«Un trueno lejano, el cielo nublado, en caso de que llueva, ¿te quedarás a mi lado?»
Luchar por un sueño, por una idea, por un futuro, pese a todo, pese a todos los impedimentos que la sociedad te imponga: eso es vivir ¿Necesitamos un respiro de este mundo que nos rodea? Un sitio al que retirarnos un día de lluvia a escuchar nuestra propia alma y sin esperarlo, algo ocurre. El silencio se convierte en voz y la soledad en compañía. Un jardín de sentimientos mudos que poco a poco despierta el verbo escondido en el corazón de los hombres, un jardín de palabras.
Advertencia: La reseña contiene detalles de la trama.
Argumento
Un muchacho que hace zapatos, una mujer que quiere volver a andar, encuentros no planeados en días de lluvia… Una historia sobre la soledad y el dolor que existe antes del amor. Una mañana lluviosa, Takao, un estudiante de secundaria que practica para ser zapatero, falta a clase para ir a diseñar zapatos a un jardín de estilo japonés. Allí conoce a Yukino, una misteriosa mujer mayor que él que bebe cerveza sola en el parque. Sin planificarlo, los dos comienzan a verse los días de lluvia y su relación se va estrechando poco a poco. Takao desea que Yukino vuelva a encontrarse a sí misma y para ello decide fabricarle unos zapatos con los que tenga ganas de caminar de nuevo. Pero el final de la temporada de lluvias se aproxima inexorablemente…
Personajes
La historia nace con dos personajes principales que constituyen la espina dorsal de la película: Takao Akizuki y Yukari Yukino. Tanto él como ella llevarán prácticamente todo el peso de la historia, centrando en ambos el interés del espectador, ya que el argumento nace, crece y termina con estos dos personajes. En algunos momentos el peso de la historia se reparte entre algunos personajes que hacen los coros a esta pareja, pero rápidamente regresa a las manos de Takao y Yukari. Pero empecemos por el principio.
Takao Akizuki es un estudiante de 15 años que tiene claro que quiere llegar a ser diseñador de zapatos, que no zapatero. Esta obsesión nace de su infancia, de un pasaje en el que su madre calza un bonito zapato de tacón rojo de charol. Cuando él ve a su madre subida en estos tacones se queda tan embelesado, que decide orientar su vida al diseño de zapatos, principalmente de mujer.
Pero ese deseo es caro, primero por los materiales y segundo por el precio de la escuela de zapateros donde le enseñarán el desarrollo de este arte. Por ello, su enseñanza comienza a ser autodidacta y, claro está, necesita buscar pequeños empleos a tiempo parcial para poder pagarse los materiales con los que comenzar a hacer prácticas. Pero el cuero es caro y cada vez necesita trabajar más.
Los días de lluvia le gusta pasear por un jardín donde hay un pequeño quiosco que da a un lago, un rincón apartado de la realidad al que le gusta ir a ver llover. En ese rincón de calma a veces escribe, dibuja, diseña pequeños patrones de calzado. Un día, en una de sus escapadas del mundanal ruido, llega a su rincón. Pero esta vez algo ocurre, un suceso que le hará cambiar la manera de pensar con respecto a su vida: un día de lluvia conocerá a Yukari.
Yukari es una chica de 27 años que padece un desorden digestivo que le impide saborear nada que no sea el chocolate y la cerveza. Yukari se encuentra con Takao en ese pequeño quiosco al que él suele acudir. Al principio se muestra muy hermética con este chico que ha conocido por casualidad, pero con el paso del tiempo, comenzará una relación de amistad en la que irá descubriendo las inquietudes y los deseos laborales de este chico.
La primera vez que coinciden fue fruto del destino, pero según pasa el tiempo, el interés en coincidir en ese punto de encuentro deja de ser fortuito. Sin mediar conversación de cita, ambos hacen lo posible por verse en los días de lluvia, pues sólo en esos días coinciden en el jardín. Takao incluso desea que llueva para poder encontrarse con Yukari, compartir sus experiencias, enseñarle sus diseños… Hasta que un día ocurre algo que cambiará el curso de la historia: Yukari le acerca su pie desnudo para que lo tome como molde para un zapato a su medida.
Aspectos gráficos/sonoros
Uno de los aspectos más impresionante en esta película es el color, el grafismo es impresionante. Se parte de la base de que lo más destacable de Makoto Shinkai es el cuidado con el que trata la imagen. En otras películas en las que también ejerce de director como “Viaje a Agartha” o “5 cm por segundo”, se puede apreciar el juego intenso que hace con el color. La felicidad o ilusión la representa con colores primarios muy vivos e intensos; los rojos, verdes y azules puros tiene su protagonismo muy marcado en los pasajes emocionalmente positivos del guión.
Pero también sabe cómo manejar los sentimientos de tristeza, pena, desasosiego; con grises, azules apagados, negros y gamas parecidas nos quiere dar a entender esa sensación de pena o angustia del protagonista. En cierto modo, Shinkai quiere que el espectador entienda un lenguaje oculto en el color, un lenguaje que unido a los diálogos aportan intensidad, y sobre todo enseñan a quien lo está viendo, con qué se va a encontrar. No hacen falta palabras, solo es necesario ver la imagen. Todo esto tiene sentido porque el propio Shinkai es el responsable directo del diseño del color en la película.
Hay también un acusado intento por cuidar los efectos sonoros. Si el equipo de sonido es bueno más allá de un simple estéreo, se pueden identificar todo tipo de sonido ambiente que ayuda a entender dónde estamos, qué vamos a hacer. Sobre todo, estos efectos destacan en los momentos en los que ambos protagonistas se encuentran en ese quiosco que hay dentro del jardín. Se puede apreciar el sonido del agua, la lluvia cayendo alrededor, e incluso cómo las hojas acarician levemente el agua del estanque.
Uno de los responsables de estos efectos es Eiko Morikawa, que ha trabajado en innumerables series de anime, algunas de las cuales se han hecho un hueco en el salón de la fama del anime: Black Rock Shooter, Kill la Kill, Melancholy of Haruhi Suzumiya o la reciente The Seven Deadly Sins.
Más allá de los efectos de sonido, hay que hablar de la música, del score. La música que se puede escuchar en la película corre a cargo de Yo Yamada. Quizás no tan conocido, ha trabajado en series como Magic Kaito, Evangelion 3.0 o Black Bullet en campos relacionados con el sonido.
Ahora que se ha dicho quién está tras la música, hablemos un poco de ella. Como toda música que se precie, debe de acompañar a la película acentuando los momentos de intensidad de la misma. En “El Jardín de las Palabras” encuentras que la música suena casi en un tercer plano por detrás de los diálogos y los efectos de sonido. Solamente cobra intensidad y volumen cuando tiene que perfilar los momentos más intensos de los protagonistas, especialmente en el último acontecimiento de la historia, que no mencionaré por no contar el desenlace de la misma.
Edición
Vamos a hablar de la edición en su versión coleccionista compuesta por DVD, Blu-Ray, disco de extras y libreto.
La caja de cartón contiene un pequeño libreto de 36 páginas donde podemos leer algo más de la película, los personajes y demás. También puedes encontrar algunas imágenes que quizás en el disco no se aprecien mucho.
Esta edición coleccionista contiene el disco DVD de la película como el disco BD de la misma. Además tiene una carátula doble para ponerla como más te guste. Los discos están serigrafiados con la portada de la carátula en alta calidad.
Ahora que hemos hablado del continente, vamos a hablar del contenido comenzando por los audios del BD: japonés (DTS-HD Master Audio 5.1), español (DTS-HD Master Audio 5.1). Y subtítulos únicamente en castellano. Con respecto a los extras, encontramos los tráiler de las películas del director, Makoto Shinkai, una entrevista con él de poco más de 53 minutos y un storyboard anime de unos 46 minutos de duración.
Si alguien quiere ahondar un poco más sobre todo el personal que ha participado en la película, dispones de la ficha artística y la ficha técnica de la obra donde se tiene la posibilidad de leer todos los nombres propios de aquellos que han logrado que esta pequeña obra de arte vea la luz.
Midori Motohashi nació en Toyama (Japón) y la primera obra de esta mangaka es “El Jardín de las Palabras”. Existe muy poca información sobre ella. Yo he tenido ocasión de leer el manga para poder compararlo con la película, y digo así porque el manga es una adaptación de la película y no viceversa. Como buena adaptación, este apenas difiere de la película, y entiendo cómo esta obra que no llega a los 50 minutos se puede compactar en un solo tomo. Si los lectores de esta reseña sobre la película quieren leer la del manga, la pueden encontrar aquí mismo, en Ramen Para Dos.
Estudio/Creadores
Hablemos un poco del estudio: CoMix Wave Films Inc. es una empresa japonesa anclada en Chiyoda, Tokio. Este estudio, pese a haber hecho algunos trabajos en series de anime y películas, es reconocido por los trabajos de Makoto Shinkai, ya que ha confiado en este estudio para otros trabajos como “5 cm por segundo” y “Viaje a Agartha”. Si nos salimos un poco de la sombra de Shinkai, el estudio ha producido Kumo no muko, Yakusoku no basho, Ajiru sesshon, Puranzetto, etc.
Pero no podemos hablar del estudio sin hablar del director ya que, gracias a él, este estudio ha logrado obtener un nombre reconocido. Es Makoto Shinkai, director que disfruta del color y lo aplica en sus obras sin restricciones.
Makoto Shinkai nació en Nagano allá por el 73. Allí estudió literatura japonesa en una universidad privada. Justo antes de graduarse entró a trabajar en la empresa de videojuegos Falcom como diseñador gráfico, donde estuvo a cargo del diseño gráfico de algunos juegos (EF: A Fairy Tale of the Two) al igual que de vídeos para los mismos. Precisamente fue aquí donde conoció a Tenmon, quien más tarde llegaría a ser colaborador en todas las bandas sonoras de sus proyectos.
En 1999 estrenó su primer cortometraje: Ella y su Gato (Kanojo to kanojono Neko), cinco minutos de metraje que le valieron el DoGA CG Animation Contest en el año 2000. A partir de aquí, Shinkai ha ido de éxito en éxito e incluso se ha atrevido a implicarse directamente en las adaptaciones al manga de sus principales obras como La Tierra Prometida, 5 Centímetros por Segundo o Viaje a Agartha.
La calidad de sus películas, sus historias, su composición y el extremo cuidado con el que trata el aspecto gráfico, le ha valido el sobrenombre de “el nuevo Miyazaki”. Una persona tranquila, de trato muy agradable y que despliega todo su potencial en su aspecto más genial: el color.
Opinión personal
He podido disfrutar de varias obras de Shinkai, incluso he podido conocerle en persona, pero lamentablemente no puedo decir que todo lo que hace me gusta, no. Pienso que hay que distinguir dos cosas en las películas de este director: el grafismo y la historia.
Gráficamente da igual la película en la que te fijes, en todas y cada una de ellas, los colores y la composición transmiten emociones, y es capaz de hablar a través del color. Pero como he dicho, también hay que ver la historia. En “El Jardín de las Palabras” la historia es posible, es real, puede ocurrir. Cuenta una historia habitual que le puede pasar a cualquier persona e incluso el final es realista. Ya está bien de finales idealizados y perfectos, la vida es dura y no siempre justa, y es lo que Shinkai nos muestra pero no con tristeza, simplemente como una posibilidad que puede ocurrir.
En la película el color se une al movimiento, a la historia, al corazón. Busca algo cotidiano y simplemente lo dibuja, pinta en colores los sentimientos y nos los muestra. Un director que es capaz de hablar a través del color y el movimiento del mismo…
Lo mejor y lo peor
Lo mejor: El uso del color.
Lo peor: Quizás que para poder disfrutar al 100% de esta película, se necesita una buena pantalla de alta definición y un buen sistema de sonido.
El Jardín de las Palabras
Estudio: CoMix Wave Films
Año: 2013
Tipo: Película animación
Duración: 55 Minutos
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