Una semana más os traemos unas nuevas impresiones de Ataque a los titanes continuando con el episodio tercero que tuvo por título “Hacia el suroeste”. Aunque antes como siempre, recordamos que las siguientes líneas pueden contener spoilers de la trama del episodio.
“Hacia el suroeste” se caracterizó por una calma inusual, semejante a la que reina antes de una tormenta cuyos efectos ya se pueden ver en los minutos finales. Aunque antes el episodio comenzó con Connie parado frente al titán deforme que parece haber reventado en su casa.
Los comandantes tratan de animarle diciéndole que igual los habitantes del pueblo pudieron huir, apoyándose en que no hay rastro de sangre. Aunque uno de ellos no las tiene todas consigo. Pero cuando ya deciden seguir su camino hacia el muro Rose, Connie oye como el titán deforme le dice “Bienvenido”. Sorprendido pregunta a Reiner si lo ha oído, pero este inquieto le dice que continúen con su camino. En estos primeros episodios hemos podido ver a un Reiner mucho más nervioso de lo habitual, que contrasta con su férrea actitud de la primera temporada.
Posteriormente, el capítulo ha ido saltando a las diferentes tramas abiertas, donde el protagonismo ha recaído en personajes desconocidos o cuyo protagonismo hasta el momento había sido reducido. Aunque todas esas líneas se han encaminado hacia un mismo objetivo: localizar el agujero en el muro Rose. Pero al no encontrar ninguno, el nerviosismo no hace más que aumentar, sobre todo cuando cae la noche.
Entre esos personajes casi desconocidos hasta el momento cabe destacar a Ymir y Krista. Mientras cabalgan, y después de que la comandante rechazase la petición de Ymir de retirarse con su amiga, Krista se pregunta por qué su compañera siempre trata de protegerla, algo que Ymir niega. Poco a poco vamos conociendo más a las dos amigas que, como ya hemos dicho anteriormente van a tener una mayor importancia en la trama. Ambos son como la noche y el día: Ymir seria, fría y corpulenta, y Krista bondadosa aunque débil. También destacar que en una de las pocas escenas de acción del capítulo aparece la soldado Rico, que prácticamente no veíamos desde el juicio de Eren de la primera temporada.
Después de observar que no hay ningún agujero en el muro Rose, las tropas de exploración deciden pasar la noche en el castillo en ruinas de Utgard. Aquí se reúnen la mayor parte de reclutas que habían marchado en busca de titanes: Reiner, Bertold, Connie, Ymir y Sasha. Sin embargo, la paz acaba al poco tiempo cuando a mitad de la noche los rodean los titanes comandados por el titán bestia. Este parece que ha vuelto a hacer de las suyas dado que, a pesar de que los titanes no se mueven de noche, están totalmente desatados.
En cuanto a los protagonistas, de camino a Ehrmich, Hanji parece tener un plan: quiere aprovechar el poder de solidificación del titán de Eren para tapar el muro de Shinganshina. Este acepta guiado principalmente por el deseo de descubrir lo que le dejó su padre en el sótano de casa. Aunque más bien ha sido un imperativo de Levi, quien le ha dicho que no tiene opción. El mismo Levi también consiguió una confesión del pastor Nick tras mostrarle la desgracia de los humanos huyendo de los titanes: tenía la orden de espiar a Krista de la tropa de exploración. Una vez enterados, se dirigen todos al castillo de Utgard.
Las pocas escenas del grupo protagonista que estamos viendo en estos primeros episodios destacan sobre todo por los personajes a su alrededor. En esta ocasión, es Levi el que cobra protagonismo, como siempre de manera escueta, pero directa y seria tanto con Eren, Armin y Mikasa como con el pastor Nick. Al final del capítulo también aparece Sasha quien se une al grupo, aportando la nota cómica comiéndose una de sus amadas patatas.
En este nuevo episodio, aunque la acción prácticamente se ha reducido al mínimo, hay una tensión creciente y palpable a lo largo de todas las tramas que acaban convergiendo en ese asalto de los titanes. Además, esta tensión se observa en escenas que pueden llegar a causar auténtico pavor como la de los soldados cabalgando en mitad de la oscuridad y sin saber qué hay más allá de la luz de la antorcha. La respiración y las ensoñaciones del soldado contribuyen a crear una escena que nada tiene que envidiar a las películas de terror.
A excepción del final, potente cliffhanger por cierto, solo ha habido una escena de combate contra los titanes, aunque no ha hecho falta más para tener al espectador sentado durante todo el episodio.
¿Sobrevivirán los cadetes al asalto de los titanes? ¿Llegarán a tiempo Eren, Mikasa, Armin y compañía? ¿Qué convierte a Krista en especial? Habrá que esperar al siguiente episodio.
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