¿Cuántas canciones conocéis que son tan preciosas como tristes a la vez? Desde Creep de Radiohead hasta Indestructibles de La habitación roja, pasando por mil ejemplos más que seguro se os ocurren. Pues bien, hoy os voy a hablar de La canción de Apolo, un relato que es profundamente triste, pero a la vez profundamente hermoso.
Apolo de limón
La editorial Planeta Cómic continúa trayendo el catálogo de obras de Osamu Tezuka poco a poco. En esta ocasión con La canción de Apolo. Esta obra ya se pudo disfrutar en España gracias a ECC en el año 2014.
Este seinen comenzó su publicación en el año 1970 en la revista Shonen King de la editorial Kodansha. En España se ha publicado en un tomo único autoconclusivo. Los géneros que Tezuka maneja en La canción de Apolo son bastante variados, como nos tiene acostumbrados. Prima el drama, aunque el romance circula de modo paralelo en toda la obra, e incluso hay algún capítulo de ciencia ficción (género con el que el dios del manga se siente más cómodo). A pesar de ser un título con bastante reconocimiento del autor, no ha obtenido ninguna adaptación a nivel cinematográfico.
La canción de Apolo by Osamu Tezuka © 2023 by Tezuka Productions
Argumento
Tras una infancia traumática, el joven Shôgo siente un visceral rechazo y odio por cualquier tipo de manifestación amorosa o romántica. Su caso acaba siendo evaluado en una consulta psiquiátrica donde será sometido a técnicas de electroshock e hipnosis, que le llevarán a tomar contacto con una entidad divina encarnada por la antigua diosa Atenea. Esta le obligará a vivir una serie de experiencias a través del espacio y el tiempo para descubrir el verdadero significado del amor.
En este caso contamos con un antagonista, Shôgo, que se nos presenta con tantos valores negativos, que es muy fácil que nos caiga fatal. Es una persona cruel, egoísta y, evidentemente, malvado. Se nos intenta justificar con la revelación de que tuvo una infancia difícil, abriendo así el eterno debate de si las malas personas nacen o se hacen.
La estructura del manga se divide en el primer tercio, en el que se nos presenta a Shôgo, sus malas acciones frente a cualquier muestra de amor en la naturaleza y su reclusión en un centro psiquiátrico. Es a partir de aquí cuando se nos muestra la revelación de la diosa Atenea (la cual no queda del todo claro si es una alucinación procedente de la terapia de electroshock o es realmente una intervención divina), y es ahora cuando el manga comienza una estructura episódica con diferentes historias contextualizadas en distintas épocas y lugares con Shôgo como personaje principal y con Hiromi, una chica de la que está destinado a enamorarse, como principal partenaire.
La terapia (por decirlo de alguna manera) de la diosa Atenea hacia Shôgo es más bien una maldición, ya que este está condenado a vivir experiencias vitales donde se enamorará perdidamente de Hiromi, pero nunca podrán ser felices juntos ya que, cuando por fin ese amor sea recíproco, alguno de los dos fallecerá abruptamente. Esta maldición es un verdadero fastidio (digo fastidio por no poner tacos, pero os podéis imaginar qué es lo que intento decir) y realmente somos testigos de lo que sufre Shôgo, siendo la primera vez que conoce el amor y experimenta uno de los peores dolores no físicos que puedan existir.
El manga nos siembra la semilla de si las experiencias en distintas épocas y momentos temporales suceden en la imaginación del antagonista o están sucediendo realmente. Esto creo que es uno de los puntos fuertes de la obra, ya que según la interpretación que le dé el lector, la lectura puede ser en un sentido o en otro.
En cuanto al dibujo de Tezuka, hay que tener en cuenta que logró su estilo propio cuando llevaba pocas obras. Estableciendo esa influencia de Walt Disney y manteniendo su estilo como autor, en lo que sí que fue evolucionando fue en la composición de viñetas, en el dinamismo a la hora de narrar sus historias y en innovación artística.
En La canción de Apolo encontramos un Tezuka en estado de gracia, capaz de narrar historias tremendamente dramáticas y con una carga de pesimismo y tristeza enormes, haciendo un brutal contraste con un dibujo precioso y algunas viñetas que son dignas de enmarcar. Tezuka rehuye de la narración más clásica para mostrarnos tiros de cámara influenciados, posiblemente, por el cine estadounidense de los años 70, así como el uso de metáforas artísticas en momentos oníricos o de delirio.
La canción de Apolo by Osamu Tezuka © 2023 by Tezuka Productions
Manga no kamisama
Si es la primera vez que oyes hablar de este señor, enhorabuena, me das una envidia tremenda. Prepárate para descubrir al popularmente conocido como “El dios del manga”. Ríos de tinta se han escrito y dicho sobre él, casi tantos como los que Tezuka ha usado para poseer la basta bibliografía, no solo en cantidad, sino en calidad, que ha dejado como legado.
Nacido el 11 de marzo de 1928 en Toyonaka (Osaka, Japón), comenzó a interesarse desde pequeño por el dibujo y los insectos, llegando a realizar un álbum ilustrado con aquellos que conocía y se encontraban por su zona. Influenciado por el cine de Walt Disney y por las obras de teatro de Takarazuka, comenzó a contar historias a pesar de estar inmerso en la II Guerra Mundial. Estudió medicina, suceso vital que se ha visto reflejado en numerosas obras suyas.
Autor de más de 700 obras y 150.000 páginas a pesar de fallecer a los 60 años, siempre mantuvo su lema de “trabajar, trabajar sin descanso”. La animación era otra de sus pasiones, fundando la productora Mushi TV. Desgraciadamente, no podemos decir que se tratara de un buen empresario y la empresa se fue a pique, culpándose el propio Tezuka de lo sucedido. Fue en esta época cuando su depresión y frustración (también influenciada por el movimiento gekiga de sus camaradas) le llevó a realizar mangas de corte más oscuro y pesimista. Esta etapa del autor, conocida como la etapa del Tezuka oscuro, nos dejó obras de gran calidad como MW, Alabaster, Devorar la Tierra o esta de la que estamos hablando: La canción de Apolo.
Edición
Planeta Cómic nos deja una edición de corte similar a la que nos está acostumbrando con su biblioteca Tezuka. Manga de tomo único en cartoné de 15×23 cm con unas 576 páginas en blanco y negro por unos 25€. A pesar de que Planeta Cómic nos ha dejado algunas obras de esta colección con ciertos detalles de edición que claman al cielo, en esta ocasión nos encontramos con un volumen bastante correcto. Gracias a las dimensiones del tomo podemos disfrutar del espectacular dibujo que nos ofrece Tezuka en esta obra. Así mismo, contamos con una portada que, en mi opinión, es realmente preciosa: los dos protagonistas fundiéndose en un beso con una simetría y un sentimiento de amor que traspasa la tinta con la que está impresa.
Si la comparamos con la edición de ECC Ediciones, que salió en España en el año 2014, nos encontramos con algunas diferencias. Principalmente, a pesar de costar lo mismo, la edición de ECC era de tapa blanda y la portada está realizada mediante una combinación de viñetas del manga, dando la sensación de ser un poco cutre. La edición de Planeta Cómic cuenta además con una historia extra al final titulada Poema de trastos, de unas 30 páginas, que mezcla las revoluciones universitarias de los años 70 con Jesucristo. Un pequeño caramelo que, aunque no es algo que destaque, siempre es de agradecer.
Planeta Cómic vuelve a incluir, al igual que con el resto de obras de Tezuka, un epílogo de una página de extensión con algunas palabras del autor respecto a la creación del manga o del recuerdo que tiene sobre él. Estos textos se incluyeron en la edición japonesa del recopilatorio Tezuka Osamu Manga Zenshuu. En esta colección se recopilaron 400 de sus obras (casi la totalidad) con portadas nuevas y exclusivas hechas ex profeso para la ocasión, así como un marco dorado sobre fondo negro que da la sensación de uniformidad a la colección. Algunas de estas portadas son las que está usando Planeta Cómic para su Biblioteca Tezuka.
Conclusión
Con La canción de Apolo he disfrutado a la vez que lo he pasado mal con una lectura que podría ser carnaza perfecta para nuestro podcast de Ramen para Dos: YayOtakus. Tomo único, buen formato y lectura muy, muy recomendable, tanto para los desconocidos de Tezuka como para los fans más acérrimos.
Por un lado, tenemos un apartado gráfico exquisito, marcado por el estilo y sello de autor de Osamu Tezuka, pero a la vez experimentando con algunas viñetas lisérgicas y narraciones cargadas de abstractismo y emoción por los cuatro costados. Pura belleza.
Por otro lado, tenemos un protagonista sin valores positivos y, cuando comienza a adquirirlos, es por las malas y mediante caramelos envenenados. Lo que al principio parece una lección positiva en su vida, realmente es una trampa cargada de dolor y pesar. Y es que el dolor físico es un fastidio, pero el dolor por amor… Imagino que ya sabréis lo dañino que es.
Tezuka nos cuenta una historia principal pero aprovecha para narrarla con la ayuda de varias historias cortas, recurso con el que se siente muy cómodo. Igualmente, aprovecha para convertir la más extensa (la de la reina Sigma) en un relato de ciencia ficción.
No es la primera vez que leyendo una obra del dios del manga, da la impresión de que comienza con una premisa que tuviera bien clara, y al poco de empezar diera un volantazo cambiando el rumbo de la obra. Con La canción de Apolo me ha vuelto a pasar, aunque en este caso creo que le beneficia, porque así el lector genera ciertas dudas sobre lo que es real o no y crea ese poso tan fantástico que algunos mangas pueden dejar durante días.
Lo mejor
- Uno de los mejores seinen de Tezuka.
- A nivel artístico, Tezuka está en estado de gracia.
Lo peor
- A pesar de todo, es una obra tremendamente cruel, oscura y malrollera, lo que quizás no es recomendable para todo el mundo.
- Deja un sabor agridulce al final.
La canción de Apolo
Editorial: Planeta Cómic
Formato: Cartoné. 15 x 23 cm.
Tomos: 1 (Finalizada)
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