Ya están aquí las impresiones de Dragon Ball Super con el capítulo 75, titulado “Goku y Krilin: hacia el nostálgico lugar de entrenamiento” y que se emitió el pasado 22 de enero de 2017. Se recuerda a los lectores que en esta review se desvelan elementos del argumento del capítulo, por lo que si eres curioso o bien quieres comparar opiniones te animamos a seguir leyendo.
Gokuh se aburre y tiene mono de pelear un poco para entrenar, pero todos los posibles adversarios se encuentran ocupados. Gohan es el único que se ofrece para un breve entretenimiento caracterizado como Gran Saiyaman, pero debe volver rápido a sus deberes habituales.
Por esta razón, el saiyan decide buscar a su antiguo compañero de fatigas Krilin, el cual se encuentra trabajando de policía en Satan City, donde resulta herido de bala en el brazo al intentar detener unos atracadores. Ya en casa de Krilin, Gokuh le pide que sea su compañero de entrenamiento, pero éste declina la oferta porque no se siente un digno rival para él. Aunque A-18 y su hija Marron lo animan a unirse a su amigo al considerarlo alguien con más fuerza y actitud. Finalmente, nuestro amigo acepta la proposición del saiyan, por lo que deciden ir a la isla de su antiguo maestro Kame Shenin para que vuelva a adiestrarlos.
Una vez en la Kame House, y con soborno de revistas eróticas incluido, Mutenroy le proporciona un traje de tortuga, el cual parece sacado de los que se ponen en la Plaza Mayor de Madrid para hacerse fotos con los niños. Dicho disfraz limita el poder de Gokuh ofreciendo a Krilin una posibilidad de ganar en en un combate contra este. Debido a que el traje no es suficiente, el viejo maestro les manda a buscar la planta paraíso, la cual se encuentra en una isla especial plagada de peligros, sirviendo estos de entrenamiento.
Una vez llegan a la isla, les recibe Uranai Baba, la cual les da las indicaciones de la prueba. Gokuh y Krilin parten en busca de la planta paraíso a través de un inhóspito bosque en el que de repente aparecen varios de los enemigos con los que se enfrentaron ya en el pasado.
Este capítulo apela a la nostalgia de manera descarada, plagado de guiños y detalles que el fan de Dragon Ball sabrá apreciar, como el breve flashback del entrenamiento de Gokuh y Krilin cuando eran niños, el retorno de Uranai Baba o la entrada con forma de cabeza de demonio del bosque, la cual es idéntica a la que se encuentra en la sala de lucha del Váter del diablo del complejo de la adivina.
Aparte de estos detalles, comprobamos con tristeza que Krilin, en contra de lo que todos pudiéramos pensar, no es a prueba de balas. Algo que ya creíamos superado desde prácticamente los primeros tomos de la serie. El episodio se queda con el cliffhanger de recuperar a los villanos clásicos de la serie, en lo que parece un intento desesperado de conseguir cierta audiencia.
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