En la charla Niimura empezó explicando que tiene padre español y madre japonesa. Sus primeros pasos fueron en el mundo del fanzine y el reconocimiento le llegó en el título Soy una Matagigantes, guionizada por Joe Kelly, conocido por ser el autor de Ben10. Con ese título consiguió un fuerte reprecusión internacional, consiguiendo recnocmiento por la asociación de libreros norteamericanos. Le sorprendió la llamada del guionista americano puesto que hasta entonces solo había trabajado en obras más bien artísticas.
Sus primeras colaboraciones fueron en el Japonés en Viñetas junto a Marc Bernabé. También publicó Zero, un libro recopilatorio de sus ilustraciones. Además es el autor del cartel de la presente edición del Salón del Manga de Barcelona. El autor ha disfrutado dibujando el cartel. Refleja su gusto por bailar y por eso aparece toda esa gente bailando. Y no, aunque haya un gran gato, él no tiene gato aunque sí muchos amigos gatos en Japón.
Ken ha viajado por muchos sitios, habiendo tenido su residencia en París, Canadá y, ahora mismo, en Tokyo. También estuvo de erasmus en Bruselas. Cuando acabó la universidad empezó a trabajar en Soy una Matagigantes. El primer año ocultó que se había ido a trabajar al extranjero y solo lo sabía su familia y amigos más cercanos.
De todas esas experiencias viajando nace Traveling, que publica Norma Editorial en el Salón. Niimura lo define como postales de cosas que ha hecho. Una especie de eslabón perdido entre Soy una matagigantes y Henshin. No se trata de un cuaderno de viaje, ya que son pequeñas historias.
Henshin es fruto del empecinamiento de Niimura por abrirse paso en el mercado japonés. Se le ofreció la posibilidad de poder publicar en una de sus revistas preferidas, Ikki. En el caso de trabajar directamente con el editor no podía trabajar a distancia y decidió irse a vivir allí. Al cabo de año y medio dio forma a Henshin. Necesitó tiempo para asimilar la forma de pensar japonesa y como trabajan, necesitaba empaparse del día a día de la vida japonesa.
Una de las condiciones del editor fue que una de cada tres historias tenía que ser una experiencia personal. También tuvo el inconveniente de buscar historias originales, siendo su mayor reto la escritura y no el dibujo. Una de las historias surgió, por ejemplo, con una cosa que le pasó una noche con unos gatos callejeros. Esperaba que no la aceptaran y se sorprendió que los editores le dieran el visto bueno.
Con esta obra se marcó unas reglas ya que, en principio, le dieron barra libre para crear su obra pero al darle mucha libertad pero sin pautas muy claras le costó coger el hilo y el estilo de esas historias. Establecidas las reglas era desarrollar las historias sobre ellas y jugar a saltárselas ya que eso era lo divertido.
La ayuda del editor fue esencial. En este momento, mostró como va progresando desde el storyboard, las correcciones de editor y cómo va evolucionando su trabajo hasta el resultado final. Niimura trabaja en principio de forma tradicional pero luego realiza retoque digital. En Henshin utilizó diversas técnicas. A día de hoy lo que él desea es trabajar solo con el papel y el lápiz. No necesita más aparte de tener photoshop y software de dibujo y edición
Le resulta muy difícil quedar con los dibujantes en Tokyo por una cuestión de fechas de entrega. Es complicado a que se dediquen a algo más allá de su trabajo pero Ken ha conocido a algunos de ellos. Es más fácil conocer a ilustradores que a dibujantes de manga.
Haber publicado Henshin cambia su situación profesional en Japón, aunque algunos editores no saben situarle en un estilo o género. El estilo los japoneses lo ven con influencias de fuera de Japón pero tienen el mínimo para que puedan entenderlo. Es diferencia a la de otros autores que a veces son demasiados extranjeros y no saben como interpretarlo. En Henshin, el humor absurdo allí en general no lo entendieron muy bien pero a pesar de ello se tomaron la obra muy en serio. Aunque exista humor absurdo como Shin-chan.
La percepción de una serie es el gran reto es discernir que puede ser un éxito aquí o allí. Como autor, su sensación es que cuando lee comics de otros, como en el caso de Kengo Hanazawa, autor de I am a Hero y también invitado en el Salón. Es hacer una apuesta o proponer y el que el publico decida. Lo bonito es hacer estas cosas para ver donde le leva pero ha cambiado los matices de como es el mercado. Nadie sabe lo que puede funcionar. La realidad es que el mercado de los autores es limitado. Cuando uno entra otro sale porque las páginas son limitadas y la edición de la revista también. Las novedades japonesas lee lo que le gusta. Recomienda I am a Hero que le pareció una bomba.
Estando en Japón ahora es consciente de la cantidad de consumidores de manga. Estando fuera se ve un mercado grande pero una vez dentro, el mercado japonés es enorme, casi inabarcable. Hay muchos autores jóvenes y un cambio generacional asegurado. Puede que, de aquí a unos años cambie la manera de dibujar porque los lectores también están expuestos a otros mecanismos.
En Japón, el editor no está tan encima de los autores. Por ejemplo, una historia de Henshin estuvo a punto de no llegar a una prueba. Niimura le dijo si podía retrasar la entrega pero el editor le respondió que la fecha no se cambibaba y tenía 5 días. Lo dijo sin enfadarse, muy tranquilo. Y eso le presionó el doble y casi da más miedo aún porque no los ves enfadados pero te los imaginas y hubo un par de veces que casi no llega a las entregas que son inamovibles.
En cuanto a nuevos proyectos, no tiene claro qué saldrá primero. Sin embargo, no será costumbrista sino con elementos más fantásticos. Le encanta hacer historias cotidianoas pero también quiere hacer algo con más acción. Eso sí, quiere que sea un proyecto de los que mola.
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