Guardianes de la noche es uno de los mangas más vendidos de la historia, con más de 150 millones de ejemplares. La adaptación al anime, cuya emisión inició en 2019, también recibió elogios del público y la crítica, y su película, El Tren Infinito, es la película japonesa más taquillera de todos los tiempos. Valorada en más de 8.000 millones de euros, es natural que la franquicia se haya expandido a otros formatos, entre ellos, el de las novelas ligeras.
Estos libros no continúan la historia del manga, sino que se sitúan en diferentes puntos de su línea temporal. Además, cada capítulo es autoconclusivo y se centra en un personaje diferente, dando a muchos miembros del gran elenco de Guardianes de la noche la atención que merecen, pero que no pudieron obtener en el manga, en especial los Pilares. Y en Ramen para Dos, tras reseñar las dos novelas anteriores (La flor de la felicidad y La mariposa de una sola ala) llega el turno de la tercera y última, La señal del viento.
Para La señal del viento Aya Yajima vuelve a ser la responsable de las historias que se narran en sus páginas, mientras que Koyoharu Gotouge se encarga una vez más de las ilustraciones. Tal y cómo indica el título, el personaje principal es el Pilar del Viento, Sanemi Shinazugawa. No obstante, al igual que las otras novelas, este libro también contiene más historias centradas en otros personajes.
Un amplio abanico de situaciones
La señal del viento se compone de cinco historias, siendo la principal la que da nombre al libro. En ella se cuenta la historia de Sanemi y Masachika, el único cazador de demonios que supo ablandar el corazón del que después se convertiría en el Pilar del Viento. Poco se sabía de Masachika, más allá de las pinceladas que Gotouge proporcionó en el manga, pero, durante el relato, el lector finalmente puede conocer la relación fraternal que unía a ambos personajes.
En él, se narra la última misión que los dos llevaron a cabo juntos. Una dura batalla contra la antigua Luna Inferior 1 que costó la vida a Masachika, pero que supuso el ascenso de Sanemi a la categoría de Pilar. Se trata de una historia seria y oscura, pero, sobre todo, muy triste, que permite al lector adentrarse en los pensamientos de Sanemi y entenderlo mejor.
La segunda historia es la más floja de la novela. Ésta tiene como protagonista a Hotaru Haganezuka, el herrero malhumorado que forja las espadas de Tanjirô. En “La cita de Hotaru Haganezuka”, éste es obligado a asistir a una cita con una joven, organizada por Tecchin, Kanamori y Kotetsu con el objetivo de conseguir encontrarle una esposa que ablande finalmente su temperamento. Como es de esperar, el plan de los herreros no termina de salir del todo bien. Sin embargo, aunque personalmente sea la que menos disfruté, es una historia divertida y también bastante adorable.
La cuarta historia, titulada “La promesa del mañana”, es continuación del Arco de la villa de los herreros. En ella, el protagonista es el Pilar de la Niebla, Muichirô Tokito, quien después de lograr recuperar su memoria se convierte en una persona diferente. En este relato, Tokito visita de nuevo la aldea para disculparse con Kotetsu por su comportamiento durante dicho arco y los dos terminan estrechando lazos al reparar juntos el autómata de entrenamiento. A través de las páginas, es posible apreciar el gran crecimiento de Tokito, por lo que, como lectores del manga, esta historia nos hará sonreír, pero también nos dejará con cierta pena al conocer cuál es el destino del espadachín en los últimos compases de la obra original.
Por último, al igual que en las anteriores novelas, la última historia está reservada para una nueva entrega de “Historias del Instituto Kimetsu”, basada en una miniserie de comedia en la que Koyoharu Gotouge reimagina a sus personajes en un entorno escolar en lugar de en el implacable mundo de los cazademonios. En “Midnight Parade”, Uzui, Rengoku, Kanae y Giyû, profesores del instituto, deciden dar un paseo nocturno por el edificio para investigar algunos sucesos extraños que parecen estar afectando a los alumnos. Se trata de una historia ligera y divertida que cuenta con un giro de los acontecimientos de lo más simpático.
La humanidad se enseña, las emociones se aprenden
En el breve repaso que he hecho por los relatos que conforman esta novela, seguramente se habrá notado que he pasado por alto la tercera historia. “Las flores y la bestia”, que así es cómo se titula, es mi favorita de la novela y, dada su profundidad, creo que merece tener su propio apartado en esta reseña.
Para poder disfrutar al máximo de “Las flores y la bestia” (y no recibir ningún spoiler en el proceso) es indispensable haberse leído el manga al completo. Aya Yajima no necesita muchas páginas (solo 12) para contarnos más sobre el lazo que se establece entre Kanao e Inosuke tras enfrentarse en el arco final a la segunda Luna Superior, Dôma.
Para entender mejor el desarrollo de esta peculiar relación, la autora se retrotrae unos meses atrás en el tiempo para contar un pequeño encontronazo entre ambos que terminó haciendo que los dos se entendieran un poco mejor y que tuvo como testigo a Shinobu. Posteriormente, y en solo unos pocos párrafos, Aya Yajima narra de forma excelente cómo esta batalla sirvió para que ambos redescubrieran juntos su humanidad y volvieran a encontrar sus emociones.
Kanao e Inosuke se ven a sí mismos como inhumanos, aunque de maneras diferentes. Mientras que Kanao se ve como alguien que solo escucha las órdenes de los demás y alguien que no tiene libre albedrío para decidir por sí mismo porque se siente inferior a los que le rodean; Inosuke no hace ningún intento por controlarse y tampoco acata ni coopera con los demás al principio del manga. Se ve a sí mismo como alguien abandonado y sin familia, y por tanto sin conexión con los demás.
Sin embargo, cuando Inosuke consigue en el último arco recuperar el recuerdo de su madre gracias a Shinobu, es cuando éste se da cuenta de su propia humanidad, lo suficiente como para poder conectar a su vez con sus sentimientos y llorar. El hecho de que haya perdido a su madre no significa que su vida no tenga sentido. Su madre se ha ido, pero su amor por él aún permanece. Inosuke es capaz de seguir viviendo a pesar de haber perdido a su familia, al igual que Kanao. De hecho, Kanao también se recupera en ese mismo momento de ese sentimiento que le oprimía el corazón. A pesar de haber perdido a todo el mundo, gracias a que estaba más dispuesta que Shinobu a vivir como Kanae quería y a valorar a la gente que la rodeaba, Kanao es también capaz de recuperar sus emociones y volver a llorar.
Por eso la lucha de Kanao e Inosuke contra Dôma es tan importante desde el punto de vista temático para la historia. Aunque todo acabe en tragedia y aunque los personajes mueran de forma insignificante, las conexiones que hicieron durante su vida importan. Inosuke y Kanao lo descubren juntos y, por eso, tras perder a Shinobu y conseguir derrotar a Dôma, se permiten ser también vulnerables juntos.
La edición
Afortunadamente, y a diferencia de lo que sucedió con la segunda novela, La mariposa de una sola ala, para esta ocasión sí se ha optado por dar algo de protagonismo en la portada al personaje que da título al libro. En versión chibi, el cuarteto principal es acompañado por Sanemi en una ilustración de lo más simpática y adorable.
De hecho, ésta resulta muy atractiva y llamativa para invitar al lector potencial a ojear el libro. Norma Editorial presenta esta novela en el mismo formato que las dos anteriores: rústica con solapas de 14,8 x 21 cm, es decir, un tamaño algo más grande que un volumen de manga; y diferente al original japonés, que es un tankoubon. El libro cuenta con 136 páginas y su precio es de 19€. La traducción vuelve a correr a cargo de Marta Moya, de Daruma.
A pesar de que el formato es diferente, Norma Editorial ha incluido todo el contenido del original. Además, la editorial ofrece una edición en una gran calidad de impresión y un tipo de letra que con su tamaño e interlineado hace agradable la lectura. Asimismo, se ha incluido un póster con la portada del libro por una cara y por la otra se junta en una sola ilustración las portadas del manga de Sanemi y Tokito.
Sin embargo, le tengo que poner una pega a la edición. Y es el lomo del libro. Se ha desplazado más el logo de Norma Editorial, por lo que la imagen y los títulos no quedan a la misma altura, afeando así el resultado final cuando los colocas en la estantería.
Conclusión
Al igual que con las novelas anteriores de Guardianes de la noche, también he disfrutado mucho con esta. Aya Yajima vuelve a encandilar con su escritura ligera y su excelente representación de los personajes.
La señal del viento está presentada en un formato diferente al del manga o el anime, pero no por ello pierde el corazón de Guardianes de la noche, ese “algo” que ha conseguido enganchar a miles de personas de todo el mundo. Y es que, en definitiva, junto a La flor de la felicidad y La mariposa de una sola ala, esta novela completa al manga de la forma más hermosa.
Lo mejor
- Poder conocer más a otros personajes, como Sanemi y Tokito.
- La pasión por Guardianes de la noche que desprende cada línea escrita por Aya Yajima.
Lo peor
- La irregularidad en las historias. Hay algunas que resultan muy gratificantes para el fan, pero hay otras ante las que se quedará más bien indiferente.
Guardianes de la noche - La señal del viento
Editorial: Norma Editorial
Formato: Rústica de tapa blanda y solapas 148 x 210 cm.
Tomos: 1 (Finalizada)
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