Según el principio de inercia ontológica, cada ente completamente existente tiende a mantener su ser si una causa exógena no interrumpe su realidad o la destruye. También llamamos inercia al principio físico por el que un cuerpo tiende a mantener su estado de reposo o movimiento, ofreciendo resistencia, en general, a la alteración de dicho estado.
¿Cuál es la tendencia que sigue una persona cuando toda la vida se ve interrumpida? Jung Ji Hun nos presenta en The Horizon una historia que avanza en automático, en la inercia de la confusión. Una obra sobre jóvenes rotos por la crueldad civil. Kibook Ediciones acerca a los lectores el primer volumen de este manhwa que sigue un compasivo camino sin trazado y tintado de existencialismo a través de un entorno bélico devastado hasta los cimientos.
“La vida solo existe para acercarnos a la muerte”
Un mundo donde todo se ha perdido. Un chico y una chica, juntos y solos. Un destello de esperanza se atisba en el lejano horizonte. Todo lo que pueden hacer es seguir adelante. Sin embargo, rodeados de adultos corruptos y una devastadora desesperación… ¿Cuánto más van a poder seguir avanzando?
La trama comienza in situ sin que sepamos gran cosa. ¿Una guerra? Nos dan a entender que es un conflicto armado a una escala tan grande, que los primeros escenarios se pueden resumir en montañas de cadáveres. Los protagonistas son un chico y una chica a los que denominaremos como tal, puesto que no tienen nombre.
El entorno es lo suficientemente impreciso para que cualquiera sea capaz de ponerse en situación, y es con este recurso con lo que el autor ignora la identidad de cada lector y deja paso a una reflexión genuinamente humana. Así, y sin ningún tipo de preparación, te metes en la piel del protagonista. Entre el caos de la situación acabas de perderlo todo de una página a otra, y solo queda preguntarte “¿Qué hago ahora?”.
Lo cierto es que la introducción tiene una potencia que actúa a varios niveles. En primer lugar, estás completamente dentro de la historia por empatía. En segundo lugar, la primera oleada de pensamientos cala con muchísimo impacto: “Entre las tinieblas de aquello llamado existencia todos nosotros desaparecemos poco a poco. Y esa fue la gran verdad que el niño descubrió.”
¿Y era importante todo esto en una reseña? Sin duda. Es así como la historia emprende el movimiento hacia delante, en shock, tan aturdida como el chico. La idea temática del “avance por inercia” pasa a teñir el camino de una crudeza especial, porque ya no solo estamos en un espacio violento, sino que vagamos sin ningún tipo de finalidad, todo lo presente es el abatimiento.
“No había otra cosa que pudiera hacer”
A grandes rasgos, esta historia aparenta no tener un destino. Lo importante es que se centra precisamente en buscarlo. ¿Hasta dónde podremos seguir avanzando? ¿Avanzar tiene un sentido positivo? ¿Hay esperanza esperando al final? ¿Existe un final? ¿Avanzar es siquiera una solución?
The Horizon es un manhwa con un componente reflexivo enorme, y es el punto de partida el que planta las bases del tono. Es una obra interesante en tanto que habla de la guerra y expone sus secuelas y consecuencias. Pero lo que deja claro es que el origen de todas estas cuestiones parten de la “pérdida”, y es esta la que da pie a la “inercia”.
Pero esta inercia puede verse interrumpida por la fuerza y es ahí donde reside parte del conflicto narrativo. Nuestros protagonistas, además de estar perdidos, se enfrentan a las vicisitudes que encontrarán a lo largo del camino. Supervivencia y protección son conceptos que juegan un papel fundamental en el desarrollo personal de los personajes. Es por esto que la corrupción de las personas que se cruzan en su camino irán dictando el avance de la trama.
Pese a todo, es una obra realmente sencilla que se sirve de una estética minimalista y una estructura muy simple. Al igual que la idea del avance rige el contenido, también lo hace con el continente. La trama es lineal y sigue el camino del chico desde el incidente principal hasta un punto desconocido, un camino a través del cual se encontrará con la chica que comenzará a acompañarlo.
Hablando de simpleza, algo tan básico como el silencio se convierte en un elemento creativo especialmente importante que hila gran parte de la estructura. Refuerza el vacío y potencia el ruido, tanto material como emocional. De hecho, uno de los aspectos que más llaman la atención es el poco diálogo y la ausencia de onomatopeyas. Al fin y al cabo, las personas son incapaces de comunicarse naturalmente en tales circunstancias.
Así, Jung Ji Hun refleja en esta obra una serie de paisajes con horizontes infinitos y vuelca el 90% de la carga dramática en el ambiente. El entorno, los gestos, las expresiones… Esto, unido al avance incesante, construye un ritmo de lectura tenso aunque veloz. El silencio de la destrucción deja todo un espacio en blanco sobre el que trabajar la estructura, el diseño y el dibujo.
“¿Adónde estamos yendo?”
En una obra tan conceptual como la que tenemos entre manos, es imposible no hablar del arte como otro recipiente especial en el que verter mensajes. En este caso, el estilo de dibujo acompaña muy bien al tono de la obra, y cabe mencionar que tiene un corte estético más sombrío que el de otras obras del autor.
Los chicos protagonistas tienen un aspecto tierno, ya que no son más que niños indefensos. Sin embargo, el trazo aparenta suciedad. La presencia casi constante de tonos prácticamente negros, la elección selectiva de colores (a veces) y todos los componentes mencionados anteriormente rezuman desasosiego.
Este contraste específico, junto a la infinitud de un mundo deshabitado provoca intranquilidad. Pero hay que destacar que el diseño de páginas también juega un papel especial aquí. Ji Hun demuestra con creces que domina la estructura de paneles y exprime a la perfección los sentimientos que busca reflejar en ellos. Además, la composición de las páginas en la maquetación física trabaja muy bien con el encaje de las viñetas sin disminuir su fuerza narrativa. Algo bastante llamativo es el uso de numerosos paneles horizontales a doble página y el juego que hace con grandes ilustraciones a página completa.
Siguiendo con el proceso conceptual, podría añadir que me parece muy atractiva la incorporación de estos recursos y técnicas artísticas como un añadido más al constante tira y afloja de dualidades sobre el que se construye esta historia: la desesperación y la esperanza, la corrupción y la inocencia, el silencio y el ruido, la naturaleza y la civilización, la vida y la muerte… Pero a estas alturas, creo que basta con reafirmar que The Horizon es una de esas obras que esconden capas y capas de temas que dan de qué hablar.
THE HORIZON
Esta obra nace como manhwa bajo la autoría de Jung Ji Hun. Su publicación abarcó desde marzo hasta julio de 2016. Fue publicada originalmente en formato digital a través de la revista coreana Comica, aunque también ha llegado a distribuirse en Webtoon y por parte de la compañía Ultra Media. Se trata de la segunda obra oficial del autor y la primera en ser editada en un formato físico, el cual consta de tres volúmenes.
La carrera artística de Ji Hun cuenta con pocos títulos más a partir de 2016, entre los que podemos resaltar The Boxer, publicada en 2019. Esta es, además, la última obra publicada por el momento y la más larga. Cuenta con siete volúmenes en publicación en el mercado coreano, aunque el contenido digital ya está disponible al completo. En cuanto al resto de sus obras, es un autor que prima en el entorno digital, siendo Mosquito Wars, de 2017, la única obra con edición física que falta por mencionar.
Kibook Ediciones ha sido la editorial encargada de traer el título a España. El primer tomo de la colección, que mantiene tres números al igual que la original, salió a la venta el pasado 11 de agosto con un ritmo de publicación bimestral. Tiene un contenido de 376 páginas con un formato de 138×209 mm y sentido de lectura occidental a un precio de 14,50€ en su edición normal y 39,50€ para una edición limitada y exclusiva solo en preventa.
En cuanto a estas ediciones, se diferencian en función de los extras incluidos. La edición normal incluye un marcapáginas y contaba con una postal exclusiva firmada por el autor que solo era posible conseguir a través de la preventa. En cuanto a la edición limitada, también era exclusiva de la preventa e incluía los obsequios mencionados además de una camiseta oficial.
La edición cuenta con una encuadernación rústica con acabado rugoso que queda genial con la ilustración que conforma la portada. En la misma línea, el acabado del papel hace muy buena combinación, tanto con el estilo de dibujo como con el acabado general de la edición unido a la cubierta.
Respecto al interior, la impresión es a todo color aunque la mayoría del contenido se acerca más al blanco y negro. Sobre esto, el autor potencia algunas tonalidades de color en los propios grises y selecciona algunas páginas o elementos que sí ilustra a todo color a lo largo de todo el tomo. De poner algún pero, debo mencionar que las páginas tienen algo de transparencia y que uno de los paneles tiene un pequeño fallo de entintado. Este último error puede deberse a un fallo en el material original material original, ya que el resultado de impresión en cuanto a cómo se ven las tintas es bueno por lo general.
©THE HORIZON by JUNG JI HUN / ULTRAMEDIA
En general es una edición que respeta bastante la original coreana. El contenido visual se disfruta mucho mejor en un tamaño algo más amplio y, sobre todo, tiene un acabado estético muy bonito. La elección de texturas, de materiales y el diseño general externo es un acierto tremendo, y las portadas que están por venir le dan el potencial de ser una colección muy bonita. Puedo decir lo mismo de los extras (excepto la camiseta porque no la tengo). Aunque añado: un marcapáginas rugoso como la cubierta podría haber sido curioso.
“Entonces ¿no crees que podemos seguir avanzando?”
The Horizon desarrolla una premisa en la que el lector va a encontrar reflexión, drama humano y una ejecución creativa de calidad. Es una obra sencilla que esconde una historia trágica y profunda, pero sobre todo realista. Jung Ji Hun nos habla de la destrucción de la guerra sin tapujos y desde el punto de vista más desolador: perderlo todo, incluyendo los pilares que sostenían tu percepción de lo que es la vida. Asistir a la pérdida de la inocencia siempre deja una incomodidad interna muy concreta.
Apenas un tomo deja ganas de continuar la travesía de los chicos, ya que el autor, además, se mueve en una línea gris en la que no sabes si el desenlace pretende tener una lectura positiva o negativa. Todo son incógnitas y siempre se juega con puntos de vista contrariados. Eso sí, el contenido es duro y contiene escenas incómodas, aunque no se pasa de morboso ni incluye violencia más allá de la necesaria.
Algo me dice que la abundancia de reflexión pretende sacar una lectura más o menos constructiva. Sin embargo, aquí ya ando opinando sobre lo que desconozco. The Horizon es una obra sufrida, sensible y sencilla. Personalmente, estoy dispuesta a continuar avanzando con sus tomos para descubrir cuál es la finalidad de este camino.
Lo mejor:
- La composición narrativa y el ritmo tan bien trabajados, que refuerzan los conceptos clave de la «inercia» y el «horizonte infinito».
Lo peor:
- La ausencia de diálogo conlleva leer el tomo en poco tiempo.
- Quizás leer un solo tomo sin tener los demás te deja con ganas de más.
The Horizon
Editorial: Kibook Ediciones
Formato: Rústica de tapa blanda con acabado rugoso (13,8 x 20,9 cm)
Tomos: 3 (En publicación)
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