Pocos mangas nos plantean una disyuntiva tan interesante como El precio de mi vida, basado en la novela Tres días de felicidad de Miaki Sugaru e ilustrado por Souichi Taguchi. Norma Editorial ha tenido el honor de traernos esta adaptación, publicada originalmente bajo el sello de Shueisha.
Argumento
La historia gira en torno a Kunosuki, un universitario de 20 años que no puede pagar ni la comida del día a día. Cansado de la vida tan monótona que lleva y con la desmotivación a sus espaldas, Kunosuki decide vender tiempo de vida. Sin embargo, los acontecimientos posteriores no se los verá venir.
¿Qué harías si lo que te queda de vida valiera poco?
Es posible que, al ver el tomo tan grueso, a muchos les pueda dar pereza o simplemente no comprarlo. Pero tengo que decir que nos encontramos ante una adaptación redonda que, a pesar de las dimensiones, es muy recomendable.
Todo empieza con una promesa entre un niño y una niña. Ambos deciden medio en broma medio en serio que, si llegan a los 20 años y están solteros, se buscarán para casarse. Desde un principio se ve venir que la historia va a ser un drama. Ya el argumento no solo derrocha originalidad, sino curiosidad por saber cómo se va a desarrollar todo, si va a ser interesante o va a convertirse en una historia típica durante todo el tomo. Sin embargo, al avanzar la historia, te van metiendo elementos que van casando muy bien con la historia y sin dejar de dar pequeños giros argumentales el lector se va llevando pequeñas puñaladas al corazón.
Es complicado avanzar en los acontecimientos sin hacer spoilers, pues al ser tomo único, cada pocos capítulos van metiendo pequeños giros que sorprenden gratamente y dan un aspecto de genialidad al conjunto de la obra.
Los dos primeros capítulos centran al lector en el que va a ser el marco de desarrollo de la historia. Kunosuki decide quitarse tiempo de vida porque no llega a final de mes y tampoco le interesa vivir un tiempo longevo. Una vez llega al lugar indicado, le ofrecen vender tiempo, tiempo de vida o salud. Este decide vender el de vida. Allí le explican que, dependiendo del futuro que fuera a tener en ese momento, le darían más o menos dinero si este fuera más o menos prometedor. Al final, decide vender todo su tiempo de vida, que está valorado en apenas 30.000 yenes. Por temas de contrato, se queda solo con 3 meses de vida para poder aprovechar al máximo ese tiempo. Sin saberlo, al día siguiente recibe la visita de Miyagi, la chica que atendió cuando fue a vender su tiempo de vida. Ella le tendrá que vigilar para que no cause problemas a otras personas. Todo esto puede crear un dilema moral y preguntarse si es ético cambiar tu vida por dinero.
La premisa que se presenta al menos en los primeros capítulos se desarrolla con un ritmo adecuado. A medida que avanza la historia se meten más momentos desenfadados para quitar dramatismo al eje central sobre el que gira todo. El protagonista irá haciendo en ese tiempo que le queda todo lo que no ha hecho en 20 años y de forma condensada con la ayuda de Miyagi, un personaje al que se le ha sabido sacar bien el juego que puede dar como vigilante de una persona condenada a morir en un momento exacto.
Una de las partes principales de la historia es esa promesa que será determinante en el desarrollo de la historia. En este sentido, estamos acostumbrados a que nos rompan el corazón como lo hace por ejemplo Makoto Shinkai y el destino que separa a las parejas protagonistas. Sin embargo, en El precio de mi vida, se idealiza algo con lo que al final te das de bruces con la realidad junto con Kunosuki. Y es que hay veces que las punzadas sentimentales en el pecho son el germen para que uno se centre en vivir haciendo lo que más le gusta. En este caso, Kunosuki decide recorrer la ciudad haciendo fotos y dibujando. En ese punto ya, el dinero no es importante y aunque en esos 3 meses le vayan ingresando 10.000 yenes, le da la importancia justa.
El protagonista poco a poco empezará a ver la vida con otros ojos, a decir cosas que antes no se atrevía y enfrentar los problemas. Sin quererlo, empieza a “arreglar su vida”, siempre con Miyagi al lado. El desarrollo de este personaje, empezando como una simple observadora, casi autómata, irá cogiendo peso en la historia, haciendo buenas migas con Kunosuki y siendo como su guía en los meses que le quedan.
En general la obra, siendo un resumen al ser adaptada al manga, plasma a la perfección cómo, a partir de un acontecimiento, cualquier vida insulsa se puede transformar radicalmente en una vida casi plena y que merece la pena vivir. Siempre bajo la sombra de una muerte próxima.
Desgraciadamente, muchas de las claves principales de la historia quedan en el aire sin respuesta y sin saber sus orígenes. ¿Por qué existe una empresa dedicada a comprar tiempo, vida y salud? ¿Qué hacen con ello? ¿Cómo les quitan eso a sus clientes? ¿Por qué nadie conoce esa empresa salvo el librero y la chica de la tienda de discos?
Los más perspicaces habrán caído en algo importante, la novela se llama “Tres días de felicidad” y en esta reseña hablo de 3 meses. Pues bien, esto es uno de los puntos clave del manga y que por supuesto, no desvelaré, porque esa última donde se explica el título de la novela es el culmen de todo.
La simplicidad del diseño define a los personajes
El diseño de personajes es bastante sencillo. La ilustradora no se ha esmerado en poner demasiados detalles que puedan recargar el apartado visual. Lo que sí ha hecho, es plasmar perfectamente las personalidades de los protagonistas.
Por un lado Kunosuki, con una estética de dejado y agotado, mientras que Miyagi todo el rato transmite cansancio y monotonía, pues así era su vida hasta que tuvo que vigilar por trabajo a Kunosuki. Realmente no se echan en falta más detalles. En las viñetas se encuentra lo justo y necesario y que transmite bien la esencia de la historia. Aquí, los detalles y el esmerarse en las ilustraciones, sobran.
Autores con un éxito ya asentado en Japón
Esta obra es la adaptación de la novela Mikkakan no Koufuku, en español conocida como Tres días de felicidad, creada por el autor Miaki Sugaru, nacido en Japón en 1990. Empezó a publicar en 2013 las novelas Starting Over y la ya mencionada Mikkakan no Koufuku bajo el sello ASCII Media Works, perteneciente a Kadokawa. Posteriormente vendrían novelas como Itai no Itai no, Tontde Yuke (2014), Koi suru Kiseichuu (2016) o Kimi no Hanashi (2018). No solo Tres días de felicidad ha sido adaptada al manga, sino que Aozora to Kumorizora (2016) y Koisuru Kiseichuu también tienen sus adaptaciones.
Por otro lado, tenemos al responsable del diseño de personajes, Shouichi Taguchi. El artista nació en Japón en octubre de 1988 y cuenta hasta la fecha con nueve trabajos publicados, entre los que se encuentran Boku wa Tomodachi ga Sukunai + (2010), Fujicue!!! – Fujicue’s Music (2014), Sheerlore (2017) o Shuumatsu Sekai Yuri Anthology (2020), siendo en algunas de ellas autor e ilustrador a la vez.
Norma y su edición integral
La edición que nos trae Norma Editorial aúna los tres tomos del manga original en uno integral. Aunque parezca demasiado grande, es fácil de leer y de manejar si se está tumbada/o en la cama. Sentada/a puede ser un poco más difícil e incómodo de manipular. Es una edición de tapa blanda con sobrecubierta, con unas medidas de 14,8 cms x 21 cms, 580 páginas en blanco y negro, y cuatro a color. Además, al final del tomo se incluye un epílogo donde el autor de la novela y guionista del manga cuenta cómo surgió la trama, algo que se agradece mucho. También hay algunos bocetos de los personajes principales. Todo a un precio de 19,50 euros.
Conclusión
El precio de mi vida es una adaptación al manga que, a pesar de tener un ritmo más bien pausado, mantiene al lector enganchado gracias a sus giros argumentales. Es una obra que no sabes por donde va a salir porque puede pasar cualquier cosa. Sin embargo, hay algunos detalles que pueden resultar algo clichés. Igualmente, hay situaciones que pueden hacer reflexionar, aunque de la obra en su conjunto se pueden sacar varias conclusiones sobre la plenitud de la vida, las promesas a las que uno se agarra durante años y que luego pueden trastocarse.
El diseño de personajes es bastante simple, pero casan muy bien con sus personalidades. En cuanto a la edición, el tomo contiene los tres volúmenes originales íntegros, además de unas pequeñas notas del autor al final que cuentan cómo surgió y desarrolló la historia. También hay un par de páginas con bocetos de los protagonistas. Todo, a un precio para nada abusivo.
Lo mejor:
- Saca a la historia jugo, dejando un buen sabor de boca en general.
- Hay varios giros que van sorprendiendo y cambiando el rumbo de la historia.
- Permite reflexionar sobre lo ético de vender vida y tiempo.
- Saca problemas sociales como las apariencias y la realidad.
- A pesar de que el tomo sea un drama, se muestra que siempre hay luz al final del camino.
- Las notas finales de ambos autores siempre se agradecen.
Lo peor:
- Puede que alguna parte de la historia resulte algo tediosa.
- Manejar el tomo tan grueso puede ser complicado si se está sentado.
El precio de mi vida Edición Integral
Editorial: Norma Editorial
Formato: Rústica de tapa blanda y con sobrecubierta 14,8 x 21 cm.
Tomos: 1 (Finalizada)
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