Hecha de madera, se construyó en 1929 y tenía una extensión total de 70 metros cuadrados; era muy admirada por su techo de tejas rojas y sus marcos de ventana color blanco. Está situada en una parcela de tierra con una extensión total de 380 metros cuadrados, posee un amplio jardín con más de 50 especies distintas de árboles y flores, entre los que se encontraban rosas, orquídeas y arces.
Sobre las 2:00h. de la madrugada los sensores de seguridad, situados en el interior de la vivienda, alertaron a la policía de Suginami de la presencia de un intruso que de momento no ha podido ser identificado. Al llegar el cuerpo de seguridad, las llamas ya habían empezado a devorar una buena parte del edificio.
El Gobierno Japonés había comprado los terrenos de aquel inmueble a petición de los vecinos de la parcela y pretendía restaurar el edificio y sus alrededores para abrir en 2010 un parque público. Su último propietario, el maestro de diseño jubilado Ei Kondo, comentó que la evolución de la sociedad había llevado a la desaparición de todas las viviendas similares a El Hogar de Totoro, y que aquel monumento era el único edificio que les servía para recordar tiempos pasados.
Miyazaki dibujó aquella casa en 1991 y la incluyó en su famoso libro de dibujos y ensayos. El año anterior había estado trabajando en una las oficinas del barrio, y un día que aprovechó para dar un paseo se topó con ella. El viejo estilo de las vidriosas ventanas le hizo sentir una gran nostalgia, acentuada por la fragancia que la encina situada junto a la vivienda desprendía.
“Cuando yo era un niño, había muchos árboles como éste”, dijo por aquel entonces. “La casa, sus habitantes, el jardín… todos parecían crecer en armonía”. “Las plantas, los animales y las personas eran seres vivos que se respetaban”
Ahora, esa obra que demostraba ante todo un país que los árboles, las flores y la tierra también forman parte de la ciudad, tendrá que ser restaurada tras este fatídico suceso y la reapertura del parque, pospuesta. Al menos, tienen el consuelo de que la estructura de la casa sigue en pie, pero habrá cosas del interior de la vivienda que ya no se podrán volver a recuperar.
Por Chibisake
Fuente: Yomiuri
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