Druidas, elfos, gigantes, mujeres salvajes, cazatesoros, runas, magia… la fantasía en alza se cristaliza en Trisquel, donde no falta ningún elemento de cualquier shonen fantástico que se precie: aventuras, un héroe, un maestro, la chica y pechos, muchos pechos.
Cuervo Gris es el druida más famoso de todos los tiempos, capaz de controlar los cuatro elementos de la naturaleza a su antojo. Serio, responsable, poderoso y apuesto, este humano rivaliza con las razas más poderosas en la magia. Y está buscando un discípulo al que transmitirle todo ese poder. El elegido será, sorprendentemente, Heian Balderk, un elfo mujeriego, despistado, irrespetuoso, impaciente y pervertido.
Juntos recorren el mundo en busca de entrenamiento para Heian, cuando llega a sus oídos la noticia de un secuestro: una joven y bella elfa ha sido secuestrada y posiblemente sea sacrificada. La elfa en cuestión resulta ser Kayli Slevin, una chica orgullosa y prepotente, algo manipuladora y enamoradiza, a la que ambos, Cuervo Gris y Heian, rescatan de sus captores.
Una trama sin respiro
Este episodio da el pistoletazo de salida a Trisquel, una obra de fantasía shonen. La trama avanza y con ella se nos descubren nuevos personajes (Colan, un druida expulsado del gremio, en apariencia amigo de Kayli, las mujeres salvajes Mabani y Alashi, entre otros) que dan como resultado un cuadro bastante tradicional de lo que es el cuento fantástico: el maestro Cuervo Gris, serio y responsable, que, inexplicablemente –aunque hacia el final del tomo el misterio quede resuelto- entrena a un elfo totalmente inepto y mujeriego, como Heian. La chica de acción, Kayli, enamorada de Cuervo Gris a primera vista, pero al final, encariñada con Heian aunque no lo admita. Unos antagonistas que dejan mucho que desear (en el buen sentido, entiéndase, todos quisiéramos encontrarnos malvados ineptos por la vida, ¿o no?) y unos secundarios que avanzan en tropel por la trama sin tener muy claro por qué (en el caso de las mujeres salvajes, su primera aparición está justificada, la segunda queda algo menos justificada, aunque no termina de quedar mal).
Este es uno de los puntos frágiles en el tomo de Enkaru: no hay un solo respiro en el guión, lleno de episodios rápidos que se suceden unos a otros a un ritmo vertiginoso. Por el lado bueno, no da tiempo a aburrirse, pero por otro, puede que uno no llegue a asimilar qué está pasando cuando ya ha pasado algo diferente. Todo es un desfile de acontecimientos rápidos que no dan ninguna tregua al guión. En ocasiones, además, la trama parece sacada de una mezcla entre partida disparatada de rol con los amigos y sátira del World of Warcraft.
Si hablamos de desfiles, no podemos dejar de hablar de la pasarela que es este tomo de tetas, culos y entrepiernas, que bien, en su justa medida bien, pero ya se sabe… lo poco agrada, y lo mucho cansa. Y en ocasiones llega a cansar que en ninguna página no haya una alusión al sexo, a los pechos de tal o cual personaje o se vea su culo.
Resumiendo: el guión es, desde luego, entretenido y tiene visos de tener una muy buena base, pero quizás algo más de tranquilidad en su ejecución invitaría a poder disfrutar más de otros aspectos, como el dibujo o la propia personalidad de los personajes.
El dibujo y la edición
En cuanto al dibujo, ante todo, cabe señalar que es un dibujo todavía en evolución, pero personal y muy expresivo, en el que Enkaru se ha encargado de dar a cada personaje un estilo identificable, son muy diferenciables entre sí y muy expresivos; pero ocurre como el desfile de pechos: no hay una sola página donde los personajes no muestren un gag típico o exagerado, estaría bien verles con una cara más normal de vez en cuando.
En otro aspecto en el que destaca el dibujo, a líneas rápidas y de trazado aún más rápido (lo cual acentúa esa sensación de vertiginosidad ya propia del guión) es en el diseño de la ropa, de gran fantasía y cada uno original a su estilo.
La edición es de la misma buena calidad que nos tiene acostumbrados la editorial NowEvolution, en la línea de tomos de alrededor de cien páginas con sobrecubiertas plastificadas flexibles y a color, con una buena impresión, así como el ajuste de los textos a los bocadillos, o los propios textos, donde no destaca ningún error. El sentido de lectura es oriental, algo común en ésta línea editorial pese a ser los autores españoles.
La autora
Enkaru, nombre con el que firma sus obras Encar Robles, es la joven autora nacida en Orihuela (Alicante) encargada de dar vida a Trisquel y a todos sus personajes. Estudió diseño gráfico publicitario, aunque su gran pasión son los cómics y la ilustración. En su carrera como diseñadora ha trabajado en Atlas International, una de las inmobiliarias más importantes de la costa alicantina y ha sido la diseñadora principal de Ecowash, empresa con más de 30 franquicias en España y el extranjero. También ha creado la imagen corporativa de diversas empresas y realizado varios trabajos en modo freelance combinando la ilustración con el diseño. Creadora del spot televisivo de Orihuela medieval 2010, donde ha desarrollado muchas ilustraciones y ha tenido gran éxito.
En conclusión
Trisquel es un tomo apto para adolescentes, que a los adultos puede que arranque alguna sonrisa, pero que tiene claramente el público adolescente como destinatario. Que nadie busque grandes reflexiones ni ideas profundas: es un tomo para entretener y divertir, algo que combina a la perfección con el estilo de dibujo de Enkaru y que, con un tiempo y una oportunidad, promete mucho a largo plazo.
Lo mejor: su estilo de dibujo, que, aunque primerizo, es personal y tiene una base de la que, seguramente, sabrá explotar todo su potencial.
Lo peor: el guión acelerado y el exceso de gag en las páginas.
Ficha técnica:
Autora: Enkaru
Tamaño: 19 x 13,5 cm
Páginas: 128
Encuadernación con sobrecubiertas
Colección: Art nowe nº 8
Número de tomos: 1 tomo con el segundo confirmado
Precio: 6 euros.
Editorial Nowevolution
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