Sanpo Shimazaki es, a simple vista, un joven normal y corriente que da la impresión de ser despistado y olvidadizo. Puede que en el fondo sí reúna esas cualidades, pero también atesora un extenso currículum como escalador y alpinista, cuyo amor por la montaña le ha llevado a coronar varias de las cotas más altas del planeta. Tras varios años deambulando por diversos países, Sanpo decide regresar a los Alpes Japoneses, donde empezará una nueva etapa ayudando como voluntario al Departamento de montaña de la Comisaría de Policía de la zona norte en Nagano.
Gracias a la valentía y experiencia de Sanpo, no sólo los afortunados que han cometido un error fatal logran salvarse, sino que Shiina, la recién llegada al departamento, comprenderá lo duro que es el trabajo allí arriba, además de aprender a mirar el mundo desde otra óptica.
A través de capítulos autoconclusivos, que vinculan la historia del rescatado en cuestión con la de sus salvadores, Gaku explora las facetas más pasionales y primitivas del ser humano, ésas que sólo salen a la superficie en una situación crítica: el miedo, el empeño en cumplir promesas pendientes, la confianza en los demás, el respeto y, sobre todo, la determinación por seguir viviendo.
Todas ellas tienen su parte de importancia encarnadas en el protagonista, un hombre que ha hecho del mundo su hogar y cuyo mayor deseo es que los demás puedan disfrutar de la montaña como él hace, algo que considera un privilegio.
Sobriedad y dinamismo: la mezcla ideal para un manga deportivo
La lectura de Gaku, por su temática emocionante y amena, resulta muy agradable por el estilo de dibujo de su autor, quien recrea personajes de formas y expresiones más bien simples a base de trazos a plumilla, dedicando los mayores esfuerzos a plasmar la esencia de los parajes donde se desarrolla la trama. Sin embargo, un análisis más profundo hace que el ojo experimentado haga una comparativa inevitable con Naoki Urasawa. Si bien este último es dueño de un estilo completamente distinto e inconfundible, es cierto que las técnicas empleadas por ambos se asemejan.
Por tanto, el apartado gráfico es, posiblemente, donde este título es más discreto, sin que ello sea un punto negativo: Ishizuka ofrece un dibujo limpio, bonito a la vista, con las tramas justas y necesarias para conseguir expresar todo su conocimiento en el campo del montañismo, algo imprescindible para que una historia de estas características resulte creíble.
Una pasión convertida en oficio
Shinichi Ishizuka, nacido en 1971 en la prefectura de Ibaraki, empezó su carrera como dibujante de manga a los 28 años tras regresar a Japón desde los Estados Unidos, en donde estudiaba en la Universidad Estatal de San José. Fue ahí, mientras cursaba sus estudios, cuando descubrió la escalada y se convirtió en un enamorado de la montaña, afición que reflejaría en su obra de debut, Gaku, con la que ha ganado varios premios, entre el que se encuentra el Shogakukan Comic Award, obtenido en dos ocasiones.
Según palabras del autor, durante sus años de universitario apenas llegó a dibujar un par de caricaturas, pero de regreso a su país, tras comprar un manual sobre cómo dibujar manga (que le costó 340 yenes), empezó a dibujar tiras cómicas. Con el tiempo, llegaría a convertirse en un autor de culto en lo que al manga de alpinismo se refiere.
Su paraje favorito en todo el mundo se encuentra en Estados Unidos. Concretamente, en el Estado de Wyoming: el Parque Nacional de Grand Teton.
La montaña gusta también en España
A pesar de la buena acogida que ha tenido en nuestro país, Gaku no es, ni mucho menos, el primer título publicado en el mercado español que gira en torno al montanismo. Ponent Mon tiene en su catálogo varias obras de Jiro Taniguchi que también hablan de lo mismo, como La cumbre de los dioses o El rastreador.
¿Dónde estriba la originalidad de Gaku? Como ya se ha dicho, no trata propiamente de escaladores entrenados y experimentados cuyo objetivo es alcanzar una cima, haciendo frente a innumerables obstáculos; sino que cuenta las peripecias de personas normales y corrientes que deciden subir a la montaña, haciendo alarde de ingenuidad y temeridad. Por otro lado, Sanpo simboliza el amor por la naturaleza en estado virgen, el optimismo y las ganas de ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, tan sólo que le dejen continuar con su forma de vida. En cuanto al equipo de rescate al que auxilia, muestra también la dureza de las condiciones de trabajo en dicho entorno y cómo han de afrontar cientos de contratiempos, además de la muerte y desaparición de los montañeros a los que deben encontrar.
Gaku es, por tanto, una muestra cruda y sincera del día a día de estas personas. Las historias tienen la duración necesaria para enganchar al lector y sus protagonistas poseen un carisma auténtico. Si a ello sumamos el interés por ir descubriendo más datos sobre el pasado de Sanpo, obtenemos un buen manga seinen deportivo que puede suponer, si el lector le da una oportunidad, un soplo de aire puro en su colección. No hace falta ser un apasionado de la montaña para disfrutar de este cómic, tan sólo sentir curiosidad por un mundo que, en la mayoría de los casos, escapa a nuestra comprensión.
Por último, hay que destacar que, siguiendo la línea de la Biblioteca Pachinco de Planeta DeAgostini, la calidad-precio de los tomos es buena: una edición y traducción estupendas a cambio de un papel grisáceo más bien de poca calidad que, sin embargo, hace que el importe a desembolsar por su adquisición sea más que asequible.
Lo mejor: La variedad de las historias que se cuentan hacen que el lector se sumerga en el manga con rapidez.
Lo peor: Si la temática causa más bien indiferencia, es mejor invertir el dinero en otra cosa.
Ficha técnica:
Título: Gaku (cumbres)
Título original: Gaku (Minna no Yama)
Guión: Shinichi Ishizuka
Dibujo: Shinichi Ishizuka
Editorial japonesa: Shogakukan
Editorial española: Planeta
Formato: Rústica, 216 páginas B/N
Precio: 6,95 €
Nº de tomos en japonés: 9 y abierta
Nº de tomos en español: 3 y abierta (a noviembre 09)
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