“Dos personas vienen de fuera a visitarme. Una de ellas tiene la misma cara que tú, Tokio”.
El mito del Doppelgänger hace referencia a la existencia de una persona físicamente igual a uno mismo. Se trata de una figura literaria que nació en la novela romántica alemana del S.XVIII y es un juego de palabras entre “doppel”, que significa “doble”, y “gänger”, lo que se traduce como “andante”: es decir, un doble andante. Aunque puede recibir otros nombres, como “el que camina al lado” o incluso “gemelo malvado”.
Según varios estudios, tenemos un total de siete gemelos esparcidos por el planeta, sin importar raza o género, pero que guardan un rostro igual al nuestro. Es más, hay gente que dedica su tiempo libre a buscar personas que se parecen a ellas, sin importar en qué punto del globo terráqueo estén. No obstante, estos mismos estudios también apostillan que la posibilidad de encontrarte con tus sietes gemelos a lo largo de tu vida es de una entre un billón.
Así que, ¿qué pasaría si vivieras en un mundo aparentemente feliz y descubrieras la existencia de otra realidad donde ya hay una persona idéntica a ti viviendo tu vida? Desde luego, es algo que nos aterrorizaría e inquietaría. Y eso mismo sienten Tokio y Maru.
¿Qué realidad estás viviendo?
En Heavenly Delusion encontramos dos mundos distintos, antónimos pero complementarios. En un escenario idílico, lleno de vegetación y aire puro, convive Tokio con varios niños y niñas en un gran edificio blanco. Se trata de una institución custodiada por robots y unos cuantos adultos, cuyo exterior está rodeado de altos muros. Tokio vive sus días sin darle demasiadas vueltas a su propia existencia, solo disfrutando de las clases y los momentos de ocio con sus compañeros. Todo cambia cuando la joven Mimihime le confiesa que lleva un tiempo soñando con dos personas que entran al recinto, y una de ellas tiene la misma cara de Tokio. “¿Te gustaría ir fuera de fuera?”, le pregunta, y entonces Tokio se plantea si tiene la fortuna de vivir en un pequeño oasis o hay un mundo real más allá de esos barrotes.
En el mundo exterior, una catástrofe ha dejado derruida todas las ciudades y las pocas que aún se mantienen en pie, albergan la poca humanidad superviviente. Japón sobrevive sobre sus cimientos, aunque debe temer a la hambruna, el calentamiento global y terroríficos monstruos adoradores de la carne humana que parecen sacados de nuestras peores pesadillas. Entre calles deshabitadas y casas repletas de cadáveres, se encuentran Maru y Kiruko, quienes buscan un lugar llamado “Edén”. ¿La razón? Allí se encuentra una persona igual a Maru, o eso le han dicho.
Heavenly Delusion, o Tengoku Daimakyô, es un seinen de ciencia ficción y acción creado e ilustrado por Masakazu Ishiguro. Inició su serialización en 2018 en las páginas de la revista Afternoon, de la revista Kodansha, y sigue en publicación con gran popularidad; ganó el Kono Manga ga Sugoi! de 2019 como mejor manga para lectores masculinos. Actualmente, cuenta con 6 volúmenes recopilatorios en Japón.
En España, se encarga de editarla Norma Editorial bajo el título Heavenly Delusion.
Bienvenidos al Edén
¿Un mundo devastado por el Apocalipsis? ¿La humanidad intentando sobrevivir al mañana? ¿Un futuro distópico repleto de monstruos y pesadillas? Puede que estemos nombrando ingredientes más que manidos y tópicos de muchas obras, pero a veces destacan las historias por su calidad y no por sus similitudes. Si os gustan los futuros distópicos, preparaos, porque llega Heavenly Delusion para explotaros la cabeza con su trama.
Para empezar, lo primero que destaca de este manga de Ishiguro es su doble escenario: por una parte, tenemos el susodicho Edén, donde viven varios adultos, robots y un puñado de niños con habilidades especiales. Todo parece idílico y de fantasía, y más allá de los pequeños sucesos que pueden achacarse a la imaginación de algún infante, todo es perfección. Hasta que a Tokio le hablan del exterior, de sus espacios abiertos, de sus cielos azules… y de sus monstruos come hombres. Cuando cambiamos de escena, nos encontramos con la realidad, o con el Apocalipsis: escenarios destruidos, gente malviviendo y el horror campando a sus anchas. Pero hay algo que llama la atención de ambos ambientes: existen dos personajes que poseen el mismo rostro. Y a partir de ellos, nos adentramos en un universo sin pies ni cabeza donde impera el horror y el terror.
Tengo claro que Ishiguro es todo un maestro de la pluma y eso se nota leyendo el manga presente. Mediante dos realidades alternativas, o dos mundos opuestos, sabe cómo captar la atención del lector, cómo esparcir esas migas de pan para que no despeguemos nuestros ojos de las viñetas, pero por encima de todo, sabe cómo envolvernos y dejarnos hipnotizados por su lúgubre narrativa. Solo con los primeros episodios ya podemos palpar el desasosiego asfixiante que viven los personajes, tanto los que pululan por el paraíso como los que se esconden en el infierno, pues ambos constatan que la realidad que viven esconde demasiadas verdades, con extraños seres del inframundo, inverosímiles seres humanos con mutaciones, o el gran misterio que rodea ese supuesto Apocalipsis en el que se ha convertido el mundo. Estamos, pues, ante una obra catastrófica pero deliciosa a su manera, donde pese a leer las penurias de sus personajes, quedamos prendados de su fantástico y desamparado mundo. Y queremos más, y más.
Personalmente, me parece tremendamente fascinante la manera en que Heavenly Delusion te envuelve. Desde el primer capítulo te escaman los dos mundos presentados, los dos protagonistas idénticos, el cambio brusco de ambientes, con un oasis y un auténtico desértico Apocalipsis, o la irrefutable sensación de que hay que escarbar en la trama para llegar a desentrañar todo lo que ha pensado el autor. Ishiguro imprime un ritmo pausado pero con tensión que va creciendo a medida que pasas las páginas, y de la misma manera que asistes a la perplejidad constante de los protagonistas por entender lo que les rodea, esa sensación también te llega y se apodera de ti. Y es que, aunque encontremos muchos elementos de ciencia ficción, el artista no deja de mostrar un manga de supervivencia con una cara muy humana, pues sus personajes están muy alejados de ser héroes o superhombres, sino que son simples mundanos vestidos con harapos y caras sucias que buscan poder ver el amanecer un día más.
He disfrutado muchísimo de la lectura de sus primeros tomos, pues pese a terminarlos con muchas incógnitas, ha sido la sensación de desamparo y abandono lo que me ha cautivado; la certeza de que estás pisando los mismos escombros de una antigua sociedad junto a Maru, o que la realidad que vives es un mero engaño, como la de Tokio. En adición, el artista no escatima en detalles y encontramos varias escenas caóticas, frenéticas y sangrientas. Y es que además de corroborar una vez más que hay que tener más miedo de los vivos que de los muertos, Ishiguro crea un enemigo en común para muchos como son los monstruos, y he de decir que justamente estas escenas han sido mis preferidas. Tengo una verdad irrebatible: No existe mejor manga de supervivencia que aquel que viene bien cargado de escenas de sangre y vísceras.
Obviamente, no existen obras perfectas -aunque algunas se acercan- y el único punto negativo de Heavenly Delusion es su ritmo sosegado. El autor prefiere imprimir una narrativa lenta que se regocija en el sentimiento de incertidumbre de sus personajes -y a la vez, de sus lectores-, pues prefiere narrar con detalle el doble mundo que nos presenta y posponer la acción para más adelante. En los primeros tomos nos quebramos la cabeza buscando respuestas, pero tras leerlos, vemos que tenemos más preguntas que otra cosa. Y aunque puede desesperar al lector más impaciente -donde me incluyo-, hay que saber leer con perspectiva y saber que todo lo bueno se hace esperar.
Pasando al apartado estético, sorprende el dibujo más bien sencillo del autor. No abusa de los entramados ni de los detalles, sino que juega más bien con el efecto de los planos generales o las expresiones no verbales de sus personajes. Posee un trazo sencillo y fino, con el que, sin demasiados aspavientos ni esmero, consigue transmitirte la congoja de un mundo derruido e imposible. Los personajes se identifican fácilmente, pues sí que sabe crear fisonomías específicas, y prácticamente narran la historia mediante sus emociones, pero nuevamente, no poseen diseños recargados. Eso sí, el dibujante sabe crear auténticas pesadillas andantes y nos presenta los monstruos come hombres, y literalmente algunos parecen sacados de los terrores nocturnos de más de un infante.
Por último, sí que podemos palpar que al mangaka le encantan los planos generales con muchos elementos para analizar y descubrir, pues abundan los lugares destruidos o abandonados, amén de las instalaciones de Edén. No obstante, reitero, pese a que podamos ver viñetas cargadas de objetos, sigue dando la sensación de un estilo minimalista pero efectivo. Podríamos decir que Ishiguro juega con el concepto de “menos es más”, pues mostrando lo básico en la viñeta, sabe llegar al lector.
En definitiva, aunque estamos ante unos tomos introductorios que pueden arrojar más preguntas que respuestas, Heavenly Delusion cuece a fuego lento lo que promete ser una historia trepidante, terrorífica y vertiginosa. Mediante dos mundos oníricos pero catastróficos y unos personajes ansiosos por sobrevivir, este nuevo manga de Ishiguro va a hacer vuestras delicias.
Masakazu Ishiguro, creador incansable de mundos
Masakazu Ishiguro no es un autor totalmente desconocido en España, pues ya son varias las obras que podemos encontrar de él traducidas en nuestras tierras, como Kyoko y Papá y Nemurubaka, ambas publicadas en 2016 por la editorial LetraBlanka. No obstante, y como viene siendo habitual, en Japón cuenta con una gran trayectoria.
Ishiguro es originario de Fukui, Japón y hasta la fecha, es un mangaka muy productivo y activo, ante todo centrado en el género seinen. Si bien sus primeras publicaciones fueron historias cortas en revistas, su primer trabajo como profesional de la viñeta data de 2004 con AGAPE, un seinen repleto de misterio y acción de cuatro tomos que le supuso una gran carta de presentación en el mundo editorial. A partir de aquí, el artista ha creado varios y multitudinarios proyectos en casi cada año de su carrera.
Por ejemplo, un año bien completo para el mangaka fue en 2006, donde serializó Nemurubaka -publicada en España-, participó en varias antologías, publicó un primer tomo recopilatorio con varios oneshots suyos, Ishiguro Masakazu Tanpenshuu, e incluso inició la serialización de Soredemo Machi wa Mawatteiru, un seinen que supone su obra más longeva hasta la fecha, pues la finalizó en 2016 tras 16 volúmenes. En 2007, pareció relajarse un poco y solo creó el tomo único de Dorisu to Mame. Posteriormente, en 2008, nacieron Gentenrou y Kyouko to Tousan, que ésta última conocemos en España como Kyoko y papá. Y en 2009 empezó Mokyyoubi no Furutto en la Akita Shoten, manga shonen protagonizado por un gato que sigue publicándose de manera regular. Actualmente, aglutina nueve tomos recopilatorios.
En 2012, dibujó junto a Kouji Onodera un seinen de corte sobrenatural de tres tomos Soremite – Soredemo Rei ga Mite Mitai, y tras participar en un par de antologías, su siguiente obra nació en 2016, el seinen Obake Michi. Ese mismo año participó en 8 relatos de los ZQN, una antología de historias cortas de I am a Hero, publicado en nuestras tierras en 2018 por Norma Editorial.
Ishiguro ha participado en un par de antologías más desde entonces, y actualmente sigue serializando Heavenly Delusion.
Una edición de gran calidad
Como viene siendo habitual, Norma Editorial ofrece mangas con una edición más que cuidada y de gran calidad, y Heavenly Delusion no es la excepción. La editorial presenta los tomos en un formato de rústica con sobrecubierta, de 18,2 x 13cm, sin páginas a color. Si analizamos el producto con atención, vemos que la editorial española ha respetado la cubierta original japonesa, adaptando la tipografía del título a nuestro idioma, sin hacer más cambios. Si retiramos la sobrecubierta, encontramos las cubiertas interiores negras, sin ningún dibujo o tiras cómicas a modo de epílogo. El tomo ofrece un papel de gran gramaje y correcta impresión, que hace de la lectura todo un disfrute.
Heavenly Delusion cuenta con una periodicidad bimestral y se publica a un precio de 9€. Cabe destacar que la primera tirada del primer tomo viene acompañada de una postal exclusiva de regalo que plasma la cubierta original de dicho volumen.
Un Edén apocalíptico
¿Es posible sentirse irremediablemente atraído por una historia con solo la lectura de su primer tomo? El principio de Heavenly Delusion no puede ser más caótico y atrayente, con la presentación de un mundo devastado, plagado de peligros y monstruos, pero con la certeza de que todo lo nos muestra está a punto de cambiar, desvanecerse o resquebrajarse. Y necesitamos seguir leyendo.
El mundo creado por Masakazu es catastrófico, sórdido y terriblemente adictivo, por lo que yo lo he disfrutado muchísimo. Así que mi veredicto es claro: si os gustan las tramas turbias, los Apocalipsis, las pesadillas andantes, la miseria humana o los misterios imposibles de resolver, debéis correr ya a por vuestro ejemplar de Heavenly Delusion.
Lo mejor:
- Un worldbuilding apasionante y muy bien construido, repleto de misterios.
- Una atmósfera asfixiante que te envuelve mientras lees.
- Un ritmo narrativo que combina acción, misterio y ciencia ficción.
Lo peor:
- Los primeros tomos ofrecen más preguntas que respuestas, y eso desquicia.
Heavenly Delusion
Editorial: Norma Editorial
Formato: Rústica de tapa blanda y con sobrecubierta 13 x 18,2 cm.
Tomos: 8 (En publicación)
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