El miedo. Una palabra que se define como “angustia por un riesgo o daño real o imaginario”, pero ¿podemos morir de miedo? Es una pregunta que la misma ciencia no ha sabido explicar, no hablamos de un “paro cardíaco”, hablamos de morir de miedo, de experimentar tanto miedo que nuestra alma desaparezca porque no soporta tanto dolor, tanta angustia, tanto mal.
Cuando eso pasa y el alma no se extingue como el humo de una vela apagada, el alma queda confinada en este mundo, muere el cuerpo, pero lo que nos hace humano permanece atormentada en un mundo de sombras donde el tiempo no existe, donde lo único que hace es esperar y padecer ese dolor que una vez la arrancó de su ser.
En algunas ocasiones estos “fantasmas” tratan de ponerse en contacto con nosotros para hacernos partícipes de ese dolor, quieren creer que sí comparten ese mal, su mal será menor y les hará la existencia más soportable. Engatusándonos, con trucos y leyendas, se esconden tras lo físico y humano con la única intención de ser invocados, de ser llamados con un único fin de compartir dolor. No todos los humanos son capaces de soportar ese miedo y mueren uniéndose al ciclo macabro de almas atormentadas, uniéndose al anillo del miedo.
Vamos a ahondar un poco en ese miedo a través de una de las películas más importantes en las história del cine japonés, The Ring (Ringu). Recorreremos todas sus esquinas, visitaremos sus rincones y acompañaremos al protagonista en la historia y así, poco a poco caeremos en ese ciego vacío que el miedo en estado puro.
La película
Hace 18 años un joven Hideo Nakata , dirigió una película de terror a la que llamó リング Ringu. No podía siquiera imaginar las repercusiones mundiales que tendría su película, el cambio que provocó en el cine de terror, en la propia historia del cine. Nakata filmó la que hoy en día es la película de terror más rentable de historia de del cine japonés con un presupuesto de 1.069.000 euros. Para hacernos una idea, el “remake” americano de 2002 tenía un presupuesto de unos 42 millones de euros.
Sinopsis
Entre los adolescentes japoneses circula la leyenda urbana de que todo aquel que visiona cierta cinta video, recibe una llamada y muere justo una semana después. La periodista de televisión Reiko Asakawa da poca credibilidad a la historia hasta que su propia sobrina muere y descubre que poco antes había visto un extraño video junto a tres amigos, los cuales también han aparecido muertos el mismo día.
Tras localizar la cinta, Reiko es testigo de las imágenes espectrales que contiene y justo después suena el teléfono… Convencida de que solo le quedan siete días de vida, pide ayuda a Ryuji, profesor de matemáticas y su exmarido, para tratar de conseguir algo que nadie ha conseguido: resolver el enigma de la cinta de vídeo y romper la maldición.
Quién es quién
Hideo Nakata es un cineasta originario de Okayama en 1961 y conocido en la actualidad por esta película. Desde entonces ha dirigido varias secuelas y otras películas del género como Honogurai mizu no soko kara (2002) más conocida por Dark Water.
En 2013 Volvió a la carga The Suicide Forest (El bosque de los suicidas) (2013), basada en una novela gráfica de IDW Publishing, siendo sus autores dos españoles El Torres y Gabriel Hernández.
El resto del reparto está formado formado por Nanako Matsuhima como Reiko Asakawa, Miki Nakatani como Mai Takano y Yuko Takeuchi como Tomoko Oishi. Yuko reciente a trabajo en la película Creepy de Kiyoshi Kurosawa, presentada el Festival de Sitges de 2016.
La cinta
Ha llegado el momento de dedicarle un tiempo a ese VHS condenatorio que van viendo los protagonistas. Curiosamente toda la secuencia grabada en cinta está propiamente grabada en un VHS, dotando a la imagen de ese grano característico del viejo formato magnético de video.
Comenzamos viendo cómo una persona se asoma al pozo, presuntamente es el Dr. Ikuma después de arrojar a Sadako al pozo. Continuamos con el espejo en la pared. El espejo se ve de dos lados, en el izquierdo vemos el reflejo de Shizuko Yamamura que se está peinado. En ese momento cuando el lado derecho del espejo muestra a Sadako. Tras esto, vuelve a aparecer Yamamura pero esta vez está mirando al lugar donde apareció Sadako.
La imagen que se ve a continuación presenta unas letras japonesas distorsionadas en las que se lee, erupción, predicción que hizo Yamamura sobre la erupción de un volcán. Tras esto la siguiente secuencia nos muestra gente arrastrándose en el suelo, representando la pobreza, hambre y dolor que trajo la erupción de dicho volcán.
La siguiente secuencia es la siguiente: Una persona con la cabeza cubierta señalando algo, un ojo con la palabra Sada (Sadako) y para terminar se ve una breve toma del pozo tras lo cual la cinta se funde en negro y termina la película.
La historia de la historia
No hay que perder de vista la fecha del estreno allá por 1998, hace 18 años. Los escenarios, el trasfondo, los efectos visuales y su postproducción pueden parecer pobres si los comparamos con el cine actual pero no es así.
Esta película proviene de una época en la que el cine carecía de la tecnología necesaria para crear esa “magia” tan común hoy en día, para contrarrestar esto, el director juega con los puntos de vista para crear sensación de angustia, de tensión, haciendo gran uso de tanto los planos picados como contrapicados en esas habitaciones tan pequeñas que abundan en los domicilios japoneses.
La historia comienza con el nombre propio de Koji Suzuki, el escritor de la novela Ringu que tras su enorme éxito fue elegida por Kadokawa Shoten para hacer una adaptación al cine. Pero, hay que viajar al periodo Edo para encontrar un cuento popular japonés sobre una antigua leyenda japonesa de fantasmas, dicho cuento llamado Banchō Sarayashiki (La casa del plato en Bansho) es el auténtico origen de la película
La leyenda dice así:
Hace doscientos años, vivía un jefe de policía llamado Aoyama Shuzen que se alojaba en la calle Bansho, en Tokio. Su trabajo consistía en capturar ladrones y pirómanos, y era hombre violento y cruel, sin atisbo de corazón o compasión.
Shuzen tenía en su casa una sirvienta llamada Okiku. Ella se había educado en su familia desde la infancia y conocía bien el temperamento de su amo. Un día, por accidente, rompió un plato de preciosa porcelana de un conjunto formado por diez. Sabía que pagaría por este descuido, pero pensó que si intentaba esconderlo el castigo sería mucho peor. Así que temblando de miedo, fue a ver a la mujer de su amo y le confesó lo que había hecho.
Cuando Shuzen volvió y vio que uno de sus platos preferidos estaba roto, montó en cólera, la ató y la golpeó y cada día le cortaba un dedo. Okiku, agonizante, no podía hacer nada apenas, pero logró finalmente desatarse y escapar al jardín y se tiró a un pozo para ahogarse. Desde ese día, cada noche una voz sale del pozo y cuenta: «Un plato, dos platos, tres platos… hasta nueve, y luego se echa a llorar.
Hoy en día estamos más que familiarizados con las cadenas, aunque cada vez menos, las nuevas tecnologías hicieron proliferar los mensaje del tipo “manda este mensaje a 10 personas más o tendrás un accidente”. Lo cierto es que no se puede afirmar que el estreno de la película fuera el culpable, pero lo que está claro es que la cultura popular aun sigue perpetuando estas historias de fantasmas que como se puede ver, tienen su origen en una época muy anterior a la nuestra.
La edición
La edición se compone de la película en DVD y en BD junto con un pequeño libreto con contenido adición la película. Dentro de cada disco se pueden encontrar los siguientes contenidos:
Es una pena que una película como esta llegue a nuestras estanterías con una edición tan simple, apenas extras y un pequeño libreto para introducirnos un poco en la historia. No sé hasta qué punto los licenciatarios japoneses han tenido algo que ver, pero desde luego, cosas como estas no favorecen nuevos adeptos y mucho menos compras obligadas. La película desde luego vale el desembolso pero su falta de contenido es un handicap a la hora de mirar el bolsillo.
Una pequeña reflexión sobre fantasmas
No siempre me han atraído las historias de fantasmas, hubo un tiempo en el que como todo niño me metía bajo las sábanas al oír un ruido extraño o un susurro en la noche. Con la edad he perdido ese miedo a lo sobrenatural y año tras año busco películas de suspense y terror que me hagan sentir ese temor infantil.
En algunas ocasiones me he encontrado con algunas películas que han logrado que me estremezca de miedo y esta, The Ring (Ringu), es una de ellas. Es una película para ver en la oscuridad de la noche, analizando cada plano, cada frase del protagonista. Una película para disfrutar del buen terror, ese que ya no se estila pero que a mí, aún me sigue estremeciendo y que ahora, revisionando esta estupenda edición de Selecta Visión, me doy cuenta de los años que han pasado para los dos, para la película y para mí, pero para Sadako no… aún en el pozo.
The Ring (Ringu)
Estudio: Kadokawa Shoten
Año: 1998
Tipo: Película imagen real
Duración: 91 min.
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