Shonen de shonen, las palabras se quedan cortas para hablar de una historia tan bien construida como Fullmetal Alchemist. Y es que cuando hablamos de este manga, sobre todo, se debe hacer hincapié en su argumento, sus giros tan bien pensados, toda su documentación y el increíble mundo que Hiromu Arakawa ha creado. Lo dicho, lo que debería ser todo shonen.
Argumento
Edward y Alphonse Elric viajan por el mundo en busca de la legendaria piedra filosofal. Su afán no es otro que conseguir dicho objeto para poder recuperar sus verdaderos cuerpos, y es que ambos hermanos sufrieron la peor de las suertes durante un experimento alquimista.
Violaron el más oscuro tabú de la alquimia, intentaron la trasmutación humana: y lo pagaron muy caro. Tras la muerte de su madre, ambos hermanos, huérfanos y con su padre desaparecido, decidieron que sus conocimientos eran suficientes para traer a su amada progenitora del otro lado. Tarde se dieron cuenta de su error, no solo no consiguieron resucitar a su madre, sino que ambos perdieron mucho más de lo que se esperaban.
Alphonse perdió todo su cuerpo y Edward su pierna izquierda. Desesperado y viéndose solo, Edward consigue intercambiar su brazo derecho por el alma de su hermano, que queda anclada a una gigantesca armadura.
Y es así como los Elric comienzan su andadura: prendiendo fuego a su casa, a todos los recuerdos y alistándose en el ejército. Parten en busca de información para poder alcanzar sus propios objetivos, convirtiéndose a su vez en un nuevo engranaje de una incipiente guerra.
Mucho más que una simple historia
Fullmetal Alchemist no cuenta solo la historia de Edward y Alphonse en la búsqueda de sus cuerpos, su trasfondo político, social y psicológico abarca multitud de esferas que no podemos obviar.
El manga se desarrolla en un mundo caótico donde la alquimia y los implantes robóticos son comunes, dividido en diferentes países, cada cual con su propio sistema político. Edward y Alphonse viven en Amestris, un país gobernado por el ejército que vive una época de paz tras un terrible guerra que acabó con casi toda la población ishvalí.
Pero pocos saben que detrás de estos trágicos incidentes se esconde en realidad el mayor mal conocido por el mundo. Y es que la alquimia es un instrumento de doble filo: puede crear y destruir a partes iguales, lo cual en manos de los hombres se transforma en una ambición sin fin.
El intercambio equivalente
A lo largo de todo el manga vemos multitud de giros de guión, personajes carismáticos y drama, muchísimo drama. Y es que para obtener algo, siempre hay que dar otra cosa a cambio. Un principio tan básico que abarca la historia en su totalidad, y pasa por ser el lema oficial de Fullmetal Alchemist.
Pero no todo es intercambiable, y eso es algo que los hermanos Elric aprenden muy bien.
Hay que prestar especial atención al gran número de personajes secundarios que nos brindan momentos lacrimógenos, así como escenas épicas que ya han pasado a los anales del manga y el anime mundial.
Cabe destacar al coronel Mustang, el alquimista de fuego y director ejecutivo del pelotón más capaz de todo el ejército, así como a la teniente Hawkeye, su brazo derecho. Como no mencionar al teniente Hughes, enamorado de su hija y su mujer, a Winri, la experta en autómatas y mejor amiga de los hermanos y a Nina…(si no lloraste con Nina no tienes alma).
Con 27 tomos publicados desde el año 2001 hasta el 2010 en la revista Shonen Gangan de la editorial Square Enix mensualmente, Fullmetal Alchemist es, de momento, la ópera prima de Hiromu Arakawa. Un shonen diferente, atrevido, lleno de trasfondo y con una longitud ideal. Completamente planificado desde su principio a su fin, con unos personajes carismáticos de los que sólo puedes enamorarte sin remedio.
Ambientado en un universo imaginario lleno de elementos modernistas, Fullmetal tiene una estética mixta, a caballo entre la Europa de la revolución industrial y el steampunk. El manga fue galardonado con el primer puesto en los Shogakukan Awards de 2004, empatando con Yakitatte! Japan. En el año 2009 fue el cuarto manga más vendido de todo Japón.
El anime
Y todo buen manga termina llegando al anime (lo cual no tiene por qué aplicarse de forma inversa…) y Fullmetal Alchemist lo hizo por partida doble.
En octubre de 2003 se emitía en las pantallas japonesas el primer episodio de Fullmetal Alchemist, un anime del estudio BONES (Ouran Host Club, Soul Eater, Wolf Rain), que duró hasta octubre del año siguiente, contando con 51 episodios.
Con una producción muy correcta y una banda sonora como pocas se han visto, la serie fue todo un éxito dentro y fuera de Japón.
No podemos pasar sin recordar los temas de la banda sonora compuestos por Michiru Oshima (The Legend of Zelda: Twilight Princess, Sora no woto, Buddha, ICO ) como el emocionante “Bratja”, o el impresionante “Way Home”.
¿Y cómo olvidar los openings y endings?, a cada cual más movido y emocionante que el anterior: Melissa de Porno Graffiti, Ready, steady go! de L’arc en Ciel, Undo de Cool joke y Rewrite de los Asian kung-fu Generation.
Pero había un problema y no era precisamente pequeño: el manga aún no había terminado. Por lo que cuenta Arakawa a lo largo de los tomos del manga en su free-talks, hemos de suponer que la propia autora sufrió de muchas presiones por parte de los productores para que desvelara parte de la trama futura, pero ella, celosa de su obra, no dijo ni una sola palabra.
Es así como el anime fue avanzando dejando completamente de lado el argumento del manga, sobre el capítulo 25 ya se aprecian diferencias muy notorias e irreconciliables con la obra original. Con un argumento concebido por los guionistas de BONES, este primer anime se adentra en tierras pantanosas, haciendo que gran parte de los aficionados renieguen de él.
La guinda final la puso la película Fullmetal Alchemist: El conquistador de Shambala, en la que concluye completamente la historia en una suerte de final alternativo que no deja de ser curioso.
Y brotherhood…
Finalmente en 2009 las súplicas (y lloros) de los aficionados recibieron una respuesta. BONES volvió a liarse la manta a la cabeza y anunció una nueva serie de Fullmetal Alchemist, esta vez completamente fiel al manga que por aquel entonces estaba a punto de concluir.
Fullmetal Alchemist: Brotherhood comenzó a emitirse en 2009 y continuó hasta junio de 2010. Contó con un total de 64 episodios, concluyendo apenas un mes después que el mismo manga, y esta vez sí, Arakawa les contó el final.
Mantuvieron el mismo elenco de voces que la serie antigua, aunque esta vez el anime fue dirigido por Yasuhiro Irie (Code: Breaker, Escaflowne, Tekkon Kinkreet), el director de la animación de los openings de la antigua serie. Un anime acorde y sobre todo muy fiel, cosa que echaban en falta los fans y que se merecía un manga de este calibre.
También hubo también una adaptación a la gran pantalla en julio de 2011, la película Fullmetal Alchemist: La estrella sagrada de Milos. Una historia paralela que si bien no resuelve nada del argumento principal, si nos da una oportunidad de asomarnos y observar con más detenimiento el mundo y los detalles creados por Arakawa.
Amarás a Hiromu Arakawa
Arawaka nació el 8 de mayo de 1973 en Hokkaido, al norte de Japón. Pasó toda su infancia y la mayor parte de su adolescencia en una granja perteneciente a su familia. Sus padres son granjeros y su familia trabajadora, humilde y numerosa (ella es la cuarta de 5 hermanos) le enseñó grandes lecciones sobre la vida y el valor del esfuerzo.
No por nada se dibuja a sí misma como una vaquita.
Siempre quiso ser dibujante, pero apenas pudo dar clases durante sus años de colegio e instituto, ya que el trabajo en la granja ocupaba casi todo su tiempo.
No fue hasta 1999, con 27 años de edad que se muda y comienza a vivir en Tokyo, con la idea de cumplir su sueño. Comenzó trabajando como ayudante de Hiroyuki Eto (Mahojin Guru Guru), y fue entonces cuando publicó su primera obra corta, Stray Dog que ganó el 21º premio de la revista Shonen Gangan. En 2001 publica el primer capitulo de Fullmetal Alchemist, su mayor éxito hasta el momento.
Pero Arakawa no sabe estarse quieta, es ante todo una trabajadora nata y eso salta a la vista mirando sus últimos trabajos. En 2005 publicó la historia corta Raiden 18, y en 2006 comenzó dos series más, Hero Tales cuya publicación compaginó con la de Fullmetal (5 tomos y un anime de 26 capítulos), y Aristocracia campesina, un manga en clave de humor sobre sus experiencias personales como granjera.
En 2011 comienza con su shonen Silver Spoon, una historia sobre un adolescente de la ciudad que se ve repentinamente en una escuela agraria en mitad del campo, obviamente también muy influenciada por sus propias vivencias. Con 11 volúmenes recopilatorios en el mercado, dos series animadas de 11 capítulos cada una e incluso un live-action protagonizado por Kento Nakajima y Alice Hirose, Silver Spoon es el actual shonen en el que Arakawa trabaja, una obra de corte cotidiano muy recomendable, que además goza de gran aceptación.
Así mismo en 2013 Arakawa comenzó con el manga La leyenda de Arislan, la adaptación de la serie de novelas homónima de Yoshiki Takada.
La muy ocupada mangaka compagina todo su trabajo con su vida personal: recientemente acaba de dar a luz a su tercer hijo, y ni siquiera ha cogido unos días de baja maternal. Guarda su vida personal en la mayor privacidad.
Cuenta con un estilo de dibujo limpio y pulido, una narrativa espectacular, llena de movimiento y acción. No resulta confusa en ningún momento y las escenas de lucha están especialmente cuidadas. Cabe destacar el peso dramático que sabe insuflar en los momentos adecuados. Arakawa es una mangaka sobresaliente, cuyo estilo tan característico ya ha hecho escuela y su nombre se cuela entre los más famosos dibujantes actuales.
Edición
Norma Editorial ya editó Fullmetal Alchemist en su versión tomo, pero ahora nos presenta su edición kanzenban. Volúmenes equivalentes a un tomo y medio de los antiguos (aproximadamente), mucho más grandes, con bonitas sobrecubiertas transparentes serigrafiadas y dibujos en segundo plano. A destacar también las portadas interiores llenas de bocetos originales de Arakawa. Cada volumen está ilustrado con nuevas imágenes de los personajes más representativos y cuando quitamos la sobrecubiertas podemos observar los bocetos originales en su proceso de creación. Cada tomo está dedicado a uno de ellos, con su color correspondiente: Edward-rojo, Alphonse-verde, Mustang-azul, etc…
Además, al pasar las páginas también tenemos una transparencia de papel cebolla que ayuda a decorar otra de las ilustraciones dedicadas al personaje de la portada, todo a color y cuidado al detalle.
Por contra se pierden todos los chistes de la edición tomo, que la autora incluía en las contraportadas así como al final. La edición kanzenban es bastante más seria y pierde ese toque de humor tan característico, también los free-talks en los que Arakawa se desahogaba y nos contaba detalles de su vida cotidiana, una pena.
Cada volumen contiene unas 260 páginas entre las que se encuentran todas las que en su momento aparecieron en la Shonen Gangan a color, incluidas portadillas e ilustraciones.
Tiene un tamaño mayor al acostumbrado (A5) gracias al cual se disfruta mucho más del dibujo de Arakawa, el cual va evolucionando a lo largo de los años. No por nada Fullmetal ocupó diez años de su vida. Al principio el trazo es un tanto más anguloso y quizás “descuidado”, dando una sensación de estar inacabado. A ello también contribuyen la falta de fondos y el exceso de escenarios interiores, igualmente el uso de tramas es bastante escaso.
A la mangaka le gustan las formas redondas, huye de los ángulos y con los años su dibujo se va transformando; las expresiones faciales de los personajes se vuelven complejas, llenas de sentimiento, cada vez más “adultas”. Las viñetas comienzan a estar cada vez más “llenas”, los detalles se comienzan a desparramar por las páginas y comenzamos a ver escenarios completos, panorámicas naturales y dibujos a doble página. El uso de tramas se vuelve una regla, sin que ello ensucie ni un ápice el dibujo o entorpezca la acción. Porque sobre todo, Hiromu Arakawa tiene un dibujo limpio y directo, sincero. Consiguiendo una efectividad colosal.
La traducción corre a cargo de Ángel-Manuel Ybáñez (Traducciones imposibles), que realiza un trabajo impecable. Hay que decir que la traducción es la misma que en la edición anterior, aunque se han corregido fallos y pequeños detalles.
La kanzenban de Fullmetal Alchemist tiene un precio de 11,95€, más que justificado a mi parecer y que tanto los que disfrutaron de la anterior edición en tomos, como aquellos lectores que se acercan por primera vez a la obra deberían adquirir.
La edición definitiva de una obra que se lo merece.
Conclusión
Fullmetal Alchemist es un manga redondo, tanto en guión como en dibujo. Un shonen que emociona y que ningún aficionado al manga debería perderse. La edición que presenta Norma Editorial está cuidada al detalle, se nota el esfuerzo y el cariño invertidos en mostrar a los aficionados lo mejor de Arakawa.
Si no has visto o leído esta obra no sé a qué estás esperando.
Lo mejor:
- El argumento, el dibujo, la narrativa, en definitiva: TODO.
- Fullmetal Alchemist es un shonen de lectura obligatoria.
Lo peor:
- Soy incapaz de sacarle un solo defecto.
Fullmetal Alchemist ed. kanzenban |
Imprescindible |
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