Ataque a los titanes es, definitivamente, una de las grandes historias de los últimos años y «La partida perfecta» es la clara muestra de por qué. Los fans del anime esperaban con ansias la llegada de esta parte de la temporada, pero seguramente no más que los lectores del manga, que esperaban con ansias ver animadas algunas de las escenas más icónicas de la obra escrita y dibujada por Hajime Isayama.
Un domingo más, Selecta Visión ha sido puntual a la cita y desde las 19:40 ofrece el simulcast de esta nueva entrega de Ataque a los Titanes. Sin embargo, antes de comenzar con la review, como siempre, recordamos que las siguientes líneas contienen spoilers de la trama del episodio.
El capítulo inicia con Eren y compañía. El Titán Colosal, cuyo pobre CGI sigue afeando la buena construcción de los episodios, continúa arrasando la ciudad a su paso y Armin debe tomar una decisión. No obstante, las dudas del rubio vuelve a aflorar y no se ve capaz de tomar el mando. Por ello, cede el testigo a Jean, mucho más pragmático y que, si bien no posee la capacidad estratégica de Armin, sí es capaz de tomar decisiones rápidas.
Jean decide tomar las riendas porque sabe que es lo que su amigo necesita para llegar a una conclusión. Si con esto implica que Armin pueda pensar con claridad y ser más consciente de todas sus buenas aptitudes, entonces Jean no duda. Pero, su empeño y tenacidad no son suficientes para pelear contra el Titán Colosal y Eren, que decide enfrentarse a él sin un plan, termina completamente noqueado por una patada que lo deja, literalmente, incrustado sobre la muralla. Las cosas no están saliendo como planeaban, a Armin no se le ocurre nada y, mientras el vapor del Titán Colosal se disipa lentamente, surge la figura del Titán Acorazado, ya recuperado.
No obstante, «La jugada perfecta», se centra especialmente en lo que sucede al otro lado de la muralla. El Titán Bestia lanza rocas contra las Tropas de Reconocimiento, provocando numerosas bajas. Para él, matar a todos esos soldados es como un juego y Levi, al ver los cadáveres de sus compañeros, es más consciente que nunca de que han perdido la batalla. Por primera vez, la serie hace justicia al capitán y le otorga la expresividad que tanto se le echaba en falta en numerosas ocasiones. Es fácil leer el miedo en sus ojos. Solo tienen una opción posible: morir y que Eren y Erwin, las dos piezas fundamentales para la humanidad, regresen sanos y salvos dejándolos al resto atrás, sacrificando sus vidas.
Siempre hay gente que debe sacrificarse por los demás, y más teniendo en cuenta cómo es el universo de Ataque a los Titanes. Aquellos que se han unido al ejército y se han decantado por las Tropas de Reconocimiento han sido siempre los más valientes. Pero ahora estando al borde de la muerte, la fe que tenían en sí mismos y en su valentía se disipa. Nadie desea tener una muerte horrible y mucho menos si carece de sentido.
Erwin y Levi escuchan esas palabras salir de la boca de uno de sus soldados. El capitán Levi se ve con la fuerza necesaria para acercarse al Titán Bestia y matarlo, pero Erwin sabe que eso es imposible. El comandante tiene la certeza de que las bajas son incontables, ni siquiera saben quiénes han sobrevivido a la explosión del Titán Colosal. Necesitan una maniobra de distracción para la que será necesario el sacrificio, no solo de todos esos soldados, sino también del propio Erwin Smith. Si alguien es capaz de convencerlos, ese es él.
En este episodio, Erwin y Levi protagonizan uno de los momentos más emotivos, serios e íntimos de Ataque a los Titanes. Hiroyuki Sawano, por su parte, no falla y sabe cómo tocar la fibra sensible del espectador, acompañando la escena con una hermosa melodía a piano.
Una vez más, el comandante recuerda las vidas de todos los soldados que sacrificó por cumplir su sueño. Entre ellos, pueden verse caras tan conocidas como las de Petra, Mike, Nanaba, Farlan, Isabel e, incluso, la del propio Moblit, cuya última aparición es junto a Hange justo antes de la explosión del Titán Colosal. Ahora que está tan cerca de lograrlo, Erwin deberá sacrificarse al ser la única persona a la que el resto de miembros de las Tropas de Reconocimiento seguirían fervientemente. Erwin Smith es un líder nato, un gran orador, sabe infundir a sus soldados las palabras que necesitan escuchar, y así fue cómo muchos entregaron su corazón, no por la humanidad, sino por una causa mucho mayor. Pero, en esos momentos y visto en perspectiva, hasta el propio Erwin Smith parece dudar de su propio criterio.
Levi, entregado a la misma causa que defiende Erwin Smith, se arrodilla ante él. Aquellos que hayan visto y leído No regrets sabrán cómo surgió el profundo lazo que une a ambos personajes, un lazo inquebrantable que, como bien se explica en la primera parte de esta temporada, los Ackerman desarrollan cuando algo se despierta en su interior. Levi reconoce los esfuerzos que Erwin ha realizado hasta ese momento y, por eso mismo, aligera su carga: le ordena que abandone su sueño y que muera por ellos. El rostro de Erwin se transforma y puede verse en su expresión el alivio de saber que, aunque su sacrificio suponga no ver cumplido ese sueño, su lucha, ni la de los soldados que morirán con él, va a ser en vano.
Seguido por sus soldados, infundiéndoles de valor, Erwin Smith cabalga hacia el Titán Bestia. Una lluvia de roca cae sobre ellos, pero ni el mismísimo Erwin Smith, que parecía invencible, es capaz de evitarla. Su rostro, retorcido por el dolor cuando una de esas rocas golpea con fuerza su estómago, arrancándole parte de las entrañas, es la clara muestra de que ese hombre, siempre imperturbable, también es humano. Si Levi logra su objetivo y usa la fila de titanes que hay (curiosamente, el primer titán al que mata tiene el rostro de Marina Inoue, seiyuu de Armin) para llegar hasta el Titán Bestia y acabar con él, ninguna de esas muertes habrá sido en vano.
Este episodio engrandece la figura de Erwin Smith y lo convierte en un icono, en uno de esos personajes de la animación a los que nunca se olvida. Su frialdad para hacer lo que es necesario cuando es necesario es, quizás, uno de los puntos fuertes de un personaje al que Hajime Isayama ha sabido construir a la perfección. Pero, también, es innegable que el trabajo de Daisuke Ono dándole voz ha sido extraordinario en todas las temporadas y, especialmente, durante este episodio.
Wit Studio recurre una semana más a un cliffhanger para terminar el episodio. La tensión se palpa en el ambiente y las Tropas de Reconocimiento siguen necesitando algo inesperado que logre revertir la situación en la que se encuentran. Todavía quedan muchas incógnitas. ¿Logrará Levi llegar hasta el Titán Bestia y acabar con él? ¿Qué harán Armin y compañía ahora que el Titán Acorazado ha unido fuerzas con el Titán Colosal? Será muy duro esperar una semana para saber cómo continúa.
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