Fue en la segunda mitad de los 90 cuando Canal+ comenzó a emitir una serie animada inspirada en el Japón de la revolución Meiji con personajes interesantes, exotismo oriental, muchas peleas y mensajes con fines didácticos y que se tituló El Guerrero Samurái. En poco tiempo adquirió gran popularidad y la editorial Glénat, lastrada por aquellas fechas por los números rojos, decidió licenciar la versión manga en 1999 gracias al consejo del hijo del dibujante Manuel Vázquez. El éxito fue fulminante, los ejemplares de la primera tirada se acabaron en unos días y fue esta obra que salvó a la editorial de la quiebra. Sin duda, la historia del vagabundo Kenshin logró hacerse un hueco en los corazones de los lectores gracias a su mezcla original de elementos históricos con la ficción, humor, acción y romance y nos despertó el interés por la historia de un país tan lejano como Japón.
Enfrentamiento con el pasado
Hace 140 años, tras la llegada de los “Barcos Negros” a las costas niponas, emergió un guerrero sin piedad a la hora de matar que pronto llegó a ser conocido como Hitoriki Battosai, el Asesino. Sin embargo, tras abrir el camino a la nueva era Meiji, desapareció sin dejar rastro, convirtiéndose en leyenda.
Diez años después de la instauración del régimen Meiji, la joven Kaoru Kamiya se encuentra con un espadachín vagabundo llamado Kenshin Himura, quien le salva la vida. La chica le agradece ofreciendo alojamiento para él en su dojo poco frecuentado por los alumnos. A medida que transcurre el tiempo, su relación se estrecha y van conociendo nuevos amigos y enemigos.
No obstante, no es posible para Kenshin huir de su vida anterior y se ve forzado a abandonar su vida tranquila con la muchacha para luchar contra los fantasmas de su pasado para poder vivir un futuro mejor.
Personajes que cautivaron a todos los públicos
Nobuhiro Watsuki se inspiró en la figura de Gensai Kawakami (1834-1871), uno de los cuatro hitorikis afines al Emperador que mataba a los seguidores del Shogunato durante el período Bakumatsu. Este asesino, estudioso del budismo, se caracterizaba por tener un temperamento frío, un cuerpo delgado, rasgos afeminados y pelo largo. Sin embargo, sufrió la desgracia de ser ejecutado por falsos cargos por el gobierno Meiji, por quienes había luchado años antes.
Sin embargo, el personaje de Kenshin Himura se creó a partir de Seijuro Hiko, protagonista de un one-shot previo del propio autor, titulado Sengoku no Mikazuki (más tarde incluiría a Hiko como maestro de Kenshin). Lo que pretendía Watsuki es diseñar un personaje con un físico completamente opuesto al de Hiko, de ahí que Kenshin fuera bajito, delgado y pelirrojo. Aun así, los ojos, la densidad del pelo y la mímica delatan un cierto parecido entre los personajes. Más tarde, el autor añadiría otros rasgos característicos al samurái pelirrojo: la expresión “oro” y un lenguaje muy formal para dirigirse hacia a las mujeres. En principio Kenshin iba a tener 30 años pero finalmente con la editorial llegaron a acordar 28.
Uno de los rasgos que le ayudaron al guerrero con cicatriz en forma de «X» a conquistar al público es su carácter amable y altruista. Es un personaje que en una época tan convulsa fue capaz de enfrentarse a sus pecados y vivir pensando en el futuro. No le es fácil en el primer momento, pues considera que por sus crímenes pasados no tiene derecho a vivir una vida feliz y no detecta los sentimientos que Kaoru siente hacia él. Eso sí, es precisamente por esta muchacha y sus amigos por los que se atreve a vencer a sus adversarios que le persiguen.
Siempre fiel a su filosofía de evitar muertes, porta su espada de filo invertido llamada Sakabato en una era donde ya solo los soldados y policías estaban autorizados a llevar katanas largas por la calle. Solo recurre a la transformación en Hitoriki Battosai dos o tres veces desde que se encuentra con Kaoru, aunque en los capítulos del flashback podemos apreciar su crueldad y efectividad a la hora de matar.
Los personajes son también carismáticos: entre los villanos destaca Shishio, ya impresionante por u aspecto físico, o Sojiro con su cara sonriente vacía de emociones. Y entre los aliados de Kenshin habría que mencionar a su maestro aficionado a la bebida, Seijuro Hiko, y a Hajime Saito, cuya sangre fría le convierte en un personaje muy atractivo (todavía no entendemos cómo Kenshin y Misao se sorprendieron al averiguar que Saito tenía esposa). El obstinado y temperamental Sanosuke Sagara tampoco decepciona como el compañero ideal que siempre acude a ayudar al protagonista cuando necesita que le echen una mano.
En cambio, los adolescentes Yahiko y Misao resultan pesados a veces, el primero por su filosofía de “eres mi maestro, te voy a seguir a todos los lugares y te voy a fastidiar hasta que me enseñes tus técnicas” y la segunda por su devoción de fangirl por Aoshi. Por lo que respecta a Kaoru Kamiya, se le podría haber sacado más jugo porque al final se queda como la chica a la que los hombres tienen que rescatar a pesar de ser maestra de kendo.
Lecciones de historia
Uno de los puntos fuertes de la serie es la forma en el que explota acontecimientos históricos de la época y los mezcla con la ficción. Se nos presenta algunos aspectos buenos y malos de la Restauración Meiji y del régimen anterior, ofreciendo una visión crítica de ambos aunque sin llegar a ser un análisis político en sentido estricto. Sin embargo, Watsuki señaló que los arcos que más se ocupan de estos temas han tenido una recepción menos exitosa. Por ejemplo, la historia que presenta a Sanosuke Sagara se basa en un enfrentamiento poco conocido con el régimen Meiji sobre el sistema de impuestos. Pero los editores dudaron sobre su veracidad y no se registraron reacciones muy positivas por parte de los lectores.
La historia se organiza en varios arcos: comienza con el arco de Tokyo, integrado por miniarcos en los que presentan a los personajes que irán apareciendo a lo largo de la historia, que luego da paso a los dos arcos principales del manga: el de Kyoto, y el de Enishi. A lo largo de todos los acontecimientos conocemos poco a poco el pasado de Kenshin, desde su infancia, pasando por su tormentosa existencia como Hitoriki y cómo recibió la cicatriz en forma de «X».
Tratándose de un shonen de los 90, las caras de los personajes poseen esos trazos puntiagudos, poco redondeados e infantiles. Sin embargo, las escenas de acción son un punto fuerte de la serie: son fáciles de seguir y están repletas de técnicas de artes marciales de nombres interminables poco realistas pero entretenidas.
Sobre el autor
Nobuhiro Watsuki nació el 26 de mayo de 1970 en Niigata. Desde siempre su modelo a seguir fue su hermano mayor quien comenzó a dibujar manga antes que él aunque finalmente lo dejó, pero también se vio influenciado por Osamu Tezuka y Fujiko Fujio. En el instituto se apuntó a clases de kendo pero nunca consiguió ganar a sus rivales y se retiró del deporte lleno de frustraciones. No obstante, su experiencia con el kendo le sirvió para crear la figura de Yahiko. En el Bachillerato ganó su primer premio por un manga titulado Podmark, del que se tiene poca información.
Durante su juventud trabajó de asistente para Takeshi Obata, uno de sus ídolos, y estuvo colaborando en la obra Tan Lamp-Lamp, centrado en un genio residente en una lámpara mágica que le sirvió de inspiración a la hora de crear a Sanosuke Sagara. Fue en 1994 cuando obtuvo su primer gran éxito con Kenshin, obra que escribió hasta finales de 1999. A principios de los 2000 sacó dos mangas tituladas Gun Blaze West, un western, y Busou Renkin, desarrollado en un colegio. En 2007 comenzó otra serie larga centrada en monstruos, Embalming-The Other Tale of Frankestein, que lleva 7 tomos publicados. Sin embargo, en la actualidad está paralizada porque Watsuki ha vuelto a retomar las aventuas del vagabundo pelirrojo, editando unos capítulos que recrean los combates presentes en el live –action de Rurouni Kenshin que veremos pronto en los cines españoles.
Watsuki es aficionado a los videojuegos, a la lectura de otros mangas y a la televisión. Su cómic americano favorito es X-Men (de hecho, el primer malo de Kenshin está inspirado en Gambito) y Spiderman y el anime que más le cautivó es Neon GenesisEvangelion. Entre sus películas preferidas se encuentran Jungla de Cristal y Matrix. Como vemos, es una persona amante de las historias de acción.
Como curiosidad, es un gran defensor de los doujinshis y le pide a sus fans que le manden fanzines y fanfics.
La edición española
La primera edición del espadachín pelirrojo llegó de la mano de Glénat-EDT en 1999 y se componía de 28 tomos de diferentes colores en formato 11,5×17 cm, y tapa blanda con sobrecubierta. EDT decidió reeditar la obra de Watsuki en 2008 con una colección kazenban.
En primer lugar, los tomos de la edición integral han adquirido formato de la línea Big Manga (15×21 cm), lo que facilita la lectura ya que el autor suele poner muchas viñetas en una sola página, y abultan más: unas 250 páginas frente a las 200 que contenía la edición antigua. Consecuentemente, la edición integral se reduce a 22 tomos y aumenta un poco de precio: 10€/tomo frente a los 7,5€/tomo (o 1200 ptas antes del 2002).
Además, la sobrecubierta de los tomos de la colección kazenban está hecha de un papel blanco grueso, duro y arrugado, parecido a la cartulina, tiene aplicaciones holográficas y si se juntan todos los tomos, se puede observar el Sakabato formado por los lomos de éstos. También contienen páginas a color y en las cubiertas aparecen bocetos de los personajes realizados por Watsuki. En resumen, EDT nos ofrece unos volúmenes espectaculares cuyo formato esperemos que Panini mantenga.
Adaptación al anime
Rurouni Kenshin cuenta con una adaptación en forma de serie de televisión de 94 episodios, emitidos entre 1996 y 1998 en Japón que fueron transmitidos por Canal+ en nuestro país y posteriormente licenciados por Selecta Visión, aunque en la actualidad se encuentran descatalogados. Lo que pasa es que el anime sólo recrea el arco de Tokyo y de Kyoto y después se centra en unos episodios de relleno que no aparecieron en el manga original. Por eso la serie de televisión acabó antes que el manga y dejó de lado el arco de Enishi.
Posteriormente se realizaron dos OVAs con un diseño muy diferente a la de Watsuki, con personajes más estilizados, una animación más cuidada y un tono muy melodramático. El primero se centra en el pasado de Kenshin como Hitoriki durante el Bakumatsu que se cuentan en los tomos 15-16. Pero el segundo añade unos sucesos que no aparecieron en la obra original y relata la vida de Kenshin después de finalizado el manga, desde el punto de vista de Kaoru. Tiene un tono bastante depresivo, muy alejado del estilo de Watsuki. Dichos OVAs también fueron licenciados por Selecta Visión.
La serie también tiene una película creada en 1997 llamada Ishin Shishi e no Requiem (Réquiem para los Patriotas de la Restauración) la cual cuenta la historia donde Kenshin encuentra a un antiguo samurái que trata de comenzar una revolución para derrocar el gobierno Meiji.
En el último año salió una nueva adaptación animada del arco de Kyoto, titulada RurouniKenshin: Shin Kyoto Hen, que presenta el enfrentamiento con Shishio desde el punto de vista de Misao. Consta de 2 partes y cambia ligeramente algunos acontecimientos. Y en septiembre de este año se estrenó el live-action protagonizado por Takeru Sato cuyos derechos han sido adquiridos por MediaTres Estudio y pronto lo veremos en las salas de cine españolas.
A modo de conclusión, estamos ante una serie cuyo encanto reside en unos personajes entrañables a pesar de estar basados en tópicos usuales y en la mezcla óptima de sucesos históricos con la ficción. Por tanto, se vuelve apta para todos los géneros y edades. Además, consiguió la mitificación entre el público joven en una época en la que llegaban pocos mangas a España, sobre todo de corte histórico.
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Lo mejor: personajes simpáticos; mezcla de elementos cómicos, románticos e históricos con mucha acción.
Lo peor: batallas y enfrentamientos de fuerza poco realistas muy propios de los shonen. Algunos personajes llegan a ser pesados en algunas ocasiones.
Ficha técnica:
Título original: Rurouni Kenshin, Meiji Kenkaku Romantan
Título en español: Rurouni Kenshin, La epopeya del guerrero samurai
Guión: Nobuhiro Watsuki
Dibujo: Nobuhiro Watsuki
Editorial japonesa: Shueisha
Editorial española: EDT, a partir de mayo del 2013 Panini
Nº de tomos: 28 (edición descatalogada), 22 (kazenban)
Formato: 11,5×14 cm (edición descatalogada), 15×21 cm (kazenban), tapa blanda con sobrecubierta
Precio: 10€/tomo (edición kazenban)
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