Era el octavo asalto, aquel en el que Muhammad Ali había afirmado que derrotaría a aquel “pelícano” como lo había bautizado. Sin embargo, fue el japonés Antonio Inoki quien lo tumbó de dos patadas. Iba a ser un simple show que se alargó durante 15 asaltos y que acabó con Ali en el hospital debido a la contundencia de las patadas del japonés. En aquel viaje el campeón de los pesos pesados recibió una cura de humildad que, como confesó años después, nunca olvidó. Una lección que sin duda también aprendió el protagonista del manga que reseñamos a continuación: Joe del mañana (Ashita no Joe).
Originalmente conocido como Ashita no Joe, empezó a publicarse en enero de 1968 en las páginas de la Weekly Shônen Magazine de Kodansha. El manga cuenta con el guión de Ikki Kajiwara y el dibujo de Tetsuya Chiba. La obra se publicó a lo largo de cinco años, finalizando en mayo de 1973 con un total de 20 volúmenes recopilatorios.
Antes de finalizar, en 1970, el manga contó con un anime a cargo de Mushi Production y la dirección de Osamu Dezaki (Black Jack, Golgo 13, La rosa de Versalles…). La serie terminó su emisión en septiembre de 1971 con un total de 79 episodios. Posteriormente, Dezaki volvería al ring para dirigir la segunda temporada, aunque en esta ocasión para TMS Entertainment en octubre de 1980, finalizando en agosto de 1981 con 47 episodios. Dezaki también dirigió las películas de anime recopilatorias estrenadas en 1980 y 1981, respectivamente.
Desde entonces, la obra se ha convertido en una leyenda de la historia del manga y su protagonista Joe en un auténtico icono de la cultura popular japonesa. Hasta hace poco, solamente había llegado a España la primera serie de la mano de Ízaro Films y con el título «La vida de Rocky», en clara referencia al personaje interpretado por Sylvester Stallone. Incluso llegó la segunda temporada bajo el título El campeón que llegó a emitirse en Antena 3.
Desde entonces, no habíamos tenido más noticias de Ashita no Joe en España hasta el pasado 27 Manga Barcelona. En el evento, Arechi Manga dio la sorpresa anunciando la licencia de la obra de Ikki Kajiwara y Tetsuya Chiba. La obra comenzó su publicación a finales de mayo.
Un toro salvaje
A principios de los años 70, Tokio cada vez más se encamina hacia la mega urbe tecnológica que hoy conocemos. Sin embargo, por aquel entonces, todavía había sectores mucho más humildes y donde las bondades del siglo XX aún brillaban por su ausencia. Entre la hojarasca y frío de aquellas barriadas, apareció por el horizonte un solitario joven llamado Joe que desconocía que, en aquel lugar, empezaría su verdadero camino hacia el mañana.
Sin embargo, no iba a ser un camino de rosas. Nada más llegar se tropieza (literalmente) con un anciano y alcohólico vagabundo contra el que empieza a pelearse. Aunque no dura mucho gracias a los reflejos y fuerza del joven, el viejo queda sorprendido por la aparente innata habilidad para el boxeo de Joe. Por este mismo motivo se ofrece a ser su entrenador, algo que Joe rechaza. Ni siquiera al saber que es el legendario boxeador Danpei Tange, consigue convencerlo. Pero a pesar de la negativa de Joe, Tange será la única esperanza del joven de conseguir un futuro mejor.
Joe del mañana se trata de una lectura amena y ligera, gracias a la actitud totalmente anárquica de Joe. Sin querer evitarlo, se ve envuelto en un sinfín de peleas y líos, da igual si se trata de la yakuza, la policía, peligrosos presos… Todo ello acompañado con un humor pícaro y gamberro, inherente al protagonista. Es sobre todo en este tipo de escenas donde se observa la herencia del manga del cómic tipo gag y que aportan un gran dinamismo a la lectura.
No obstante, Joe del mañana no es un personaje que caiga bien desde un principio (al contrario que el típico héroe shônen. Desde casi el principio de la obra, el lector ve cómo se mete en líos y no para de causar estragos en aquellos a los que le rodean, sobre todo en su principal apoyo, Tange. Y a pesar de que casi siempre salga bien parado de todas las situaciones como buen shônen que se precie, uno avanza con el pequeño anhelo de que Joe acabe cayendo y por fin abra los ojos. Es esta evolución del personaje, otro de los principales atractivos de la obra. Una cambio que no solo afectará a Joe, sino también a aquellos que le rodean.
El potro tokiota
Se enfrenta a un vagabundo con el que se tropieza, pone en jaque a los yakuza, se pelea con la policía que quiere detenerlo, hace trampas en las salas de juegos, bate al preso más peligroso del correccional… En general, estamos ante un personaje egoísta y que no para de aprovecharse de los demás. Entonces, ¿cómo es posible que estemos ante uno de los protagonistas más populares del manga y el anime?
La grandeza de Joe se encuentra, por un lado, en su propia evolución. A lo largo de los primeros capítulos, asistimos a la caída en los infiernos de Joe. Un camino del cual no se arrepiente en ningún momento. Es más, cae orgulloso (en el pleno sentido de la palabra), solamente mirando por su bienestar frente a los demás. A pesar de la voluntad de Tange de ayudarle, él no hace más que aprovecharse de la situación.
Sin embargo, una vez está en la lona, Joe decide devolver el golpe. Y para ello, verá en esas anotaciones para el mañana de su maestro Tange, el camino para encauzar su vida. Un recurso que a los fans del spokon les sonará, dado que la ganbaru (palabra para referirse a la cultura del esfuerzo) es una pieza clave en este género, así como en la cultura japonesa.
Por otro lado, a pesar de su naturaleza, Joe se convierte en un símbolo del cambio y la esperanza para los que le rodean. Su llegada a los suburbios de Tokio marca un antes y un después en sus habitantes. Contagiados por su inconformismo, los jóvenes ven en Joe un motivo para ser felices a pesar de la miseria en la que están inmersos. Aunque posiblemente es Tange quién sufre un cambio transcendental al conocer a Joe.
Antes de conocer a Joe, la antigua leyenda del boxeo vivía en la calle solamente dedicado a la bebida. No obstante al conocer la habilidad del joven con los puños decide cambiar radicalmente. Deja la bebida, empieza a trabajar de sol a sol, mientras entrena al joven. Y, a pesar de la tozudez de este, acaba convenciendo a Joe para que empiece ese camino hacia el mañana. Un camino que andarán todos juntos. Por este motivo, se trata de una obra tan inspiradora para los lectores y, sobre todo, para la sociedad japonesa.
Un dibujo clásico, pero con gancho
A pesar de ser un estilo de época, Tetsuya Chiba tiene un dibujo de gran calidad que logra captar el dinamismo de la narración. Abundan las tramas en todas la viñetas, imprescindibles en las situaciones tipo gag, así como en las peleas. Aunque se trate de un viñetado clásico y rígido, el dibujo posee un gran movimiento.
En cuanto a las escenas de peleas, Chiba capta el movimiento a la perfección. Los movimientos resultan realistas y con fuerza (gracias a las tramas). Además en esto también influye el conocimiento del mundo del boxeo y que le permite caracterizar cada golpe con exactitud.
Los diseños de personajes son herederos de su época, más cercano al cartoon americano. Un estilo que prima más la deformación frente al realismo, exteriorizando la personalidad de los personajes. No obstante, el dibujante tiene un dominio del sombreado y la tinta dotando de una tridimensionalidad al dibujo de manera magistral.
Otro detalle que llama la atención son las páginas con multitud de gente y de planos generales. Este tipo de escenas, destaca la importancia del contexto en la obra y donde prácticamente cada personaje que aparece en una página coral, no solamente tiene expresión y bien definido, si no que incluso llega a tener una frase. Ya sea para aportar humor u opinar sobre Joe, el coro que rodea al personaje tiene una gran importancia en la obra y así se observa en el dibujo de Chiba.
Dos leyendas del spokon
Ikki Kajiwara y Tetsuya Chiba son los padres de Ashita no Joe y, actualmente, son dos leyendas de la historia del manga. Dos autores que, si bien tuvieron carrera un tanto dispares, parte de sus vidas se vieron reflejadas en el icónico personaje.
Nacido en Kitakyushu, prefectura de Fukuoka, como Asaki Takamori en septiembre de 1936, Ikki Kajiwara era el hijo mayor de tres hermanos. Su padre era el editor e ilustrador Tatsuo Takamori y del cual heredó su habilidad para la narración.
No obstante, no tuvo una adolescencia sencilla debido a su fuerte carácter. Siempre metido en peleas cambió continuamente de escuela hasta que, a la edad de 17 años, debutó como novelista bajo el nombre de Ikki Kajiwara. Aunque con su primera novela de boxeo llegó a ganar un certamen, por aquel entonces en las revistas las novelas estaban perdiendo peso frente a la popularidad del manga. Así que decidió probar suerte como guionista en este nuevo medio.
A principios de los años 60, empezó a publicar manga junto a distintos dibujantes, la mayoría de ellas enmarcadas en el ámbito de las artes marciales y el boxeo. Por ejemplo, en esta época, colaboró en más de una ocasión con Tatsuo Yoshida, futuro fundador del prestigioso estudio Tatsunoko Productions.
Aunque en 1966 llegó uno de los primeros puntos de inflexión en la carrera de Ikki Kajiwara, aunque no vino de la mano del boxeo, sino del béisbol. Ese año apareció el primer capítulo de Kyojin no Hoshi en la Weekly Shōnen Magazine de Kodansha. Junto a Noboru Kawasaki, Kajiwara publicó la obra hasta 1971, finalizando con un total de 19 volúmenes recopilatorios. El manga fue adaptado al anime por Tokyo Movie, cuya emisión tuvo lugar entre marzo de 1968 y septiembre de 1971, finalizando con un total de 182 episodios. Aunque posteriormente ha tenido numerosas secuelas, así como varias películas animadas que la convirtieron en una obra de culto.
La historia está protagonizada por Hyūma Hoshi, que quiere convertirse en pitcher de béisbol y ser una estrella como su padre Ittetsu Hoshi. Aunque este se tuvo que retirar del béisbol profesional tras ser herido durante la Segunda Guerra Mundial. Hoshi se une a los Giants, pero pronto descubre que el mundo del deporte no es un camino de rosas.
Tras este éxito, en 1968 llegaron sus dos grandes obras: Ashita no Joe junto a Tetsuya Chiba y Tiger Mask junto a Naoki Tsuji. Esta última se publicó en las páginas de la Weekly Shōnen Magazine entre 1968 y 1969, y en la Bokura Magazine entre 1970 y 1971, ambas de Kodansha. Al final quedó recopilada en 14 volúmenes recopilatorios. Toei Animation adaptó la obra en forma de serie de anime que se emitió entre octubre de 1969 y septiembre de 1971, finalizando con un total de 105 episodios. Aunque al igual que Kyojin no Hoshi contó con varias continuaciones, así como adaptaciones a otros medios.
Tiger Mask es un luchador de lucha libre conocido por su agresividad sobre el ring. Sin embargo, al volver al Japón decide cambiar su forma de luchar tras darse cuenta del mal referente en el que se ha convertido para los jóvenes.
Después de estos tres grandes éxitos, en la década de los 70, Kajiwara tiene una etapa totalmente prolífica donde publica multitud de obras y con temáticas variadas. Aunque predominan las obras de artes marciales como Karate Baka Ichidai, Juudou Sanka, Karate Jigokuhen y Wakai Kizoku Tachi (destacar que el dibujante de la obra es Masaaki Sato, miembro del legendario estudio artístico Gekiga Kobo), también hay obras de fútbol como Akaki Chi no Eleven, fútbol americano como Ashita e Kickoff o históricas como Shouwa Ichidai Onna, más conocida en España como Una mujer de la era Shôwa junto a Kazuo Kamimura.
En los 80, firmó una secuela de Tiger Mask, Tiger Mask Nisei junto a Junichi Miyata en las páginas de la Weekly Shōnen Magazine Zoukan y que finalizó con cuatro tomos. Por lo demás continuó con la publicación de obras de temática de lucha hasta que en 1986 vio la luz su última obra, Shikakui Jungle, junto a Ken Nakajou, en las páginas de la Weekly Shōnen Magazine y con 10 volúmenes recopilatorios.
A principios de 1987, Ikki Kajiwara falleció tras una complicación debida al sobrepeso y al continuado consumo del alcohol a lo largo de su vida. En esta etapa final estuvo marcada por la publicación de Otoko no Seiza junto a Kunichika Harada en la Weekly Manga Goraku. Una obra autobiográfica que, tras su fallecimiento, quedó inconclusa con cuatro tomos.
Cabe destacar que, la fuerte personalidad que le caracterizó en la juventud, no la perdió a lo largo de su vida. Esto le granjeó enemistades con otros autores y editores, así como acusaciones de tenencias de drogas, que le llevó a tener problemas con la justicia en más de una ocasión. Es más, hasta 1990 era tabú hablar de Kajiwara. Aunque esto poco a poco fue cambiando y, en 2005, se le concedió el premio Special Achievement Award en los Tokyo Anime Awards.
En cuanto a Tetsuya Chiba, nació en Chuo, Tokio el 11 de enero de 1939. Aunque con solo dos años, su familia emigró a Machuria. Allí su padre se ganaba la vida en una imprenta y donde Chiba a muy temprana edad llenaba de dibujos los papeles sobrantes del trabajo de su padre. Aunque debido a la situación de la zona tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, su familia volvió a Japón, concretamente a Iioka, en la prefectura de Chiba.
En esta segunda etapa, tuvo el primer contacto con el manga a través de una adaptación a la viñeta de Las mil y una noches de Shigeru Sugiura. Una obra cuyo estilo y narrativa le fascinó y que causó una gran impresión en él. Destacar que Sugiura se caracterizaba por el humor y, sobre todo, el gag.
Aunque su familia no veía con buenos ojos el manga, Chiba leía obras a escondidas en casa de un amigo. Y en torno a los años 50, empezó a publicar sus primeras historias en un dojinshi en el colegio. Posteriormente, y con tan solo 17 años, debutó como mangaka.
Sus primeros manga vieron la luz en revistas shojo como es el caso de Mama no Violin y Yuka o Yobu Umi, ambas publicadas en la Shoujo Club de Kodansha. En esta época también publicó 1-2-3 to 4-5-Roku, con el que conseguiría su primer Kodansha Children’s Manga Award. Aunque pronto también mostró interés por los deportes como es el caso de Chikai no Makyuu, en el ámbito del béisbol, y Sakanaya Champion de boxeo. Publicada en las páginas de la Tanoshii Yonnensei de Kodansha, con este tomo único se alzó con el premio en la tercera edición de los Kodansha Children’s Manga Award. También destacar que el diseño del personaje ya recordaba bastante al posterior Joe.
A pesar de estas primeras tentativas, Tetsuya Chiba alcanzó el éxito de la mano del shojo. Destacan sobre todo en esta primera etapa Yuki no Taiyou y Akane-chan. La primera se trata de la historia de una huérfana publicada en la Shoujo Friend de Kodansha en 1963 y que finalizó con cuatro tomos. La obra tuvo adaptación animada en forma de cortometraje, producida por TMS y dirigida por un joven Hayao Miyazaki que debuta por primera vez en solitario. En cuanto a la segunda empezó a publicarse en 1966 en las páginas de la Shoujo Friend, finalizando con cuatro tomos. Además contó con serie de anime de 26 episodios producidos por Toei Animation.
Consolidado como mangaka en 1968, empezó a publicar junto a Ikki Kajiwara Ashita no Joe en las páginas de la Weekly Shōnen Magazine de Kodansha, y pasando a ser uno de los autores más destacados de su época. Es más, el éxito de la obra fue tal que catapultó la venta de ejemplares de la revista.
En los años 70, empezó a publicar posiblemente sus obras más largas hasta la fecha. En 1973, se publicó el primer capítulo de Notari Matsutarou en la Big Comic de Kodansha, una obra basada en un luchador de sumo que llegó a los 36 volúmenes recopilatorios. Además la obra también gozó de popularidad y contó con una serie de OVA de 10 episodios y una serie de anime de 26 episodios. Un año más tarde, comenzó Ore wa Teppei en la Weekly Shōnen Magazine y que contó con 31 tomos. La historia del pequeño Uesugi Teppei también contó con serie de anime a cargo de Nippon Animation y que contó con 28 episodios.
Además de estas series, también publicó obras más cortas de todo tipo y, sobre todo, spokon de boxeo, béisbol e, incluso, golf.
En 1992, publicó su última serie larga, Shounen yo Racket o Dake, en las páginas de la Weekly Shōnen Magazine y que contó con 12 volúmenes recopilatorios. A partir de entonces ha publicado historias cortas y participado en obras colaborativas. Aunque desde 2015, está publicando una autobiografía bajo el título Hinemosu no Tari Nikki en la Big Comic de Shogakukan que, actualmente, cuenta con cuatro tomos recopilatorios.
Actualmente es considerado una leyenda del manga, que preside la Japan Cartoonist Asociation y que, entre sus galardones cuenta con la Orden del Sol Naciente, una de las mayores distinciones del país nipón. Algo que deja clara la importancia de Chiba para la cultura japonesa.
La edición
Arechi Manga ha publicado la obra en un formato kanzenban 14,5 x 21 cm rústica tapa blanda con sobrecubierta y basada en la edición más reciente de la obra, publicada en 2020. El diseño es prácticamente idéntico al original.
Una vez dentro de la obra, la impresión es correcta y el papel tiene un buen gramaje que permite disfrutar de los negros de las páginas sin que transparenten las páginas. En cuanto a la traducción corre a cargo de Marc Bernabé y resulta más que correcta.
La obra tiene un precio de 16€, más que ajustado para la edición que tenemos entre manos y una colección que se recopila en 12 volúmenes.
Conclusión
Joe del mañana no es un spokon más, sino que estamos ante una de las series más influyentes en el manga posterior. La evolución de su personaje, su ritmo, las peleas, su dibujo.., permiten entender porque estamos ante una de las obras más populares de la historia del manga que, a pesar del paso del tiempo, sus temas y formas de tratarlos siguen bastante vigentes.
No obstante, hay que darle una oportunidad a Joe. En los primeros capítulos puede resultar cargante su actitud, aunque gracias a Tange y aquellos que le rodean, acabará encaminándose hacia ese mañana. Un cambio que también contagiará a aquellos con los que se encontrará en ese camino.
Todo ello presentado con un dibujo de calidad, detallado y con ritmo, que prácticamente no tiene parada a lo largo de todo el tomo.
Un manga imprescindible sobre todo para los amantes del spokon dado que estamos ante la obra que sentó las bases de muchas obras posteriores y, sobre todo, para aquellos que quieran conocer de primera mano uno de los personajes de la cultura popular nipona.
Lo mejor
- El ritmo de la obra.
- La trascendencia social de la figura de Joe en aquellos que le rodean
Lo peor
- La actitud de Joe en los primeros capítulos.
Joe del mañana
Editorial: Arechi Manga
Formato: Rústica de tapa blanda y con sobrecubierta 145x210 mm.
Tomos: 12 (Finalizada)
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