Los notables esfuerzos del conocido estudio Production I.G por aunar un relato divulgativo singular con el empeño de esclarecer la inquietante personalidad de un hombre «out of time» se pierden durante 72 minutos en una producción con buenas intenciones, pero abocada al fracaso.Por Quique C. ‘Black&White’Miyamoto Musashi, el reflejo del samurai a través del tiempo
En realidad, lo importante no es la existencia de Musashi, ni los enemigos que mató, ni las hazañas que logró. Sino la proyección derivada de su historia. El reflejo creado por las posteriores generaciones y cómo su imagen ha adquirido varios significados según el momento.
Uno de los pocos aciertos del film es la voluntad de llegar al verdadero Musahi y cómo su nombre fue utilizado con fines políticos e ideológicos. Para ello, Mamoru Oshii, en la labor de productor y guionista, y el director Mizuno Nishikubo parten de la ingente cantidad de documentos históricos oficiales y narraciones populares, (sus orígenes, su participación en la batalla de Sekigahara, el traumático enfrentamiento contra Kojiro Sasaki, su vida errante, sin olvidar, una curiosa contextualización histórica de los caballeros, su filosofía vital y su correspondiente código de lucha de occidente y oriente, etc.), sobre un personaje, que no perteneció a su época, para hilvanar una historia con la presencia de fondo del mítico El Libro de los cinco anillos (Go-rin no sho), toda una declaración espiritual sobre el arte de la guerra, del propio Musahi.
Sin embargo, su propuesta acaba en una batería de información exenta de apoyo bibliográfico y carente de justificación académica. La única verdad es la que cuenta el rollizo maestro de ceremonias, una suerte de profesor Miyagui que conduce todo el relato. (De hecho, sólo en una ocasión se menciona un libro en concreto). Es más, la intención de desmitificar la leyenda pierde toda coherencia al introducir escenas de lucha propias de cualquier largometraje de animación. El realismo o la búsqueda de la auténtica batalla de antaño (la desafortunada demostración de la técnica de lucha desarrollada por Musahi en 3D no ayuda del todo) se diluye completamente, reforzando aún más la propia mitificación del protagonista.
Aunque las escenas de acción, dinámicas y poderosas, están muy bien producidas, el tratamiento visual y “la puesta en escena” (un blanco y negro vintage muy poco original con elementos de suspense propios del mundo de la ficción) consiguen un efecto contrario al deseado: ensalzar la leyenda. ¡Toda una incoherencia!
La propuesta narrativa incluye los adornos musicales de acertados cantos rokyoku e instrumentos tradicionales como el koto, pero, también, innecesarios y absurdos temas pop. No existe ninguna necesidad de añadir semejantes melodías, ya que pierde lógica en la propia recreación de la historia. No aportan valor, ni ningún significado especial a las imágenes. Así pues, el montaje empático logra un fatal contrapunto nada consecuente con el planteamiento inicial.
Por último, resaltar brevemente la falta de ritmo de una película que parece más un vídeo divulgativo de Educación Primaria. Una pena.
Lo Mejor: La intención de querer enfocar a Musahi Miyamoto como un reflejo cambiante del devenir de los tiempos.
Lo Peor: La incoherencia de la propuesta, la falta de una correcta documentación para el espectador y un ritmo narrativo cansino.
Ficha Técnica:
Título Original: Miyamoto Musashi: Soken Ni Haseru Yume
Director: Mizuno Nishikubo
Productor: Mamoru Oshii
Productores ejecutivos: Yoko Kogawa, Mitsuhisa Ishikawa
Guión: Mamoru Oshii
Fotografía: Hisashi Ezura
Montaje: Junichi Uematsu
Música: Takeharu Kunimoto
Diseño de personajes: Kazuto Nakazawa
Director de animación: Kazuchika Kise
Dirección artística: Shuichi Hirata
Nacionalidad: Japón
Año: 2009
Enlaces:
Especial Sitges 2009
Selección Ramen Para Dos Sitges 2009
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