Quién no ha suspirado nunca por el arte de Black Butler. Poder ver la belleza del mayordomo demonio, Sebastian Michaelis o la dulzura de la cara de Ciel Phantomhive en su máximo esplendor es uno de los máximos placeres de los fans de Yana Toboso. Un dibujo hecho arte, lleno de detalle, limpio y cuidado. Las plumillas de Toboso son auténticas manos expertas en crear una ambientación de gran calidad. Con un estilo propio y dotando a los personajes de una belleza excepcional, como pocos artistas pueden hacer. Los Black Butler Artwork, los libros de ilustraciones de Black Butler, son el mejor ejemplo de ello para recrearnos en cada pincelada.
Su mayordomo, se presenta
La trama inicial no es nada del otro mundo, y, aún así, consigue enganchar en apenas un tomo, o capítulo en su defecto, a cualquiera que se preste a conocer la historia. Se nos presenta ante nosotros los años dorados de la época victoriana. El conde Ciel Phantomhive, con apenas doce años, es conocido como el “perro de la reina” y junto con su mayordomo, Sebastian Michaelis, se dedican a resolver misterios en Inglaterra.
Aunque, lo que realmente destaca de la serie no es el trabajo que realizan, sino la relación entre ambos personajes. Es ahí cuando la serie presenta su verdadero ser, mostrando tintes de ciencia ficción. Sebastian no es un simple mayordomo, ni Ciel su dueño y señor. Al menos, no de una manera tan estricta. Y es que Sebastian es, en realidad, un demonio unido al joven por un único motivo, su deseo de tomar el alma del conde. A cambio de esto el demonio deberá ayudar al chico con su venganza.
Ciel desea más que nada acabar con aquellos que asesinaron a su familia, por lo que Sebastian le prestará su fuerza para conseguirlo. En cierto sentido, el lazo que les une se convierte en un continuo tira y afloja sobre quién es realmente el que utiliza al otro. Eso, unido a las diferentes subtramas y a personajes que distan mucho de ser simples apoyos secundarios, consiguen que el lector no deje de preguntarse qué será lo próximo en ocurrir.
La obra cuenta con varias adaptaciones, desde un CD drama en 2007 a cuatro obras de teatro desde 2009 a 2017. Además cuenta con tres temporadas de anime, siendo la segunda una obra original, una película de animación, un liveaction e incluso un videojuego para Nintendo DS.
Su mayordomo, se ilustra
Del mismo modo que la trama se va desarrollando conforme pasa la historia, el dibujo se va perfeccionando. Los personajes pasan de ser simples bocetos a tomar vida propia, a ser únicos gracias a sus expresiones, a los detalles, la ropa, o cualquier otra característica. Son precisamente los pequeños detalles, los que más pasan desapercibidos a la hora de leer un manga. Porque, si bien es cierto que texto e imagen se complementan, no siempre se tienen en cuenta por separado.
Black Butler se nutre del detallismo. En cierta manera, ese aire victoriano donde no existe el espacio en blanco también cuenta su propia historia sin necesidad de palabras, y, en definitiva, es lo que mejor define toda la obra. El ejemplo más visible es la vestimenta. Al fin y al cabo, la obra se centra en la historia de un señorito y su mayordomo. Así, mientras que Sebastian siempre lleva su característico esmoquin, sin mayor detalle que sus guantes blancos; Ciel sorprende a cada capítulo con un nuevo conjunto. Con el simple hecho de dar ese abanico de posibilidades a Ciel se muestra la diferencia principal entre ellos, la diferencia de “clases” tan presente en la época en la que la serie se ubica.
En este sentido, Ciel es el personaje que más destaca, y no es para menos. Es el protagonista en muchos sentidos. Con su sinfín de estilos, se presenta como el principal elemento, no solo consiguiendo la atención del público, sino permitiendo a la propia autora poder demostrar todo su poderío. En las diferentes ilustraciones de los dos artbooks se muestran una gran variedad de trajes, llenos de elementos que en una pequeña viñeta del manga se pierden por completo. Es por eso que estos libros de ilustraciones tienen la importancia que tienen. En páginas a color y de mayor tamaño, se pueden apreciar todos esos pequeños trazos. Además, al ser ilustraciones separadas de la obra principal, la autora puede trabajar más tiempo en ellas, y eso, se nota.
Todos los conjuntos, aún siendo diferentes, siguen un mismo patrón. Si hablaba del esmoquin como un reflejo de la seriedad del mayordomo, los trajes de alta costura no solo muestran la nobleza sino la propia personalidad de su dueño. Ciel es un niño, y así se presenta con su trajes cortos, llenos de volantes y lazos. Es interesante cuanto menos la combinación de niñez y el toque “gótico” que da el uso de calaveras, cruces y tonos apagados. Al fin y al cabo, así es la personalidad del propio personaje.
De la misma manera se presenta el resto del elenco. Desde el tono rojo, provocativo y pasional de Grell, hasta la ropa ajustada y sensual de Lan-Mao. El uso de la ropa como presentación de la nacionalidad, jugando con las colonias de Gran Bretaña durante la época victoriana, o la profesión, como en el arco del circo. A diferencia de la típica historia de instituto donde se encadenan a los personajes utilizando únicamente un uniforme conjunto a todos; la historia de Black Butler tiene toda la libertad de crear ropajes, y utilizarlos como elemento narrativo.
Si bien la obra está gobernada por matices oscuros, tanto su paleta de color como la historia en sí, la autora no duda en usar destellos de color en los momentos más indicados. El arco del circo del arca de Noé, mencionado anteriormente, es el mejor ejemplo de ello. En el primer artbook se presentan las ilustraciones correspondientes a dichos capítulos (equivalentes a los tomos 6 y 7). La sub-historia presenta el circo, la fantasía y el mundo del espectáculo, y por ende, se utilizan colores vivos, tonos cálidos y mucho más brillantes que a los que suele utilizarse en la trama principal.
Aunque, no necesariamente se basa de una trama en particular para conseguir una mayor paleta. Con personajes como Lizzy, que representa la inocencia y la feminidad, la autora puede hacer uso de tonos rosados o pastel. Tonos que, de no ser por las ilustraciones a todo color, no serían posibles de apreciar.
Como se mencionaba al principio, la obra va evolucionando, ídem el dibujo, y eso se nota perfectamente en el transcurso de los dos artbooks. El elemento claro que los distingue es el tiempo. El primer volumen se publicó, en Japón, en 2013 y en él se mostraban desde los inicios de Toboso en 2005 hasta el tomo 8 de Black Butler, publicado en 2009. Es innegable ver la evolución del dibujo, el trazo que se vuelve más delicado, más exacto. Del mismo modo, aparecen más detalles, figuras con composiciones mucho más claras.
Los primeros diseños de personajes que se muestran en el tomo uno no tienen ni punto de comparación con los presentados a los más actuales, centrándonos en los libros de ilustraciones de 2005 a los de 2017. Teniendo en cuenta de que Norma Editorial sigue teniendo la serie en publicación, siendo el último tomo editado en junio del 2021, la progresión es clara.
Al fin y al cabo, Yana bebe directamente del estilo del BL, donde los personajes masculinos tienden a tener ese aspecto más “bishonen”. No se puede negar la belleza de todos y cada uno de sus personajes. El mejor ejemplo de ello es Sebastian. El mayordomo tiene todo lo que el estereotipo necesita. Una cara bonita, una actitud elegante y servicial, y un aire de superioridad que gusta al público desde el primer momento. Y no solo con eso nos engancha, el personaje tiene, además, una segunda cara, presentando al demonio escondido tras la máscara de hombre guapo.
Del mismo modo, Ciel, al ser joven, utiliza sus características andróginas para jugar con ello y presentarlo con ropa más infantil, llegando incluso a utilizar vestidos en ciertas ocasiones. No se puede negar que esto último podría considerarse fanservice en estado puro, pero, no es como si al público que lo lee le vaya a molestar, ni mucho menos. Los personajes están hechos para gustar a la vista. Y se consigue.
Su mayordomo, se maqueta
El formato de los artbooks está cuidado hasta el mínimo detalle. Al igual que las ilustraciones, la edición está llena de pequeños toques que hacen que, en sí, el libro destaque en sí mismo. Las obras se editaron por Norma Editorial, la primera en 2015 y la segunda en 2017, costando cada una 22 euros. Sin embargo, en la actualidad, el primer volumen se encuentra descatalogado en toda Europa rozando, incluso, los 400 euros en páginas de segunda mano o de compra/venta en internet.
Las primeras características en las que uno se fija es su tamaño. A diferencia de un tomo normal, los libros de ilustraciones siguen un formato cartoné con medidas de 21,7 x 26,5cm. Con este gran tamaño, junto con la gran cantidad del papel, las ilustraciones consiguen mostrarse en su máximo esplendor. Del mismo modo, las portadas de tapa dura, con detalles en plata para el primer volumen y en dorado para el segundo, así como lazos para poder cerrar los libros, dan ese aire victoriano que se busca en todo momento.
Por dentro, la maquetación mantiene la misma calidad. Tanto en el primer como en el segundo volumen las ilustraciones están separadas en bloques diferentes dependiendo de la temática de estas. Gracias a páginas de papel vegetal, se crean secciones. De este modo, en el primer volumen se diferencian entre las ilustraciones originales de la serie y las diferentes colaboraciones de la autora. En este tomo, en especial, se incluyen las ilustraciones de la primera obra de la autora, Rust Bloster, publicada anteriormente.
Por otra parte, en el segundo volumen se presentan las ilustraciones del manga separadas de las de las dos primeras temporadas de la adaptación al anime, además de nuevas colaboraciones y dibujos originales. Un detalle especial del segundo volumen es el póster desplegable que se encuentra al final de este, y en el que se presentan, a todos los personajes más significativos con la estética de Alicia en el País de las Maravillas. Ambos libros tienen en común la presentación de las contraportadas de los tomos uno al catorce.
Todos los dibujos se explican, o bien en los pies de página o en el glosario que se encuentra al final de ambos libros. En ellos se muestran tanto la procedencia, el año de su creación, como pequeñas explicaciones de cada uno. En esta misma línea, aquellas obras con texto son traducidas en pequeños anexos, sin modificar en ningún momento la obra original.
Su mayordomo, y su autora
Yana Toboso debutó en Japón en 2004 con el manga “9th”. Dos años más tarde, en 2006 y gracias a su obra Rust Blaster, de tomo único, publicada por Square-Enix, la autora ganaría notoriedad en el país del sol naciente. Ese mismo año, empezaría también la publicación de su obra más conocida Black Butler, la cual sigue publicándose a día de hoy. Norma editorial publica en España Black Butler desde 2011, contando con 30 tomos recopilatorios. Sin embargo, Yana también es también conocida por usar el sobrenombre Yanao Rock, bajo el cual publica obras auto conclusivas BL.
En sus obras, Yana Toboso se dibuja a sí misma como un demonio cabezón con un cuerpo negro con cuernos, y una cola puntiaguda. Aunque, recientemente aseguraba que no era un demonio, sino una especie de hongo de moho. Cabe destacar que nunca ha mostrado su imagen, por lo que nadie conoce su verdadero aspecto. De la misma forma, su firma también es un nombre artístico.
En la actualidad, Toboso colabora con Disney como diseñadora de los personajes del videojuego para móviles Twisted Wonderland. El juego de ritmo se basa en un mecanismo de recolección de cartas y mini batallas con una historia interactiva. De momento, solo se encuentra en Japón.
Su mayordomo, se recomienda
La calidad artística de Yana Toboso es excepcional y los libros de ilustraciones saben demostrarlo. Cada dibujo, especialmente aquellos de doble página, tienen una fuerza y un detallismo que pone los pelos de punta a aquellos que los contemplan. Es obvio que este tipo de libro es para aquellos que ya conocen la obra, por lo que ganan aún más poder emocional. Ver las obras, en su conjunto, es hacer un recorrido por todo el trabajo de la autora, formando, en cierto sentido, parte de su desarrollo.
Los mangas se publican cada cierto tiempo, y, normalmente, uno no se fija de manera exclusiva en el dibujo. Personalmente, opino que para conocer verdaderamente una obra hay que leerla tres veces, para entenderla, contemplarla y disfrutarla Con un artbook, todo ello se puede hacer de una sola vez. En las poco más de 130 páginas que componen cada volumen se puede notar una clara evolución, se pueden distinguir hasta el más ínfimo detalle y no hay palabras que “se interpongan” entre el dibujo y el espectador. Tampoco hay necesidad de ellas en la mayoría de los casos.
En la obra de Yana se puede incluso apreciar cierta sensualidad que roza lo moralmente correcto. Se nota la influencia del BL y como a la propia autora le gusta jugar con sus personajes y darle a sus fans lo que esperan de ella. Y, si eres uno de ellos, esta obra es para ti.
Lo Mejor
- La calidad de la edición es espléndida, muy detallada.
- En relación con el precio, es super asequible.
Lo Peor
- El primer volumen lleva años descatalogado y no hay esperanzas de una reedición, por lo que es casi imposible encontrarlo a un precio razonable.
Black Butler Artwork
Editorial: Norma Editorial
Formato: Cartoné, tamaño: 21,7 x 26,5cm.
Tomos: 2 (Finalizada)
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