El salón abrió sus puertas a las 11 de la mañana del sábado, con una cola de bastantes metros tras la puerta de entrada. Tras un rápido encuentro con Toka, hacernos con el gran planing del evento (grande por la grandísima cantidad de actividades que se ofrecían) y dar una vuelta de reconocimiento por el pabellón central de Fermasa, acudimos a nuestra primera cita a las 12h.
En el aljibe, la zona del evento dedicada a las charlas, empezaba una interesante discusión centrada a lo «kawaii» en la cultura visual japonesa, y cómo esto ha influido en la situación actual de la moda pop nipona, así como en el resto del mundo. Por otra parte y de forma paralela, en el salón de actos teníamos una cita con el taller de comida japonesa.
Una mañana plagada de actividades, charlas, proyecciones, espectáculos en el escenario… si por algo se ha caracterizado este salón ha sido por ofrecer al público decenas de cosas por hacer en cualquier momento del día.
Toda esta lista de actividades se redondeaba por el Matsuri, una zona del recinto dedicada al festival japonés, con pequeñas carpas dedicadas a juegos tradicionales japoneses.
Además del Matsuri, y la mangateka situada detrás de éste, otras zonas habilitadas del pabellón eran el Tatami (para desarrollar actividades como Softcombat), la zona de talleres y la de exposiciones.
Con respecto a esta última, pudimos ver varias exposiciones. Una de ellas, quizás la más interesante, fue la de Reinventando a Miyazaki, protagonizada por distintas ilustraciones de varios autores en las que se representaban a distintos personajes de las obras de Hayao Miyazaki, bajo un nuevo punto de vista. Otra exposición a destacar fue El arte de Belén Ortega, con páginas originales de su manga Himawari, de próxima publicación por parte de la editorial Glénat en la nueva línea Gaijin.
También había una exposición donde se mostraba un dormitorio japonés, así como otra dedicada al ikebana, con una muestra de algunos ejemplos de este arte; sin olvidarnos de una blythes, y sólo el domingo, una exposición de Ball Jointed Dolls.
Siguiendo el transcurso del día, llegó la hora de comer, y en el puesto de comida japonesa había que esperar una de esas irritables colas para hacerse con una pequeña muestra del arte culinario oriental, y es que, es típico de cualquier salón, que la horita de cola en estos casos es difícilmente evitable. Aunque siempre puedes comer otra cosa.
Llegadas las 5 de la tarde, tras un rato de relax tras la comida, estaba programado el concierto de Disaster Vangh, el cual fue retrasado por el descontento de los guitarristas con el sonido.
Visto el panorama, y que a las 5 y media, hora a la que comenzaría finalmente el concierto, era el turno de una presentación bastante más interesante, fui hacia allá.
Y es que en el salón de actos se presentaba el documental Tokio Ciudad Animada, encabezado por Kumiko Masame. Un documental muy interesante que centra su atención en distintas partes de la cultura geek y otaku japonesa, en el cual, se entrevista a distintas personalidades como Yoshitaka Amano, uno de los creadores de Final Fantasy. Un recorrido por el Japón más actual, transportándonos a esos lugares tan conocidos por los aficionados.
Terminada la presentación aún quedaba tiempo de ver la última parte del concierto. ¿Qué decir del grupo? Pues, a parte de que el cantante tenía el ego por las nubes, poco más.
Y el día seguía su curso sin parar, hasta llegar la hora del cosplay. La Blasa se pasó también por allí dejando claro que estuvo en el evento. Otro de los cosplays que destacó, pero que no estaba relacionado con la cultura japonesa, y que por lo tanto no optaba a concurso, fue el cosplay del anciano protagonista de Up, con una interpretación muy divertida.
Respecto a los ganadores, el mejor cosplay de grupo fue para la actuación de Rozen Maiden; el mejor cosplay individual se lo llevó Leon de Kingdom Hearts; y la mejor actuación fue para Zell, de Final Fantasy.
El día llegaba a su fin, pero aún quedaban muchas actividades, charlas, así como proyecciones y juegos en el Matsuri por hacer. Y una vez llegaron las 9, el final definitivo del día, aún quedaba algo más con lo que sorprendernos.
A las 9 de la noche, cuando gran parte de la gente ya se había ido (una pena, la verdad) llegaba el momento de finiquitar el día con una de las actividades más especiales del fin de semana. Hablamos del Hanabi y el Tanabata.
Empezamos encendiendo vengalas, que eran prendidas unas con otras entre los allí presentes, dando lugar a una imagen bastante típica del festival japonés, y momentos después tuvo lugar una maravillosa demostración de fuegos artificiales, que terminó de hacer de aquella experiencia algo aún mejor.
Así acababa un día lleno de diversión de principio a fin, en el que difícilmente era posible aburrirse, pues la cantidad de actividades ofrecidas fue abrumadora. Y es que, es de agradecer que se presente la posibilidad de vivir este tipo de salones, que escapan un poco de la rutina de los eventos españoles, y que aportan algo novedoso, divertido y reconfortante al aficionado, que quiera y sepa ver que los salones del manga son algo más que stands para hacer compras.
El mantel de actividades era impresionante y es muy de agradecer que un salón pueda plantar cara a otros eventos de mayor envergadura del país en cuanto a programación de actividades.
Sin más, acaba un evento que ha conseguido mucho tratándose de su primer año en la ciudad, y habrá que permanecer atentos a qué nos ofrece el año que viene en ambas ediciones.
¡Hasta la próxima!
Facebook
Twitter
Pinterest
Instagram
YouTube
RSS