Tomodachi Life es la última excentricidad salida de la fábrica de Nintendo. Para los que no conozcan este título para la portátil 3DS podríamos decir que un simulador de gestión social al estilo Nintendo, inspirado claramente en la saga Sims, aunque con una importante diferencia, pues no controlamos realmente ningún personaje, sólo les solucionamos problemas y les ayudamos en su desarrollo social.
Tomodachi Life es un juego que bebe directamente de otros títulos de simulación de gestión social, es decir, en el que controlamos las vidas de personajes virtuales, y sobre todo cómo se relacionan unos con otros. Cuando explicamos esto, a todos nos viene a la cabeza la popular saga Sims, pero en Tomodachi Life no se trata de controlar la vida de un personaje directamente, ya que no manejamos sus acciones, sino que iremos resolviéndoles sus problemas. Si, “resolviéndoles”, en plural, porque en realidad no ayudaremos a un solo personaje, sino una comunidad completa de Miis, los avatares virtuales de Nintendo.
Esta comunidad de Miis que reside en una isla, se irá nutriendo, en primer lugar de un doble virtual del jugador, tanto creado para la ocasión como importado de la Plaza Mii de la consola, y posteriormente de tantos Miis como queramos ir añadiendo, importando o creando.
Cada Mii tendrá ciertas características que forjarán su personalidad y su aspecto: Cara, tono de voz, nombre, apellidos, apodo, color favorito, fecha de nacimiento o la relación contigo o tu Mii virtual. Estas son algunas de la características que tendremos que determinar a la hora de importar nuevos Miis a Tomodachi Life.
Pero las importantes y que de alguna manera determinarán el tipo de personaje en el juego son los parámetros de su personalidad, como su manera de expresarse (lenta o rápida), si es una persona seria o alegre, extrovertida o reservada, etc. Hasta seis parámetros que definirán la personalidad del personaje, de entre las 16 disponibles en el juego.
Esta personalidad es la que irá dictando la manera de actuar y relacionarse con el resto de Miis, haciendo amistad más fácilmente con los que tienen una personalidad más afín, e incluso al amor; o todo lo contrario odiando a muerte a su polo opuesto, con el que podrá tener hasta peleas y riñas.
Todos los Miis se alojan en un piso de apartamentos del centro de la isla, que cada uno podrá bautizar como desee. Los Miis podrán ir forjando amistades y relaciones, hasta el punto de que a veces pasarán el día juntos jugando a la consola en el apartamento de uno de ellos, charlando o incluso saldrán a dar un paseo por la playa.
Todo esto sucederá sin que nosotros empujemos a ninguno de ellos a realizar ninguna acción directamente. Los Miis en función de sus personalidades irán reaccionando y viviendo su vida sin que nosotros tengamos que tomar la decisión por ellos. Este detalle otorga al jugador de Tomodachi Life la sensación de estar ante una comunidad viviente, aunque virtual, de Miis.
El dios de la isla Tomodachi
Entonces, si estos Miis viven su vida sin que nosotros los controlemos, ¿cuál es nuestro papel en el juego? Pues bien, aparte de ir añadiendo nuevos inquilinos a la isla, estos Miis irán teniendo problemas o dudas en su día a día. Algunos querrán comer, vestirse o decorar su casa, otros nos preguntarán si es buena idea hacerse amigo de otro Mii, e incluso nos pedirán que les definamos muletillas para sus estados de ánimo. Resolver estos problemas y ayudarles con sus dudas será nuestra labor principal.
Para llevar a cabo esta labor iremos viendo mediante iconos en la fachada principal del edificio de apartamentos a los Miis reclamar o no nuestra ayuda. Entrando en cada uno de los apartamentos, el Mii en cuestión nos pedirá que le resolvamos algún problema de los mencionados, querrá jugar con nosotros a algún minijuego o nos pedirá opinión sobre qué hacer ante cierta duda. Todo esto irá “empujando” a los Miis a hacer relaciones unos con otros y en definitiva a ser más felices. Esto se medirá por una barra de felicidad propia de cada uno de los Miis, que en el fondo irá repercutiendo en nuestras reservas monetarias, que a su vez es lo que nos permite comprar ropa, comida, decoraciones para los apartamentos y otros objetos, que de nuevo, para cerrar el círculo, usaremos para satisfacer las necesidades de los distintos Miis.
A más Miis, más problemas, más tareas y situaciones que resolver, más dinero que al final se transforma en más y mejores objetos para estos Miis. El avanzar más o menos en el juego se reduce en el fondo, en la capacidad que tengamos de ir “gestionando” a nuestra comunidad Miis.
Aún así, Tomodachi Life es algo más que solo solucionar problemas y dudas de los Miis. Tenemos toda una isla que se irá desbloqueando a medida que vayamos cumpliendo objetivos, como el número de Miis residentes o el de problemas resueltos.
Tal es así que al principio sólo tendremos el edificio de apartamentos, el ayuntamiento y alguna tienda de comida y ropa. Luego y a medida que vayamos avanzando tendremos tiendas de sombreros, de decoración de apartamentos, de objetos importados, la playa, el parque de atracciones, el noticiario Mii o incluso un estudio de fotografía donde ver y tomar fotos de los residentes de la isla. Algunos de estos lugares serán para comprar y conseguir nuevos artículos, otros servirán simplemente para ver a los Miis realizando actividades tan variopintas como correr en la playa o subir al mirador de la isla para disfrutar de unas buenas vistas. Aunque muchos de estos también nos brindarán la posibilidad de realizar o asistir a actividades de lo más curiosas, como un concurso de rap entre los habitantes de la isla, o lanzar preguntas embarazosas que cada personaje responderá de una manera u otra.
Una locura de juego
En el fondo Tomodachi Life es una nueva locura de Nintendo, cuyo éxito o fracaso lo decidirán las ventas. Pero en realidad original y curioso no puede decirse que no lo sea. Lo más atractivo del juego es ir metiendo el Mii de uno mismo, el de la pareja, la familia y los amigos, sin olvidarnos de meter algunos Miis extravagantes de esos que siempre tenemos en la consola, como ese Torrente o Naruto que importamos una vez por un código QR y tampoco le hemos dado mucho uso. Mezclar bien todas esas personalidades y ver qué ocurre.
Como tal personaje hace amigos con otro y acaban jugando por las noches a la WiiU, o aquel otro acaba trabajando de dependiente en la tienda de comida. Esto es lo mejor del juego, ver situaciones curiosas, reacciones y frases graciosas de amigos y familiares, en un mundo virtual, en el que cada Mii irá actuando de manera independiente y casi autónoma según le hayamos marcado los parámetros de su personalidad.
Todos estos “momentos” podremos guardarlos para el recuerdo, como ya pasara en Animal Crossing y compartirlos en las redes sociales con la “aplicación” web de la que dispone Nintendo 3DS. Podéis ir viendo muchos momentos de estos simplemente buscando el hastag #Tomodachilife, que añade automáticamente la consola al publicar en twitter.
Aspectos técnicos
Tomodachi life podemos estar todos de acuerdo en que no destaca por su aspecto gráfico. El juego sacrifica este tecnicismo en pos de buscar un estilo propio para provocar la comedia y risa en el jugador, haciendo uso de los personajes cabezones que son los Miis.
No obstante hay distintos detalles que si convendría destacar, como el uso de la cámara frontal a la hora de representar la pesadilla de algún Mii, en el que saldrá nuestra gigantesca cara tomada por la cámara tras una ventana de la casa del asustado Mii; O la grandiosa occidentalización del título, sustituyendo platos y objetos que el juego japonés incluía por ítems más comunes para nosotros como un gazpacho o una tortilla de patatas. Obviamente todo en perfecto castellano.
Pero sin lugar a dudas, en el apartado técnico lo que más sorprende es la localización del sintetizador de voz. Todos los Miis a la hora de añadirlos a nuestra isla, nos pedirá definir su timbre de voz. Ya que posteriormente los Miis hablarán con nosotros de forma bastante clara para ser una voz sintetizada. Cuando tienen problemas dudas o nos piden consejo, a parte de aparecer escrito en la parte inferior de la pantalla nos hablarán. E incluso el noticiario Mii, una especie de diario de sucesos televisado en el que los protagonistas de las historias más rocambolescas serán siempre nuestros habitantes, será narrado de viva voz siempre por un Mii diferente.
El padre de la criatura
El responsable de esta locura es Yoshio Sakamoto, productor de Nintendo que según parece, es un amante de los juegos rarunos y estrambóticos. Entre sus creaciones podemos ver rarezas y genialidades como la saga musical Rhythm de GB Advance y Nintendo DS, o varios WarioWare. Y aunque podamos pensar que este Tomodachi Life es totalmente original, en teoría es la secuela espiritual de Tomodachi Collection, un juego para Nintendo DS que no salió de Japón, en el que íbamos añadiendo Miis creados en Wii y los ayudábamos en sus relaciones de manera similar, aunque mucho más simple que en Tomodachi Life.
Opinión personal
Hay que decir antes de nada, que la propia Nintendo nos recomendó que no tratásemos al título como un videojuego tradicional, sino como una experiencia. Un título que puede ser disfrutado de mil maneras distintas dependiendo de cada jugador, que no es un juego de echarle horas y horas hasta completarlo, si no que es más bien de partidas cortas de 10-15 minutos en el consultamos como van nuestros inquilinos de la isla, resolvemos un par de problemas, vemos que han hecho en las últimas horas y “a otra cosa mariposa”.
La primera impresión que nos puede dar es que es un Sims “a lo Nintendo”. Pero aunque bebe de esta saga es otra cosa distinta. Más bien es como un simulador de gestión de relaciones, es decir, vamos gestionando, ayudando y promoviendo que una comunidad de Miis se relacionen entre ellos, forjando amistades, odios, amores e incluso hasta descendencia.
Una nueva vertiente del género de simuladores sociales existentes en el mercado, pero con el muy particular toque de Nintendo. Ese toque tan especial, que unos amarán y otros odiarán, pero que no deja indiferente a nadie.
Lo mejor
- La filosofía tan original del juego
- El uso de las capacidades de la 3DS como la cámara frontal
- El meter Miis de amigos y conocidos para ver que hacen el juego, twiteando instantáneas de ello después.
- La localización y voces sintetizadas del juego
Lo Peor
- El aspecto técnico del juego un tanto curioso al ser tan simplón
- Es un juego muy particular que no dejará indiferente a nadie: lo amas o lo odias.
Tomodachi Life |
Del Montón |
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