¿Quién dijo que el shojo solo es un género que narra historias cursis de jovencitas soñadoras en busca del príncipe azul? Desde el “grupo de los 24” se ha demostrado que este tipo de manga orientado al género femenino ofrece mucho más, incluyendo temas maduros y controvertidos. Kaori Yuki no quiso quedarse atrás y, siguiendo con su sello de identidad gótico, creó una serie de misterio con alto contenido en temas tabúes que roza la barrera de lo gore.
La impureza de la aristocracia victoriana
Cain Hargreaves es un joven conde quien accedió al título nobiliario de manera precoz , tras la supuesta muerte de sus padres y quien continúa con la extraña afición familiar de coleccionar venenos. Pero también siente interés por resolver los acontecimientos siniestros que ocurren día a día en la capital inglesa de finales del siglo XIX.
A lo largo de sus aventuras se enfrenta a la poderosa -y mórbida- organización llamada Delillah que amenaza con destruir Londres, conocerá a aliados variopintos como su hermana Merryweather y su mayordomo Riff, y desvelará oscuros secretos sobre su familia.
Una serie que tardó 12 años en escribirse
Lo primero que hay que aclarar sobre esta serie es el orden de los tomos, que puede resultar lioso tanto por los títulos como por la numeración. Para empezar, se divide en dos partes: La Saga de Caín que se compone de cinco tomos y de la Saga God Child, su secuela, que consta de ocho tomos. Al mismo tiempo, La Saga Caín se divide en varios arcos: el primer tomo es La Julieta Olvidada, el segundo es La Eclosión del Joven, el tercero Kafka y los dos últimos tomos engloban La Marca del Cordero Rojo (I y II).
Kaori Yuki escribió La Saga de Caín entre 1992 y 1994. Después la serie sufrió un parón pues la autora decidió trabajar íntegramente en Angel Sanctuary (editada en nuestro país por la difunta Editorial Mangaline que actualmente está descatalogada). Sin embargo, tuvo claro que quería acabar las andanzas del Conde Cain y en 2001 retomó la serie, y creó los ocho tomos de God Child, cuyo último volumen salió en 2004 en Japón.
Debido al retraso de 7 años que sufrió la publicación de God Child, se aprecia un cambio en el estilo de dibujo de Yuki, mucho más elaborado en los ocho últimos tomos, sobre todo en cuanto a los personajes se refiere.
Gore gótico para chicas
En primer lugar, al comenzar a leer el primer tomo de la Saga de Caín parece como si se tratara de una recopilación de historias cortas de misterio y terror aparentemente autoconclusivas. Esta impresión continuará en los siguientes tomos en los que bien se nos presenta a algún personaje clave, la historia no avanza; parece como si fueran capítulos de Scooby-Doo, aunque bastante más sangrientos. Por tanto, hay que tener paciencia ya que la historia tarda en evolucionar.
Además, se incluyen algunos capítulos que no tienen nada que ver con el argumento del Conde Cain, como la de “Doble” o “El Verano de Eri”, siendo esta última el one-shot con el que Kaori Yuki debutó allá en 1987. El argumento no se acelera hasta llegar a los tomos de God Child, cuando los antagonistas realmente comienzan a moverse y desde entonces ofrece emoción hasta el final.
La temática principal de la obra no es otra que la de la infancia destruida, a la que se enfrenta no solo Cain, sino casi todos los personajes. También se critica la obsesión de las mujeres por la belleza. Dichos traumas llevan a muchos a cometer horribles atrocidades, por lo que el lector presenciará grandes dosis de sangre, asesinatos, necromancia, operaciones quirúrgicas, etc. A veces parece que la autora abusa de estas escenas incluso cuando no vienen a cuento. Eso sí, que nadie espere el naturalismo a lo Shintaro Kago, pues el énfasis no está en la crudeza visual sino en la faceta psicológica.
En cuanto a decorados, aparecen recurrentemente ataúdes , escenas en los cementerios, iglesias, laboratorios macabros con órganos en frascos de conserva, máscaras medievales, cadáveres en estado de putrefacción…y todo ello contrasta un con los vestidos vaporosos de las chicas con aspecto dulce, juguetes, animalitos y otros motivos inocentes.
Aparecen seres sobrenaturales como vampiros, zombies, fantasmas, aunque los personajes que más miedo dan son los pedófilos, necrófilos, maltratadores de niños y psicópatas, los que tristemente existen también en la vida real. Uno de los más escalofriantes es Jezabel Disraelí (es difícil de entender por qué se le ha puesto nombre de mujer a un hombre), el médico loco aficionado a los experimentos con humanos muertos y vivos, supuesto hermanastro de Caín. Tampoco podía faltar el tema del incesto, que ya salió en otros títulos de la autora como Angel Sanctuary. Desde luego, la endogamia practicada entre los aristócratas nunca ha acabado bien.
Por suerte, aparecen algunos personajes más normalitos, como Merryweather, la hermana de Cain y su pretendiente, Óscar, o el tío de Caín. El propio Caín posee una personalidad compleja, a veces se le ve como un aristócrata arrogante y lleno de autoestima y en otras ocasiones como un ser vulnerable. Por otra parte, es un mujeriego por el que suspiran todas las jovencitas de Londres y él se aprovecha a veces. No obstante, las lectoras tendrán claro que su relación que le une a su mayordomo va más allá de una simple amistad y fidelidad…
Esta serie también es alabada por su final agridulce. Yuki creía que la historia no era lo suficientemente clara, por lo que añadió páginas adicionales al último capítulo para aclarar algunos de los acontecimientos ambiguos. Sin embargo, no nos esperemos un desenlace a lo Sexto Sentido, es un final acorde con el tono de la obra y los personajes.
Manga plagado de simbología
La Saga de Caín está repleta de simbología occidental. En primer lugar destaca la propia Biblia: el nombre de Caín es poco agraciado debido a que hace referencia al primer asesino de la humanidad y por ello se lo puso su padre. En segundo lugar, aparecen las cartas del tarot en las que se basa la jerarquía la organización Delilah.
En tercer lugar, la autora se inspiró en cuentos ingleses para sus capítulos. Se basó en “Alicia en el país de las maravillas”, uno de sus libros favoritos, así como el Los Cuentos de Mamá Ganso (Mother Goose in Prose), una colección de versos para niños como Humpty Dumpty, Hickory, Dickory, Dock o Black Sheep. Este libro de versos fue publicado por primera vez por L. Frank Baum en 1897 y su contenido no es tan conocido fuera de tierras anglosajonas. Eso sí, carecen de contenido mórbido, tienen poco que ver con la versión que hizo de ellos Kaori Yuki.
No podían faltar tampoco leyendas urbanas inglesas, como Jack El Destripador. La mangaka realizó varios viajes por distintos lugares de Londres para documentarse mejor para la obra, entre ellos la Abadía de Westminster, el Big Ben, la Torre de Londres, el Castillo de Windsor, el Museo Británico, el río Támesis y el Hyde Park.
Kaori Yuki, maestra del shojo gótico
Kaori Yuki nació en Tokio el 18 de diciembre de finales de los 60. Cursó estudios de Artes y en 1986 lanzó su primer doujinshi titulado Vampire’s Love. En 1987 ganó el concurso de nuevos talentos de la revista Hana to Yume con El Verano de Eli, y desde entonces su carrera estuvo unida a la revista shojo en cuestión.
En 1991 publicó La Julieta Olvidada, el primer volumen de la Saga de Caín con el que alcanzó el éxito. Continuó con este título hasta 1995 cuando lo aparcó para dedicarse a Angel Sanctuary, una serie de 20 tomos que popularizó la temática del amor entre ángeles. A finales de los 90 también creó Ludwig Revolution, que incluye la versión paródico-terrorífica de los cuentos ya sangrientos de los Hermanos Grimm. En 2001, tras acabar Angel Sanctuary, volvió a trabajar en las historias de Cain Hargreaves, que concluyó en 2004.
En la década de los 2000 también lanzó series más cortas como Neji (2001), Blood Hound (2004), Fairy Cube (2005), Ningyou Kyuutei Gakudan (2008) o Meine Liebe (2005). Hace poco finalizó el shojo Iiki no Ki y decidió continuar con las andanzas del príncipe Ludwig, esta vez acompañado de la princesa japonesa Kaguya.
Kaori Yuki es aficionada al estilo gótico-lolita y al Visual Kei, que caracterizan su estilo. Le gusta la tarta de queso, el café, dormir muchas horas, las casas de muñecas, los tulipanes de color salmón y Alicia en el país de las maravillas. Es madre de una niña de 9 años y un niño de 6.
La edición
EDT lanzó al mercado español por primera vez la serie en 2006 a un precio normal. Después rebajó el valor que había que pagar por cada tomo a 3,95€ y en marzo de este año puso en liquidación los tomos en packs de 4 tomos a 10€. Cada tomo tiene unas dimensiones de 11,5 x 17 cm, tapa blanda con sobrecubierta y papel blanco de buena calidad.
Conclusión
Para todos aquellos que se cansaron con ñoñerías de shojos es muy recomendable esta serie, que mezcla los géneros de terror, misterio, aventuras y posee toques de shonen-ai. Eso sí, se requiere cierta madurez debido a las altas dosis de violencia que incluye. Desde luego, a un precio de 10€ por 4 tomos es imprescindible hacerse ello.
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Lo mejor
- Una aproximación diferente al shojo, más maduro y crudo
- Personajes atormentados y con personalidad compleja
- Ilustraciones detalladas que deleitarán a los aficionados de lo gótico y al Londres victoriano
- El precio
Lo peor
- La historia tarda en volverse emocionante
- Sobredosis de violencia en algunas escenas
- El dibujo cambia entre los primeros 5 y los últimos 8 tomos
Ficha técnica
Título original: Hakushaku Cain/God Child
Título: La Saga Caín/God Child
Guión: Kaori Yuki
Dibujo: Kaori Yuki
Editorial japonesa: Hakusensha
Editorial española: EDT
Formato: 11,5×17 cm, rústica con sobrecubierta
Precio:10€ de cada pack que contiene 4 tomos
Nº de tomos: 5+8
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