Que Hiromu Arakawa es buena lo sabemos todos. Que es capaz de emocionarnos hasta con la historia más sencilla, también. Y aquí está la propuesta más “campestre” de la autora de Fullmetal Alchemist, un manga cotidiano cargado de humor y lecciones sobre la vida (agraria): Silver Spoon.
En una zona rural de Hokkaido…
Había un chico llamado Yugo Hachiken. Un urbanita apático que huyendo de sus problemas personales decide cursar la secundaria muy, muy lejos de su hogar. Es por eso que de pronto se ve en mitad del campo, más concretamente en pleno Hokkaido viviendo dentro del Instituto de capacitación agraria de Yezo.
Hachiken no sabe qué quiere hacer con su vida. En comparación con el resto de sus compañeros quienes son hijos de granjeros, él es un completo pagano en las labores agrícolas, no tiene idea de granjas, cultivos ni animales, pero tiene un reto: ser el mejor de su promoción.
Sus habilidades no son pocas y Hachiken resulta ser un chico activo y dispuesto a tomarse muy en serio su nueva ocupación. Pronto comienza a hacer amigos, a cada cual más peculiar: así tenemos a Aki Mikage, experta en caballos; Tamako, empresaria nata con increíbles cambios de aspecto; Ichiro, aspirante al Koshien, o Keiji, cateto en matemáticas pero cerebrito en agricultura, entre muchos otros.
Pronto surgen los grupos de trabajo y el protagonista, acostumbrado a una vida mediocre y llena de presiones sociales descubre que es capaz de muchas más cosas de las que pensaba. Trabaja duro, no se rinde ante las adversidades y se emociona ante cada descubrimiento, comenzando a conocerse un poco mejor a sí mismo.
Una vida dura
Pero aunque en un primer momento lo parezca, Silver Spoon no son todo sonrisas. Pronto Hachiken comienza a enfrentarse a complicados problemas morales, que cambian completamente su punto de vista respecto a la vida y sobre todo, frente a los animales.
Acostumbrado a comer si preguntarse de dónde salía ese huevo, o cómo vivió ese cerdo, pronto comprende que en las granjas los animales son recursos, y su destino es, en casi todos los casos, cruel.
Poco a poco y paso a paso este manga nos plantea problemas muy reales: la sobre-explotación del ganado avícola; el sacrificio de las reses poco productivas; el abandono del sector primario por parte de la juventud; la falta de relevos generacionales, y sobre todo la dedicación y sacrificio que requiere el trabajo, para el cual no existen descansos ni vacaciones.
Y aunque parezca mentira Arakawa habla de todo esto en clave de humor, que se torna drama antes de regresar al desenfado y la diversión. Toda una delicia narrativa entre la que se mezclan pequeños fogonazos de romance con sabor a juventud, camaradería, malentendidos absurdos, sueños rotos, peleas paterno filiales y, ante todo, esfuerzo y desarrollo personal.
Silver Spoon comenzó su serialización en abril en 2011 dentro de las páginas de la Weekly Shonen Sunday de la editorial Shogakukan, compartiendo páginas con Magi de Shinobu Ohtaka, Rinne de Rumiko Takahashi, Detective Conan de Gosho Aoyama y Asaoka Koukou Yakyuubu Nisshi: Over Fence de Mitsuru Adachi entre otros.
En el año 2012 ganó el Manga Taishō Award y el 58 Shogakukan Manga Award en la categoría shonen. En 2013 Silver Spoon ganó el primer premio del certamen “Comida Japonesa dentro de la Cultura”. Cuenta con 11 volúmenes en el mercado japonés y goza de gran éxito y aceptación en el mercado.
¡Y llegó el anime!
En julio de 2013 se estrenaba la primera temporada de Gin no Saji con un total de 11 episodios de duración. El anime corrió a cargo de los estudios A-1 Pictures (Black Butler, Ao no exorcist, Magi: The Labyrinth of Magic!) y se emitió en Fuji Tv dentro del contenedor NoitaminA.
Dirigido por Tomohiko Ito (Death Note, Ao no Exorcit, Anohana – asistente en Summer Wars y La Chica que saltaba a través del tiempo) y Kotomi Deai (Kimi ni todoke, Sakamichi no Apollon, Ergo proxy). La banda sonora corrió a cargo de Shushei Murai y el opening “Kiss you” fue interpretado por la cantautora japonesa Miwa (Change -Bleach-).
La segunda temporada se estrenó en enero de 2014 y contó de nuevo con 11 episodios, de momento no hay noticias sobre una tercera.
Un anime que en mi propia opinión no hace justicia al manga, con un opening demasiado “blando” y que carece de la fuerza de las viñetas de Arakawa. Da la impresión de que es un trabajo que cumple su objetivo, peor que se queda muy lejos de captar la esencia del manga.
La película de imagen real…
¿Qué hay más divertido que un chico japonés, tímido, torpe y cosmopolita perdido en una granja?. Pues nada, o eso debieron de pensar los productores de la película de imagen real de Gin no saji, porque si no, no se explica este despropósito.
El 7 de marzo se estrenaba en los cines japoneses la adaptación a imagen real del manga, y destacamos “adaptación”, porque aunque los parecidos al manga son innegables, de nuevo se aprecia una pérdida total, si no absoluta de todo el espíritu del manga.
Hachiken peca durante todo el film de atontado y constantemente sorprendido por todo lo que se cruza (¡Oh, una gallina!, ¡oh, ha puesto un huevo!, ¡oh, un cerdo!), transformando la película en una sucesión de sobreactuaciones que, si se miran sin muchos prejuicios, puede resultar simpática, e incluso graciosa. Aún así el manga sigue destacando muy por encima tanto de la versión animada, como de esta adaptación de imagen real.
Keisuke Yoshida (Cafe Isobe, Triangle) fue el director de esta producción llevada a cabo por TBS y Wilco, así como la distribuidora TOHO. El actor Kento Nakajima (Bad Boys J, Kazoku no Uta) fue el protagonista en el rol de Yugo Hachiken, mientras que Alice Hirose (35-sai no Kokosei, Zekkyō Gakkyū) interpretó el papel de Aki Mikage.
Otros actores que formaron parte del reparto fueron: Ryūhei Ueshima (Kaibutsu-kun) en el papel de director, Nakamura Shidō (Gatchaman, Beck, Death Note) como Nakajima, miembro del club ecuestre y Tomohiro Ichikawa como el compañero de clase de Hachiken, Ichirō Komaba.
La Arakawa más campestre
Se nota que la autora sabe de lo que se habla, como siempre la labor de Arakawa en temas de documentación es portentosa, pero es que ella parte con una importante ventaja para la realización de este manga: ¡toda su familia son ganaderos en Hokkaido!
Hiromu Arakawa no acudió a una escuela de capacitación agraria como la de Yezo, pero estamos más que seguros de que no tiene poca experiencia en estas lindes, incluso nos atreveríamos a apostar que muchas de las escenas que se desarrollan a lo largo del manga pueden tener una base autobiográfica.
Arawaka nació el 8 de mayo de 1973 en Hokkaido, al norte de Japón. Pasó toda su infancia y la mayor parte de su adolescencia en una granja perteneciente a su familia. Sus padres son granjeros y su familia trabajadora, humilde y numerosa (ella es la cuarta de 5 hermanos) le enseñó grandes lecciones sobre la vida y el valor del esfuerzo.
No por nada se dibuja a sí misma como una vaquita.
Siempre quiso ser dibujante, pero apenas pudo dar clases durante sus años de colegio e instituto, ya que el trabajo en la granja ocupaba casi todo su tiempo.
No fue hasta 1999, con 27 años de edad que se muda y comienza a vivir en Tokio, con la idea de cumplir su sueño. Comenzó trabajando como ayudante de Hiroyuki Eto (Mahojin Guru Guru), y fue entonces cuando publicó su primera obra corta, Stray Dog que ganó el 21º premio de la revista Shonen Gangan. En 2001 publica el primer capitulo de Fullmetal Alchemist, su mayor éxito hasta el momento.
Pero Arakawa no sabe estarse quieta, es ante todo una trabajadora nata y eso salta a la vista mirando sus últimos trabajos. En 2005 publicó la historia corta Raiden 18, y en 2006 comenzó dos series más, Hero Tales cuya publicación compaginó con la de Fullmetal (5 tomos y un anime de 26 capítulos), y Aristocracia campesina, un manga en clave de humor sobre sus experiencias personales como granjera.
En 2011 comienza con su shonen Silver Spoon, siendo premiado en 2012 con el Manga Taisho Award y el 58 Premios Shogakukan como mejor shonen.
Así mismo en 2013 comenzó con el manga La leyenda de Arislan, la adaptación de la serie de novelas homónima de Yoshiki Takada.
Edición
Norma editorial nos trae una buena edición, tal y como nos tiene acostumbrados. En tamaño A6 con un excelente papel, 192 páginas y sin ilustraciones a color. Se incluyen además todos los free-talks de la autora así como pequeñas tiras cómicas extras, tanto al final del tomo como en las contraportadas.
La excelente traducción corre a cargo de Ángel Manuel-Ybáñez.
Las portadas se mantienen fieles a las originales japonesas, cambiando tan sólo el logotipo del nombre en japonés. En España hay actualmente 7 tomos en el mercado de los 11 volúmenes japoneses y se publican con una cadencia trimestral.
Conclusión
Arakawa es una estupenda guionista y mejor narradora, en esta obra tipo slice-of-life se luce con el drama humano, con las pequeñas historias dentro de una mucho más grande.
Malentendidos, descubrimientos, el primer amor, la exigencia de la sociedad japonesa, la vida de los animales de granja, las relaciones familiares… todo se mezcla de manera magistral en Silver Spoon, dando lugar a un shonen atípico. Una pequeña joya que disfrutarán aquellos que huyen de los habituales shonen-piños y buscan una historia costumbrista, real y conmovedora.
Lo mejor: El tema tan original, las controversias morales tan bien llevadas, la carga de drama y los personajes secundarios.
Lo peor: En ocasiones da la impresión de que la trama avanza muy lentamente. El protagonista va madurando poco a poco, pero al principio es bastante insoportable.
Silver Spoon |
Buena |
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