Un secreto que une a dos personas aparentemente diferentes, pero cuya relación parece estar inexorablemente ligada, custodiada por los muros infranqueables de la nostálgica ciudad de Kowloon. Bajo esta premisa, Jun Mayuzuki, conocida por Amor es cuando cesa la lluvia (editado en España por Tomodomo), presenta su nueva obra: Kowloon Generic Romance.
La mangaka inició la serialización de Kūron Jenerikku Romansu (título original en japonés) en noviembre de 2019 en la revista Weekly Young Jump, de Shueisha, y, posteriormente, la editorial japonesa inició la recopilación de la obra en tomos tankoubon a partir de febrero de 2020. En España, Norma Editorial anunció que se había hecho con sus derechos en la última edición de Manga Barcelona y desde mayo es posible adquirir el primer volumen.
Una licencia que no sorprendió, no solo por lo apreciada que es Mayuzuki en nuestro país, sino porque la crítica se ha volcado con Kowloon Generic Romance. La obra ha sido nominada a los premios Next Manga y a los Manga Taisho, además de lograr el tercer puesto en la lista Kono Manga Sugoi. Todo ello merecido. Hablamos de un título aparentemente slice of life, pero con un toque de ciencia ficción y misterio, en el que todo parece converger hacia una definición gradual de las verdaderas intenciones de la narrativa.
Una ciudad de leyenda
En Kowloon Generic Romance, Jun Mayuzuki da vida al mito de la ciudad amurallada de Kowloon, situada en la región de Hong Kong. Originalmente, Kowloon fue un fuerte militar perteneciente a la dinastía Qing, que se convirtió en un enclave después de que los Nuevos Territorios fueran alquilados al Reino Unido por China en 1898, excluyendo la parte fortificada, y que vivió un aumento exponencial de la población tras la ocupación japonesa de Hong Kong durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuando quedó sometida al control de algunas tríadas locales, es decir, algunas organizaciones mafiosas chinas, aumentó el índice de prostitución, juego y consumo de drogas. La ciudad amurallada de Kowloon se convirtió así en un refugio para los delincuentes, que sólo fueron perseguidos parcialmente por la policía de Hong Kong en la década de 1980. A pesar de ello, la mayoría de los residentes no se dedicaban a actividades ilegales y vivían pacíficamente entre sus muros, creando una comunidad muy unida. Sin embargo, como las condiciones de vida de los ciudadanos estaban muy por debajo de las del resto de Hong Kong, el gobierno decidió demoler la ciudad amurallada de Kowloon, iniciando el proyecto en 1993 y finalizando en 1994.
Una historia así no pasa fácilmente desapercibida y, en torno a la ciudad amurallada de Kowloon, han surgido numerosas leyendas. Un mito que ha sido utilizado en varias ocasiones en la cultura y la literatura.
A través de Kowloon Generic Romance, Jun Mayuzuki consigue adentrarnos en la ciudad de Kowloon, una encrucijada de sentimientos que se confunden: nostalgia por el pasado, ansiedad por el presente y esperanza por el futuro. Todo en este lugar parece estar construido para permanecer intacto en el tiempo, mientras el resto del mundo progresa inexorablemente. Seguimos la vida cotidiana de sus ciudadanos, despreocupada, hecha de pequeñas cosas y gestos que no desaparecen con el tiempo.
Y así es precisamente también la vida de Kujirai y Kudô, los dos protagonistas de la obra. Dos agentes inmobiliarios que cada día parecen repetir los mismos gestos, envueltos en la cálida y confortable ciudad, destinada, a primera vista, a no cambiar nunca. Todo huele a nostalgia: desde las pequeñas tiendas del centro hasta el restaurante del que Kudô es cliente habitual. Incluso el mismo nombre del manga sabe a nostalgia, pero no melancólica, sino romántica, pues sabe calentar el corazón y hacerte sentir como en casa.
Sin embargo, las cosas no pueden permanecer siempre inalteradas. Todo está destinado a evolucionar y cambiar. La propia ciudad de Kowloon aspira al futuro, a crear una especie de Tierra Prometida donde los ciudadanos puedan hacer realidad sus sueños. Incluso la propia Kujirai, día tras día, descubrirá que hay cosas que cambian, hábitos que antes desconocía. Porque, como bien dice la propia Mayuzuki en las páginas de este primer tomo de Kowloon Generic Romance, a medida que mejora la vista, consigues ver cosas que antes se te pasaban por alto.
Nada es lo que parece
La historia en este primer volumen no parece sugerir mucho sobre la trama, que se desarrolla muy lentamente a lo largo de los primeros capítulos, proporcionando al lector sólo pequeñas pistas gráficas y algunos elementos narrativos esporádicos. Todo está construido para no revelar nada sobre la verdadera naturaleza de Kowloon, lo que ha ocurrido en el resto del mundo y lo que ocurrirá en la base artificial de Generic Terra.
De hecho, Kowloon Generic Romance se comporta a primera vista como un slice of life. Lo que se representa es la belleza de la vida cotidiana, contada lentamente, a través de un ritmo narrativo dulce y cadencioso. Kujirai y Kudô viven plenamente la vida repetitiva y reconfortante de la ciudad, son parte integrante de ella. Como ellos, nosotros mismos nos vemos catapultados a su interior, a través de los magníficos dibujos de Jun Mayuzuki, quien nos muestra su versión de Kowloon. Una ciudad que puede interpretarse como una metáfora de los mismos protagonistas, tan diferentes, pero a la vez tan atraídos el uno por el otro.
En primer lugar, tenemos a Kujirai, que a pesar de tener una vida aparentemente asentada, ansía la novedad, busca constantemente algo nuevo que irrumpa en su vida cotidiana, ya sean un par de zapatos nuevos o un pez de colores. Por el contrario, su compañero de trabajo, Kudô, de la ciudad aprecia precisamente esa rutina inalterable: el mismo paisaje, los mismos edificios, la misma gente, los mismos ruidos y los mismos olores. Ama sus usos y costumbres. Ama que Kowloon sea una ciudad que destila nostalgia. Pero, ¿de dónde viene este sentimiento? ¿A qué se refiere realmente Kudô cuando habla de nostalgia?
Dentro de una ciudad en la que el tiempo pasa lentamente, poco a poco algo está cambiando y lo mismo ocurre dentro de la propia Kujirai, que se siente cada vez más atraída por su compañero de trabajo. No obstante, Kujirai siente que quiere algo más. La relación de amistad/compañerismo que ha construido con Kudô no es suficiente para ella. Pero es precisamente cuando ambos están a punto de besarse cuando algo se rompe y Kujirai comienza a dudar de sus propios recuerdos y sentimientos. Porque hay algo que ha olvidado, algo que no debería estar ahí pero que está ahí, dispuesto a salir a la luz. Hay una razón por la que, cuando mira a Kudô, siente ese sentimiento llamado nostalgia. O que más bien sea algo llamado amor.
En cualquier caso, es el nacimiento de un sentimiento que Jun Mayuzuki sabe representar de forma muy refinada a través de primeros planos, escenas en las que no se necesitan palabras para entender lo que está sucediendo. Solo hay silencio, pero lleno de significado. Algo que, sin duda, aquellos que leyeron Amor es cuando cesa la lluvia sabrán reconocer también en esta obra.
Ataduras del pasado, liberación del presente
Este primer tomo de Kowloon Generic Romance desprende una atmósfera melancólica y romántica, donde el pasado y el futuro se mezclan en una simbiosis perfecta, en un presente lleno de secretos que encierra un misterio entre los edificios ricos en historia de la ciudad amurallada a la espera de salir a la luz. El sentimiento de nostalgia que se extrae de las palabras de los protagonistas afecta automáticamente al escenario que les rodea, recreando un entorno que tiene mucho de pasado, pero que en intenciones se proyecta hacia el futuro. Esa nostalgia es el principal motor que parece mover a los protagonistas, que los ancla en Kowloon y les permite desarrollar un vínculo. Kowloon es en definitiva una pequeña burbuja que mantiene atados a los que tienen miedo de emprender el vuelo.
En cambio, la gran estación hipertecnológica que destaca ya en el cielo en los primeros compases del manga, Generic Terra, es la representación del sueño de traspasar su condición de inmovilidad, pero al mismo tiempo es síntoma de un deseo incontrolado de desprenderse del pasado. El protagonista masculino, Kudô, está convencido de que la construcción de Generic Terra no es más que una ilusión, precisamente porque es una copia del planeta original. Persigue su idea del romanticismo, un sentimiento que, según él, está ligado a la propia existencia y persistencia de la ciudad de Kowloon.
La narración es en su mayor parte lineal, para perturbar al lector de forma lenta e inexorable. Una elección interesante y no especialmente obvia, dictada sobre todo por la paciencia con la que Jun Mayuzuki tiende a detenerse en las pequeñas cosas para no hacer sospechar nada al lector. Esta metodología con la que se cruzan los planos y las viñetas, casi como para explorarlos más que para mostrarlos, viene dada también por la fragmentación en pequeñas porciones gráficas, que hacen que la secuenciación sea aún mejor que las simples viñetas globales pero estáticas.
Casi nada parece trascender de este primer tomo. En sus páginas se propone el escenario en el que se desarrollará toda la acción narrativa y que da nombre al manga, Kowloon, describiendo la ciudad de forma clara pero a la vez confusa, para que el lector se adentre en el ambiente, pero sin dejar que se sumerja del todo. Las intenciones que propone la historia no se explican del todo y en la última parte de este primer volumen nos damos cuenta de que todo lo que hemos aprendido en el transcurso de la lectura no es probablemente lo que parece. Esto permite suspender la acción para que el lector se sienta atraído por la historia, quiera saber aún más lo que se esconde entre las casas grises de Kowloon y, por tanto, siga leyendo.
El arte de saber construir y conectar
La estética de Kowloon Generic Romance es muy refinada, marcada por la delicadeza en los trazos y al mismo tiempo una atención obsesiva en cuanto a la construcción de los escenarios. No es casualidad, de hecho, que toda la historia se desarrolle activamente en la ciudad de Kowloon, que no solo es el telón de fondo de la relación entre los dos personajes principales, sino también metafóricamente una protagonista más. Las vistas aéreas de la ciudad están llenas de significado simbólico, sumergen al lector en la maraña anticuada de una ciudad nostálgica, representando así ese sentimiento que flota en todo el manga simbólicamente, pero sobre todo estéticamente.
La riqueza gráfica de la mayoría de las viñetas se combina con otras con una gran amplitud de dibujo, que denotan un ritmo contenido y que permiten calibrar los momentos de frenesí con los de reflexión. Estos últimos son, sin duda, los más significativos, los que adquieren más sentido dentro de la historia.
La elección de Jun Mayuzuki de limitar los elementos escénicos al mínimo es un mensaje implícito para el lector, que debe detenerse a contemplar la calma de la escena y concentrarse en las palabras pronunciadas por los protagonistas. No en vano, son estas escenas en las que se aportan más elementos para entender la historia general. Pequeñas pistas gráficas que en una segunda lectura te permiten conectar los hilos que aparentemente se habían escapado a primera vista.
La edición
Norma Editorial publica Kowloon Generic Romance en una edición muy cuidada. Los tomos son en formato de rústica de tapa blanda con sobrecubierta y se deja suficiente espacio en los márgenes, permitiendo una cómoda lectura. Asimismo, el tomo incluye unas primeras páginas a color que resultan una delicia para poder apreciar la capacidad artística de Jun Mayuzuki. Todo ello a un precio de 9€.
Para la adaptación de la portada, Norma Editorial ha respetado en la medida de lo posible a la edición japonesa, dejando de la misma manera que la palabra «Kowloon» tome el protagonismo en letras de color negro, mientras que «Generic Romance» está escrito en una caligrafía cursiva y más simple en color amarillo.
Por último, la traducción de Kowloon Generic Romance corre a cargo de Laura García Alarcón y es exquisita. Es un gustazo poder leer obras tan bien traducidas, que te permiten deslizarte por las páginas con fluidez y sumergirte por completo en la lectura. En ese sentido, sólo puedo dar mi más sincera enhorabuena por un trabajo impecable.
Conclusión
Hay dos temas fundamentales que tener en cuenta a la hora de leer Kowloon Generic Romance: la ciudad amurallada de Kowloon, donde cobra vida la historia de Kujirai y Kudô; y la nostalgia por algo que ya no existe, la nostalgia por algo que existe pero que está cambiando lentamente y la nostalgia por algo que no tiene todavía nombre pero que está empezando a recuperar la forma que había perdido quién sabe cuándo y quién sabe por qué.
Este primer volumen termina inesperadamente, dejando al lector con una sensación de vacío. Kowloon Generic Romance es una historia intrigante, construida a través de una ciudad nostálgica que parece ocultar más de lo que realmente revela.
Lo mejor
- Aunque la esencia sigue estando ahí, Jun Mayuzuki sorprende con una historia que esconde más de lo que aparenta a simple vista.
- Muchas veces los personajes no necesitan monólogos internos para que el lector pueda saber lo que piensan.
El dibujo es una maravilla.
Lo peor
Aunque parezca increíble, no tengo que ponerle ninguna pega. Al menos por el momento.
Kowloon Generic Romance
Editorial: Norma Editorial
Formato: Rústica de tapa blanda y con sobrecubierta 13 x 18,2 cm.
Tomos: 9 ()
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