¿Os imagináis cómo sería vivir en Japón a mediados de los años ‘70 en una gran ciudad como Tokio? ¿Cómo sería ser una mujer divorciada, con una hija y además mantener a flote un club de ocio nocturno para hombres, del que viven varias mujeres divorciadas y un barman? El club del divorcio es una obra galardonada con el Premio del Patrimonio del Festival de Angouleme en 2017 que muestra las dificultades de esta “pequeña familia” para salir adelante con sus propios medios. Una crítica social bajo el estilo de uno de los grandes autores del gekiga japonés.
El club del divorcio
La joven Yuko regenta un bar de ocio nocturno en la ciudad de Tokio, donde un barman y varias mujeres divorciadas trabajan para sobrevivir a una sociedad que demoniza el divorcio y el supuesto estilo de vida de la mujer divorciada. La protagonista es una mujer divorciada que intentar olvidar a su ex marido, un pianista venido a menos que no supo cuidar la relación. Además de una jefa trabajadora, que ha tenido que dejar a su hija a manos de su madre (la abuela de la niña), tendrá que lidiar con clientes de todo tipo, los prejuicios sociales y hacer que su negocio prospere a pesar de las adversidades y prejuicios.
Una obra que encaja perfectamente en el realismo social, un fiel reflejo de la situación de la mujer en la sociedad de la época, que de manera velada, pero crítica, al fin y al cabo, sobre el desdén y deshonra que padecían estas mujeres por el simple hecho de haberse divorciado de sus maridos.
A través de diferentes capítulos, aparentemente independientes, vamos viendo la evolución de la vida de la protagonista que se aleja de la visión que podríamos tener de los clubs nocturnos de ocio para hombres. Además, el autor aprovecha para darnos algunos datos estadísticos que son muy esclarecedores sobre la realidad social que había aquellos años en el país. Y también podréis disfrutar de un pequeño cameo del propio autor acudiendo a este club nocturno.
La edición de ECC
ECC Ediciones nos trae El club del divorcio en tamaño A5 (148X210) con tapa blanda y sin sobrecubiertas, con dos tomos recopilatorios de 500 páginas en blanco y negro. La edición en general está muy bien, papel blanco que tanto gusta a algunos, y unas portadas que destacan las bonitas ilustraciones del autor. Cabe señalar que algunas páginas, originales a color y quiero creer que realizadas con acuarelas o similares, no han quedado del todo bien impresas en blanco y negro. Una tacha que no desmerece la buena impresión general de esta obra con más de 40 años, que tiene unos acabados correctos. Los 25 euros se antojan un poco por encima de un precio más económico, pero con este tipo de obras, se entiende que no será un superventas y no se puede competir con tiradas muy altas.
Kazuo Kamimura: “pintor de la era Showa”
Kazuo Kamimura no es un desconocido en nuestro país, pero sus obras no son un ‘baño de masas’ en cuestión de ventas y reconocimiento. Quizás lo más reconocido a nivel internacional sea su primera obra en desembarcar en nuestro país hace ya una década, Lady Snowblood. Obra guionizada por el mismísimo Kazuo Koike e ilustrada por Kamimura, que ha sido llevada a la gran pantalla en Japón y que sirvió de base e inspiración para la tarantiniana Kill Bill. Una historia de venganza, donde una joven asesina a sueldo usa su encanto sexual para matar. Pero por desgracia, esto se quedó en anécdota y no supuso que llegasen más obras del autor en nuestro país.
Ha tenido que pasar poco más de una década para que otra editorial apostase por el autor. ECC Ediciones publicó el año pasado Historias de una geisha, una obra que nos presenta el mundo de las geishas años antes de la 2ª Guerra Mundial, y que nos da la oportunidad de sumergirnos en la sociedad de la época para despojarnos de nuestros prejuicios sobre los burdeles, para observar en primera fila desde una perspectiva natural.
Pero todavía quedan muchas obras ‘gekiga’ de este autor por publicar en nuestro país donde podemos ver a la mujer como protagonista y disfrutar de un retrato del papel que desempeña la mujer en la sociedad japonesa, alejándose de los tópicos. La obra de Kamimura es extensísima, de la que por desgracia, nos ha llegado una muestra muy pequeña de su calidad. Por suerte con El club del divorcio podemos comenzar a vislumbrar parte de esa obra, en la que quedará patente la sociedad japonesa con la visión magistral del autor.
A destacar obras como podrían ser los dos tomos de Maria (1971-1972), con la historia de una adolescente en la que se abordan los tabúes de la época ambientada en los años ‘70. Kanto heiya (La llanura de Kanto; 1976) una obra autobiográfica de tres tomos, ambientada después de la 2ª Guerra Mundial, donde queda patente la vida de un joven huérfano criado por su abuelo y donde veremos los rápidos cambios de la sociedad japonesa de la época. Y también Kyojin Kankei (Las locas pasiones, 1973-1974) en tres tomos nos cuenta la historia de Sutehachi, un joven obsesionado por el grabado y el mundo de los placeres que conocerá a Katsuhika Hokusai y su hija O-ei.
También podríamos señalar dos de las colaboraciones como Shinano-gawa (El rio Shinano, 1973-1974) de tres tomos al guión de Hideo Okazaki en la que acudiremos a la dura vida en la cuenca del río Shinano, representado por la vida de la joven Yukie, que no escapará a los caprichos del destino, en una época en la que le tocaba trabajar en la fábrica o acabar en un burdel. Y con guión de Ikki Kajiwara,uno de los grandes autores de la época, el tomo único titulado Showa ichidai onna (Una mujer de la era Showa, 1977-1978) donde Shoko, queda a su suerte después de la muerte de su madre y abocada al robo, hará todo lo posible por sobrevivir y por castigar a todo aquél que intente dañar a quién la ayudó en una época complicada, donde Japón se reconstruye después de la guerra.
Ojalá lleguen más obras de este autor que conseguía reflejar la sociedad japonesa de una manera cercana y amena, como pocos. Una cantidad insultante e injustificable, de obras inéditas en nuestro país que dejan patente la maestría del mangaka japonés que murió en 1986 debido a un cáncer de faringe a la edad de 45 años. Un autor de éxito desde 1972 y con más de 40 series en haber a la que se le denomina el pintor de la era Showa (Showa no eshi).
Conclusiones
Una obra como esta no puede pasar inadvertida a los aficionados al manga y a la cultura japonesa. Recomendable para los profanos en el manga. Estamos ante una obra manga de dos tomos que muestra de manera amena y magistral, la posición de la mujer en la sociedad japonesa en los duros años 70 pero que deviene atemporal hasta nuestros días.
El reflejo de las dificultades de la mujer japonesa, hacen especialmente atractiva esta obra y la evolución, en estas más de cuatro décadas, en pos de la igualdad y la defensa de los derechos de la mujer. No podéis dejar pasar este tipo de obras, no os arrepentireis.
Lo mejor
- Podemos observar en primera persona el lugar de la mujer en la sociedad japonesa.
- Una obra realista y social para un público con ganas de descubrir la sociedad japonesa
Lo peor
- Que el dibujo clásico de los años 70 sólo atraiga a los gafapasta y otakus entrados en años. Una pena.
El club del divorcio
Editorial: ECC Ediciones
Formato: Rústica, 496 págs. Blanco y negro
Tomos: 2 (Finalizada)
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