El subgénero survival está más de moda que nunca. La serie surcoreana El juego del calamar (Netflix) ha puesto de nuevo en el foco los juegos de supervivencia, si bien este tipo de historias venían apelando desde hacía años a un tipo muy determinado de público. Posiblemente, Japón es el país del que más obras de este tipo han surgido en los últimos años, siendo el punto de partida la novela Battle Royale, escrita por Koushun Takami en 1999.
Esto nos lleva a otra serie del subgénero que llegó también a Netflix a finales de 2020 y que tuvo bastante éxito. Tanto como para anunciar la segunda temporada tras su finalización. Hablamos de Alice in Borderland, basada en el manga de Haro Aso, que inició su publicación en 2010 en la revista Shônen Sunday Super, de la editorial Shogakukan, y que se unió de esta manera a la enorme lista de mangas que cuentan con adaptación a imagen real.
El resultado de estas adaptaciones live-action tiende a ser precario, porque este tipo de producciones no suelen entender los matices del material original, especialmente en aquellas obras que cuentan con temas complejos. Sin embargo, la inteligente narrativa de Haro Aso fue muy bien trasladada a la serie con unos más que convincentes efectos visuales.
Ambientada en un Tokio distópico y vacío, Alice in Borderland narra la historia de unos jóvenes que no han logrado encontrar el sentido de sus vidas y que se ven obligados a madurar y enfrentarse a lo que de verdad significa vivir. Los acontecimientos de esta historia son tan inesperados como sorprendentes y ofrece una experiencia de juego totalmente novedosa que lleva a sus protagonistas al límite, tanto física como mentalmente.
Esta trama, llena de emociones fuertes, sumada al interés que despertó la obra tras el estreno de su serie live-action, llevó a Editorial Ivrea a hacerse con la licencia del manga de Alice in Borderland. Desde el pasado 30 de septiembre es posible conseguir su primer volumen. Pero seguro que a muchos les asalta la misma pregunta tras haber disfrutado de la serie: ¿Merece la pena el manga? ¿Existen diferencias entre ambos productos? La respuesta a ambas cuestiones es ‘sí’. Y a continuación, en esta reseña, os vamos a desglosar este primer tomo y la sorprendente edición en la que Ivrea presenta esta obra.
Esto no es el País de las Maravillas
El libro de Alicia en el País de las Maravillas se ha convertido en un icono, no solo de la literatura, sino también de lo audiovisual, capaz de inspirar en la creación de numerosas obras. Japón no podía ser una excepción y también existen obras que beben del famoso cuento de Lewis Carroll, ya sea para parodiarlo, como Fushigi no Kuni no Miyuki-chan, de CLAMP, o para tomar elementos de su universo. En el caso de Imawa no Kuni no Alice, título original del manga de Alice in Borderland, dejamos a un lado las fiestas del té y los gatos sonrientes para adentrarnos en un “país de las maravillas” que pone a prueba nuestra supervivencia y moralidad como seres humanos para darle un sentido a nuestra propia vida.
La Alicia de este “país de las maravillas” es Ryouhei Arisu, un estudiante de preparatoria que vive cabreado con el mundo por la vida que le ha tocado. Una noche, sale a pasárselo bien con sus mejores amigos, Karube y Chouta, pero unos enormes fuegos artificiales envuelven de repente la ciudad y los tres despiertan desconcertados en un Tokio desierto. Al menos a primera vista. Los tres descubrirán que han sido transportados a un mundo en el que son obligados a participar en un “juego” en el que el más mínimo error puede costarles la vida y en el que necesitan ganar para conseguir días para su visado y poder así seguir jugando por su vida. De esta manera, el lector se ve también empujado a este mundo con ellos, sin saber al principio cómo funciona, y es obligado a aprender sus reglas a través de las consecuencias que sufren los personajes principales.
Para un autor, seguramente no haya mayor logro que ser capaz de elaborar una historia cautivadora que nadie haya leído antes. Pero también tienen mucho mérito esos autores que son capaces de retomar ideas muy manidas y hacer que sean innovadoras. Alice in Borderland es un ejemplo perfecto de esto último, ya que consigue sobresalir en un género muy contaminado por una escritura mediocre, gracias en parte a un sistema de cartas que me parece una genialidad. Cada carta transmite inmediatamente al lector dos datos vitales de lo que implica el juego en el que los personajes van a participar: el palo de la baraja implica el tipo de juego y el número el nivel de dificultad. De esta manera, el sistema de cartas es una idea brutalmente eficaz que vincula de forma elocuente muchos de los elementos de la historia, a la vez que proporciona una fácil sensación de comprensión a los lectores.
Asimismo, el mayor atractivo de Alice in Borderland es la creatividad de los juegos. Haro Aso construye juegos únicos con reglas sencillas, pero con un amplio margen para la narración y la estrategia. Además, el mangaka también parece entender que la tarea no termina con la creación del juego, sino con su finalización, por lo que se esfuerza para que no traicionen el concepto del que inicialmente partían.
Por otro lado, el sistema de cartas es solo un ejemplo de lo eficaz que es el autor a la hora de ejecutar ideas sencillas para añadirlas a la narrativa. Los rayos láser que surgen del cielo para eliminar a los jugadores que se han quedado sin días en su visado, alcanzándolos sin importar dónde se escondan, suma al ambiente claustrofóbico que proporciona la historia. Y no solo eso. Su diseño visualmente simplista permite que se dibuje a una escala mayor, a través de dobles páginas de la ciudad. Estas transmiten inmediatamente al lector lo que implica cada láser sin tener que mostrar lo que cada uno de ellos provoca directamente, lo que lo convierte en un recurso muy elocuente.
La esencia de las cosas
El apartado artístico de Alice in Borderland es más que notable, a pesar de que no impresiona de la misma manera que otros grandes títulos. De hecho, aunque hay algunos momentos estéticamente agradables, el lector en general no queda sorprendido por el arte. Porque no impresiona por su profundidad, sino por su amplitud. Al fin y al cabo, el arte en el manga es una herramienta más, y una herramienta es tan útil en función de cómo sea la habilidad de su usuario.
La razón por la que esto es relevante es porque el estilo de Haro Aso es increíblemente flexible, al ser capaz de recrear cualquier escenario. Por decirlo de otra forma, la historia de Alice in Borderland solo es posible porque Haro Aso es capaz de dibujarla. Deja que la historia se cuente sin demasiadas florituras ni adornos artísticos. Los trazos son limpios, dejando que el ojo se centre en la esencia de lo que está sucediendo, pero sin convertir las viñetas en un festival del gore.
Por otro lado, el dibujo de Haro Aso también destaca por el diseño de los personajes. Muchos autores caen en la tentación de hacer que sus personajes se parezcan demasiado, e incluso puede resultar difícil recordar a los personajes porque sus diseños son muy similares. En Alice in Borderland, casi todos los personajes están dibujados de forma única, ya sea a través de la postura, la expresión facial o la ropa. No hay dos personajes que tengan diseños similares, ni siquiera entre aquellos a los que podemos calificar “de relleno”. Un logro impresionante para un manga que produce personajes secundarios con tanta facilidad.
La edición
Para Alice in Borderland, Ivrea presenta una edición de doble tomo que reduce a la mitad los 18 volúmenes con los que cuenta originalmente el manga, en un formato B6 de rústica de tapa blanda y sobrecubierta. Lo interesante de la sobrecubierta es que ésta cuenta con un acabado en tono metalizado y el dibujo imita a una baraja de cartas. Todo ello a un precio de 14€.
Al contener en un único tomo dos volúmenes se puede pensar que eso puede dificultar en cierta manera la lectura. Pero nada más lejos de la realidad. El tomo es muy manejable y hay espacio suficiente en los márgenes para poder leer los diálogos sin problema. Asimismo, aunque perdemos la segunda portada, es posible encontrar en el interior tanto la ilustración del primer tomo como la del segundo en color.
En lo que respecta a la traducción, ésta corre a cargo de Hernán Leguizamón y es estupenda. Teniendo en cuenta que los protagonistas son estudiantes de preparatoria (tienen 17 años, a diferencia del live-action, donde son jóvenes adultos), para el lenguaje utiliza expresiones que es muy fácil escuchar hoy en día entre la gente joven, por lo que está muy bien adaptado a nuestro idioma con frases como “Es puto enorme” o “No pienso palmarla aquí”.
Conclusión
Aunque en estos primeros capítulos pueda dar una impresión diferente, quien haya visto el live-action y, además, sepa leer más allá de lo que vemos en las viñetas, se dará cuenta de que Alice in Borderland se centra en temas como la naturaleza humana, cambiar de rumbo y, sobre todo, la vida. El mangaka toma el sinsentido de la realidad e intenta enmarcarlo en una historia de ficción que ofrezca satisfacción a sus lectores a la vez que crea un País de las Maravillas adulto que trata de dar sentido a nuestro mundo explorándolo en otro.
En definitiva, Alice in Borderland es una lectura entretenida y apetecible. Hablamos de un manga que es capaz de provocar a los lectores una reflexión sobre el significado de la vida y hasta dónde y de qué manera podemos definirla. ¿Es la vida lo que uno hace o es vivir simplemente el hecho de nacer? Preguntas como éstas es lo que el autor intenta evocar en sus lectores. Y queda en nuestras manos responderlas.
Lo mejor
- La edición de Ivrea es estupenda y merece la pena pagar los 14€ que cuesta.
- Los juegos son muy ingeniosos y hacen que la lectura pase en un suspiro.
Lo peor
- Por ponerle alguna pega, durante toda la parte que adapta la primera temporada de la serie, la trama es muy emocionante. Está por ver si Haro Aso fue capaz de mantener el nivel, pues no es una tarea fácil.
- La primera prueba me gustó más en la serie, pues genera altas dosis de estrés al espectador. Seguramente era muy difícil trasladar a la realidad el juego en el que participan los personajes en el manga, pero aún así no consigue transmitir la misma intensidad.
Alice in Borderland
Editorial: Ivrea
Formato: Rústica de tapa blanda y con sobrecubierta doble tomo formato B6
Tomos: 9 (Finalizada)
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