Estamos tan acostumbrados a los triángulos amorosos en los mangas que tendemos a huir de las historias que presentan este tipo de trama en la que habitualmente una chica se debate entre dos posibles intereses amorosos. Ao no Flag toma la idea como base y la transforma de una manera inusual, especialmente para una obra que se enmarca dentro de la demografía shônen.
Ivrea nos trae una historia que, en mi opinión, no está recibiendo el reconocimiento que se merece. El hecho de ver que poca gente se anima a hablar de Ao no Flag me ha llevado, en parte, a redactar una crítica sobre por qué aquellos que no le están dando una oportunidad se están perdiendo algo realmente especial.
La dura tarea del autodescubrimiento
La premisa de Ao no Flag es bastante sencilla. Taichi Ichinose es un chico discreto, eclipsado por otros compañeros de clase, como su amigo de la infancia Touma Mita. Touma, por su parte, es el chico más popular del instituto, no es arrogante y se muestra siempre amable con los demás, lo que hace que, además, la gran mayoría de las chicas quieran confesarle su amor. Un día, a Taichi se le acerca su tímida compañera de clase Futaba Kuze, una de las muchas admiradoras de Touma. A regañadientes, Taichi acepta ayudarle a conquistar a Touma. No obstante, a medida que los tres van estrechando lazos, Taichi se da cuenta de que Futaba no es solo una amiga para él y, al mismo tiempo, Futaba comprende que esa admiración que siente hacia Touma quizás no se le puede llamar amor. Mientras tanto, el aparentemente despreocupado y extrovertido Touma esconde un secreto mucho mayor.
Este triángulo amoroso, afortunadamente, lleva por caminos poco explorados en el género y presenta una historia maravillosa sobre el autodescubrimiento. Kaito, su autor, no trata con frivolidad la sexualidad de Touma, como sucede con muchos mangas que cuentan con personajes homosexuales. El mangaka presenta a un joven con inseguridades, poco dado a hablar sobre sí mismo con el corazón en la mano, porque es consciente de que mostrarse tal y como es puede volver a mucha gente que le importa en su contra.
Asimismo, Kaito no solo pone de inmediato al descubierto para el lector el secreto de Touma, sino también el de Itachi, la mejor amiga de Futaba, quien se siente atraída por las mujeres. Aunque inicialmente solo el lector es consciente de estos hechos, está muy claro que la sexualidad y la perspectiva de la sociedad japonesa sobre las relaciones homosexuales es el núcleo del conflicto en la historia.
Pero, mientras que el manga es muy claro en la presentación de sus temas, la dirección hacia donde se dirige cualquiera de las relaciones es mucho más confusa. A pesar de que hay escenas realmente tiernas entre Taichi y Touma, la relación de este primero con Futaba sigue progresando. Puedo ver esta historia terminando de muchas maneras diferentes, la mayoría de ellas con un final agridulce. Al haber incluido a un personaje muy clásico, masculino y canónicamente gay, me sorprendería, pero a la vez me complacería mucho, si Kaito decidiera que Taichi finalmente correspondiera los sentimientos de Touma. Aunque una parte de mí desea que eso suceda, me asalta la siguiente pregunta: ¿Y qué pasa con Futaba?
Es una tarea imposible elegir de qué lado se está. Y lo mejor de todo es que ese, en realidad, no es el punto de la historia que se está contando. Ao no Flag no se trata de los emparejamientos, sino de los personajes. El manga se encuentra actualmente en un punto de inflexión importante y, honestamente, no tengo muy claro cómo quiero que termine la historia, más allá de darle a Touma felicidad eterna. Kaito hace que sea muy fácil querer a todos los personajes y, en consecuencia, apoyarlos, incluso cuando la felicidad de uno inevitablemente dañará a otro.
En este sentido, Ao no Flag logra capturar los complicados sentimientos de la adolescencia. Los protagonistas de Ao no Flag tienen problemas para comunicarse entre sí, lo que genera malentendidos. Por eso, aunque a veces es frustrante como lector ver, por ejemplo, que Taichi se aísle de sus amigos cuando está molesto o preocupado por algo, no podemos culpar a los personajes por sus defectos. Siguen siendo niños. Todavía están aprendiendo. La habilidad de Kaito para representar de manera realista el desordenado mundo de la adolescencia, ya sea desde emociones complejas hasta relaciones volátiles, sin recurrir al melodrama tan desgastado del slice of life es lo que le da su encanto a Ao no Flag.
El poder de unos buenos personajes
La historia de Ao no Flag progresa a través de sus personajes y son precisamente estos, la forma en la que interaccionan entre sí, el gran atractivo de la obra. Aunque Taichi es el protagonista principal, le pasan más cosas de las que realmente hace para que le pasen. Por eso, el resto de los personajes son tan importantes, pues son los que hacen que la historia evolucione.
Curiosamente, Taichi y Futaba, aunque resultan entrañables, son posiblemente los que menos destacan. Touma, en cambio, es fascinante, sobre todo porque se muestra como un libro abierto, pero en realidad es cualquier cosa menos eso. Aparte de sus sentimientos románticos hacia Taichi, una de las mayores incógnitas del manga es su decisión de no asistir a la universidad, a pesar de su viejo sueño de convertirse en un jugador de béisbol profesional. Sin embargo, no es difícil adivinar que puede estar relacionado con la aceptación de su sexualidad y su búsqueda de la libertad personal.
Touma tiene la tendencia de machacarse a sí mismo cuando siente que ha sido agraviado profundamente, lo cual es un hecho poco frecuente. A veces parece que, bajo esa máscara de complicidad, Touma guarda mucha ira en su interior, esperando salir a la superficie, cosa que a su vez es comprensible. Pero también es todo lo contrario a Taichi, que se repliega en sí mismo y parece estar atrapado en una fase de negación cuando se enfrenta a un cambio importante en su vida. Ambas son reacciones un tanto infantiles y, sin embargo, un recordatorio muy realista de que se tratan en realidad de estudiantes de secundaria. Para muchos, el instituto es una etapa de confusión emocional e incertidumbre, en la que poco a poco uno comienza a darse cuenta de las responsabilidades que conlleva hacerse un adulto.
Por otro lado, Itachi plantea algunas de las cuestiones más interesantes del manga. Ella también es imperfecta, en el sentido de que a veces es demasiado cínica con los demás y termina juzgándolos mal. Se obliga a establecer relaciones infelices con los hombres, sabiendo que nunca se sentirá atraída físicamente por ellos, solo para romper poco después. Pero ella también es sincera cuando defiende a sus amigos, especialmente en lo que se refiere a Futaba, y, aunque de mala gana, abre su círculo de amigos para incluir a Taichi y Touma. Las interacciones de Itachi con el resto de los personajes son muy interesantes porque es honesta y a la vez se guarda sus pensamientos más íntimos para ella. Itachi tiene levantado un muro, pero no para Touma, la primera persona a la que realmente se abre. Ambos tienen algunas de las conversaciones más conmovedoras de todo el manga, dada su conexión mutua sobre el hecho de que ambos ocultan su sexualidad.
Entre la simplicidad y el detalle
El arte de Kaito es bonito, ni demasiado elaborado ni demasiado simplista. Tiene muchas viñetas llenas de detalles, pero también otras con fondos blancos en las que otorga todo el protagonismo a los rostros de los personajes. Y otras veces los personajes son reducidos a caricaturas ridículamente simples y a la vez adorables de sí mismos, lo que rompe con las partes más serias de la historia.
Cada viñeta tiene un propósito y no están solo para llenar el espacio de una página. Los sentimientos de los personajes son retratados más a través del dibujo que de los diálogos, gracias a un amplio rango de expresiones. Por ejemplo, nunca vemos a Touma admitir nada, ni el hecho de que sea gay ni que le guste Taichi. La forma en la que el mangaka dibujó su reacción a las preguntas de Itachi es suficientemente reveladora.
A nivel de diseño, los personajes también son muy diferentes entre sí. Hay una extraña combinación de representaciones más realistas y un estilo más surrealista y claramente caricaturesco en el que están dibujados los amigos de Taichi, Omega y Yorkie.
La obra y el autor
Kaito comenzó la serialización de Ao no Flag en febrero de 2017 en el sitio la página web Shonen Jump+. Antes de eso, el autor había publicado varios one-shot y una serie de cinco tomos en la popular revista Weekly Shônen Jump. Se trata de Cross Manage, que estuvo en publicación durante un año, de 2012 a 2013. No obstante, ha sido con Ao no Flag con la que está recibiendo unas excelentes críticas.
La obra cuenta hasta la fecha con un total de seis tomos recopilatorios y sigue en publicación en el mercado japonés. Gracias a la llegada de la aplicación Manga Plus podemos disfrutar de sus capítulos en español de manera mensual.
La edición
En julio de 2018, Ivrea anunció a través de sus redes sociales que se había hecho con la licencia de Ao no Flag. Desde entonces, la editorial se ha puesto a la par que Japón y ya ha sacado al mercado los seis volúmenes con los que cuenta la obra hasta la fecha.
Aunque la edición es un poco endeble y la sobrecubierta fácilmente rompible, Ivrea no presenta una mala edición. Los tomos vienen con contenido extra como mini historias al final y un adelanto de lo que veremos en el próximo volumen, lo que deja con muchas ganas de querer adquirir el siguiente.
La traducción, por su parte, es buena. Como ya nos tiene acostumbrados la editorial, presenta un lenguaje fresco y juvenil, adaptado a nuestro idioma y a la edad de los personajes.
Conclusión
Ao no Flag es una obra sencilla, sin pretensiones, pero que presenta situaciones mundanas bajo una luz interesante gracias, sobre todo, a unos personajes variados. Es totalmente recomendable, independientemente de la preferencia que cada uno tenga por historias que se enmarcan en el slice of life. Este manga coge el viaje de la incertidumbre de la adolescencia hacia la adultez y lo transforma en algo reflexivo y conmovedor. Por eso es una historia tan especial.
Lo mejor
- Las interacciones entre los personajes
- Su representación de la adolescencia y la búsqueda de la identidad y la libertad personal
Lo peor
- Todo apunta a que el final de esta historia, sea cual sea, dejará insatisfecho a alguien
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