¡Oh, el periodismo, qué grandilocuente profesión! El periodista es una figura tan emblemática como socorrida en el mundo audiovisual, pues siempre que se necesita a alguien con agallas o con demasiada curiosidad, ahí está el personaje en cuestión. El periodista, más allá de su interminable jornada laboral, es un profesional siempre ávido de respuestas, con la adrenalina siempre bombeándole por todo el cuerpo, sin miedo a nada. Vive por y para su medio de comunicación, y eso le vuelve un personaje muy interesante, seductor y entrañable.
Hemos visto un sinfín de periodistas pulular por nuestras pantallas y conocemos obras emblemáticas del celuloide, como Ciudadano Kane (1941), Todos los hombres del Presidente (1946) o Al filo de la noticia (1987); hay incluso cintas que nos han helado la sangre por la crudeza que retratan, como Zodiac (2007) o Nightcrawler (2014).
No obstante, el periodismo a veces no es tan exquisito como nos parece, sino que también es trabajo de mesa, interminables horas de escritura ante la pantalla del ordenador, llamadas constantes para sonsacar información o transcribir entrevistas eternas a máquina. Y sino, que se lo digan a Hiroko Matsukata.
© 2004 Moyoco Anno
El mundo del periodismo
Tokio Style sigue los pasos de Hiroko Matsukata, una empoderada, profesional y muy temperamental redactora de la revista semanal japonesa Jidai, donde se encarga de cubrir todo tipo de artículos y reportajes de acuciante actualidad. Si ya de por sí el día a día del periodismo es duro, ser mujer y tener que lidiar con una redacción prácticamente compuesta por hombres que se llevan el protagonismo hace que su paciencia siempre esté a punto de explotar. Por ello, siempre lucha con uñas y dientes por cada hecho noticiable. Fuera de su interminable jornada laboral, Hiroko no es que tenga una vida mejor: fumadora, con muy mala alimentación y con una relación que hace aguas con su novio, con quien no mantiene relaciones íntimas desde hace meses -y contando-, Hiroko siempre acaba volviendo a su hábitat natural, la redacción. ¿Qué ocurre cuando el trabajo ocupa todas las demás facetas de la vida?
Tokio Style se publicó originalmente bajo el título de Hataraki Man en la revista Morning, de Kodansha. Se trata de un seinen creado por Moyocco Anno, si bien el manga ha sido catalogado erróneamente como josei en algunos países, como en España, al estar protagonizado por una mujer adulta. Inició su publicación en noviembre de 2004 y quedó en hiatus indefinido en abril de 2009, aglutinando la obra en 4 tomos recopilatorios; hasta la fecha, no hay noticias de una posible continuación.
Hataraki Man cuenta con una adaptación animada de 11 episodios que se emitió en 2006 de la mano del estudio Gallop. Además, también aglutina una adaptación de acción real de 11 episodios y estrenada en 2007, con Kanno Miho como protagonista. Dicho dorama cuenta con varios premios, como el de Mejor Actriz en los 55º Television Drama Academy Awards (2007) y el Mejor Actriz en los 11º Nikkan Sports Drama Grand Prinx (2007), ambos por la actuación de Miho.
En España contamos con los 4 tomos publicados por la difunta Glénat, con todo el contenido original, pero nunca se ha disfrutado de sus dos adaptaciones de forma legal.
© 2004 Moyoco Anno
Ser mujer periodista en Japón
Moyoco Anno es una autora polifacética y puede hablarnos de cualquier tema en sus obras, prueba de ello está que retrata con maestría y conocimiento el mundo de la prensa escrita. La propia mangaka confiesa en una entrevista -que se incluye en el segundo tomo de la colección- que ha basado las peripecias periodísticas de Hiroko en las vivencias que le han contado sus editores y allegados del mundo editorial, por lo que estamos ante una narrativa repleta de realismo y cercanía.
De entrada, Tokio Style se compone de historias autoconclusivas donde nuestra protagonista ha de lidiar con el día a día de las noticias de actualidad, las declaraciones de escurridizos personajes públicos o el dar con la foto clave para captar la atención del lector. Hiroko, en cada capítulo, se enfrenta con ahínco y fiereza al testimonio de turno y abarca con todo lo que puede, desde más artículos de la cuenta a supervisar faena de sus compañeros, porque su don de perfeccionismo y profesionalidad es innegable, aunque sacrifique a cambio horas de sueño y de vida social. A lo largo de los tomos, la vemos luchar por la información, buscando la verdad, destapando cualquier secreto o dando con la respuesta a la pregunta clave. Anno nos retrata así un personaje tan despampanante como aguerrido, que no se amedrenta ante nadie ni recula, pues su objetivo siempre es bordar el trabajo.
La artista también refleja cómo es la vida de una mujer moderna e independiente en el país nipón, una mujer que ha decidido no ser ama de casa y lucha por sus propios intereses y felicidad. Hiroko tiene Trabajo, Casa y Pareja, los denominados tres pilares que ansía todo adulto cosmopolita, pero dista mucho de ser feliz: ha de hacerse valer constantemente por encima de sus compañeros varones, tener que soportar comentarios malintencionados y, sobre todo, evitar el machismo camuflado de compañerismo (y sororidad) que puede sufrir con otros redactores de la oficina, empezando por el fotógrafo que no quiere trabajar con mujeres o pasando por la editora que nunca se molesta en respetar las fechas de entrega, aunque dificulte el trabajo de los demás.
Y por si no tuviera bastante, vienen los problemas de pareja, por la imposibilidad de coordinar agendas o poder disfrutar de unos minutos a solas. Desde luego, en Tokio Style quedan perfectamente retratadas las dificultades que puede sufrir cualquier mujer de hoy día, quien ha de luchar para que ninguno de los tres pilares mencionados se descompense lo suficiente como para romper la pirámide.
© 2004 Moyoco Anno
Los Hataraki Men
En contrapartida, Tokio Style también muestra cómo se resiente la vida privada de Hiroko a causa de su interminable jornada laboral, lo que la deja sin demasiados momentos íntimos con su novio, así como la imposibilidad de coger vacaciones o visitar a familiares. De esta manera, vemos plasmada con suma realidad la figura del Hataraki Man, que en España podríamos definir como un “adicto al trabajo”.
Anno plasma, en estos cuatro tomos, un perfecto cuadro de la mentalidad japonesa, la realidad de muchos trabajadores y trabajadoras, la idiosincrasia japonesa imperante de darlo todo en el trabajo, de dejarse el cuello para ser una persona de provecho y útil en la sociedad, sin importar las horas o los sacrificios.
Hiroko, sin ir más lejos, dedica muchas horas a su trabajo y es considerada de las mejores redactoras en la revista, es capaz de gestionar varios proyectos al mismo tiempo y de superar incluso a compañeras y compañeros. Es más, la propia Hiroko se transforma -como si de una Magical Girl se tratara- en un Hataraki Man, que Glénat tradujo como “Macho Depredador”, cuando está al borde de una fecha de entrega límite, y en ese instante lo da todo con la escritura, se olvida de comer o hacer sus necesidades, por tal de entregar un trabajo perfecto y a tiempo para llevarlo a imprenta. De esta manera, queda claro el porqué del título para esta obra: pese a ser mujer, Hiroko se transforma en el prototipo de hombre trabajador japonés, pues antepone el trabajo a su vida, aunque a veces su propia salud se resienta o la deje al límite del agotamiento mental y físico, para ser una pieza clave en la cadena de producción de la redacción.
En definitiva, Moyoco Anno muestra una protagonista fuerte, independiente, de ideas claras y de carácter explosivo, capaz de todo en su trabajo para ser la mejor, que es una Hataraki Man de manual. Y al tiempo, es una mujer empoderada y feminista que no deja que la pisoteen, lo que le otorga al relato completo, redondo y una fuerza inesperada pero muy necesaria.
© 2004 Moyoco Anno
La inagotable Moyoco Anno
¿Quién es Moyoco Anno? Se trata de una mangaka de lo más prolífica y polifacética, capaz de ofrecer todo tipo de relatos y en distintas demografías. Oriunda de Suginami, Japón, lleva dedicándose a la viñeta desde 1989, fecha de su primera publicación, Mattaku ikashita yatsura da ze!, mientras que empezó a serializar su primera obra en 1993, con Trumps!, y no ha parado desde entonces. Si bien Anno ha creado todo tipo de mangas, podemos ver que se ha especializado en género shojo y josei, pues abundan los trabajos que están catalogados con estos sellos, como Choukanden Shoujo Mona (1994), Peek a Boo! (1995) o Angelic House (1997).
Cuenta en su currículo con varias obras largas, como Jellybeans (1995), compuesta por cinco tomos; Hana to Mitsubachi (2000), de 7 volúmenes; Happy Mania (1995), de 11 tomos, o Sugar Sugar Rune (2003), finalizada en 8 ejemplares. Algunas de estas historias, además, han sido llevadas a la pequeña pantalla en formato anime, como Happy Mania, que fue adaptado en 1999, o la propia Sugar Sugar Rune, en 2005. También posee adaptaciones a imagen real, como el tomo autoconclusivo de Sakuran, en 2007.
Anno, que está casada con el director de anime Hideaki Anno, es muy valorada y apreciada en Japón pues, según una encuesta realizada por Oricon, figura como una de las mangakas femeninas más populares, además de haber ganado la 29ª edición del Kodansha Manga Award por Sugar Sugar Rune.
En 2008, la autora anunció que quería darse un respiro por razones médicas y no fue hasta 2013 que volvió a la profesión. Actualmente, trabaja en Go Happy Mania (2019), secuela de Happy Mania.
Si bien Moyoco Anno posee un sinfín de obras, en España no hemos abarcado ni un ápice de éstas, pues sólo tres editoriales han apostado por ella. La introducción de Anno en España se produjo por parte de la extinta Glénat con Tokio Style primero y, posteriormente, de Sugar Sugar Rune, en 2007. Ponent Mon publicó en 2005 Japón visto por 17 autores, donde se incluía un trabajo suyo, pero no fue hasta 2017 que publicó Gorda (1997). Por último, a finales de 2020, Editorial Kodai licenció el tomo único de Sakuran (2017).
© 2004 Moyoco Anno
Un trazo con personalidad
Es difícil plasmar con palabras el estilo de dibujo de Moyoco Anno, pues está claro que no tiene rival y que, con solo ver una viñeta, sabemos a quién pertenecen.
Anno tiene una manera particular de narrar y gran parte del peso narrativo recae en la construcción de sus personajes. De entrada, no estamos ante personajes estereotipados, sino que la mangaka sabe imprimir personalidad a cada uno de ellos; a lo largo de sus páginas, vemos muchos rostros diferentes, expresivos, con diferentes peinados, miradas y rangos de edad, amén de cuerpos de todo tipo y nada normativos: Anno, ante todo, refleja una realidad en sus historias.
Su trazo, totalmente único, huye de la delicadeza o el esmero, más bien todo lo contrario: parece nervioso o desgarbado, pues no busca la belleza ni la recreación de una obra de arte, solo narrar. No abusa de las tramas y los planos sobrecargados, aunque a veces encontramos viñetas donde el dibujo y el bocadillo lo acaparan todo; en Tokio Style podemos observar momentos de mucha información en pocas páginas, aunque no entorpece demasiado la lectura. Por último, los fondos no buscan la atención e incluso la vestimenta queda retratada como un simple accesorio más. Como siempre, el personaje es el protagonista. En definitiva, cuando se lee a Anno, se queda prendado del particular trazo de dibujo y de su inusual fuerza narrativa.
© 2004 Moyoco Anno
Una edición al estilo Glénat
Si bien Tokio Style se encuentra en hiatus indefinido desde 2009, a España llegaron los cuatro tomos publicados hasta la fecha en una edición rústica con sobrecubierta, de 11,5×17 cm. Los cuatro volúmenes incluyen las primeras páginas a color; los dos primeros, además, ofrecen una entrevista a Moyoco Anno y una breve explicación sobre el concepto de Hataraki Man para aquellos lectores que no estén familiarizados con el término.
Las cuatro cubiertas tienen a Hiroko como protagonista, mientras que la contracubierta se dedica a un personaje cada vez. Si quitamos la sobrecubierta, nos encontramos con las mismas ilustraciones en blanco y negro, sin novedades. Eso sí, como curiosidad, la contracubierta de cada tomo muestra a los personajes posando junto al contenido de su bolso o maletín.
Por último, cabe destacar que Tokio Style se trata de un manga seinen, pero Glénat decidió publicarla bajo el sello de josei, al ser la protagonista una mujer.
© 2004 Moyoco Anno
Vivir para trabajar…o trabajar para vivir
Moyoco Anno nos ofrece una interesante trama que aglutina costumbrismo japonés con una profesión tan singular como el periodismo, y todo capitaneado con una protagonista de armas tomar. Y nos encontramos así con un manga que podemos leer de muchas maneras diferentes.
Por una parte, podemos simplemente disfrutar de Hiroko Matsukata, de sus diatribas y sus aventuras para conseguir el artículo perfecto, de sus rabietas y sus ataques de ira, así como de su capacidad prodigiosa para escribir la perfección en pocos minutos. No obstante, también podemos leer entre líneas y recapacitar sobre lo que supone ser como Hiroko: una mujer trabajadora y currante como la que más, que no sabe poner límites y arrastra su vida personal hasta pulverizarla por completo. Puede tener éxito en lo laboral pero, ¿vale la pena vivir así? Anno retrata muy bien el mundo laboral japonés, donde deslomarse y volverse un engranaje más en una cadena de producción está a la orden del día. Hiroko disfruta de su trabajo, sin embargo, también quiere tener control sobre su vida. ¿Qué parte es más importante para ella?
Mi veredicto es claro: tengo claro que, pese a tratarse de una obra descatalogada y en hiatus, merece una lectura, pues Hiroko es un personaje guerrero y vigoroso que se ha de conocer en algún momento de nuestra vida lectora. Pero, sobre todo, merece una lectura profunda y reflexiva, sobre si vivimos para trabajar… o trabajamos para vivir.
Lo mejor:
- Una historia diferente e interesante
- Hiroko Matsukata es una protagonista sensacional
Lo peor:
- Tokio Style sigue inconclusa
- Es una obra bastante desapercibida en España
Tokio Style
Editorial: Glénat
Formato: Edición rústica con sobrecubierta, de 11,5x17 cm
Tomos: 4 (Cancelada)
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