En cierta manera, Catherine ha sido presa de esas esperanzas generadas: una nueva IP de los creadores de Persona, el Studio 4ºC poniendo escenas animadas… pero se trata de un juego relativamente pequeño, con un presupuesto ajustado y un desarrollo sobresaliente del estudio nipón. De alguna manera, ha sabido vender un producto con una jugabilidad muy distinta a lo que el público mainstream está acostumbrado… y lograr por el camino pingües beneficios, gracias a unas ventas notables tanto en Playstation 3 como en Xbox 360.
Mucha gente esperaba de Catherine muchas cosas que este juego no es: una visual novel, un argumento deslumbrante con infinidad de caminos que recorrer, según las decisiones que se tomen; un portento gráfico pero, en realidad, no se parece a nada nada de eso…
Love is Over?
Entonces, si no es nada de lo que muchos esperaban, ¿qué demonios es Catherine? En realidad se trata de un juego de esos un poco marcianos, con un apartado de diseño artítisco más que sobresaliente que se sostiene en una jugabilidad adictiva y una trama que, aunque no es una panacea argumental, sí pone en boga temas con un cierto cariz más adulto y de una forma frontal, contundente y despiadada.
En este viaje un poco alucinógeno, acompañamos a Vincent, hepítome absoluto del calzonazos dubitativo, inmerso en una relación con Katherine, una novia independiente y de carácter fuerte que tiende una cierta tendencia a dirigirle la vida. Su relación parece estar justo en el estadio en el que tiene que ascender un peldaño más… o romperse. En ese momento, aparece Catherine, una rubia explosiva que se ajusta como su vestido ceñido a las fantasías del bueno de Vincent.
De fondo, un extraño misterio: hombres adúlteros mueren en condiciones inexplicables, prácticamente consumidos en sus camas. Cuando, de repente, Vincent comienza a sufrir unas extrañísimas pesadillas repletas de carneros y unas torres de bloques en las que tiene que escalar hasta escapar… o morir.
Esas pesadillas son toda la jugabilidad del juego: en realidad acompañamos durante ocho días y nueves largas noches a Vincent. Por el día, el juego es una sucesión de interacciones relativamente limitadas con los personajes que acuden al local donde nuestro protagonista se reúne con sus amigos, pero por allí también aparece gente de lo más variopinto. Pero las interacciones también están en el teléfono móvil donde Catherine y Katherine te enviarán mensajes que podrás responder en un sistema muy inteligente donde vas construyendo la respuesta párrafo a párrafo entre distintas opciones.
Cada noche tendremos que ascender por una torre distinta, complícándose cada vez más… pero eso lo veremos más tarde con más detalle. Al final de cada torre, podremos interactuar con otros que sufren las mismas pesadillas que nosotros y ascenderemos en una suerte de ascensor… no sin antes responder preguntas de aspecto moral…. y que si tienes pareja y ve como juegas pueden ponerte en más de un aprieto.
Esas decisiones van forjando el carácter que tendrá Vincent en las cutscences, modificando lo que han llamado medidor de Karma y que nos hace ver de forma visual la catadura moral que va teniendo nuestro protagostnia y, en parte, determinará el final que obtendremos cuando nuestra aventura finalice. Cada vez que el protagonista tenga que decidir, aparecerá una suerte de balanza que se agitará hacia un lado hipotéticamente recatado o moralmente aceptable o bien hacia otro… algo más libertino y con aspiraciones de libertad.
No hay una gran variedad a la hora de el trayecto que discurrimos dependiendo de cómo respondamos: el camino siempre será muy parecido, con los mismos hitos. Da igual que digas a todo “sí, cariño” o seas un cerdo redomado: caminas por la misma senda… pero reaccionas de diferente manera.
Ahora bien, Catherine está repleto de personajes interesantes que conocer. Todos los individuos que aparecen por el bar Stray Sheep son interesantes, con una historia que contarnos y, en ese sentido, es un juego rico y con matices. Pero lo que tenemos que asumir es que no estamos ante un RPG, no tenemos Persona delante… Catherine no es ese tipo de juego y las opciones son mucho más limitadas.
Jugabilidad
Aunque los días son una parte muy importante del juego y la interacción con los personajes es la salsa de Catherine, más allá de las féminas que tantos compradores han atraído, la carne del juego está en las torres que representan las pesadillas de Vincent.
Los pasajes jugables parten de una premisa simple: Ascender todo lo rápido que podamos y no caer al suelo. Para ello, tenemos que ir moviendo bloques y formar escaleras que nos hagan ascender. Vincent es un hábil trepador que puede moverse alrededor de ellas, empujarlas, moverlas y correr como el perro cobarde que es.
Además, según vamos avanzando a lo largo del juego, van añadiéndose bloques con distintos efectos: algunos con pinchos, otros que son una especie de saltadores, otros que no se pueden mover, otros que se destruyen al pasar dos veces por encima, otros que te escupen y te arrojan hacia abajo, otros que tragan cualquier cosa que se ponga encima…
Pero también iremos aprendiendo distintas estrategias a utilizar… aunque en realidad no es que existan habilidades que aprendamos, sino que simplemente jugando, iremos descubriendo maneras para ascender de una forma menos obvia. Y es que, en realidad, no hay sólo una manera de finiquitar los puzles, sino que muchas veces tendremos que darle vueltas a la cabeza hasta rompernos la crisma para conseguir seguir subiendo.
Cada noche, nos enfrentaremos a varios pisos de torres hasta que, para finalizar, nos encontraremos a unos grotescos e increíblemente espectaculares jefes que nos complicarán el ascenso. Esos jefes, por supuesto, estarán relacionados con las ansiedades que van apareciendo en la trama diaria de Vincent… y que los hacen de lo más escalofriantes, habiendo algunos de ellos que son toda una joyita.
La dificultad, en contra de los rumores que iban y venían antes de su estreno, no es para tanto. Dependiendo del nivel de dificultad hay mayor número de repeticiones (Undo) para deshacer errores que hemos cometido, podemos conseguir objetos que nos darán más posibilidades. Sin olvidar que, cuanto más alcohol se haya metido entre pecho y espalda Vincent en las fases de día, más rápido irá de noche en los puzles.
Y sí: Catherine es un juego de puzles. Y uno bastante bueno, divertido, dinámico, adictivo, frenético, retador… Pero está empaquetado con un argumento que también te hace avanzar, repleto de momentos divertidos e instantes tensos.
Por otro lado, aparte del modo Golden Theater… que es básicamente el Story Mode del que hemos hablado hasta ahora, tenemos los modos Babel Mode y Colosseum Mode, en los que nos centramos en colaborar entre dos jugadores intentando subir ambos por las torres de bloques… o bien competir el uno contra el otro para ver cuál de los dos llegará antes, dificultando la travesía al rival o directamente dándole algún almohadazo para hacerle caer.
Son modos que pueden dar unas risas pero que tampoco tienen una grandísima profundidad. Además, se desbloquean únicamente tras haber completado el juego uno, el Colosseum Mode y tras haber conseguido los trofeos de oro por completar perfectamente las fases del modo historia el otro, Babel. Tal vez de haber añadido alguna forma de jugarlos online hubieran dado algo más de vidilla.
Por desgracia, la experiencia online de Catherine se limita a ver los tantos por cientos de las respuestas que da la gente a las preguntas del confesionario. Curioso aunque un poco pobre.
Gráficos
Catherine es una joya gráfica. No tanto por la inteligentísma manera en la que han desarrollado los gráficos cell-shading sino por la manera en la que todo queda bien integrado: los tiempos de carga imitando un reloj, las escenas animadas dentro de los gráficos realizados por el propio motor del juego…
Lo cierto es que, a la hora de enfrentarse a los puzles, a veces nos encontramos con ciertos problemas de cámara que entorpecen la experiencia. No es nada grave y todo se olvida en el momento que jugamos las partes de día, interaccionando con personajes con una expresividad muy lograda y una caracterización genial.
No puedo dejar de destacar el sobresaliente diseño artístico del juego. Todo lo que tiene que ver con la estética está cuidadísimo: el arte es una joya y no hay absolutamente ningún aspecto estético que esté descuidado en Catherine. Visualmente es un espectáculo… aunque el gran “pero” que se le puede poner está en el trabajo realizado por Studio 4ºC.
Pese a que adaptan bien los diseños, lo cierto es que las escenas anime de Catherine… podrían ser mejores. La animación es un poco tosca y, sobre todo, no está en HD… por lo que si posees una televisión con un cierto tamaño de pantalla aparecerá esa incómoda sensación de que las líneas se raspan.
Música
Lo cierto es que Atlus ha puesto también toda la carne en el asador en el apartado musical, con Shoji Meguro y Kenichi Tsuchiya, habituales de los Shin Megami Tensei y los Persona, junto a Atsushi Kitajoh, que ha participado también en los últimos títulos de la marca.
Juntos han creado una banda sonora de aire moderno, con temas diversos pero un cierto corte chill-out para los temas que acompañan “de día”… pero también una modernización bastante particular de temas de Sarasate, Bach, Chopin, Rossini, Mussorgsky, Bizet, Dvorak o Bethoveen para las torres que ascendemos en las pesadillas.
El resultado es muy particular, muy japonés pero también muy atractivo aunque a los amantes de la música clásica pueda producirle alguna que otra úlcera. Una curiosa adición es también que, en el Jukebox del bar, podemos poner temas de otras sagas con solera de Atlus.
El juego en castellano
Koch Media es la encargada de haber traído este título de Atlus y llegó en dos ediciones: una normal, que incluía únicamente la copia del juego, y la Stray Sheep Edition que incluía una camiseta exclusiva réplica de la misma que lleva el protagonista en el juego, dos posavasos temáticos del bar Stray Sheep, un póster exclusivo de Catherine, la correspondiente copia del juego; todo ello presentado en una caja de pizza del bar Stray Sheep al precio de 69,99€.
Todo un detalle por parte de la distribuidora pese a que, al final y por desgracia, a Europa no llegara la edición Love is Over que sí pudo disfrutarse en Estados Unidos que, además de lo que tiene la Stay Sheep, incluía dos frikadas de nueva dimensión: Una almohada con una bella Catherine estampada…. ¡y los calzoncillos de Vincent!
Sin embargo, uno de los peros que se puede poner a Catherine viene por culpa de su adaptación a occidente: no hay ni rastro de los diálogos en japonés, pudiendo únicamente escuchar a los personajes en inglés. Al menos el juego tiene todos los diálogos traducidos al castellanos, así como los mensajes de móvil y cualquier cosa que pudiéramos echar de menos, en una traducción bien realizada.
Conclusión
Hay muchas cosas que hacen de Catherine un juego muy bueno… casi tantas como las que le hacen un juego no apto para todo el mundo. Es un juego que requiere asumir que vas a disfrutar de un puzle aunque tengas un argumento atractivo detrás. A muchos le puede dar la sensación de estar jugando un juego Arcade… pero el argumento que Atlus ha introducido, hace que Catherine sea una experiencia muy distinta.
Pero hay que tener claro sobre todo que Catherine no es un Eroge ni nada que se le parezca. Es un juego que tiene momentos sensuales más que sexuales… pero el cariz adulto no se queda en que Catherine vista un corsé y tenga un escote kilométrico y una falda minúscula. Hay dilemas que, pueden parecer superficiales, pero en el fondo te hacen optar por una tendencia moral.
He de decir que, desde un aspecto de rejugabilidad, que todo esté tan encajonado en los sucesos que ocurren, resulta un poco decepcionante. Es cierto que el juego posee ocho finales diferentes, pero el transcurso hasta ellos es muy parecido, quitándole parte del interés a no ser que realmente disfrutes a tope de las pesadillas.
Es más, acceder a cada uno de los finales depende de cómo esté tu medidor de Karma en la fase nueve, influido por cómo te has ido comportando hasta el momento, pero se ve modificado muy directamente por las respuestas que vas dando en las cuatro últimas preguntas de dicha fase, determinando el tipo de final obtenido. Pero entramos de nuevo en la bola de nieve de las expectativas porque, al fin y al cabo, tampoco es un RPG.
Catherine es una experiencia de juego diferente, divertida y que te atrapa, con un argumento adulto que podría haber dado para más y que peca de no dar todas las respuestas. Sin duda es una de las propuestas más interesantes que hemos visto en 2012 en los videojuegos pero, por algún extraño motivo, ni satisfará a todo el mundo ni es todo lo que podía haber sido.
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Lo mejor: El apartado artístico, la profundidad de los personajes, la integración de todo, lo adictivo del puzle… y que te trata como adulto.
Lo peor: las pocas opciones reales y lo lineal del desarrollo, algunos problemas de cámara en las fases de pesadillas y la sensación de que se podría haber hecho algo más. Voces únicamente en inglés.
Ficha Técnica
Título: Catherine
Consola: Xbox360 (analizado) y PS3
Desarrollo: Atlus
Distribución: Koch Media
Género: Acción-aventura/Horror
Precio: Edición Normal 59,99, Stray Sheep a 69,99€.
Formato: Físico
Fecha de Lanzamiento: 10/02/12
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