Tensai Okamura se trata de uno de los nombres de la animación que seguro que más de uno ha visto sin saberlo. El polifacético animador ha participado en algunos de los animes más icónicos de las últimas tres décadas. Por este motivo, aprovechando su visita al FicZone 2019, vamos a repasar su carrera y que le ha valido ser conocido como un animador destacado, sobre todo, dentro de las escenas de acción.
Sus primeros pasos en el anime
Nacido el 13 de diciembre en la prefectura de Fukushima, Yutaka Okamura (posteriormente se cambiaría por el nombre por Tensai Okamura) creció en Yokohama. Aquí en el instituto empezó a sentir interés por el mundo del anime que, por aquel entonces, estaba dominado por Mobile Suit Gundam de Yoshiyuki Tomino. Posteriormente, se matriculó en la Universidad de Waseda en la sección de Ciencias e Ingeniería.
Destacar que en la Universidad de Waseda se unió al grupo de investigación de manga donde tuvo la oportunidad de dirigir sus primeros animes de manera independiente. Tras esta experiencia supo que quería dedicarse al mundo de la animación. Al terminar la universidad empezó a trabajar para el estudio Madhouse por recomendación de un amigo. Su primer trabajo para el estudio fue Galactic Patrol Lensman (1984), una cinta de ciencia ficción y mechas con abundante uso del CGI y donde Okamura ejerció distintas labores en la animación.
Aunque no fue hasta 1989 cuando dirigió su primer episodio para la serie Yawara!, adaptación homónima del manga de Naoki Urasawa. Concretamente el quinto episodio, aunque posteriormente dirigió algunos más. Posteriormente, tuvo la oportunidad de trabajar con tres grandes nombres de la animación: Shinichiro Watanabe, Hideaki Anno y Katsuhiro Otomo. Todas ellas experiencias que marcaron su devenir como animador.
Creciendo con Watanabe, Anno y Otomo
En 1995 tuvo la oportunidad de participar en la producción de Neon Genesis Evangelion, la gran obra de Hideaki Anno para el estudio Sunrise. Además de la animación, dirigió algún episodio así como trabajó en la elaboración del guion. Sin embargo, a pesar de que aportaban muchas ideas, en varias entrevistas confesó que Anno se las echaba todas por tierra. Principalmente porque el director tenía una idea muy fija de lo que quería. Por ello recuerda esta experiencia como algo frustrante.
Todo lo contrario fue trabajar con Shinichiro Watanabe en Cowboy Bebop (1998). Aquí el director de Samurai Champloo les pedía continuamente ideas y las aceptaba de buen grado. Tras ver esta forma de trabajar tuvo claro que quería centrarse en el apartado del guion más que de la animación en sí. Posteriormente volvió a repetir la experiencia con Samurai Champloo (2004).
Por esta etapa también dirigió un corto animado bastante especial. Se trata de la cinta Stink Bomb, basado en una historia de Katsuhiro Ōtomo para el estudio Madhouse. Un proyecto aglutinado bajo el título Memories y considerado por muchos como una las mejores producciones animadas hasta la fecha. También en sus primeros pasos como animador trabajó en películas como Mi vecino Totoro, Ninja Scroll o Ghost in the Shell, entre otros.
En busca de la originalidad
Tras su experiencia trabajando en guiones para animaciones, Okamura trabajó en la composición de guiones de distintas temáticas. Desde series de corte histórico y romántico como Emma y Ouran High School Host Club, respectivamente, hasta populares shônen como Soul Eater. Pero fue este afán por la creación lo que le llevó a crear animes originales dado que, bajo su punto de vista, le ofrecían una mayor libertad.
A principios del nuevo milenio dirigió animes emblemáticos como Wolf’s Rain y Darker than Black, dos animes originales de temáticas totalmente opuestas, pero que gozaron de popularidad. Sobre todo esta última que, en numerosas ocasiones, el director se ha mostrado sorprendido por el éxito del protagonista entre el público femenino.
Aunque también en esta etapa se encuentran animes basados en obras de éxito como Blue Exorcist y la primera película de Naruto. Por estas contribuciones se dio a conocer como un animador con cierto cuidado por las escenas de acción llenas de ritmo.
Último trabajos: Kuromukuro y The Seven Deadly Sins
Durante la primera década del 2000, Okamura ha continuada sobre todo elaborando guiones para series muy diversas como Guilty Crown, Sword Art Online, Sirius The Jaeger, entre otras. No obstante, recientemente ha sido conocido por dos trabajos gracias en gran medida a Netflix: Kuromukuro y The Seven Deadly Sins.
La primera junto a P.A. Works cuenta con dos temporada de 26 episodios y producida por el estudio con motivo de su 15º aniversario. Podría decirse que se trata de una vuelta a los orígenes de Okamura al tratarse de una serie de mechas, como no podía ser de otra manera, cargada de mucha acción.
En cuanto a The Seven Deadly Sins, Okamura ha estado detrás de la animación de la primera temporada de la adaptación animada de Nakaba Suzuki. Un anime donde se puede ver al Okamura en su estado más puro, con combates muy cuidados y que para muchos ha sido la puerta de entrada para este popular shônen de Kodansha.
Aunque son estos dos últimos trabajos los que mejor definen al director Okamura. En varias entrevistas siempre ha confesado que le gustan aquellas series que no se toman en serio a sí mismas. Es decir, series donde se aleja del tono serio y solemne por uno mucho más desenfadado y donde la animación tiene un gran peso en la historia. Esta es una de las principales claves del estilo de Okamura. A lo que habría que añadir las peleas y demás escenas de acción, muchas de ellas grabadas a fuego en las mentes de todo fan del anime.
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