El pasado 16 de agosto se emitió el vigésimo primer capítulo de Boruto: Naruto Next Generations en la plataforma digital Crunchyroll. Se trata de la continuación del ya mítico shônen Naruto. Esta nueva etapa narra las aventuras de Boruto, el joven hijo de Naruto, ya convertido en Hokage, que recorrerá su propio camino del ninja.
Os dejamos con las impresiones de este episodio. Como siempre, recordamos que las siguientes líneas contienen spoilers sobre la trama.
Con el capítulo de esta semana se puede dar por finalizado el arco de “El Séptimo Hokage y el mes de la Primavera Escarlata”. En él hemos podido ver el enfrentamiento final entre Shin Uchiha y sus clones contra Naruto, Sasuke, Sakura, Sarada y Chou Chou. De este choque sin duda el que más ha sobresalido ha sido el protagonizado por Sakura y Shin, con un ritmo vertiginoso y bastante bien animado. Un combate que sin duda ha estado en el top de los combates más ágiles y mejor animados que hemos visto en toda la serie, lo cual contrasta con alguna escena de este mismo capítulo.
También en este capítulo los sentimientos familiares han estado a flor de piel. Hemos visto a Sasuke tener una actitud paternal, la cual contrasta bastante con la imagen fría que siempre hemos tenido de él. Esto ha servido para aclarar definitivamente la gran duda que tenía Sarada sobre la identidad de su madre biológica, quien ha resultado ser Sakura. Esto lo ha corroborado casi al final del episodio Karin, quien ha debutado en la serie discutiendo con Suigetsu, diciéndole que ella asistió a Sakura en el parto y que el cordón umbilical es de Sakura.
Por otro lado, Naruto no ha tenido mucho peso combativo en este episodio, pero a pesar de la insistencia de Sasuke en llamarle blando, decide perdonar la vida a los clones de Shin. Estos han protagonizado el gran punto de giro argumental del capítulo, al rebelarse contra su “padre”. Es entonces cuando comprendemos que estos seres tienen unas motivaciones perfectamente justificables, ya que han sido utilizados como recipientes de órganos para el cuerpo de Shin.
Naruto decide sacar también su lado paternal y decide adoptar a estos clones descarriados y ponerlos en manos de la otra aparición sorpresa del episodio: Kabuto. Es curioso que el rol de Kabuto, quien ahora parece trabajar en la división médica de la aldea, sea ahora el de tutor o mentor de estos seres, ya que cabe recordar que el propio Kabuto es un huérfano de guerra que en su día fue criado por una monja.
El capítulo remata con una entrañable escena familiar entre Sakura, Sarada y Sasuke, quien regresa a Konoha por un día para estar con su mujer y su hija. Lamentablemente el eterno atormentado decide partir al día siguiente para seguir con su misión, no sin antes darle un abrazo a su hija y pasar de Sakura (algunas cosas nunca cambian).
El episodio además posee por primera vez un epílogo en el que Sarada le revela a Boruto que ya ha decidido su gran objetivo en la vida: ser hokage.
Un capítulo trepidante, con una pelea muy destacada, revelaciones y apariciones sorpresa que abre el camino al tercer arco de la serie.
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