¡AHORA SI! Guardianes de la noche: Kimetsu no Yaiba continua, finalmente, con su nuevo arco: el del barrio del placer. Tras revivir el doloroso arco del tren infinito nos adentramos en calles desconocidas, los demonios acechan en cada esquina y no hay mejor manera de dar el primer paso que con un capitulo de 47 minutos de duración.
Cada domingo a las 17:45 (hora española peninsular), Crunchyroll estrenará un nuevo episodio en su simulcast en versión original con subtítulos en español, una hora después de la emisión en Japón. Desde Ramen Para Dos, en nuestra review haremos también una pequeña recapitulación del regreso de una de las series más populares del momento. Aunque antes recordar que las siguientes líneas contienen spoilers de la trama del episodio.
El inicio del capítulo nos vuelve a poner en contexto, la muerte de Rengoku será un punto de inflexión para nuestros protagonistas. El dolor de la pérdida de una persona tan admirable como el Pilar del fuego hará que quieran volverse más fuertes. Pero el episodio no nos deja respirar y pasamos a un lugar totalmente diferente y desconocido. Una familia presume de su hijo, el cuál parece que tiene una enfermedad sensible en la piel y que, por ende, no puede darle la luz del sol. Nos encontramos al joven hojeando la biblioteca de su hogar, cuando el ventanal se abre de par. Ahí nos encontramos a Akaza.
La Tercera luna superior informa del enfrentamiento a su superior, Muzan. Akaza explica que no ha podido encontrar ningún lirio azul y que había conseguido encargarse de un Pilar, como no podía ser de otra manera el demonio lo explica de manera orgullosa y altiva. Por desgracia, el líder de los demonios, en forma de niño, se pone serio. Esa hazaña no estaba a la altura de los deseos de su superior, como mínimo, él deseaba que acabara con todos los cazademonios del tren. Esto se convierte rápidamente en una reprimenda física a Akaza, dejándole malherido y demostrando así, una vez más, la superioridad de Muzan. La Tercera luna superior superado por la situación decide irse. Al recordar las palabras de Tanjiro mientras este escapaba, Akaza se lanza a destruir la espada que le había clavado el joven cazademonios. Un Akaza colérico esperará con ansias un rencuentro para poder acabar con él.
Tras esto, volvemos a nuestro trio protagonista, descansando en la sede de los cazademonios e intentan recuperarse de las heridas recibidas en la misión del tren infinito. Aunque debería ser algo obvio, Tanjiro hace caso omiso y con la ayuda del pájaro de Rengoku, este se dirige a la casa de la familia del Pilar del fuego. Tal y como le había dicho Rengoku en sus últimas palabras, el joven podría encontrar algunas respuestas en los libros familiares sobre la danza del dios del fuego. Al llegar, Tanjiro se encuentra con el entristecido y joven hermano de Rengoku, Senjuro.
Por desgracia, la charla con el joven no dura demasiado ya que el padre de Rengoku, borracho, les interrumpe. Tanjiro intenta excusarse y darle el pésame antes de explicar el porqué de su visita. Aunque, Shinjuro le interrumpe al fijarse en sus pendientes Hanafuda, algo que hace alterarle. El padre del pilar del fuego reacciona con algo de agresividad y temor. Él relaciona estos pendientes con la respiración del sol, la respiración primigenia y de la que derivan el resto de respiraciones. Entre confusión, gritos e insultos, Shinjuro y Tanjiro se enfrentan, donde el joven cazademonios claramente acaba perdiendo y desmayándose.
Al despertarse, Tanjiro se encuentra junto a Senjuro. Ambos hablan sobre los últimos momentos de vida de Rengoku. Sin duda, el pequeño de la familia está afectado por la muerte de su hermano. A pesar de esforzarse al máximo, Senjuro nunca logró cambiar el color de la katana y, por más que le gustaría, se ve obligado a romper el legado de los pilares del fuego de su familia. Se siente insuficiente, se siente débil. Una sensación muy similar a la que tiene Tanjiro tras la muerte de Rengoku. Tras compartir sus vivencias, el joven Senjuro le enseña las escrituras a Tanjiro. Por desgracia, poco pueden sacar en claro. Las escrituras están totalmente destrozadas e ilegibles. Sin respuestas, e incluso con más dudas, Tanjiro abandona la residencia.
Shinjuro vuelve de buscar más saque y Senjuro, entre dudas, se acerca para avisar a su padre que Tanjiro ya se había ido. El pequeño intenta sacar el tema, pero su padre es tajante. Estaba seguro que Rengoku no había dicho nada bueno de él en su lecho de muerte. Senjuro, gracias a la explicación de Tanjiro, puede afirmar lo contrario. «Cuida de tu salud», fueron las últimas palabras dirigidas a su padre de parte del pilar del fuego. Después de mucho aguantar, el padre arranca a llorar. En esta escena, se demuestra que la dirección detrás de Kimetsu no Yaiba va más allá de hacer escenas de acción increíbles. La banda sonora y los tiempos de silencio que se toman para expresar todo lo que deben, logran calar hondo en el espectador y dejar una escena potente y emotiva para cerrar todo lo relacionado con la muerte de Rengoku. Aunque, sin duda, la perdida del pilar del fuego seguirá siendo un tema fundamental para nuestro trío de protagonistas.
Tres meses después, Tanjiro, Zenitsu e Inosuke entrenan sin descanso para convertirse en unos cazademonios que puedan defender a los demás. Estas escenas nos demuestran la vitalidad y motivación del trio protagonista. Además, podemos ver una pequeña misión entre Tanjiro y Nezuko donde se enfrentan a un demonio. Nos encontramos a un Tanjiro que ya no se piensa dos veces a la hora de acabar con un demonio y que, sobre todo, logra compenetrarse perfectamente con su hermana. A estas escenas no le faltan su buena dosis de humor repleta de caras locas como las lloreras de Zenitsu, o las incesantes broncas de Hotaru Haganezuko a Tanjiro por romper su katana.
Al regresar de la misión con su hermana, nuestro protagonista escucha unos gritos dentro de la sede de cazademonios. Un chico musculoso y extravagante está llevando a algunas de las chicas en sus brazo, se las quiere llevar para una misión. Kanao, presente en la escena, intenta actuar, pero su indecisión no lo permite, desea lanzar la moneda. En ese momento, las palabras de Tanjiro resuenan en su cabeza. La joven cazademonios actúa según dicta su corazón y se abalanza contra el chico musculoso para intentar frenarlo. Tanjiro entra por la puerta y se encuentra con una situación incomprensible, casi sin dudarlo se lanza para asestar un cabezazo al chico. De manera ágil, él lo esquiva.
Entre tanto jaleo, el ostentoso chico se presenta. Se trata de Tengen Uzui, Pilar del sonido. Y lo dice claramente: necesita tres chicas del cuerpo para su próxima misión. Nuestro trio protagonista no lo duda, e insisten en que les lleven con él, ellos sustituirán a las chicas que no querían ir. Los jóvenes, junto al Pilar del sonido, se enfrentarán al barrio rojo, donde los demonios poderosos acechan en cada esquina en la oscuridad de la noche. Veremos si Tanjiro, Zenitsu e Inosuke están a la altura de esta misión.
Antes de acabar el episodio, podemos escuchar y ver el nuevo opening «Zankyosanka», interpretado por Aimer. Ufotable nos ofrece un primer capítulo con una duración más larga de lo habitual que deja espacio para un poco de todo: acción, drama y comedia. Un cóctel caótico que funciona perfectamente bajo una dirección inteligente, una banda sonora memorable y una animación del más alto nivel. Entre todo esto, el nuevo opening solo pone la guinda a un capítulo casi perfecto para iniciar un nuevo arco. Con nuevas dudas y fuerzas renovadas acompañaremos a nuestros protagonistas a territorio desconocido, aunque, por suerte, irán acompañados del extravagante Tengen Uzui. Ahora sí, adentrémonos en el barrio rojo del entretenimiento.
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