Este autor ha estado escribiendo con frecuencia en su blog personal acerca de sus experiencias como mangaka frente a la industria japonesa del manga, la misma que le llevó a anunciar en abril que se disponía a vender irremediablemente sus obras en formato digital online para poder ganarse el pan de cada día, y tener una vida medianamente digna. Ya que, además de haber sacrificado su vida personal para poder hacer frente a los requisitos que su vida laboral le exigía, el autor llevaba bastante tiempo llegando a fin de mes con pérdidas importantes de dinero.
Además, Syuho ha escrito acerca de cómo se siente ante la explotación que está sufriendo por parte de las editoriales, dichos comentarios han sido recibidos en la sociedad japonesa tanto positiva como negativamente. Dada la longitud alcanzada por todos sus textos, hemos decidido repartirlo en varias partes que serán publicadas semanalmente todos los lunes. De momento, y hasta que Sato no dedique más tiempo de su blog a escribir sobre el tema, serán 4 partes las que resuman la totalidad de sus escritos.
A continuación podéis comenzar a leer esta primera parte de uno de los escritos más interesantes y críticos que un mangaka ha podido escribir a lo que un mangaka ha de enfrentarse:
Cuando Syuho Sato comenzó a entregar sus trabajos semanalmente:
Cuando Syuho Sato comenzó Umizaru, se le pagaban unos 10.000 yenes (80 €) por página, teniendo el manga 20 páginas por capítulo esto supone un beneficio de 800.000 yenes al mes (6.200 €).
Gastos mensuales:
Impuestos: 80.000 yenes (620 €)
Paga mensual a 3 asistentes: 470.000 yenes en total (3600 €)
Gastos mensuales en alimentar al staff: 100.000 yenes (770 €)
Coste mensual del material de dibujo y de consulta: 100.000 yenes (770 €)
Alquiler del estudio: 70.000 yenes (540 €)
Factura mensual del agua/luz y electricidad: 50.000 yenes (385 €)
Pese a haber omitido otros gastos propios del autor, mensualmente sus pérdidas ascendían a unos 200.000 yenes. (1500 €)
Su ritmo de trabajo era de 20 horas diarias, y básicamente su estudio de dibujo hacía a la vez de su hogar. Logró ahorrar unos 2 millones de yenes (15.500 €) antes de comenzar a serializar sus obras, pero una vez el primer tankoubon fue publicado, sus ahorros descendieron hasta los 70.000 yenes (540 €).
En realidad pudo pedir dinero prestado a la editorial, pero no quería hacerlo, ya que entonces el autor tendría que dibujar manga a modo de esclavitud para pagar sus deudas con la empresa.
El editor le aseguraba en varias ocasiones que, cuando se publicase el primer tankoubon, ya no habría problema económico alguno, y que volvería a recuperar todo su dinero; pero la realidad era, primeramente, que no existía ningún contrato que asegurara la recopilación de su obra en tankoubons, ni garantía alguna de su publicación.
Se han dado casos en los que mangas populares tuvieron que terminar de manera drástica debido a cambios hechos por el jefe de redacción, la mayoría de las veces ocasionados por un cambio de enfoque de la revista. También existen casos en los que el manga, ya dibujado por el autor, es rechazado debido a razones varias que de golpe y porrazo le niegan la publicación de su obra en la revista. En estos casos, al menos el editor recibe un pago por la cantidad de páginas realizadas. Syuho Sato actualmente está cumpliendo un contrato con la Shogakukan en el que se indica cuanto se le va a pagar por página dibujada y cuanto va a durar la serialización de su obra. Él comenta que probablemente es el primer mangaka que actualmente tiene este tipo de contratos en los que se aclaran todos los detalles de lo que el autor y la editorial han de hacer.
Tras 6 meses trabajando en el manga de Umizaru, Sato se armó de valor y exigió un aumento de sueldo por página. En su blog personal, él lo describe como un acto que requiere de mucha valentía, ya que podría acabar teniendo como respuesta un “Oh, entonces ya no lo necesitamos más”. Finalmente, la solicitud de aumento fue rechazada, pero al menos no perdió su empleo.
Sin embargo, el ambiente que se respira actualmente es muy diferente al de hace 10 años, y el mercado no es tan positivo como lo fue entonces. La mayoría de las editoriales han reducido el salario que se les paga a los recién llegados, aproximadamente unos 1.000 yenes por página (unos míseros 8 €).
Algunas revistas semanales alcanzan pérdidas de 20 millones de yenes con cada tirada; teniendo en cuenta que perfectamente pueden llegar a publicar 50 números en un año, ello supondría una pérdida de mil millones de yenes al año, que serían cubiertas con las ganancias obtenidas de las ventas de los tankoubon.
Aunque unas pocas revistas otorguen un margen de beneficios a sus editoriales con cada tirada semanal, la realidad muestra que más del 90% de las editoriales sufren grandes pérdidas con cada publicación.
Syuho Sato comenta que este modelo de negocio está claramente obsoleto, por lo que se está preparando para el día en el que las revistas impresas dejen de existir.
Años recientes:
Shin Blackjack ni yoroshiku: 35.000 yenes por página (250 €)
Tokkou no shima: 25.000 yenes por página (190 €)
Un autor de 4komas puede obtener de 10.000 a 20.000 yenes (de 77 a 150 €) por tira, aunque existen personas que reciben una paga aún más baja. El número de páginas que se les reserva en una revista para publicar sus tiras suele ser bastante bajo, teniendo en cuenta que ellos gastan directamente una idea en una sola tira mientras que en los manga la misma idea podría estirarse hasta ocupar unos 3 o 4 capítulos. Por otra parte, un autor de 4komas puede hacer todo el trabajo solo, mientras que una historia dentro de un manga requiere de la ayuda de asistentes, lo que supone un gasto adicional que ha de cubrir el autor.
Hay casos en los que un escritor y dibujante trabajan juntos en la realización de un manga, el escritor suele ser remunerado con una cantidad de dinero más alta por haber escrito la historia original. Sin embargo, cuando el artista se encarga al mismo tiempo de escribir la historia y del dibujo, éste no recibe pago alguno por haber escrito la historia original.
Syuho Sato, preguntó si podía fingir que tenía un escritor llamado Sato y un dibujante llamado Syuho para poder recibir honorarios tanto por el dibujo como por la historia, pero su propuesta no funcionó. Según los editores, el pago extra que se le da al escritor es un plus por parte de la editorial, pero que en realidad no tienen que pagar ese dinero.
El autor del manga adquiere un 10% de beneficio en concepto de derechos de autor por todos los mangas vendidos, porcentaje que no varía a pesar de que las ventas sí lo hacen. Sin embargo, la editorial sí que gana más dinero cuando las ventas de un manga son favorables. Sato intentó solicitar un incremento de los beneficios obtenidos para aquellas ocasiones en las que sus obras se estuviesen vendiendo bastante, ya que la editorial si que aumenta sus beneficios cuando esto ocurre. Su solicitud fue rechazada, según la editorial el autor debería estar contento con ese 10% por derechos de autor ya que no ha de afrontar el riesgo de acumular toneladas de restos de existencias si un manga no vende bien.
Ese 10% obtenido por parte del autor del manga se calcula sobre la cantidad de libros vendidos, por lo que, por cada libro de 500 yenes (4 € ) el autor recibiría 50 yenes (30 céntimos de €). Técnicamente, estos derechos de autor no se basan en el número de libros vendidos, sino en el número de libros impresos.
No importa cuántos tomos se vendan, el autor recibirá tan sólo 50 yenes por cada uno, pero para la editorial a más tomos vendan, más beneficios que obtendrán, ya que los costes de producción y otros gastos varios disminuyen al ser mayor la tirada.
Partes del Especial:
Fuente: SatoShuho vía Canned Dogs
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