Bienvenidos a las impresiones de un nuevo capítulo de la serie animada de One Piece. En esta ocasión analizamos el episodio número 819, emitido el 24 de diciembre de 2017. Seguimos recordando que este artículo contiene spoilers.
En este episodio, titulado “El deseo de Sora. Sanji, el fracaso del Germa”, Reiju se encuentra en reposo tras haber sido atendido por los médicos de Big Mom, mientras tanto Sanji aprovecha para colarse en la habitación sin ser visto. Por otra parte, Nami y Luffy son salvados por Jinbe, el cual les libera de la prisión en la que se encontraban.
Luffy como en todo momento inesperado, dice tener hambre, pero recuerda lo que le prometió a Sanji. Aún así, impulsivamente sale corriendo a buscar a su amigo mientras deja a Nami con Jinbe. Sanji habla con Reiju de lo ocurrido y se da cuenta de que han caído en la trampa de Big Mom. Reiju le anima a escapar con sus amigos sin más dilación.
En un flashback de Reiju, se observa una discusión entre sus padres, donde debatían el destino de sus hijos. Sora, la madre de Sanji, no quería que sus hijos fueran máquinas de matar y se oponía en todo momento. Pero desde el momento en que murió Sora, Sanji fue el culpable de todo lo que le ocurría a los Vinsmoke, siendo maltratado y repudiado, tanto física como psicológicamente al ser el más humano de los hermanos.
Este capítulo vuelve a dejarnos en un punto de inflexión ante los hechos que están aconteciendo. En esta ocasión hemos visto la diferencia entre ser humano y ser una máquina, o mejor dicho, no tener sentimientos hacia nada ni hacia nadie. One Piece siempre tiene lecciones que dar en cualquier momento, y este ha sido uno de ellos antes de que empiece la gran batalla contra Big Mom.
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