar a dudas, la editorial que más ha brillado en esta Salón ha sido Norma Editorial, tanto por un stand cargado de actividades y sorpresas, como por la novedad estrella del Salón del Manga, Fairy Tail, el nuevo shonen de Hiro Mashima, que planea dar guerra en la lista de ventas.
En el escenario nos quedamos con el gran nivel general del cosplay en España. Atrás quedaron simplemente los disfraces currados, las multitudinarias actuaciones de Para – Para o los clones de cantantes japoneses. Este año ha sido el de los escenarios y representaciones. Desde el primer hasta el último participante, este año hemos visto lagunas de las actuaciones más curradas de los últimos años, muy probablemente influenciadas por la actuación ganadora del año pasado del World Cosplay Summit de Nico y María. Hemos visto infinidad de mini-escenarios a modo de biombos para el intercambio de personajes, algunos tan trabajados como complicados, redundando al final negativamente en su funcionamiento. Aún así, cada año se ve un nivel mayor, ya no vale con llevar un buen disfraz, si quieres causar sensación tienes que currarte una gran actuación.
En definitiva podemos decir que ha sido un buen Salón del Manga, ha sido divertido, animado y lleno de ambiente Otaku. Pero el problema es que comparándolo con años anteriores, este año se ha evolucionado poco, y le ha faltado algo de chispa. Si queremos seguir siendo un referente en Europa, habrá que empezar a copiar a otros países, como antes nos copiaron a nosotros.
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