La película que nos ocupa hoy es un espécimen muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en formato anime. La isla de Giovanni, más que una película animada, es una lección de historia que utiliza la animación como excusa para transmitir mejor los sentimientos de sus protagonistas. Una especie de documental dramatizado, basado en hechos reales y con una estética particular. Y si no me creéis, seguid leyendo para descubrir qué diferencia a esta película de la animación que consumimos habitualmente.
El argumento
Tras el fin de la segunda guerra mundial, la pequeña isla japonesa de Shikotan, muy cercana a la costa este de Rusia, pasa a formar parte del Óblast de Sajalín de la Unión Soviética. En esta frontera con heridas aún abiertas, surge tímidamente la amistad entre niños de dos países diferentes, deseosos de superar las barreras lingüísticas y al margen de los conflictos bélicos de los adultos.
Aunque no son pocas las películas en las que, como Millenium Actress o La colina de las amapolas, se elige una época real para explicar una historia totalmente inventada, a excepción de unos pocos metrajes (Hadashi no Gen, Glass no Usagi, Ushiro no Shoumen Daare, Anne no nikki, La tumba de las luciérnagas), la animación japonesa no se ha prodigado demasiado en narrar acontecimientos históricos basados en hechos reales. Este hecho por sí solo ya explica el porqué La isla de Giovanni ha cosechado tantos premios (distinción especial del Festival de Annecy en 2014, premio Satoshi Kon en el Fantasia Film Festival de 2014, premio mejor película Fan15, premio del jurado infantil y del jurado adulto en el 31st Chicago international children festival). Pero es que además el metraje tiene otro punto fuerte que justifica las condecoraciones recibidas: hace llegar acontecimientos históricos desconocidos y de interés humano a gente a la que normalmente no le llegan este tipo de historias, y, al mismo tiempo, personas que no suelen ver animación se pueden sentar a disfrutar de esta película gracias a la perspectiva fresca que ofrece sobre un tema crudo e interesante.
Por otro lado, el mensaje que transmite esta película es universal y muy humano. Y es que si algo bueno tiene, es que en ella no aparecen “malos malísimos”. Los personajes de esta historia no son más que personas intentando dar lo mejor de sí mismas en una situación tan inusual como es una invasión. El objetivo de la película no es echar la culpa del conflicto a nadie, sino simplemente mostrar cómo se vivió este momento histórico.
Sin embargo, no todo son puntos favorables para la película del poco prolífico director de 62 años Mizuho Nishikubo (NEXT A-Class, Musashi: The Dream of the Last Samurai, Otogi Zoshi, Video Girl Ai, Zillion: Burning Night). Pues, si bien la historia está bien narrada, plagada de valores positivos y sin agujeros; como película resulta algo lenta y previsible. Así que si esperáis acción, velocidad y giros sorprendentes, no cubrirá vuestras expectativas. Para que os hagáis una idea, tiene un ritmo y un tono muy parecido al de La tumba de las luciérnagas. Pero no sólo ese detalle tiene en común con la entrañable producción de Studio Ghibli. Tanto el diseño de sus protagonistas como parte de la historia se parecen bastante a la película que Isao Takahata dirigió para el estudio que creó Totoro. Incluso las escenas que no aparecen en La tumba de las luciérnagas y que podrían dar algo de frescura al argumento (como cuando los niños rusos y los japoneses compiten por ver quién canta su himno más alto), ya las hemos visto anteriormente en películas como por ejemplo Casablanca.
El diseño y la animación
En esta producción animada el diseño artístico corre a cargo de un occidental. Concretamente del francés nacido en Argentina Santiago Montiel. Él es el responsable del concepto global de la película. En especial de los fondos que simulan las pinturas de Hasui Kawase y Vincent van Gogh y que otorgan un aspecto visual interesante al filme. Todo un acierto que diferencia esta obra del resto de producciones japonesas.
El diseño de personajes es otro cantar. No destaca como lo hacen los fondos. En general es sencillo (sobre todo cuando el protagonista es pequeño), carece de sombras y habitualmente se exageran los rasgos y las perspectivas para mostrar cómo ven los niños el mundo y dar más dramatismo. Supongo que por mis palabras puede parecer que el diseño es muy arriesgado, pero es que es precisamente es así. Pocas obras arriesgan tanto visualmente como lo hace La isla de Giovanni.
Sin embargo, esta película no consigue una integración óptima de los objetos 3D con los fondos y personajes. Cuando aparecen en pantalla objetos en 3D como barcos o gaviotas, se nota claramente que son 3D. La textura es diferente y su movimiento no es natural. Especialmente destaca el caso el de las gaviotas del principio de la película, que parecen juguetes de plástico.
En suma, un producto visualmente muy diferente a lo que estamos acostumbrados y que puede encantar o provocar rechazo precisamente por lo diferente que es.
La banda sonora
La música consigue su cometido. Es refrescante y emotiva cuando debe serlo, y oscura y tensa cuando es necesario. En cuanto a los sonidos ambientales, simplemente comentar que están muy bien trabajados y ofrecen una riqueza de texturas inmejorable. Se nota el buen hacer de Production I.G. detrás de esta obra (Ghost in the Shell, FLCL, XXX Holic, Miss Hokusai, Psycho-Pass: The Movie).
Mención especial se merecen las canciones de los niños, que otorgan una atmósfera perfecta para esta historia bélica narrada desde el punto de vista de unos estudiantes de primaria. La elección de la voz de Tanya en la versión original fue un total acierto. Tanto su tono como las canciones que entona durante sus apariciones son encantadoras.
La edición
Para hacer esta reseña hemos utilizado la edición coleccionista de Selecta Visión. Una edición con una calidad de imagen y audio impecable, la cual incluye:
- La película en DVD.
- La película en Blu-ray.
- Un DVD de extras con el “cómo se hizo”, una galería de imágenes, una entrevista a Polina Ilyushenko (la actriz rusa que interpreta a Tanya) y varios tráilers promocionales.
- Un pequeño dossier de 32 páginas.
- Carátula doble.
Sobre todos estos extras, me gustaría destacar el dossier de 32 páginas. Su aspecto podría haber sido más agradable de haberse encuadernado como la libreta de esbozos que usa el protagonista y no con dos simples grapas, pero el contenido de sus páginas es muy interesante. Está lleno de referencias históricas que dan una dimensión más grande al contexto en el que ocurre la película y que nos permite entender mejor este momento de la historia. Su inclusión es de agradecer.
En definitiva, esta es una edición bastante completa, bien diseñada y con un tamaño adecuado para poner en nuestra videoteca personal. A veces se hacen ediciones tan grandes que acaban relegadas a una esquina de un mueble porque no caben en ningún sitio. Por suerte, este no es el caso.
Opinión personal
La isla de Giovanni es una buena película. Tiene todos los ingredientes para serlo. Buena animación, música agradable, un apartado gráfico interesante, personajes carismáticos y una historia sólida. Sin embargo, y por desgracia, argumentalmente no ofrece nada que no hayamos visto antes en otras películas bélicas. Eso por no mencionar que la narrativa es algo predecible y en ocasiones hasta ñoña. Siendo este último punto el que más empaña la película.
A pesar de ello, es una obra que acerca tanto a adultos como a niños a un momento histórico bastante desconocido, y que, al final, consigue alzar el vuelo con un desenlace emotivo y con un mensaje tierno y vital que merece los cuatro boles de esta reseña.
Por último, recomiendo su visualización en versión original subtitulada. No me malinterpretéis, el doblaje no es malo. Sin embargo, se ha optado por doblar todos los diálogos. Incluso los que en la versión original están en ruso y coreano sin subtitular. Esto provoca que en la versión doblada no se entiendan los problemas y soluciones de comunicación entre personas que hablan diferentes idiomas. Idea clave de la película. Y hay momentos, incluso, en los que este hecho hace que escenas enteras no tengan sentido y los personajes parezcan sobreactuados.
Lo mejor:
- Las canciones de los niños.
- Los fondos parecen pinturas en movimiento.
- Nos descubre unos acontecimientos desconocidos para la mayoría de los occidentales.
- Tiene un mensaje positivo y vital que debe ser compartido.
- Es diferente a lo que estamos acostumbrados y es perfecto para adultos o gente que no consume anime habitualmente.
Lo peor:
- Los protagonistas se parecen demasiado a los de La tumba de las luciérnagas.
- Guión predecible.
- El 3D no termina de ser natural y no está demasiado bien integrado con el dibujo.
La isla de Giovanni |
Buena |
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