Continuamos con las reviews de Capitán Tsubasa con nuestras impresiones del episodio 8 del remake del clásico de Yoichi Takahashi. Como siempre recordamos que las siguientes líneas pueden contener spoilers y recomendamos no seguir leyendo si no se quieren descubrir detalles de la trama.
El episodio anterior había finalizado con Genzo Wabayashi animando a sus compañeros a meter 50 goles al Nankatsu. Una orden un tanto descabellada (incluso dentro de Capitán Tsubasa), pero fruto del enfado del portero con Tsubasa que parecía asumir una actitud defensiva en el partido. Un plan orquestado por Roberto y que causa gran desconcierto en el Shutetsu.
El partido transcurre de manera dinámica y donde prácticamente la emoción se respira en cada pase y jugada. El Shutetsu no para de atacar, pero siempre aparece Tsubasa como última línea de defensa del Nankatsu. Además, el Shutetsu se sorprenden de cómo ha mejorado el equipo de Ishizaki, que ha dejado de ser el pelele que era en anteriores enfrentamientos y planteando el partido de tú a tú.
Aunque es Wakabayashi el que verdaderamente se ve afectado por el cambio de Nankatsu y, sobre todo, que Tsubasa no le dispare ni un solo tiro. Aunque antes de finalizar la primera parte pica al 10 para que tire a puerta. Tras empezar el eslalon en su propia área, Oozora acaba delante de Genzo quien repele el disparo desviándolo a corner. Pero no queda ahí la cosa, dado que la estrella del Nankatsu consigue engañar al portero y casi mete gol tras un magistral centro desde la esquina. No obstante, el palo consigue evitar el gol.
A lo largo de la primera parte, vemos cómo el miedo empieza a asomarse bajo la gorra de Genzo Wakabayashi, al ver que todo su entrenamiento puede no haber servido para nada. Vemos cómo el portero empieza a humanizarse y empieza a temer el fracaso. De ahí que le pida desesperadamente a sus compañeros que ganen aunque sea de un solo gol de ventaja.
Un gol esperado gol que llega en la segunda parte, debido en gran parte al factor suerte. Tras un potente saque de banda de Takasugi, tiene lugar un encontronazo entre Tsubasa e Izawa que acaba con los dos en el suelo. El rechace cae en Okawa que, a pesar de todo, sigue siendo un negado con el balón, algo que aprovecha Kisugi para meter gol.
Pero como no podía ser de otra manera, Tsubasa reacciona instintivamente, sobre todo motivado por las palabras de ánimo de su padre que ha acudido a ver el partido. Aunque para sorpresa de todos, Tsubasa tira desde el medio campo, concluyendo el episodio de manera brusca y dejándonos con la miel en los labios.
Estamos ante uno de los primeros grandes partidos de Capitán Tsubasa y por el momento no está decepcionando. Un partido con ritmo, y donde la animación y diseño está ofreciendo escenas épicas. Aunque algunas pueden resultar exageradas, no hay que olvidar que eran estas jugadas las que nos cautivaban de pequeños y que David Production ha sabido actualizar a los nuevos tiempos. Es por ello que el próximo episodio promete ser de lo más interesante porque por fin veremos el enfrentamiento de Tsubasa y a Genzo, a Oliver y Benji.
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