Los dos mayores referentes que tenemos en este género, tanto en el ámbito cinematográfico como en el televisivo, son Gojira (Godzilla) y Ultraman, respectivamente. El primero, nacido en 1954 como un exorcismo al desastre nuclear vivido en Japón, dio el pistoletazo de salida al género y a lo largo de 50 años se ha convertido en un icono a nivel mundial, no sólo del tokusatsu, sino de Japón. En cuanto a Ultraman, ha sido desde los años 60 el rey del tokusatsu en la televisión, y algunos comparan su trascendencia en Japón con la que tuvo Star Trek en Estados Unidos.
Así pues, y en unos términos mucho más informales, podemos decir que el tokusatsu es el género de los monstruos gigantes hechos de látex y los superhéroes en trajes de spandex. Muchos de vosotros conoceréis seguramente a los Power Rangers, y aunque, sin duda, fueron un gran éxito al principio, con el tiempo se han ganado una mala reputación considerable. Y aunque hoy en día son el referente más conocido en España del género, cabe decir que lo que nos llegó aquí no es más que la versión totalmente adulterada y edulcorada que se emitía en Estados Unidos, quienes únicamente utilizaban los trajes y los robots de la serie original, y al principio, algunas de las escenas de acción japonesas.
Esto significa que los argumentos eran distintos, que el enfoque era si cabe más infantil, y lleno de un humor bastante más tonto e insulso, que incluye una manía particular de los americanos de meter mascotas idiotas en cualquier producto que intente llegar a los niños.
De esta forma, el tokusatsu no ha tenido una gran fama entre los españoles (Sudamérica es otra historia), y aunque hay cierta historia en nuestras televisiones, con la emisión de Ultraman, Bioman, o incluso películas de Gojira y Gamera (especialmente en TV3), el género es poco conocido y goza de poco aprecio o consideración. Quizás uno de sus principales escollos ha sido su asociación exclusiva al público infantil, en absoluto gratuita, ya que siendo Bandai uno de los grandes productores de estas series, es normal que se intenten vender tantos juguetes como sea posible con sus personajes, vehículos, cinturones, etc. Pero nos quedamos algo cortos si pensamos que el tokusatsu es exclusivamente una cosa de niños (sólo para empezar, los creadores del tokusatsu tienen en mayor consideración la inteligencia del espectador infantil que los americanos).
Vamos al principio de los tiempos, Gojira (Godzilla) en 1954 fue concebida como una película de terror, y tanto ésta como muchas de las siguientes están cargadas de una profundidad ideológica (intencionada o no) que nos habla de la historia y la psicología de un país devastado por el impacto de dos bombas atómicas.
El propio Gojira en si ya es un personaje complicado, que encarna tanto el miedo a lo nuclear, como al propio Japón imperialista, y que sirvió de exorcismo durante la posguerra. Y si tomamos por ejemplo al director Amemiya Keita, veremos claramente que superhéroes como Kamen Rider o los propios Sentai pueden convertirse en entretenimiento para adultos, ya sea sacando monstruos que darían pesadillas a cualquier chaval, incluyendo escenas de violencia explícita, o incluso algunas imágenes subiditas de tono (un claro ejemplo es Garo, la única serie tokusatsu que se ha editado en España a través de Selecta Visión – y que no parece haber arrasado precisamente).
El tokusatsu televisivo
Hay que tener en cuenta cuando hablamos del tokusatsu televisivo que hay otras limitaciones a las que tiene que hacer frente una producción del género. En primer lugar está la cuestión del tiempo, ya que invariablemente encontraremos episodios de menos de 30 minutos, y en muchos casos, episodios auto conclusivos, con una estructura fijada ya desde los años sesenta, y que casi cada semana tiene que presentar un nuevo villano (aunque Amemiya ya desafió estas leyes con series Super Sentai como Dynaman). En segundo lugar, tenemos una cuestión de presupuesto. La televisión no cuenta con los fondos de una película de Gojira o Gamera, y eso se puede notar en muchos aspectos, sobretodo técnicos.
Pero no hay que confundir la idiosincrasia del género con las carencias debidas a limitaciones de presupuesto. Uno de los aspectos chocantes para el ojo del espectador occidental y poco acostumbrado, es que incluso hoy en día, en plena era digital, el tokusatsu sigue usando la técnica llamada “suitmation”, que no es otra cosa que “un tío disfrazado”. Si bien es cierto que las CGI (computer generated imagery) empiezan a tener un gran protagonismo en las batallas, se sigue usando en mayor parte a actores de carne y hueso enfundados en trajes de látex u otros materiales más sofisticados (y algunos seguimos prefiriendo el tío disfrazado al CGI).
En definitiva, estamos hablando de una característica muy japonesa, la de mezclar lo moderno y lo tradicional (incluso se dice que el origen más lejano del tokusatsu es el kabuki y el bunraku – teatro de marionetas). ¿Por qué dejar de hacer algo que ha funcionado tan bien hasta ahora? Es una marca de la casa, y si alguien encuentra ridículos ciertos personajes o villanos, por favor, que vuelva a verse algunos episodios de Star Trek o Stargate para replantearse qué es y qué no es ridículo. Y si con esto no tiene suficiente, puede verse las películas de “Donde viven los monstruos” o “Cristal Oscuro”, que en definitiva usaban también el suitmotion (¡o el mismísimo Espinete!).
Además, debemos entender también cual es el origen de la mayoría de estos personajes, y la intención que hay detrás de los productos tokusatsu. Aunque ya hemos dicho que el tokusatsu vendría a ser lo que en occidente se conoce como Ciencia Ficción, la forma de llevarlo a cabo no es la misma. La Ciencia Ficción se ha inspirado tradicionalmente en la literatura, y el intento de convertirla en productos cinematográficos o televisivos ha pasado a menudo por un proceso de reconversión que procura buscar el máximo realismo dentro de algo irreal de por sí. Pero el tokusatsu se ha venido inspirando desde el principio en el manga.
Shotaro Ishinomori, conocido como el Rey del Manga por su Récord Guinness de mangas publicados, es uno de los autores más importantes del tokusatsu televisivo (creador del género Sentai y el de los Henshin Heroes). Por lo tanto, las series y películas tokusatsu tienen la intención de convertir en “live-action” los manga sin apenas pasar por ninguna adaptación, con lo cual, se transporta prácticamente de forma literal todo lo que vemos en el manga, a la pantalla pequeña.
Hay otro factor a tener en cuenta, el tokusatsu tiene sentido del humor y sabe reírse de si mismo, lo cual le otorga al género un grado de honestidad que no siempre veremos en otro tipo de producciones. El tokusatsu ofrece la épica y el drama de cualquier obra que se centra en la lucha entre el bien y el mal, pero sabe cuando apearse un momento y reírse con el público (no del público). Así pues, a menudo veremos que estas películas y series juegan en esa fina frontera entre el slapstick y la caspa pura y dura, que el espectador acostumbrado sabe reconocer y aprende a disfrutar.
Con el tokusatsu podemos vivir mil y una destrucciones de Tokyo, Osaka y otras ciudades japonesas, podemos quedar perplejos ante las coreografías de los héroes Sentai, alucinar con los movimientos casi imposibles de los grandes mecha que acompañan a los Super Sentai, o emocionarnos con las transformaciones de Kamen Rider y su golpe definitivo. Es un mundo basto y peculiar, con cosas buenas y cosas malas como en todas partes, pero esa esencia propia tan característica, sus más de 50 años de historia, y la pasión con la que lo viven sus creadores y sus fans, merece toda nuestra consideración como uno de los productos Pop más singulares y encantadores de Japón.
Y a partir de ahora, gracias a Ramen Para Dos, se nos ha dado la oportunidad de compartir esta pasión por el tokusatsu con vosotros, y lo haremos de forma regular con artículos sobre personajes, géneros y series imprescindibles, pero también con las últimas noticias que nos lleguen de Japón. Siempre que Su Radioactiva Majestad, el Rey Gojira, siga permitiendo la existencia del archipiélago nipón.
GLOSARIO
Con más de 50 años de historia, el tokusatsu ha creado un sinfín de géneros y subgéneros (normalmente asociados cada uno de ellos a una productora), cuyos términos deberíamos conocer a partir de ahora. A continuación os ofrecemos un breve glosario con los más importantes:
Kaiju: literalmente, “monstruos”.
DaiKaiju: “grandes monstruos”, se utiliza para designar el género de películas protagonizadas por monstruos gigantes que tienen el vicio de pasearse por Japón arrasando con todo lo que encuentran a su paso, Gojira y Gamera son las dos criaturas más famosas del género (y también se hacen la competencia).
Kyodai Hero: la contrapartida al DaiKaiju, se trata del género de superhéroes gigantes, aquí los protagonistas son los salvadores y no los enemigos. Su mayor exponente es Ultraman.
Sentai: literalmente “escuadrón”; son las series que acostumbran a estar protagonizadas por equipos de 3, 4 o 5 superhéroes, vestidos con diferentes trajes, y cada uno con alguna habilidad especial.
Super Sentai: exactamente igual que “Sentai”, pero se incluyen aquí a los robots gigantes, o mechas, que acaban apareciendo en la batalla final de cada episodio. Aunque cueste creer, el primer Super Sentai de la historia fue “Spiderman” (en su versión japonesa). En España hemos podido ver a los americanizados Power Rangers, pero también a Bioman (Liveman en Japón).
Henshin Heroes: “henshin” significa transformación, y sencillamente hace referencia a personas (o androides) normales, que tienen poderes en cuanto se transforman. Uno de los mayores exponentes es Kamen Rider, una de las franquicias más populares del tokusatsu televisivo y que tiene casi 40 años de historia.
Metal Heroes: aunque muy parecidos a los Henshin Heroes, estos héroes forman parte de una saga de la productora Toei, protagonizada por unos sheriff espaciales, que vestían una armadura de aspecto robótico. “Robocop” está claramente inspirado en estos personajes.
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