Toda guerra está basada en el engaño. Los ejércitos no se enfrentan con la fuerza, sino con la astucia para engañar al enemigo. Aunque se haya obtenido la victoria, los sacrificios demasiado grandes siempre traen problemas. Por eso no se debe buscar la victoria mediante la fuerza bruta, sino cuando el rival menos se lo espera.
El arte de la guerra es la adaptación al manga del tratado homónimo de Sun Tzu. La obra fue escrita por Variety Art Works y publicada por East Press en 2008. Varios años más tarde, en octubre de 2012, este título fue licenciado en nuestro país por Herder, pasando a formar parte del catálogo de la editorial junto a otras adaptaciones de clásicos de la literatura y la filosofía como Así habló Zaratustra o la Ilíada y la Odisea.
La obra de Sun Tzu fue escrita durante el último tercio del siglo IV a.C. como un primer intento de dar lecciones sobre la guerra. En ella se recogen los preparativos de la guerra, estrategias de engaño, la disposición de las tropas, análisis del terreno de batalla, etc. No sería hasta finales del siglo XVIII cuando la obra llegase a Europa, pasando desde entonces a ser un manual básico para los estrategas militares. No obstante, sus enseñanzas no se limitan sólo al ámbito militar, sino que también son aplicables a áreas como el mundo empresarial (resolución de conflictos, técnicas de motivación, etc.).
Asimismo, la obra recoge una hipotética visión de un periodo apasionante de la historia de China: el período de los Reinos Combatientes. Por tanto, el manga posee varios ingredientes con los que se puede construir una buena historia. Sin embargo, ¿acaba cumpliendo las expectativas?
Un marco incomparable
El manga se desarrolla en el período de los Reinos Combatientes que tuvo lugar entre el siglo V a.C. y el 221 a.C., concluyendo con la unificación de China por la dinastía Qin. Esta contextualización de la historia no sólo permite obtener un marco ideal con disputas territoriales, conspiraciones, etc., sino justificar la presencia de Sun Tzu en la obra, que vivió durante esa época, y cuyo papel en la trama es fundamental.
En este período, los grandes señores de la guerra absorbieron a los estados más pequeños hasta constituirse “Los 7 héroes entre los reinos combatientes”: Qin, Qi, Chu, Yan, Han, Zhao, Wei. Estos se autoproclamaron reyes y mantuvieron continuas disputas con sus vecinos por hacerse con la supremacía en la región. Estos conflictos son el motor de la trama, a excepción de la inclusión del invasor bárbaro del imperio Di que es inventado por el autor.
La historia es contada desde la perspectiva del reino Qin, quién acabará aventajando al resto de reinos y logrando más tarde la unificación de China iniciando así la dinastía Qin. Esto fue gracias en gran parte a las medidas tomadas por el ministro Shan Yang y con el que guarda cierta relación el protagonista, Jiang Jian. Este, gracias a la ayuda de Sun Tzu y Liang Qiu, intentará someter a sus enemigos.
También cabe destacar que durante esta época empezaron a proliferar filósofos y estrategas que buscaban aconsejar a los gobernantes. El papel de estas personas también está presente en la historia, personificados en los personajes de Sun Tzu y el general Liang Qiu, quizás los personajes más importantes de la trama.
Una historia llena de intrigas y conspiraciones
La historia traslada al lector a una hipotética antigüedad china con el periodo de los Reinos Combatientes en pleno apogeo. Los 7 reinos que ocupan la gran llanura central de Zhongyuan luchan por alzarse con la supremacía del territorio. El manga nos sitúa en la perspectiva del reino Qin, gobernado este por el soberano Jiang Jian que adora la paz y aborrece la guerra. Este cuenta con la ayuda de su general Liang Qiu y Sun Tzu para poder derrotar a los enemigos.
Pronto aparece una nueva amenaza en la llanura. Los bárbaros del Imperio Di, que comandados por Ning Qiu tratarán de hacerse con Zhongyuan. ¿Conseguirán los reinos superar sus diferencias y unirse para expulsar al enemigo? ¿O sucumbirán por su soberbia ante las fuerzas invasoras?
El manga presenta una historia con intrigas, conspiraciones y batallas que permiten una lectura muy fluida. También posee numerosos giros de guión que mantienen en vilo al lector hasta el final. Asimismo, junto a la acción también se da cabida al humor, convirtiendo a la obra en una lectura amena. Aunque bien es cierto que, en una obra de estas características, se echa en falta un mayor componente trágico.
El arte de la guerra de Sun Tzu sienta las bases del guión. Los continuos giros de guión y acciones que se desarrollan en la historia se basan en los preceptos más importantes del tratado como la actitud frente al enemigo, el no sacrificar innecesariamente vidas humanas, sacar ventaja del terreno, etc. De esta manera, el lector aprende los conceptos básicos de la obra de una manera sencilla y práctica, para nada cargante, algo en lo que suelen pecar este tipo de adaptaciones.
Personajes totalmente planos
Uno de los puntos flacos de la obra es el escaso desarrollo de los personajes. A lo largo de la obra los protagonistas pasan por distintas situaciones pero no evolucionan sino que se mantienen totalmente igual que al principio. Por ejemplo, Jiang Jian es un personaje cuya bondad y virtuosismo permanece invariable a lo largo de la obra y que puede incluso llegar a cansar al lector.
En cambio destacan por encima de todos Sun Tzu y Liang Qiu, tan iguales y a la vez tan diferentes. El primero es calmado y racional, mientras el segundo es pura pasión e inquietud, algo que motiva las principales escenas de comedia de la obra. Sin embargo, ambos coinciden en los conocimientos del campo de batalla, reuniéndose continuamente para analizar las diversas acciones y situaciones. También el antagonista Ning Qiu, del Imperio Di, resulta bastante carismático, además de tener un componente trágico en relación con el honor.
El resto de personajes pasan prácticamente inadvertidos e incluso pueden resultar confusos. Esto se debe principalmente a que son muchos personajes y la presencia en la trama de algunos es prácticamente nominal. Este es el caso de los soberanos de Zhao y Wei, y Xia Qiu, la espía de Qin. Una auténtica lástima dado que tanto el marco como la historia tienen potencial.
Dibujo sencillo y confuso
Los personajes de la obra poseen unas facciones bastante marcadas y detalladas, al igual que en otras obras creadas por Variety Art Works. Sin embargo, muchos de los soberanos de los distintos reinos se diferencian en pequeños matices que a veces no se realzan demasiado, provocando la confusión en el lector.
El detallismo en las caras y en las expresiones no está presente ni en los personajes de segundo plano ni en los fondos, ambos bastante más sencillos. A pesar de esto hay que señalar que diversas escenas de humor se representan con expresiones y figuras deformadas al estilo “chibi”. Esto ayuda a presentar de manera amena textos con un tono tan serio como los filosóficos.
Cabe destacar que las escenas de acción y diálogos resultan bastante dinámicos al incluir líneas de movimiento que evitan el estatismo característico de diálogos densos como suelen ser los de los tratados. De esta manera, permite una lectura ágil.
Sobre Variety Art Works
Variety Art Works es el estudio encargado de realizar las distintas adaptaciones de las obras literarias y filosóficas que aparecen publicadas en East Press. A través de un estilo característico han adaptado al manga, normalmente en tomos autoconclusivos, obras como Mein Kampf de Hitler, Las mil y una noches, Los miserables de Víctor Hugo, El Corán.
La editorial Herder ha licenciado en nuestro país varias obras del estudio como 1984 de George Orwell, Así habló Zaratustra de Nietzsche, El capital de Karl Marx, El contrato social de Rousseau, El príncipe de Maquiavelo, La Ilíada y La Odisea de Homero, La divina comedia de Dante, El Anticristo de Nietzsche y Las Analectas de Confucio.
El pasado 19 de febrero, la editorial anunció la licencia de El libro de Tao de Lao-Tsé. La obra estará a la venta el próximo mes de marzo.
La edición
La edición de El arte de la guerra difiere de la nipona, siendo similar al resto del catálogo manga de la editorial, es decir, rústica (11,9 x 16,2) y con 200 páginas en blanco y negro. No obstante, quizás sea una edición de menor calidad frente a los lanzamientos habituales de otras editoriales que cuentan con sobrecubierta y de un mayor tamaño. Teniendo esto en cuenta, puede resultar excesivo el precio de la obra, unos 9,80 €.
La traducción de la obra resulta más que correcta. Además cabe resaltar que el traductor ha tenido que hacer un gran esfuerzo, ya que en japonés se mantiene la equivalencia de los términos chinos de los reinos por sonoridad. Por su parte, en la traducción han decidido mantener la alusión histórica, algo que es de agradecer sobre todo si el lector quiere complementar lo aprendido con la historia real.
Quizás esto se echa en falta también, una breve introducción o apartado final donde contextualice la época en la que transcurre la obra. De esta manera la experiencia sería mucho más satisfactoria para el lector.
Conclusión
Al contrario que otras obras de la editorial, El arte de la guerra no solo transmite a la perfección los principios básicos del texto de Sun Tzu, sino que lo hace a través de una historia entretenida con un contexto histórico muy atractivo. Conspiraciones e inesperados giros de guión permiten crear una historia muy dinámica a la par que se aprenden los principios fundamentales de la guerra.
Sin embargo, la obra falla en la construcción de personajes. A excepción de la pareja formada por Sun Tzu y el general Liang Qiu, además del antagonista, el resto de personajes resultan totalmente arquetípicos e incluso confusos para el lector. A estos hay que unir un protagonista demasiado bueno para lo que debería ser la historia.
El dibujo sigue la línea de otras obras de la editorial combinando rasgos bastante definidos con otros diseños bastante más sencillos. Pero debido a la gran cantidad de personajes diferenciados por pequeños matices muchos pueden resultar confusos. En cambio, es de agradecer la presencia de líneas de movimiento, que permiten unos diálogos mucho más dinámicos.
En definitiva, una obra ideal para aprender los principio básicos de un texto tan elemental de la literatura universal como es El arte de la guerra de Sun Tzu. Aunque como ya dije en otras obras, el precio de la obra puede echar bastante para atrás. Una pena.
Lo mejor
- Una historia ágil y amena de principio a fin.
- Una manera fácil de aprender los principios básicos de una obra milenaria.
Lo peor
- Los personajes planos y sin desarrollo.
- Un dibujo confuso en algunos momentos.
- El precio es excesivo para lo que ofrece.
El arte de la guerra |
Del Montón |
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