Puede que, dado el calibre de los otros dos invitados al XX Salón del Manga que se celebra esta misma semana, Kengo Hanzawa quede un poco eclipsado. Sin embargo, es el autor de de uno de los fenómenos del manga de los últimos tiempos y todo un éxito en nuestro país, I am a Hero. Muchos podrían pensar que se trata de la única obra de un autor que, hasta que llegó este manga, era un completo desconocido en occidente. Y sí, puede que no tenga una carrera tan extensa como otros… pero se trata de un sprint intenso.
Sus días de profesional comenzaron como asistente a los 23 años, a la sombra de Osamu Uoto (Ganbaru na!!! Ieyasu, Kasai no Hito, ILIAD, Hiyokko Ryourinin), un mangaka seinen, autor de obras a medio camino entre el slice of life y el humor que trabaja habitualmente en la revista Big Comic Spirit de Shogakukan. Probablemente de estos días, trabajando sobre el trabajo de Uoto en Ganbaru na!!! Ieyasu o en ILIAD, vengan algunos de los pensamientos que el protagonista de I am a Hero, un mangaka frustrado que trabaja como asistente, lanza al vuelo en el primer tomo.
Y es que Hanazawa, nacido en 1974 en Aomori se aproximaba a la treintena sin haber debutado como autor y, en una industria como la japonesa, podría considerarse que el suyo no fue un debut fulgurante como una joven estrella que acapara todos los focos. Pero al cumplir 30 años, en 2004, por fin consiguió publicar su primer trabajo largo, Ressentiment, y lo hizo para la misma revista y editorial para la que había venido trabajando como asistente, la Big Comic Spirits de Shogakukan.
Un debut prometedor
El manga sumó un total de 49 capítulos que se recopilaron en cuatro volúmenes. Con esa obra ganó, en 2005, el premio al mejor tema en los Premios Sense of Gender, un premio anual dado por la asociación japonesa feminista de Fantasía y Ciencia Ficción, que busca la obra que mejor explora y profundiza el concepto de género y es dado por las críticas Mari Kotani y Reona Kashiwazaki junto Noriko Maki, que pertenece a la confederación de seguidores de ciencia ficción japonesa.
La historia se centra en Takuro Sakamoto, un perdedor de 30 años que vive todavía con sus padres. Harto de su trabajo basura y de su vida en general y los únicos momentos de felicidad que tiene son en un burdel cercano a su casa. Un amigo le convence de que pruebe The Unreal, en el que incluso se puede comprar una pareja. Pero, incluso en su vida virtual se encuentra con más problemas de lo que podía esperar.
El tomo es pesimista y ya en su primer trabajo se pueden ver una de las constantes que el autor ha tenido a lo largo de su carrera: centrar el foco en un perdedor. Y es que todos los personajes de sus obras más importantes son gente gris que vive vidas aún más grises cuando no en un pozo de miseria recalcitrante.
Por otro lado, las obras de Hanazawa nunca son excesivamente baratas, sino que tiene una tendencia hacia el realismo y la crudeza, con personajes protagónicos lamentables, inseguros y con una vida que no les llena y que, sin lugar a dudas, podrías llegar a conocer.
Otro ejemplo viviente de ello es el protagonista de su segunda obra larga, Boys on the Run, un oficinista de 29 años, Tanishi Toshiyuki, que vive muerto de asco en su trabajo rutinario cuando, un buen día se enamora profundamente de una mujer… que ya tiene pareja. En un arrebato de heroicidad, decide luchar contra él pero, para ello, comienza a recibir clases de boxeo.
De hecho, el propio Hanazawa afirma en las entrevistas que el personaje principal en sus obras suele ser un perdedor porque hace que se parezcan a sí mismo. Hace que se refleje su personalidad y sus inseguridades porque cuando al hacer un manga, quiere que transpire la realidad.
Es una obra en el que dibujo de Hanazawa ya es mucho más maduro que en Ressentiment y se trata de un slice and life pesimista e incómodo en el que se empieza a ver perfectamente el estilo cinematográfico que tanto define a este mangaka. Pese al tono melancólico que impregna al manga, el autor rompe la tendencia que hay en el manga gracias a un humor marca de la casa que roza un poco el patetismo en los personajes.
Su obsesión por el realismo y por hacer que todo resulte creíble resulta palpable. Y con el sexo bastante presente, en unas escenas que también resultan reales, en ocasiones tristes, y sin excesivos aspavientos. En cuanto al dibujo, es cierto que en esta obra todavía no llegamos al nivel de detallismo que el autor le imprime actualmente pero Boys of the Run es ya una obra de un autor maduro y con una fuerte personalidad propia.
De hecho, el manga fue un éxito contundente en Japón donde se serializó durante tres años, desde 2005 a 2008, en las páginas de nuevo de la Big Comic Spirit para recopilarse en 10 tomos. Pero no solo eso, sino que además, el manga se adaptó a imagen real primero en enero de 2010, en forma de una película dirigida por el primerizo por aquel entonces Daisuke Miura (Koi no Uzu) y protagonizada por Kazunobu Mineta (Oh, My Buddha!) y Mei Kurokawa (Saki)
Dos años después, recibió otra nueva adaptación aunque en esta ocasión se trató de una serie de 9 capítulos que incluía un elenco de caras conocidas como el Johnny, Ryuhei Maruyama, que se encargaba del protagonista y que es conocido por formar parte del grupo musical Kanjani Eight, o las actrices Eriko Sato (Cutie Honey), Airi Taira (20th Century Boys), la gravure idol Akina Minami (Maison Ikkoku) o el actor Takumi Saito (Ace Attorney). Se emitió desde el mes de julio al de septiembre de 2012 en TV Asahi, obteniendo un share medio del 5.9%.
Y con los zombis llegó el boom
Si hay un año definitorio en la carrera de Kengo Hanazawa es 2009. Fue el año en el que comenzó a publicar I am a Hero. Se trata de un manga de zombis, sí, pero el manga reconoce que se trata más de una historia sobre la sociedad japonesa. De hecho, se sorprende de que su trabajo sea admirado fuera del país nipón puesto que considera que se trata de una obra muy japonesa. Y es que todo el realismo que le obsesiona se suma a la crudeza y la violencia propia del género… y a la decisión de hacer que sus particulares zombis sean bastante distintos que el cliché de las criaturas lentas y bobaliconas que estábamos acostumbrados.
Es curioso como Hanazawa cita como influencias, como es obvio, el Amanecer de los muertos donde, en sus propias palabras, descubrió que los zombis podían correr muy rápido y le impresionó. Sin embargo, cita otros dos títulos más, 28 días después, de Danny Boyle, y la película española REC, de Jaume Balagueró y Paco Plaza. Además, afirma que no ha sido hasta hace poco cuando ha descubierto The Walking Dead.
El manga cuenta a día de hoy con 15 volúmenes publicados en Japón en la misma revista de siempre, la Big Comic Spirits de Shogakukan. En España, Norma Editorial lanzó el manga a mediados del año pasado, en 2013, y hasta el momento ha publicado nueve volúmenes, estando previsto como novedad del XX Salón del Manga de Barcelona el que será el décimo tomo. Y lo cierto es que la serie en nuestro país parece pisar fuerte, habiendo calado también en un público más ajeno del manga y habituado a las historias de zombis.
Además acumula una plétora de nominaciones y galardones, habiendo sido nominado a los manga Taisho hasta en tres ocasiones y siendo el ganador del mejor manga en los Premios Shogakukan 2013. En España, también estuvo nominado en el pasado 32º Salón del Cómic de Barcelona como Mejor Obra Extranjera, aunque el galardón finalmente se lo llevó El libro de los insectos humanos de Osamu Tezuka. Más humildemente, en Ramen Para Dos, nuestros lectores lo escogieron como el mejor manga del año en los Rameneos 2013, por delante de obras como Fénix, Magi el laberinto de la magia o Bride Stories.
Y es que el estilo de Hanazawa y su obsesión por el realismo han llegado a su culmen en esta obra. Apoyado en el trabajo digital y la fotografía, compone unas viñetas tensas y cinematográficas que hacen que, cada tomo, vuele de forma adrenalítica en tus manos. Y, como siempre, con un perdedor como protagonista, Hideo Suzuki, un mangaka fracasado de 35 años que trabaja de asistente. Es ese realismo lo que hace especial al manga y la critica social que esparce de forma escandalosa Hanazawa en sus páginas. Sin duda, es una de las obras del momento dentro del panorama del manga.
Por el camino durante todo este trayecto, Hanazawa fue realizando distintos one shots y obras cortas, que acabaron por recopilarse en un volumen único titulado Tokaten, ya bajo el paraguas del éxito sin precedentes de I am a Hero. Recopila un total de siete historias que no comparten ningún nexo en común en particular.
El futuro de Hanazawa ahora mismo no tiene límites. Pese a autodenominarse un loser e identificarse con vehemencia con sus personajes protagonistas, tras el éxito conseguido con I am a Hero, este mangaka tiene un largo futuro como autor. De hecho, sorprendemente, su siguiente trabajo, que intercala con I am a Hero, se publica en una revista josei de Akita Shoten. Titulado Cosmos, se trata de una obra en la que cuenta el día a día de un mangaka. Y el final de I am a Hero no parece previsto para dentro de poco.
Enlaces de interés:
Todo sobre el XX Salón del Manga de Barcelona
Reseña: I am a Hero
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