Continuando con el homenaje de 12 meses, 12 autoras, y coincidiendo con la publicación en Japón de la guía de Tragones y Mazmorras, Ramen Para Dos ha decidido homenajear durante febrero a la autora Ryôko Kui. Esta joven y elusiva autora ha conseguido con tan solo cuatro obras publicadas, convertirse en una referencia en el mundo del manganime gracias a un estilo de escritura y humor diferente.
Una corta carrera
Desgraciadamente no se conoce mucho de la vida de Ryôko Kui. Como gran parte de los mangakas actuales, comenzó publicando ilustraciones y pequeñas historias a través de redes sociales y su página web, y asistiendo a varias convenciones. Pero no fue hasta 2011 cuando debutó con la antología de historias cortas Ryuu no Gakkou wa Yama no Ue, recopilada en un solo volumen.
Siguiendo la estela de esta obra, en 2012 la autora publica una nueva antología de historias cortas con el nombre de los Los 7 hijos del dragón (Ryuu no Kawaii Nanatsu no Ko) y en 2013 Hikidashi ni Terrarium en otro tomo recopilatorio. Esta última obra le valió el Premio a la Excelencia en la División de Manga en el 17º Festival de Artes de Medios de Japón.
A partir de ese momento, la autora seguiría escribiendo pequeñas historias y colaborando con la revista Harta de Enterbrain , hasta que en 2014 comenzó la publicación de la obra que le llevaría al reconocimiento de crítica y público, Tragones y Mazmorras (Dungeon Meshi). Actualmente esta obra cuenta con 10 volúmenes recopilatorios publicados en Japón, así como una guía de la obra.
Pequeñas dosis de fantasía
La primera etapa de Ryôko Kui, desde sus inicios en redes sociales y en convenciones hasta el inicio de Tragones y mazmorras, se caracteriza por múltiples antologías de historias. La mayor parte de estas historias, por no decir todas, tienden a incorporar elementos de fantasía, ya sea directamente en mundos de fantasía medieval o casi costumbristas en el mundo actual rozando el realismo mágico.
El talento de Ryôko Kui es convertir lo increíble en mundano, borrando la línea que existe entre la fantasía y realidad, sin que el lector sea capaz de diferenciarlas. Esto se puede ver en todas sus obras, pero se aprecia sobretodo en sus obras más cercanas al realismo mágico como Haru de Hikidashi ni Terrarium o Mi deidad particular de Los 7 hijos del Dragón, donde situaciones totalmente inverosímiles e increíbles son totalmente coherentes en esos mundos.
Si bien Ryuu no Gakkou wa Yama no Ue, la primera antología de la autora, es la más floja de sus recopilatorios, es quizá el punto ideal para entender la evolución de la autora. Historias como Kikyou, Maou o Maoujou Mondai nos muestran historias claramente inspiradas en la fantasía tradicional occidental con un tono en general bastante melancólico. Esto contrasta con sus relatos de inspiración tradicional japonesa, donde son mucho menos dramáticas las historias, como Daikonsan no Yome Sagashi, o directamente tienden a la aventura o a la comedia, como El humilde Byakuroku de Los 7 hijos del dragón.
Por otro lado, relatos fantásticos que casi llegan al realismo mágico como Gendai Shinwa son el ejemplo claro de la habilidad de la autora de integrar elementos inverosímiles o fantásticos en sus historias manteniendo la coherencia interna de las mismas. Esto se ve claramente en sus siguientes antologías, Los 7 hijos del dragón y, sobretodo, la premiada Hikidashi ni Terrarium, donde la autora sin dejar del todo de lado la fantasía abraza totalmente el realismo mágico.
Los 7 hijos del dragón, la siguiente antología publicada tras Ryuu no Gakkou wa Yama no Ue, ahonda en las virtudes de la autora. Con muchos menos relatos de fantasía tradicional y más ambientada en el mundo actual, o directamente entrando en el realismo mágico, se nota una madurez en la autora a la hora de contar historias.
Por último, la tercera antología de la autora, Hikidashi ni Terrarium, contiene relatos mucho más cortos, pero más variados que en las anteriores antologías. Se puede apreciar claramente como la autora experimenta a lo largo de esta colección de relatos, ya sea con múltiples temáticas, estilos de dibujos muy diferentes o una gran variedad de tonos. Aún con toda esta variedad de estilos, se nota la preferencia de la autora por un tono cómico, a veces rayando el absurdo, que casi deja entrever su siguiente obra.
La mazmorra más deliciosa
Comenzando su publicación en 1994 en la revista Harta de Enterbrain, con 10 volúmenes y varios premios a sus espaldas, Tragones y mazmorras (Dungeon meshi en el japonés original) es, sin duda, el Magnum Opus de la autora. Esta obra supone un salto cualitativo en la carrera de la autora, comparándola con previos trabajos.
Si bien en anteriores obras cortas, la autora ya había tratado historias de fantasía occidental, no es sino hasta esta obra cuando Ryôko Kui decide sumergirse totalmente en el género. De hecho, la autora ha mostrado en repetidas ocasiones su pasión por obras de ficción de fantasía occidental, como por ejemplo, la saga de videojuegos Baldur’s Gate.
Tragones y mazmorras trata la historia de un grupo de personajes que deben ir al fondo de una mazmorra para rescatar a la hermana del protagonista, que previamente ha sido engullida por un dragón. Pero para poder aguantar esta travesía, no les quedará más remedio que comer, y quizá apreciar, a los diferentes monstruos que se encuentren a lo largo de su aventura.
Es increíble como esta obra, que no debería funcionar, no solo funciona, sino que se ha convertido en una de las comedias de fantasía más importantes de la actualidad. Porque donde otras de fantasía habrían caído en el error de copiar estructuras habituales del género, Dungeon Meshi juega con ideas preconcebidas y patrones, y las integra de manera orgánica en la obra gracias a la habilidad magistral de la autora de convertir la situación más increíble en las experiencia más mundana y normal para el lector.
Lo primero que observa el lector al empezar a leer Tragones y Mazmorras es el salto cualitativo en el dibujo de la autora. La autora reemplaza un estilo de dibujo de trazos simples, con uno más detallado donde añade más elementos tanto a los personajes como al fondo. Además, esta evolución no solo ocurre al principio de la obra, sino también durante la misma. De hecho si se comparan los últimos volúmenes de esta obra con obras previas de la autora parecen hechas por artistas diferentes.
Esta evolución artística no solo se ve dentro de la obra, sino que también se aprecia en todos los diseños, y dibujos que la artista crea alrededor de la misma (gran parte de estos recopilados en la guía publicada recientemente en Japón). En estos diseños se puede apreciar el interés de la artista por crear descripciones detalladas y realistas de personajes y situaciones (como se puede ver en los esquemas de los diferentes animales de mazmorra). También se observa una mejora a la hora de diseñar personajes, evitando caer en uso de clichés de personajes, ya sean fantásticos o humanos, o simplemente evitando caer en problemas habituales de ilustradores, como por ejemplo creando diseños de personajes tan similares que solo puedan distinguirse por la ropa que llevan.
Por otro lado esta obra, desde un punto de vista narrativo, supone un punto de inflexión con respecto al resto de obras previas de la autora. Para empezar, Tragones y Mazmorras no solo es una historia mucho más grande en extensión y volumen, que las clásicas obras de la autora, sino que por primera el mundo ya no solo sirve a la historia, sino que por fin la historia es una de las múltiples que podrían haberse contado en ese mundo. Este segundo punto se hace más evidente a medida que avanza la historia y sobretodo tras la reciente publicación de La guía de Dungeon Meshi en Japón.
La mayor parte de la comedia de Tragones y Mazmorras proviene de unos personajes entrañables y de sus interacciones con el mundo que habitan. Ya sea desde algo tan mundano como cocinar a una cocatriz, hasta algo tan absurdo como ordeñar a un minotauro, estas situaciones nunca llegan a ser incoherentes con la lógica interna del mundo y aportan y consiguen que el viaje de los personajes a través de la mazmorra sea mucho más entretenido.
No obstante, no todo es comedia en este manga. A medida que la historia avanza, se van mostrando escenas y personajes mucho más oscuros de lo que cualquier lector esperaría de este manga. Pero de la misma manera que con las escenas de comedia, estos personajes se integran de manera natural en la historia, creando un contraste perfecto con el tono más de comedia del manga.
Esta obra ha sido nominada al premio Manga Taisho Award en las ediciones de 2016, 2017, 2018 y 2019, además de haber estado en el primer y sexto puesto en el listado de mejor manga para hombres de de la guía Kono Manga ga Sugoi! de los años 2016 y 2017. Además esta obra recogió gran notoriedad después del corto animado promocional realizado por Studio Trigger, por la publicación del octavo volumen recopilatorio del manga.
Ryôko Kui en España
Aún con tan solo tres antologías publicadas y una obra en publicación, en España hemos tenido la suerte de que Milky Way Ediciones se haya fijado en esta autora. Por un lado la editorial ha traído a España la recopilación de historias cortas, Ryuu no Kawaii Nanatsu no Ko con el título de Los 7 hijos del dragón.
Por otro lado, Milky Way Ediciones también ha traído a España la obra estrella de la autora, Dungeon Meshi, con el maravilloso título de Tragones y Mazmorras. Esta obra cuenta, al momento de redacción de este artículo, con 8 volúmenes publicados en España.
Un futuro fantástico
Tras la reciente publicación del décimo tomo recopilatorio de Tragones y Mazmorras en Japón, y aún con un ritmo de publicación mensual, los lectores ya pueden entrever el final de la historia. Y aún, en el mejor de los casos, con un par de años de publicación restante quizá es un buen momento para preguntarse sobre el futuro de esta autora.
Cualquier persona que investigue la carrera de Ryôko Kui verá una gran progresión en sus habilidades como artista. Desde unos comienzos humildes, con trazos sencillos e historias cortas, hasta la actualidad con diseños de personajes y dibujos complejos y llenos de matices e historias interesantes que atrapan al lector, la autora ha pegado un salto cualitativo en sus habilidades en muy poco tiempo. Y aunque no hay seguro, y la competencia del sector es atroz, no deberíamos perder de vista a esta autora porque sin duda nos traerá obras diferentes, divertidas y que añadan un poco de fantasía al día a día.
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