El pasado 28 de junio se emitió el decimotercer capítulo de Boruto: Naruto Next Generations en la plataforma digital Crunchyroll. Se trata de la continuación del ya mítico shônen Naruto. Esta nueva etapa narra las aventuras de Boruto, el joven hijo de Naruto, ya convertido en Hokage y quien recorrerá su propio camino del ninja.
Os dejamos con las impresiones de este episodio. Como siempre, recordamos que las siguientes líneas contienen spoilers sobre la trama del mismo.
Encaramos la recta final del arco del ghost, mostrando finalmente todas las cartas sobre la mesa. Un capítulo frenético en el que por fin se ha podido saber toda la verdad: Sumire, la delegada de clase, ha sido quien ha estado controlando al ghost y absorbiendo chakra con el objetivo de resucitar a la Mayuu, una especie de Bijuu que funciona como si de una bomba descomunalmente destructora se tratara.
Sumire es la hija de Tanuki Shigaraki, un ninja perteneciente a la facción Raíz y seguidor de Danzo. Todo este tiempo Sumire ha sido entrenada con el objetivo de vengar a su padre y a su clan. Por lo tanto, asistimos al clásico caso de chica apocada y tímida que esconde mucho más de lo que aparenta, resultando ser una ninja con habilidades de sigilo, manipulación psicológica y combate cuerpo a cuerpo. Es muy refrescante ver la gran sorpresa que tenía reservada este personaje, aunque ya había indicios de que Sumire iba a cobrar más importancia ¿Predecible? depende de la percepción del espectador.
Además de la gran revelación, el capítulo tiene un ritmo de constante crescendo con un par de momentos muy acertados. Por una parte, es muy destacable el esperado regreso de Kakashi, quien aparentemente se había retirado tras cederle el título de hokage a Naruto. Además este regreso viene acompañado con algo de lucha en la que muestra técnicas nuevas, tratando de contener a la Mayuu invocado por Sumire (hay que recordar que ya no posee el sharingan).
Otro momento que pide a gritos el capítulo es la tan esperada intervención de Naruto como hokage en un combate. Esta se produce cuando Kakashi y Sai están tratando de contener a la Mayuu. A pesar de ser un momento bastante poderoso enseguida se deja al espectador con la miel en los labios, ya que la gran cantidad de poder que posee Naruto solo serviría para hacer más poderosa y grande a la invocación, por lo tanto no puede hacer nada.
Por último y no menos importante, el otro foco grande de atención del capítulo, lo protagonizan Boruto y Mitsuki. Boruto recuerda especialmente a Naruto en este episodio, ya que a pesar de que Mitsuki le dice que sus órdenes son matar a Sumire, Boruto quiere hacer lo posible por salvar a todos y evitar cualquier muerte. Boruto interviene en un breve enfrentamiento entre Mitsuki y Sumire. Un enfrentamiento que a pesar de ser muy corto debido a la interrupción de Boruto nos deja con ganas de más, ya que es muy interesante ver las nuevas habilidades y personalidad de Sumire.
El cliffhanger semanal tampoco ha estado carente de interés: el episodio ha finalizado con Boruto activando involuntariamente su jutsu ocular, el cual, abriendo una especie de vórtice espacio-temporal, ha absorbido a la Mayuu y a Sumire. Boruto, sin pensárselo dos veces, salta al citado vórtice, quedándose completamente solo Mitsuki. Sin embargo, tampoco es una escena excesivamente original, ya que en Shippuden ya vimos una escena parecida durante el combate de Kakashi contra Obito, que tuvo lugar en la Cuarta Gran Guerra Ninja.
Esta no es la primera vez que se ha visto un jutsu ocular con capacidades espacio-temporales. A lo largo de la historia de Naruto hemos visto a personajes como Obito o Itachi usando jutsus oculares parecidos como el Sharingan o a Nagato usando el Rinnegan.
También ha sido muy curiosa la escena del enfrentamiento entre Sumire, todavía con la máscara puesta, y Sai, poco antes de que esta desencadene a la Mayuu. El hecho de que aparezca un personaje enmascarado a las afueras de la Villa de la Hoja, que porta una bestia de gran poder en su interior que posteriormente invoca; la breve aparición de cadenas durante la lucha y que casi inmediatamente aparezca un Hokage para detener todo esto, se trata de un curioso homenaje al ya mítico combate que mantuvieron Minato y Obito, cuando este último se sirvió del Kyuubi para atacar la aldea.
Por todo ello, no cabe duda de que este ha sido el mejor episodio emitido hasta la fecha. Ha sido vertiginoso y revelador, con homenajes incluidos a momentos pasados y que pone rumbo al final de este primer arco. Una primera fase a la cual le ha costado un poquito arrancar con episodios algo desiguales, pero que ha pisado firmemente el acelerador con gran efectividad esta semana.
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