Cangrejo rojo real, Cocodrilo absoluto, Gorila troll, Fruta Arco Iris, Sopa de hígado de sapo serpiente, Ballena Fugu… ¿Cuál de estos alimentos tendrá el privilegio de estar en el menú de Toriko?
Toriko es un shônen creado por Mitsuboshi Shimabukuro que comenzó a publicarse en 2008 en las páginas de la revista Weekly Shônen Jump de Shueisha, llevando hasta el momento un total de 29 volúmenes. Esta suculenta obra llegó a España de la mano Planeta en 2012, siendo una de las novedades de la editorial en la edición XVIII del Salón del Manga de Barcelona. En dicho estreno la editorial lanzó simultáneamente los dos primeros tomos, junto con un gorro de cocina en el que se podía leer el título de la serie.
Adicionalmente la obra cuenta con una serie de anime para televisión producida y animada por Toei Animation, la cual comenzó a emitirse en la pequeña pantalla nipona en 2011. Recientemente, ha finalizado la serie serie de animación, contando con un total de 148 episodios. Asimismo, el manga ha servido para inspirar cuatro películas y 5 videojuegos, 2 para la portátil PSP y 3 para Nintendo 3DS.
Como se puede ver por la cantidad de adaptaciones al anime y al mundo de los videojuegos, Toriko se ha convertido en la actualidad en una de las series de mayor éxito de la Jump. Reflejo de ello es que con cada nuevo tomo el manga se cuela dentro de la lista Oricon de los más vendidos. Por tanto, ¿cuál es el ingrediente secreto de Toriko?
Toriko, una obra preparada para ser grande
A día de hoy, Toriko lleva vendidas más de 18 millones de copias impresas, y que como dije anteriormente, cada nuevo tomo siempre entra en la lista Oricon de los más vendidos. Sin embargo, la obra no logra de conquistar el paladar del lector español. ¿A qué se debe esta diferencia?
No cabe duda que el shônen manga es uno de los géneros más populares de los lectores japoneses y Toriko, como se verá más adelante, bebe directamente de este género poseyendo las características de los shônen más clásicos. Sin embargo, muchos ven que este gran éxito, prácticamente instantáneo, de la obra de Mitsutoshi Shimabukuro se debe principalmente a la intensa promoción que realiza Shueisha de esta obra, logrado convertir al manga en uno de los buques insignia de la editorial.
Serie de animación, películas, cortometrajes, videojuegos y merchandising de los más variados son solo algunos de los ejemplos más representativos de esta intensa promoción de Shueisha y partners. Este éxito le ha servido a Toriko para protagonizar distintos crossovers con otras series históricas de la Shônen Jump como son Dragon Ball y One Piece. Sobre todo destacan los crossover con One Piece, fruto de la buena relación del autor con su homólogo Eiichiro Oda. Pero en general, ambas colaboraciones coinciden en ese interés de que Toriko sea la nueva gran serie de la editorial. Incluso Toriko y otro personaje de la serie, Zebra, van a ser dos de los personajes disponibles en el juego J-Stars Victory, dónde se reúnen a los personajes más memorables de la factoría Jump.
Esta buena relación de Toriko con One Piece también ha llegado a España, siendo uno de los reclamos utilizados por Planeta para promocionar la obra. Un ejemplo de esto ya se pudo observar en el pasado XIX Salón del Manga de Barcelona, cuando en el stand de Planeta se regalaba con cada compra un ejemplar del crossover Toriko x One Piece. Asimismo, hubo una exposición protagonizada por ambos personajes titulada «Shonen One Piece x Toriko: Heroes».
Sin embargo, a pesar de tener relativo éxito en Japón y una fuerte promoción a sus espaldas, en España no acaba de cuajar. ¿Acaso no tiene todos los ingredientes para ser una obra de éxito?
Una historia 100% Shônen
La historia de Toriko transcurre en un mundo dominado por el mercado alimenticio. Aquí hay unos cazadores gourmet encargados de conseguir las más raras especies de animales e ingredientes. Entre estos destaca Toriko, que sueña con completar su «menú de vida» con los más suculentos e irresistibles manjares del planeta. Debido a su fuerza sobrehumana y sus conocimientos del mundo animal, es contratado por numerosos restaurantes y millonarios. Pronto se le une en su búsqueda Komatsu, un débil y tímido chef que, inspirado por Toriko, iniciará su camino para ampliar sus conocimientos del mundo animal y mejorar sus habilidades culinarias. No obstante, pronto descubrirán que no será un camino tan fácil.
Por tanto, la obra se compone de una concatenación de aventuras cuyo objetivo en cada una es capturar a cierto animal o hacerse con cierto ingrediente. Además, debido a la originalidad del mundo, las aventuras pueden ser prácticamente infinitas, dependiendo del ingenio del autor. Asimismo, como viene siendo habitual en una obra shônen, hay una exaltación de la amistad y el compañerismo, donde los personajes prácticamente darán la vida por sus compañeros. Por supuesto, todo esto aliñado con muchas peleas que aportan las distintas dosis de emoción y acción, sublimadas con bromas fáciles y simples que buscan la risa cómplice del lector.
Sin embargo, al menos hasta el cuarto tomo, Toriko puede llegar a resultar un tanto repetitivo pudiendo hacer que el lector abandone su lectura, sobre todo si no es muy fan de los shônen más clásicos. A pesar de que los acertados cliffhanger (capítulos finales que generan sensación de shock o suspense) mantienen enganchado al lector, la historia es bastante lineal y hace que echemos en falta algún elemento que complique un poco más la trama, aportando mayor emoción y no solo en los combates. Además, aunque las partes en que los personajes describen los efectos que ejercen las diferentes comidas o ingredientes en sus cuerpos, estas escenas a veces resultan un tanto pesadas restando interés en la lectura.
Por tanto, Toriko ofrece acción y emoción directa sin hacer uso de artificios, pero que no llega a conquistar debido a su linealidad y la ausencia de una historia de fondo que resulte interesante. Una auténtica pena, dado que el mundo que describe Mitsutoshi Shimabukuro resulta muy atractiva y original.
Un mundo para chuparse los dedos
A pesar de que la historia pueda resultar de lo más habitual dentro del género, el mundo que presenta el autor en la obra es muy original, muy en sintonía con la histeria actual por el mundo de la gastronomía y la nouvelle cuisine.
Es un mundo regido por las industrias de comida, donde la gente solo se mueve por y para la comida. Esta comida procede de los animales más variopintos, muchos de ellos creados a partir de la unión de especies totalmente distintas, obteniendo animales plenamente originales: Ballena Fugu, Cucarachas escorpión, Murciélagos mariposa… Además, cada uno tiene sus poderes y peculiaridades como la Ballena Fugu, que solo se puede conseguir de una forma concreta. Este gran catálogo de especies, unido a un mundo tan vasto, permite que las aventuras en Toriko prácticamente no tengan fin.
Sin embargo, no se puede decir lo mismo de los personajes, auténticos arquetipos del género. Empezando por Toriko, un personaje poderoso, con buen corazón, carismático, tragón y que enseguida cae bien al lector. Por otro lado, esta Komatsu, su inseparable compañero y cuya debilidad y temor son motivo de diversas aventuras. También están Coco, un personaje más racional que Toriko, o Sunny con una actitud un tanto arrogante. No obstante, ambos coinciden en ser luchadores poderosos con una habilidad concreta y poseedores de un ataque característico.
Sin embargo, este carisma también podía estar presente en algún antagonista. Muchas veces las mejores obras de este género suelen tener enemigos muy atractivos y únicos que llegan a seducir al lector, sirva de ejemplo el de Dio de Jojo’s Bizarre Adventure o Freezer de Dragon Ball. Sin embargo, los enemigos presentes en Toriko son totalmente arquetípicos y para nada memorables, al menos, hasta el volumen que he leído.
Un dibujo original y habitual dentro del género
Como era de esperar, a la hora de recrear un mundo totalmente original lo que primero que entra por los ojos al lector es el diseño de las distintas bestias. A pesar de ser muchas de ellas una mera fusión de dos especies reales, resultan bastante innovadoras y son diseñadas con gran detalle. Sin embargo, muchas de ellas merecen muchas veces hacer uso de una doble página total por su tamaño, estando prácticamente aprisionadas en una doble media página. Lo mismo ocurre con el mundo que, a pesar de tener gran variedad de alimentos y elementos naturales comestibles, no tienen tanto protagonismo, siendo los fondos bastante sencillos. El autor prefiere deleitarse más en las criaturas, los personajes y, sobre todo, las escenas de banquetes y el momento de la ingesta de alimentos.
Los personajes, sobre todo los cazadores gourmet, tienen un diseño hipermusculado. Esto, unido al diseño afilado de las caras y las cejas marcadas, recuerdan a los diseños de mangas clásicos como El puño de la Estrella del norte o Jojo’s Bizarre Adventure. Además, como es típico de este género, los personajes son muy expresivos combinando varias veces el dibujo normal con una especie de diseño chibi en las situaciones cómicas. Sin embargo, al igual que con las bestias, muchas veces abusa de pequeñas viñetas y de primeros planos de las caras, restringiendo a esto a un pequeño espacio y coartándolos en un dibujo que podría ser imponente.
No obstante, las escenas de peleas destacan por están muy logradas. En esta el autor tiende a multiplicar los miembros que realizan la acción en la pelea para generar la sensación de velocidad. Esto, unido al uso de líneas de profundidad, produce una sensación de movimientos rápidos y unas peleas bastante ágiles. De esta manera, las escenas de combates son bastante dinámicas, aunque el uso de pequeñas viñetas vuelve a limitar al dibujo.
Pero sin duda, lo que destaca en el manga de Toriko son las escenas donde los personajes comen o aparecen sentados a la mesa. Estas gozan de un detallismo que, mientras el autor confiesa que le causan humor, al lector muchas veces le entra el apetito con cada escena dónde se deleitan en describir lo que comen. También destacan en ciertos momentos una serie de secuencias creadas a partir de varias viñetas, generando una pequeña animación.
Sobre Mitsutoshi Shimabukuro
Mitsutoshi Shimabukuro es un mangaka nacido el 19 de mayo de 1975 en Naha, Okinawa, Japón. Debutó en el mundo del manga en 1996 con Seikimatsu Leader den Takeshi! en la revista Weekly Shonen Jump. El manga, protagonizado por un chico llamado Takeshi que buscaba ser el líder que siempre deseó, le valió el premio Akatsuka al Mejor autor novel de manga, además del premio Shogakukan al Mejor kodomo. Para su regocijo, la obra contó con una adaptación en forma de OVA y que fue emitida en el Jump Super Anime Tour de 2009, junto a los pilotos del anime de One Piece y Hunter x Hunter.
Sin embargo, este éxito inicial se vio manchado por un escándalo protagonizado por el propio Mitsutoshi. En 2002 fue detenido por prostitución infantil. Debido a este hecho, la editorial decidió cancelar Seikimatsu Leader den Takeshi!, finalizando la obra con un total de 24 volúmenes recopilatorios.
Dos años más tarde, volvió al mundo del manga con la obra Ring y que fue publicada en la revista Super Jump de Shueisha, finalizando con un total de 3 volúmenes recopilatorios. Este spokon cómico está protagonizado por un personaje que asemeja bastante en el diseño al personaje con el cual Mitsutoshi alcanzará la fama: Toriko.
En 2008, comenzó a publicar en la Weekly Shonen Jump de Shueisha el manga de Toriko, convirtiéndose al poco tiempo en una de las obras más vendidas de la editorial. Con esta obra el mangaka volvería a saborear las mieles del éxito obteniendo el segundo puesto en la edición de los Manga Taisho Awards de 2009. Actualmente, Mitsutoshi Shimabukuro es un autor de éxito que se materializa en altas cifras de ventas y en distintas adaptaciones al anime y videojuegos.
La edición
La edición es la habitual de la línea shônen de la editorial, es decir, rústica con sobrecubierta 11,1 x 17,7 cm. y completamente en blanco y negro. Sin embargo, sí es cierto que se echan de menos las páginas a color que sí aparecen en la versión japonesa pero no en la española, que aparecen en blanco y negro.
La edición respeta el diseño del tankobon japonés, incluyendo los comentarios en las solapas del propio autor. Además, está en sentido de lectura oriental, algo ya habitual en los lanzamientos de manga, al igual que la traducción que también es bastante cuidada. Asimismo, gracias a una oferta especial se pueden conseguir los dos primeros tomos al precio de 9,90 €.
También como particularidad cabe destacar que al final del tomo aparecen algunas tiras cómicas, así como las bestias y alimentos enviados por los lectores japoneses y que Shueisha incluye al final de algunos volúmenes. No obstante, lo habitual es que aparezcan fichas de los distintos personajes/ bestias que aparecen. Sin embargo, Planeta anima a que los lectores españoles manden sus propuestas de animales y alimentos, aunque por el momento no ha publicado estas criaturas made in Spain.
En conclusión
Toriko es un manga fiel al estilo shônen más clásico que ofrece entretenimiento y emoción a cada aventura en la que se embarcan sus personajes. Sin embargo, sí es cierto que se echa de menos un malo que sea carismático o una historia más compleja que consiga enganchar más allá de las sucesivas aventuras en pos del animal/alimento más suculento.
Lo que sí es innegable es la originalidad del mundo creado por Mitsutoshi Shimabukuro. Un mundo donde la comida tiene un papel protagonista y habitado por un sin fin de fascinantes y hermosas criaturas. Sin embargo, los distintos personajes que aparecen a lo largo de las páginas de este manga, aunque muchos sean bastante atractivos para el lector, no son más que meros arquetipos del shonen.
En definitiva, un manga que ofrece entretenimiento de manera directa y sencilla, sobre todo a los fans más acérrimos del manga shônen. Sin embargo, ¿pasará a la historia como una de las obras míticas de la Shônen Jump o simplemente será un manga más? Solamente el tiempo lo dirá.
Lo mejor
- Un manga que presenta una historia entretenida de manera sencilla y sin artificios.
- Un mundo totalmente original donde la comida es el elemento central.
- Unas peleas ágiles que enganchan desde el primer golpe.
Lo peor
- Una historia muy lineal y que puede llegar a cansar debido a su estructura repetitiva.
- Personajes totalmente estereotipados.
- Se echa en falta un enemigo con carisma.
- El dibujo podía ser más impresionante y detallado a la hora de reflejar un mundo tan original.
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Del Montón |
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