La sonrisa del vampiro es una obra muy especial y puede que muchos aficionados no hayan visto la posibilidad de darle una oportunidad a esta obra tan enigmática y peculiar. Unas buenas ventas convirtieron a Suehiro Maruo en un autor fetiche para EDT (en aquel momento Ediciones Glénat). Hecho que ha propiciado este volumen y la llegada en estos años de muchas de sus obras.
Un autor que no provoca indiferencia: admiración o repulsión casi por partes iguales. Desde aquella primera publicación de La sonrisa del vampiro, dejó una impresión apabullante en el lector español, ofrecía un estilo muy personal y peculiar, a la vez que atractivo y horripilante. Un autor imprescindible para comprender la amalgama de estilos que tiene el arte del manga. Qué mejor ocasión que hacerlo con su obra maestra.
Argumento
Corren tiempos complicados en Japón, allí se afronta la desesperación más absoluta debido a la derrota del ejército nipón y el ataque de dos bombas atómicas, hacen perder toda racionalidad a los supervivientes. Una mujer que no encaja en esta sociedad intenta sobrevivir como puede, pero la gente no puede permitir que un engendro feo, repulsivo y tan diferente como ella se aproveche de los muertos. Estamos ante el nacimiento de un vampiro en un mundo desolado por la guerra. Años más tarde esta mujer vampiro buscará a un joven, el elegido es Konosuke Mori, para que aprenda todo lo que ella sabe y convertirlo en un no-muerto. Este hecho, da la oportunidad de ver las fases, por las que ha de pasar un ser humano para convertirse en un vampiro.
En esta sociedad decadente en la que se ha convertido Japón, un vampiro será solamente un personaje más de un elenco de personas abocadas a la lujuria, pasiones desenfrenadas y cualquier tipo de decadencia que nos podamos imaginar. En un mundo de adultos decadentes nos encontraremos con dos compañeros de Konosuke: Sotoo Henmi y Runa Miyawaki. El primero es un joven estudiante alocado, pirómano, vengativo y sin sentimientos. Vive en una sociedad tan desquiciada como él. Aprovecha para provocar incendios y masacrar animales por diversión, además de recopilar recortes de periódicos sobre sucesos funestos. Acaba cruzándose en el camino del joven vampiro y se ve inmerso en el mundo de caos y desesperación que le gusta.
La segunda es Runa, una jovencita abocada a la repulsión más absoluta: aversión por el embarazo de su hermana y la desidia del voluntariado. Un voluntariado de estudiantes para ayudar a ancianos, en las que la prostitución encubierta y las perversiones sexuales suscitarán cierta desesperación y horribles consecuencias a la joven, que también acabará cruzándose con el vampiro. Este encuentro provocará una atracción irrefrenable entre ambos, que conducirá a la muerte y la venganza.
¿Os atrevéis a llegar al final de la historia?
Muzan-e, vampiros y Grand Guignol
Maruo presenta una sociedad decadente, alejada de cualquier bondad y carente de pudor o moderación. Muestra el reflejo de una sociedad, la nipona, tan avanzada en algunos aspectos y tan anclada en el pasado en otros. Tiene el honor de ser el principal autor representativo del ero-guro (estilo erótico-grotesco) para mostrarnos una faceta erótico-festiva añadiendo ingredientes como el gore, sangre o vísceras en sus ilustraciones. Hijo del estilo del muzan-e, estéticamente ligado al movimiento artístico del ukiyo-e más moderno y sangriento (ukiyo-e: género de grabados producidos en Japón en el que se reflejan paisajes, teatros o zonas de alterne).
Los protagonistas son crueles, atroces y gustan de la sangre o de la violencia. En esta ocasión es el turno de los vampiros que encajan en esta estética de manera perfecta y permite al autor desarrollar sus más descarnadas historias e ideas sobre violaciones, muerte y situaciones que pueden desagradar a más de un lector. Además suele tocar temas peliagudos y tabús en la sociedad actual como el incesto y filias varias. Y se aprovecha de algunos personajes estereotipados que suele ir utilizando en varias de sus obras (un ejemplo es el payaso polichinela que también sale en otras de sus obras).
Por motivos obvios, el Teatro del Grand Guignol, influencia a Suehiro Maruo sin ningún tipo de duda. Este teatro francés estuvo en marcha desde finales del siglo XIX hasta pasada la mitad del siglo XX ( 1962) y caló fuertemente en su imaginario, al igual que los carteles japoneses de los años 20. En este teatro se ofrecían representaciones teatrales de atrocidades humanas donde se sometía a los protagonistas a torturas y escenas muy duras. El autor propone historias en las que hay que dejarse guiar a través de ese mundo obsceno y sinsentido que nos muestran las miserias humanas más atroces. Un camino por el que veremos las lindezas humanas fruto de la imaginación de este autor.
Estilo
Influenciado por el bloody ukiyo-e, las ilustraciones son bellas y adorablemente atractivas a la vez que conmovedoramente desquiciantes. Maruo consigue una narrativa que se acerca a su estilismo de manera brillante, dando lugar a una historia que desafía a la moral del lector. Amenizada con ilustraciones espectaculares, apabullantes y gustoso por enseñarnos primeros planos intentando que el lector disfrute de las escenas de violencia, regocijándose en algunas viñetas. A veces nos muestra una escena de violencia en varios planos diferentes del mismo cada viñeta se convierte en una pequeña obra de arte, que podemos admirar repetidamente o más bien todo lo contrario. Depende del espectador o del lector, pasar rápidamente las páginas para no regocijarnos en el horror presentado.
Quizás la narrativa es lo más peculiar y especial, que si bien puede sorprender inicialmente, es bastante inteligible. Todo y que algunas veces los personajes son tan similares entre sí que pueden provocar desconcierto en el lector. Si bien, no creo que sea desmerecimiento del autor, sino más bien puede que sea provocado por este, para conseguir angustiar más en su mundo ambivalente entre el mundo real y el onírico.
Hay un recurso repetido durante la obra que es multiplicar determinados elementos, normalmente cara y ojos (aunque a veces se atreve con un personaje entero) para crear movimiento en sus ilustraciones. Con este recurso consigue una narración más fluida y le da un toque muy cinematográfico similar a la animación. Nos ofrece composiciones arriesgadas y diferentes que se adaptan a la narración y a su estilo grotesco, puntos de vista en el que el espectador sea partícipe y sepa lo que va a ocurrir. Un ejemplo sería el ataque del vampiro al simpatizante nazi sin que este se percate de su presencia, pero que el lector sí ve y es consciente de lo que pasará a continuación. Consigue con su manera de construir y ordenar las viñetas, adentrarnos en un mundo caótico y perverso a la vez que cautivarnos con una belleza inusitada de la violencia y demás aspectos que nos atrapan.
El estilo tan personal de Maruo te puede provocar fascinación, atracción y cierto gusto por la violencia sin medida, pero quizás a otros lectores les provoque angustia y desesperación por lo que están viendo y que piensen que el autor debería estar en un frenopático. En mi caso me ha maravillado esa capacidad de transmitir belleza y fascinación por actos totalmente amorales y que en la vida real rechazaría sin pensarlo dos veces, pero Maruo consigue algo totalmente fuera de toda lógica. En resumen, absorbe como nunca al lector con composiciones visuales de gran fuerza y atracción, muy reconocibles en otras obras del mismo autor.
Edición
Ediciones Glénat (actualmente EDT) editó en 2002 y 2004 los 2 volúmenes que componen esta obra y que recopilaron a finales del año pasado 2012 en un tomo único. Con esta edición, Editores de Tebeos quiere celebrar con el lector las buenas ventas de anteriores ediciones, además de ser la obra que abrió la posibilidad de traer nuevas obras del autor a nuestro país.
Un único volumen de tapa dura (cartoné) y con sobrecubiertas con 512 páginas de buena calidad acorde a la obra, con algunas páginas a color bitono. Una impresión perfecta y un tamaño considerable para poder disfrutar de las maravillosas ilustraciones. El papel grueso, el acabado y detalles de solapas, nos ofrecen una edición prácticamente perfecta que pocas veces podemos disfrutar en nuestro país.
Un autor autodidacta apasionado del cine de terror
Maruo no llegó a publicar ningún doujinshi antes de ser profesional, tampoco acudió a ninguna escuela de dibujo, ni comenzó como asistente de otro mangaka. Su obra está influenciada por el cine alemán expresionista de la primera mitad del siglo XX como El gabinete del doctor Caligari de Robert Wiene y el cine de terror más actual, han acabado configurando su estilo personal.
Suehiro Maruo (Nagasaki, 1956) crece en el seno de una familia japonesa pobre, autodidacta de formación, tuvo una adolescencia complicada, pues llegó a entrar en la cárcel por el robo de discos en una tienda musical. A pesar de esto, comenzó a dibujar y presentar sus obras en la Shonen Jump con 18 años. Sus historias fueron fulminantemente rechazadas por ser de mal gusto y calificadas de raras. Obstinado, años más tarde comenzaba a publicar en una editorial de manga para adultos, donde no le pondrían límite alguno.
Su debut fue en 1980 con el título Ribon no Kishi (La princesa Caballero), el mismo título que el clásico del shojo de Osamu Tezuka. Cualquiera entenderá inmediatamente la ironía del título presentándonos una historia bizarra y erótica, que se acabaría recopilando en Bara-iro no Kaibutsu (El monstruo de color de rosa) junto a otras historias cortas del autor en 1982.
Es la etapa más explícitamente erótica y sexual del autor que optaría por alejarse del manga pornográfico para ganarse la vida. Una obra representativa de esta etapa sería DDT (1983) publicada por Otakuland en nuestro país en 2004 con varios relatos cortos.
No en vano, Suehiro Maruo tiene varias obras recopilatorias además de la mencionada como Lunatic Lovers (1999), Gichi-Gichi-Kid editadas en nuestro país por Ediciones Glénat en 2003 y 2005, respectivamente además de El infierno embotellado en preparación por EDT. En ellas podremos encontrar verdaderas joyas donde el maestro nos ofrece pequeñas dosis de todo su arte y potencial artístico ayudado por referencias fotográficas o pictóricas del mundo entero.
Un punto y aparte se merece Midori, la niña de las camelias, de la que podemos encontrar versión animada con muy poco presupuesta y que adapta fielmente el manga, que a su vez rinde homenaje a La parada de los Monstruos. Midori, es una joven desamparada que acaba cobijandose en una feria de monstruos donde confundirá la realidad y sus sueños más horribles.
Su obra principal y más reconocida es sin duda La sonrisa del Vampiro (ambos volúmenes), pero muy especial es La extraña historia de la Isla Panorama donde el autor muestra su buen hacer, llegando a un nivel ilustrativo bellísimo y preciosista. Una obra en la que referencia y hace honor a una gran cantidad de obras pictóricas clásicas como El Bosco o el surrealista Dalí. Se trata de la adaptación de una novela de Ranpo Edogawa, admirador de Edgar Allan Poe. Además hay que señalar que vuelve a repetir pues Maruo ha adaptado otra obra del novelista, La Oruga de las que se puede disfrutar en nuestro país, otra vez como no, publicada por EDT.
Sin duda un autor con un gran potencial visual y atractivo que no duda en ambientar sus obras, con la estética que recuerda a los primeros años del siglo XX. Esto le confiere una oscuridad que va como anillo al dedo a sus historias tétricas de gusanos, vísceras, putrefacción y personajes que viven entre el horror y el esperpento.
Conclusiones
Si sus ilustraciones de portada te llaman poderosamente la atención, posiblemente estés de enhorabuena y disfrutes como pocos esta obra vampírica alejada (o no) de los tópicos. Por otro lado, a muchos lectores este mundo macabro y salvaje de sexo, violencia sin medida, muerte y sanguinolencia que junto a ese estilo guiñol tan peculiar, no te sea para nada atractivo y no quieras ni acercarte.
No obstante, si dejamos de lado nuestro prejuicios ante la violencia gratuita (esta vez no es así, la violencia intenta llegar a un objetivo, más que nunca el fin justifica los medios) acabaremos saboreando (quien sabe si disfrutando) a un autor muy diferente que, al filo de la navaja nos hace bailar a su antojo.
Una obra que está esperándote para ser leída, pues tarde o temprano sacas las fuerzas suficientes para enfrentar tus miedos, tus pasiones más escondidas y puedas disfrutar de su lectura.
Lo mejor:
- El autor nos enseña las miserias humanas de una manera atractiva y repulsivamente inquietantes.
- El mundo de los vampiros en manga, desde un punto de vista alejado del slasher cinematográfico y cercano al expresionismo alemán de principios del siglo XX.
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